Experimento visual paranoide. Retrato del oscuro mundo de las drogas desde una perspectiva pseudofuturista, con diálogos interminables y discursos psicóticos a veces difíciles de asimilar.
Cuando acaba la peli te deja un poco aturdido, sin saber muy bien qué hacer o qué decir, te cuesta un poco volver a la realidad.
Las actuaciones están pasables, salvando a Woody Harrelson que borda al yonki californiano. Insoportable la diarrea verbal del personaje de Robert Downey, te fríe la cabeza, de verdad, altamente provocadora de jaqueca. De Keanu y Winona mejor ni hablamos. Aprovechando los FX podrían haber dotado a sus personajes de algún que otro registro más, pero Keanu sigue con su rostro imperturbable y Winona..., es Winona.
Por lo demás es una peli que se te queda en la retina durante unos cuantos días, recuerda en cuanto a temática y ejecución a Miedo y asco en Las Vegas, de Terry Gilliam, pero sólo la recuerda, no tiene nada que ver.
Se echa en falta una buena banda sonora que ambiente ese mundillo. Temas no faltan.

Ventajas: Lo arriesgado del proyecto . El final .

Desventajas: La diarrea verbal del personaje de Robert Downey .

Si hay un color dominante a lo largo de toda la cinta ese es el negro. Negro es el vestido de la despampanante Patricia Arquette, la chaqueta de cuero del atormentado Bill Pullman y la motocicleta de su alter ego adolescente, el Mercedes del impetuoso mafioso, y el sostenido humor que en contadas ocasiones golpea la historia.
Remordimient os, celos, sexo, sentimientos acérvicos que se desparraman por aquí y por allá intensamente vivenciados por un músico de jazz atormentado por la obsesiva sospecha de las infidelidades de su chica, una pin-up muy del gusto de Lynch, de labios embadurnados de carmín y sinuosas curvas jamás manchadas por la odiosa silicona.
Trenzando el mundo onírico y ciertos atisbos de irrealidad con una cruda y despechada vida mundana, el director olvida el continuo espacio-tiempo para trasladarnos por una historia de ignominiosas pulsiones, ofreciéndonos planos de secuencias que ocurrirán minutos después, anclándolas en nuestra retina para después rescatarlas e hilvanar esta pérfida historia de traiciones ambientada con una banda sonora, que como no podía ser de otro modo, es deslumbrante.

Lo mejor: la banda sonora. Patricia Arquette. La escena del acalorado Robert Loggia acongojando a un intrépido conductor.

Lo peor: el tempo demasiado lento del comienzo. Le cuesta arrancar.

El rey de las cosas pequeñas, el gran Luis Piedrahita, se acompaña de Rodrigo Sopeña para escribir y dirigir su primera peli, una cinta hecha por dos pedazos de frikis que entretiene y divierte, pero que queda lejos de ser una obra seria.
Apuesta fuerte de meter a dos grandes comediantes, Santi Millán y Alejo Sauras, en un thriller de acertijos y supuesto terror. Los acertijos tienen su aquel, aunque muchos resulten muy familiares, pero el terror no lo consiguen en ningún momento del film. Alejo no transmite nada, no está creíble, recuerda a Emilio Aragón enfadado, te da la impresión de que se está desternillando por dentro. Santi Millán está bastante mejor, sólido y en su sitio, pero no logra estirar un personaje ya de por sí poco interesante.
Engaños continuos al espectador, como corresponde a un gran prestigitador como Luis Piedrahita, que recuerdan a los giros finales de las novelas de Agatha Christie.
En definitiva, entretenida pero bastante coja en muchos aspectos.

Ventajas: Entretenida. Curiosa. Friki. Fotografía.
Desventajas: Muy flojo argumento. Atmósfera poco lograda. Alejo Sauras.

Película intimista que se sirve de los vastos y amplios paisajes abiertos de Norteamérica para entonar un canto de libertad y de juventud.
Cual Walt Whittman en "Hojas de Hierba", Sean Penn se aprovecha de una historia real para realizar un alegato de Dios, la naturaleza, el cuerpo, la vida y la muerte, el amor, la camaradería, la libertad...
Rodada en los mismos lugares por los que pasó el joven sobre el que se basa la peli, resulta espléndida en cuanto a su ejecución, con planos y posiciones de cámara muy a lo Sean Penn, puro cine independiente, y posee un ritmo y una narración que te mantiene firme frente a la pantalla.
Resulta ñoña en algunas ocasiones, y mete a George Bush padre con calzador, pero son detalles que no desmerecen a una gran película.

Lo mejor: Muy buena peli. El argumento. La dirección. BSO
Lo peor: El físico del actor no acompaña. Un pelín cándida