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5,4
176
7
26 de febrero de 2024
26 de febrero de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta versión es un remake del clásico de 1973 dirigido por Charles Jarrott y está basada en la novela homónima de James Hilton, "Lost Horizon".
Para mí tiene un significado especial, una vez que me recuerda el libro, que mi padre me compró, en portugués, en los años ochenta, de la editorial brasileña "Abril Cultural", en la colección "Grandes Sucessos". Mi padre sabía comprar buenos libros y nuestra biblioteca ha sido uno de los más importantes legados que me ha dejado mi amado progenitor.
La trama sigue a un grupo de pasajeros de un avión que queda varado en el Tíbet después de un accidente. Buscando refugio, encuentran un misterioso monasterio llamado Shangri-La, donde descubren una comunidad aislada y atemporal. El líder del monasterio, interpretado por Charles Boyer, introduce a los viajeros en un mundo de paz, armonía y longevidad. Sin embargo, a medida que la historia se desarrolla, los personajes comienzan a cuestionar la verdadera naturaleza de Shangri-La y deben enfrentarse a decisiones difíciles.
Para mí tiene un significado especial, una vez que me recuerda el libro, que mi padre me compró, en portugués, en los años ochenta, de la editorial brasileña "Abril Cultural", en la colección "Grandes Sucessos". Mi padre sabía comprar buenos libros y nuestra biblioteca ha sido uno de los más importantes legados que me ha dejado mi amado progenitor.
La trama sigue a un grupo de pasajeros de un avión que queda varado en el Tíbet después de un accidente. Buscando refugio, encuentran un misterioso monasterio llamado Shangri-La, donde descubren una comunidad aislada y atemporal. El líder del monasterio, interpretado por Charles Boyer, introduce a los viajeros en un mundo de paz, armonía y longevidad. Sin embargo, a medida que la historia se desarrolla, los personajes comienzan a cuestionar la verdadera naturaleza de Shangri-La y deben enfrentarse a decisiones difíciles.

6,4
3.830
8
3 de octubre de 2023
3 de octubre de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo suelo decir que la élite que nos gobierna tiene acceso a una tecnología mucho superior a la que nos cuentan. La utiliza para engañarnos y diezmar no sólo nuestra libertad como nuestra mismísima existencia física. Pero a los que pensamos así, se nos llama "teóricos de la conspiración", ya que no quieren que nuestro discurso cale en las masas y éstas sepan que cosas como la muerte de Kennedy, el 11-S, el Covid-19 y el mismísimo alunizaje en 1969 no pasan de mentiras.
"Capricornio Uno" es una película lanzada en plena Guerra Fría que muestra cómo hay una explicación muy probable para el sentir de una parte de las sociedades que, entonces, ya sabían que los gobiernos nos mienten. Sustituyendo la luna por el planeta Marte, la película es un inteligente ejercicio de suposición según el cual el Gobierno de Estados Unidos utilizaría la tecnología para llevar a cabo una de las más grandes mentiras del siglo XX, el que el hombre haya ido a la luna.
Una película que a día de hoy tiene 45 años pero que no deja de ser muy actual porque bien hecha en su momento.
"Capricornio Uno" es una película lanzada en plena Guerra Fría que muestra cómo hay una explicación muy probable para el sentir de una parte de las sociedades que, entonces, ya sabían que los gobiernos nos mienten. Sustituyendo la luna por el planeta Marte, la película es un inteligente ejercicio de suposición según el cual el Gobierno de Estados Unidos utilizaría la tecnología para llevar a cabo una de las más grandes mentiras del siglo XX, el que el hombre haya ido a la luna.
Una película que a día de hoy tiene 45 años pero que no deja de ser muy actual porque bien hecha en su momento.

8,4
15.103
10
27 de mayo de 2019
27 de mayo de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Lo más bonito de la película? Para mí, la expresividad en los rostros de los actores. En eso Murnau es imbatible y no sólo porque su cine sea mudo. Es arte, puro arte. Una historia sencilla, común, tan antigua como la propia humanidad: la lucha interior de una persona por mantenerse fiel a su pareja y a su descendencia, cuando un elemento externo se interpone, tal cual un demónio, para llevarle a la total perdición. La batalla espiritual en contra de las seducciones de la vida, que intentan destruir lo que uno tiene de más valioso, de más sagrado: la serenidad de su vida familiar, el pilar más importante de su existencia.
Y es que existe -- vaya, que agradable sorpresa haberlo descubierto -- un demónio destructor de la familia. Así es: y responde por el nombre de Asmodeo. Aparece en el Libro de Tobías, parte del canon católico (que no del protestante y tampoco del judío, y eso es muy interesante de notar).
Pues en la película de Murnau, aunque en ningún momento se haga referencia, ni de lejos al malhadado Asmodeo, el demónio está representado en la figura de la bella citadina que acude todas las noches, como una sirena, a seducir el joven protagonista, a la puerta de su casa.
Asmodeos los hay muchos. A veces es un psicólogo, que trabaja en una Calle Feliz, en una ciudad que es una verdadera Fortaleza, y en cuya consulta, en más de treinta anos, se viene especializando en destruir familias. Y, ¡pasmen! Sin que aquella sociedad haya, jamás, llegado a encadenar el tal Demónio como ocurriría en una sociedad abierta como puede ser alguna de las europeas, donde hoy vivo y donde he visto más de un Asmodeo pagar por sus crímenes.
Pero volvamos a la película. El hombre, un campesino felizmente casado con una buena y sencilla mujer, con la que tiene un adorable bebé, se ve subitamente fascinado -- que no atraido, y para la diferencia entre una y otra cosa, sugiero la clase magistral del Profesor López Quintás, "Diferencia entre atraer y fascinar", que se puede encontrar facilmente en YouTube -- por esa mujer de la ciudad quien no duda en utilizar sus atributos físicos y toda especie de cebo amoral e inmoral para encandillar el pobre e ingenuo hombre, que pasa a soñar con una vida urbanícola llena de placeres.
Muy bien definidas quedan, en la película, las principales diferencias entre un hombre y una mujer, que en la actualidad, con la ideología de género -- que, metiéndonoslo hasta en la sopa -- el modernismo globalista intenta empozoñarnos. En él la fuerza física, la impetuosidad, la natural propensión a proteger los más débiles en momentos de peligro; pero también el arrebato sexual que por momentos turba su capacidad reflexiva. En ella, la serenidad, la cautela, la paciencia, la prudencia que, en parte, le da su naturaleza, que ha sido preparada para la maternidad, pero también una debilidad física que pide el complemento viril (véase la escena de la tempestad en la mar).
La película es deliciosa, un canto a la esperanza, a la capacidad que tienen eses dos seres humanos complementarios de aprender uno del otro, perdonar uno al otro, y construir, juntos, una vida plena, cuya belleza no se halla en el lugar en que se encuentran (¿el campo o la ciudad?) sino en el espacio que hay entre los dos.
Soy consciente de que mi reseña va a dejar irado a más de uno, que se ha doblegado a la corrección política de un mundo feminista y que odia a la naturaleza inscrita en los códigos genéticos del hombre y la mujer. ¡Qué se va a hacer!
¡A disfrutar de la película de Murnau!
Y es que existe -- vaya, que agradable sorpresa haberlo descubierto -- un demónio destructor de la familia. Así es: y responde por el nombre de Asmodeo. Aparece en el Libro de Tobías, parte del canon católico (que no del protestante y tampoco del judío, y eso es muy interesante de notar).
Pues en la película de Murnau, aunque en ningún momento se haga referencia, ni de lejos al malhadado Asmodeo, el demónio está representado en la figura de la bella citadina que acude todas las noches, como una sirena, a seducir el joven protagonista, a la puerta de su casa.
Asmodeos los hay muchos. A veces es un psicólogo, que trabaja en una Calle Feliz, en una ciudad que es una verdadera Fortaleza, y en cuya consulta, en más de treinta anos, se viene especializando en destruir familias. Y, ¡pasmen! Sin que aquella sociedad haya, jamás, llegado a encadenar el tal Demónio como ocurriría en una sociedad abierta como puede ser alguna de las europeas, donde hoy vivo y donde he visto más de un Asmodeo pagar por sus crímenes.
Pero volvamos a la película. El hombre, un campesino felizmente casado con una buena y sencilla mujer, con la que tiene un adorable bebé, se ve subitamente fascinado -- que no atraido, y para la diferencia entre una y otra cosa, sugiero la clase magistral del Profesor López Quintás, "Diferencia entre atraer y fascinar", que se puede encontrar facilmente en YouTube -- por esa mujer de la ciudad quien no duda en utilizar sus atributos físicos y toda especie de cebo amoral e inmoral para encandillar el pobre e ingenuo hombre, que pasa a soñar con una vida urbanícola llena de placeres.
Muy bien definidas quedan, en la película, las principales diferencias entre un hombre y una mujer, que en la actualidad, con la ideología de género -- que, metiéndonoslo hasta en la sopa -- el modernismo globalista intenta empozoñarnos. En él la fuerza física, la impetuosidad, la natural propensión a proteger los más débiles en momentos de peligro; pero también el arrebato sexual que por momentos turba su capacidad reflexiva. En ella, la serenidad, la cautela, la paciencia, la prudencia que, en parte, le da su naturaleza, que ha sido preparada para la maternidad, pero también una debilidad física que pide el complemento viril (véase la escena de la tempestad en la mar).
La película es deliciosa, un canto a la esperanza, a la capacidad que tienen eses dos seres humanos complementarios de aprender uno del otro, perdonar uno al otro, y construir, juntos, una vida plena, cuya belleza no se halla en el lugar en que se encuentran (¿el campo o la ciudad?) sino en el espacio que hay entre los dos.
Soy consciente de que mi reseña va a dejar irado a más de uno, que se ha doblegado a la corrección política de un mundo feminista y que odia a la naturaleza inscrita en los códigos genéticos del hombre y la mujer. ¡Qué se va a hacer!
¡A disfrutar de la película de Murnau!
21 de mayo de 2018
21 de mayo de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bella fotografía en negro y blanco. Una película de aquellas que ya no se hacen. Una bonita historia de aventura y amor como pocas hay. Los dos actores que hacen de Martín Zalacaín están perfectos. Una María Dolores Pradera quien, casi que con sorpresa, nos regala una canción inolvidable. No se la pierdan.

6,8
30
9
16 de mayo de 2025
16 de mayo de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La he visto en un ciclo de cine europeo, en el año que se celebra el centenario del nacimiento del director polaco Wojciech Jerzy Has, organizado por la fundación AVAS ART en la primera retrospectiva sobre el director en España.
No conocía este director polaco y sencillamente me ha encantado. Por alguna razón me ha traído a la memoria las películas de Bergman, tal vez por el elemento de soledad y aislamiento que se percibe en Pawel, el protagonista de LOS ADIOSES. Pawel está tan aislado del mundo y de si mismo, que pareciera vivir en una burbuja que le impide ver el mundo a su alrededor con la inminente guerra y le impide igualmente abrazar sin titubeos la oportunidad amorosa que le ofrece Lidka, por quien él se enamora.
LOS ADIOSES muestra una sociedad polaca en decadencia que se retrata en la película desde allá por los años 30, en el periodo entreguerras, hasta 1944 en plena Segunda Guerra Mundial, cuando Polonia está bajo el dominio alemán.
Cuenta la historia de amor de dos jóvenes de distinta clase social que se conocen y tienen la oportunidad de vivir una historia de amor. Pawel, hijo de una familia rica y Lidka, una pobre y guapa chica de alterne en un club nocturno, que quiere cambiar de vida y pone sus esperanzas en Pawel por quien también se enamora.
La película tiene una bella fotografía y una historia agradable aunque un poco angustiante por toda la incomunicación en la que está atrapado Pawel, que, rebelde, amenaza su padre de no obedecer los destinos que este ha trazado para el hijo.
No conocía este director polaco y sencillamente me ha encantado. Por alguna razón me ha traído a la memoria las películas de Bergman, tal vez por el elemento de soledad y aislamiento que se percibe en Pawel, el protagonista de LOS ADIOSES. Pawel está tan aislado del mundo y de si mismo, que pareciera vivir en una burbuja que le impide ver el mundo a su alrededor con la inminente guerra y le impide igualmente abrazar sin titubeos la oportunidad amorosa que le ofrece Lidka, por quien él se enamora.
LOS ADIOSES muestra una sociedad polaca en decadencia que se retrata en la película desde allá por los años 30, en el periodo entreguerras, hasta 1944 en plena Segunda Guerra Mundial, cuando Polonia está bajo el dominio alemán.
Cuenta la historia de amor de dos jóvenes de distinta clase social que se conocen y tienen la oportunidad de vivir una historia de amor. Pawel, hijo de una familia rica y Lidka, una pobre y guapa chica de alterne en un club nocturno, que quiere cambiar de vida y pone sus esperanzas en Pawel por quien también se enamora.
La película tiene una bella fotografía y una historia agradable aunque un poco angustiante por toda la incomunicación en la que está atrapado Pawel, que, rebelde, amenaza su padre de no obedecer los destinos que este ha trazado para el hijo.
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