The Great Train Robbery es considerada por muchos como el primer western del cine. Además fue en su momento una película muy comercial, siendo la escena que vemos en la imagen de más arriba la más conocida de todas, en la cual uno de los ladrones dispara todas las balas de su cargador contra la pantalla.

El filme es francamente corto, sin embargo en los escasos trece minutos que dura nos encontramos una historia muy bien contada, y con las escenas muy bien diferenciadas. Algo poco habitual en la época. El argumento es simple, cuatro ladrones trazan un plan para robar un tren, y en una escena tras otra se van mostrando las partes de dicho plan. El asalto a una estación de telégrafos para poder detener el ferrocarril, la entrada al tren, el saqueo a los viajeros y finalmente su huída y persecución, que conducen al final.

Al tratarse de una película muda y sumamente corta, los personajes no están descritos con demasiada profundidad. Sin embargo los ladrones muestran una sangre fría tremenda, y no dudan en disparar y matar tranquilamente a cualquiera que se les pone por delante. En este tipo de películas todavía los buenos y los malos están bien diferenciados, y aún habrá que esperar para encontrar malvados más humanos.

De nuevo, una película totalmente previsible, con el problema añadido de que los "enigmas" que trata ya han sido ampliamente debatidos en televisión e internet de forma compulsiva.

Además de este problema, nos encontramos con un filme carente de ritmo en algunos momentos, mal rodado en otros, y con mucha falta de gancho. Incluso llega a aburrir durante muchos minutos, algo inaceptable en una producción que lo más que puedes esperar de ella es que te entretenga, para dejarte llevar por una historia aunque esta sea un auténtico despropósito (como es el caso).

Si tienes otras películas para ver, entretenerte en esta es una pérdida de tiempo. Aunque si leíste la novela y te gustó, probablemente encuentres más puntos atractivos que el espectador neutral.

Poco se puede decir de este filme que no se adivine ya en el trailer y en la tremenda campaña de marketing que tiene detrás Dan Brown.

Una película palomitera, llamada a entretener y a mostrar constantes giros de trama, que cumple su cometido: hacerlo durante las dos horas que dura.

No se le puede pedir más. Y si no se hace cumple su objetivo sobradamente, algo que no hacía completamente su predecesora.

Floja película de Spielberg, altamente valorada debido a ser del mismo estilo y la antesala de una de las películas más conocidas y valoradas del director, Tiburón.