Fui a verla un poco a remolque.
Como era de esperar, resultó ser un producto navideño, como el turrón, la cena de empresa o del gimnasio, y la comida familiar. Pero un producto entretenido, simpático, actualizado, con un cierre emotivo y atípico. Emilia Clarke ha engordado unos gramos ahora que no tiene que combatir tronos, pero sigue siendo atractiva y lo hace bien.
En fin, que no me arrepentí de haber ido a ver esta película.

Esta no es un "remake" de la primera "Blade Runner", sino una especie de continuación.
Con un poco de tino y la mitad de tiempo, el argumento hubiera dado para una no muy original pero entretenida película de ciencia ficción, que se aprovecha de la justa fama de su predecesora. Pero los autores querían algo mucho más trascendente, y no se les ocurrió nada mejor que añadir a unas pocas escenas de acción y a una intriga simple con algunas incoherencias, un rosario de charletas pretenciosas y video clips espectaculares, alargados hasta el aburrimiento.
El resultado es un desperdicio de tecnología y buenos actores, en una interminable película con muy poca emoción e interés.

Le eché un vistazo a esta serie en un momento de aburrimiento, sin ánimo de seguirla, pensando que iría de adolescentes divirtiendo al público con sus borderías, y me quedé enganchado. Es buena, tierna, dura, emocionante y todo lo que quieras añadir. No digo más para no fastidiar el suspense, solo que la recomiendo encarecidamente.

El argumento es artificial, sin credibilidad y sin gracia... y bastante bobo, por más símbolos o sutilezas subterráneas que se le quiera buscar. Los diálogos hacen juego. Y la actuación de Malena Alterio no contribuye a equilibrar lo anterior, sino todo lo contrario, le falta chispa, encanto y naturalidad, aunque hay que reconocer que le ha tocado un buen marrón con su papel. Al final de la película, unos minutos de acción truculenta ni siquiera son capaces de sacarnos, de sacarme, del aburrimiento.

A partir del primer cuarto de hora pasé el tiempo mirando el reloj. Es lo que tienen las salas de cine, son el mejor sitio para ver una buena película, pero si es mala y y tienes compañía, estás atrapado.

La película trata en modo de parodia, los momentos anteriores y posteriores a la muerte de Stalin y la lucha por sucederle. Para ello, los autores se olvidan de la sutileza, el humor fino y el cuidado a un hilo argumental coherente que mantenga el interés, y se quedan con la exageración y el tópico sin más. El resultado es una torpe y a ratos aburrida bufonada, con algunas gracias divertidas y un humor negro a menudo fuera de contexto. Nada que ver, por ejemplo, con la excelente "Ser o no ser" (y también su secuela), en las que se podrían haber inspirado.