La interpretación de Sean Penn, como loco ingresado en un sanatorio del s. XIX es excelsa, como siempre. De hecho, la peli gira entorno a él. Los ambientes y los decorados del s. XIX son magníficos. También tenemos al rescatado Mel Gibson, después de años de ausencia, toda una leyenda. También hay actores míticos del cine británico. Buena película para tan solo perderse y dejarse llevar por el fascinante siglo XIX.
¿Lo peor? Hombre, el argumento inicialmente interesante, pierde un tanto el hilo y se puede hacer algo largo; mayoritariamente salvado por la interpretación de Sean Penn.
En definitiva, recomendable para aquel que le guste el ambiente del siglo XIX; sino, se le puede hacer un tanto larga y aburrida.

Buena película de presos y abogados, un tema muy tocado por otra parte. El preso Waters es el dueño de la película y su magistral interpretación. Desde luego, que duro tuvo que ser todo lo que le pasó y su hermana, que gran perseverancia y altruismo; en definitiva, si estás convencido de algo y perseveras puedes ganar; aunque, evidentemente, en la vida real no siempre ganas y si es contra una fuerza superior; tienes todas las perder. No podía faltar Peter Gallagher en una peli de abogados. Hillary Swank, como siempre, muy profesional.

Vi esa película en el cine cuando tenía entre 14 y 15 años y debo reconocer que en cierta medida me traumatizó, Kevin Bacon en su papel de funcionario de prisiones me pareció la reencarnación del diablo (o peor...); cuando se toman la venganza reconozco que no me pude alegrar más. La primera parte de la película es de 10, luego con el tema del juicio y demás decae algo, aunque te mantiene en vilo, ¿cuánta pasta se tuvieron que dejar en contratar a semejante elenco de actores? Un clásico de los 90, posiblemente, la última gran edad de oro del cine americano.

Lo cierto es que esta peli fluye de manera excelente. Una historia de superación deportiva a la antigua usanza. De como un equipo que está de cachondeo, hasta que llega un entrenador sargento croata, para ponerles firmes y hacer de ellos máquinas deportivas, en uno de los deportes más cansados que existen, el waterpolo. Lo mejor es el devenir de la peli. Lo único, que el actor que hace de Aguado, mucho, lo que se dice mucho no se parece... Aguado medía 1m93 y el actor es un tapón; aparte Aguado había hecho carrera deportiva en Cataluña y aquí le ponen como si no hubiese salido del perímetro de la M-30... Estiarte sí se parece más... Del resto ni idea, ya que tampoco soy un experto en dicho deporte. También se refleja muy bien los años 90, su manera de hablar y su espíritu, que tampoco quedan muy lejos a fin de cuentas. En todo caso, una peli muy entretenida.

La primera hora de la película no he parado de reírme, se reflejan cómicamente los estereotipos de la personalidad y cultura española, no cabe duda de que hay que ser puramente español para captar esta esencia, combinando esperpento, sátira y picaresca. Hace tiempo que no veía una comedia tan auténtica. Que si el dominguero playero, el putero, el desfasado colgado, el buen negrito, la pasota española de toda la vida, el empresario del destape... La verdad es que van confluyendo personajes, exagerados claro está, ¿o no? De la idiosincrasia ibérica. Si no le doy un 10 es porque el final ya se hace algo largo, y el surrealismo se desboca por momentos, pero quizá eso sea su mayor activo.