Scorsese, al hacer el remake del correcto y entretenido thriller "El cabo del terror" de Jack Lee Thompson, quiso darle más densidad, el resultado es una película increíble, histriónica y ridícula. Gregory Peck, y sobre todo, Robert Mitchum, estaban mucho mejor que los pasados De Niro y Nolte. De lo peor de Scorsese con diferencia.

La polémica que levantó en su momento demuestra el sectarismo y la tendencia a la imposición del pensamiento único de la izquierda. La trayectoria posterior de Michael Cimino, aparte de su irregularidad, demuestra que no era el hermano menor de John Wayne que se dijo en su momento. La película es muy buena. Es de las que mejor describe la vida de la clase trabajadora del América profunda. La parte de Vietnam, muy imitada posteriormente, es impresionante e imborrable. Es lírica y emotiva, y hace que te creas y te conmuevan la historia, los personajes y el ambiente en que se mueven.

Los críticos de la Nouvelle Vague, al tiempo que descubrían directores hasta entonces ignorados, cargaron violentamente contra los consagrados en ese momento. Huston, por ejemplo. Desde entonces se mira su obra con cierta condescendencia. Y si es verdad que hizo mucha basura, hay obras maestras en su filmografía, como "el halcón maltés", thriller brillantemente realizado e interpretado, que, siguiéndola con fidelidad casi literal, mejora la novela de Dashiell Hammett.

Es una película muy lastrada por su excesiva ambición. Se nota al verla su autoconciencia de la obra maestra definitiva de un director genial y tener que demostrarlo en cada plano, lo que la hace en ocasiones cargante. A pesar de lo dicho, es muy interesante y de obligada visión. Creo el "montaje" definitivo la perjudica más que la beneficia.

La corrección política llevada al extremo y la estética hollywoodiense igualmente llevada al extremo, así como unos actores que resultan cargantes en sus intepretaciones de Oscar, hacen de este película, en mi opinión, un perfecto bodrio. La gran película cinematográfica sobre el tema del SIDA está por llegar, ésta, desde luego, no lo es.