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Jab
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Críticas 133
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
22 de abril de 2020 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos verdades absolutas sobre esta película.

1. Si quieres ver buen cine, planos maravillosos, un movimiento de cámara excelente, una dirección impecable, una iluminación mágica o unas interpretaciones gloriosas, esta no es tu película. No hay nada de eso, está rodada con la mayor simpleza que se puede rodar una película.

2. Si quieres documentarte con gran exactitud sobre Galileo es mejor comprar libros o ver documentales ya que todo lo que quieres se ve y de la manera que se cuenta es evidente que no fue así.

Dicho esto, sólo puedo deshacerme en elogios porque me ha tenido enganchado durante 120 minutos. La película roza más el genero del teatro y está dividida en diferentes escenas sobre la vida de Galileo. Si para mi no tiene nada de lo anteriormente mencionado, ¿qué tiene?. Tiene unos diálogos impresionantes cargados de razón y muy afilados, hirientes en muchos casos. Es una película que te hace pensar y admirar al personaje en cuestión durante 120 minutos, que da lecciones a diestro y siniestro. ¿Qué no es un documental y puede que no sea exacto? Vale, vine a ver cine, no un documental. ¿Qué técnicamente es de lo más simplón que se puede ver? Vale, pero me hace pensar y me hace sentir y eso significa que es arte. La película tiene un sin fin de grandes diálogos y frases buenísimas que te mantendrá el cerebro activo y pensando 120 minutos. SI no te gusta pensar no la veas, porque es el único motivo por el que puedes ver esta película ya que no es ni 100% verídica ni vas a ver Los Siete Samuráis ni El Padrino.

Mi conclusión es que es muy buena, me gustaría ver más cine de este tipo, más cine con diálogos arrancados de la razón y el inconformismo. ¿Te gustó El Club de la Lucha por sus diálogos y su fondo? Vale, a mí también, es la mejor contribución que hizo Hollywood al planeta. Aquí no vas a ver la magia de Fincher pero encontrarás 120 minutos de debate. Si, lo sé, tal vez eso no te apetece, pero tal vez si te apetezca y por eso te lo recomiendo. ¿Qué por qué hablo solo? No hablo solo, estoy hablando con alguien que es más listo, más guapo y más valiente que yo y que se ha lanzado a rebatirle al mundo sus miserias. ¿Lo entiendes ahora? ¿Qué he visto mucho El Club de la Lucha y tal vez esta película me haya recordado a ella? STOP.

P.D. Si en vez de aparecer al final los niños cantores hubiese sonado el Where is my mind de los Pixies... uffff. Ah claro, que en 1975 todavía no existía esa canción. STOP.
Jab
20 de enero de 2018 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Increíble película de cine negro, increíble Kurosawa impartiendo clases de arte, moralidad y humanidad.

Tras la Guerra Mundial, Japón quedó devastado y comienza una época de extrema pobreza en la que costaba mucho conseguir bienes básicos como los alimentos o la ropa, algo que suele suceder después de cualquier guerra y más aún si perteneces al bando de los vencidos. Pero al igual que en todas las épocas, existen las clases sociales, los ricos y los pobres nunca desaparecerán de la faz de la Tierra, al igual que las buenas y las malas personas.

La historia comienza en el día más caluroso de un infernal verano. Por descuido, el joven detective Murakami (Toshiro Mifune), sufre el robo de su pistola cuando va en bus de vuelta a casa tras un largo servicio. Esto desencadena una serie de consecuencias cada vez peores ya que con el arma robada el desconocido ladrón comienza a cometer robos y asesinatos. Este hecho sume a Murakami en una fuerte crisis de culpabilidad. El inspector Sato (Takashi Shimura), ayuda a Murakami a perseguir al ladrón de la pistola, el joven Yusa, un veterano de guerra al igual que Murakami, cuya elección de vida tras volver de la guerra es completamente opuesta.

Kurosawa trata continuamente sentimientos como la culpa o la comprensión a través de sus dos protagonistas. El inspector Sato, lejos de ser un hombre rígido con mano de hierro, es un hombre sensible, tranquilo y comprensivo, que ayuda en todo momento al impulsivo e inexperto Murakami. Murakami, por el contrario, es consumido con cada nuevo delito que comete Yusa. Ambos son jóvenes y vivieron la guerra y Murakami es consciente de que él tomó un camino pero pudo haber elegido el mismo que Yusa, pues la guerra es capaz de cambiar a cualquier hombre, lo que le hace tener cierta compasión por el delincuente. Kurosawa trata el film de manera sublime y muy efectiva, ya que el delincuente tan sólo tiene 7 balas, delimitando el tiempo de las acciones y el número máximo de crímenes que puede cometer antes de ser detenido.

El Maestro nos muestra a través de su lente la precariedad de la sociedad japonesa de la posguerra, una generación perdida y desamparada que no sabe que rumbo tomar pues el futuro es bien incierto debido al duro presente a través de Yusa. Murakami representa la figura del hombre perseverante que da su vida por conseguir sus objetivos, interpretada magistralmente por el gran Toshiro Mifune. También elogia las figuras del aprendiz que bebé de las lecciones de un gran y sabio maestro que enseña todo lo que aprendió durante su vida, como muestra el personaje interpretado por el maravilloso Takashi Shimura. Mientras que a través de la joven bailarina de la que Yusa está enamorado se nos muestra los anhelos de la juventud como el dinero, caprichos o ropa cara, que también muestra la americanización y la llegada del consumismo a Japón.

Como anécdota curiosa, el maravilloso travelling rodado por Ishiro Honda (amigo y principal ayudante de dirección de Akira Kurosawa en El Perro Rabioso) y su ayudante a través de un mercado negro real. Como en un lugar así no dejaban entrar a las cámaras de televisión ni de prensa, Ishiro Honda se vistió de Mifune y su ayudante rodó la secuencia metiendo la cámara en una caja. Es por eso que tan sólo se ve el personaje de Murakami de cintura para abajo, pero el resultado es excelente ya que la situación es completamente real. Esta toma, de unos 8 o 10 minutos, es espectacular, aunque larga, pero nos mete de lleno en la piel de Murakami, que no cesará de buscar al criminal pase lo que pase.

Escenas maravillosas hay muchas, pero la escena de la persecución de Yusa termina de una manera exquisita, con esa escena de lucha en el lodo en la que ambos jóvenes terminan completamente exhaustos, con Yusa engrilletado mirando la flora que le rodea mientras se escucha de fondo el canto de unos niños. Esta belleza poética que demuestra que Yusa jamás volverá a vivir en libertad, es sencillamente una genialidad.

El gran Kurosawa era un adelantado a su época, ya que tras la cruel y humillante derrota en la guerra debido a las bombas nucleares que lanzó EEUU en Hiroshima y Nagasaki, los nipones no podían ver a Occidente ni en pintura, pero Kurosawa bebía arte de todas partes y eso le hizo especial. Sabía narrar como japonés admirando a grandes artistas japoneses, pero su gran ídolo era John Ford, americano. Le fascinaba la literatura rusa, aunque también Shakespeare. Y como buen pintor que era, sentía admiración por Van Gohg, entre otros. Kurosawa bebía de todo y de todos los que pudieran enseñarle algo, porque los más grandes maestros son aquellos que buscan el aprendizaje todos los días de su vida. Y así es como nace un film de cine negro al estilo americano, muchísimo más detallado pues tiene la profundidad del estilo nipón y con el toque humanista de Kurosawa. El Perro Rabioso no es sólo una persecución de policías a ladrones, es una manera de entender lo que motiva a un ladrón de poca monta a cometer crímenes, o a una joven e inocente bailarina a aceptar a un criminal. Nos muestra como dos personas a la que les sucede algo similar toman dos caminos opuestos y se terminan encontrando en un mismo punto del camino. Nos enseña como es el maestro y como es el aprendiz, la calma frente a la impulsividad, la experiencia frente a la necesidad de aprender. Nos deja claro ese desamparo de las clases sociales más bajas con frases como "Las personas malas comen buena comida y visten trajes de lujo. Ellas son las triunfadoras". Si quieres ver buen cine, si quieres sentir, si quieres pensar, esta es una gran película.

Como siempre, gracias Maestro. Eres inmortal.
Jab
7 de diciembre de 2017 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho mucho antes de que Tarantino rodase la sobresaliente Pulp Fiction y la gente alucinase con su forma narrativa, Akira Kurosawa ya había rodado Rashomon en 1950. Al igual que mucho mucho antes de que Tarantino rodase Reservoir Dogs y la gente alucinase porque gran parte de la película se desarrollase en un garaje, Akira Kurosawa filmaba dentro de una casa paupérrima mayor porcentaje aún de rodaje, regalándonos Los bajos fondos.

Los bajos fondos se desarrolla en una casa paupérrima sin ningún tipo de lujos, si ya de por sí la cultura nipona era minimalista por aquella época, esta casa no tiene ni tan siquiera un una silla. La casa es propiedad de un matrimonio que alberga lo peor del ser humano en sus podridos corazones y sus inquilinos son un rebaño de ovejas descarriadas. Dentro del elenco tenemos a un joven ladrón, a un ex actor alcohólico y acabado, a una prostituta soñadora, a un artesano y a su mujer moribunda, un ex luchador, un supuesto ex samurái, a un jugador empedernido, a una confitera deslenguada, a un loco y a un hombre que perdió su negocio por la bebida.

Todos los personajes, venidos a menos por su mala cabeza, conviven en la casa de manera ociosa sin intención real de cambiar, hasta que un día se aloja un nuevo huésped. El nuevo huésped es un anciano peregrino, un viajero que dice buscar su lugar y pronto se hace hueco en cada uno de los hastiados corazones de los inquilinos. Porque si hay dos personajes que dan lecciones sobre la vida, son la mujer del artesano y el anciano, curiosamente, los dos que por naturales más cerca están de la muerte, una por su enfermedad y el otro por la edad.

El sabio anciano explica muy bien que ni todas las mentiras son malas, ni todas las verdades son buenas, pues es estúpido morir por verdades, así que da esperanzas de poder cambiar a cada uno de los miembros de este grupo caído en desgracia, teniendo palabras directas, adecuadas y amables para cada momento y personaje. Aunque este sabio anciano también oculta algo.

La película habla sobre todo de los placeres de la pobreza, cuyo mayor exponente es el de beber para olvidar la cruda realidad. También narra a la perfección lo difícil que es cambiar cuando uno está en los bajos fondos y desesperanzado, cuya única salida a veces es la muerte.

En esencia, es Kurosawa en estado puro. Las actuaciones son un poco teatrales, sin llegar a molestar. Los encuadres están muy bien logrados teniendo en cuenta que se ha rodado casi por completo dentro de una habitación, aprovechando los escasos momentos en los que salen al exterior para lucirse con encuadres mucho más potentes. La historia que nos presenta es sencilla, pero profunda. En un principio confusa por el alto contenido de personajes, pero según se desarrolla la película nos hace una muy buena presentación de cada uno de ellos sin perderse en trivialidades, siempre al grano con la esencia de cada uno. Y como siempre, grandes frases y película con gran moraleja, con un final desgarrador.

Un 8,5 para una gran película del maestro, imprescindible para posteriormente desarrollar una trama más compleja y elaborada en su mejor film, Barbarroja.

P.D. El anciano le dice al ex actor alcohólico "uno vive por lo que ama". Kurosawa amaba el cine y vivió lo suficiente como para vivir por ello. Gracias, Maestro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tiene momentos muy grandes y frases y diálogos para el recuerdo. Casi todos le pertenecen al sabio anciano y a la mujer moribunda. Citaré algunas porque podría escribir un spoiler bien largo si las cito todas.

Anciano

-El paraíso existe para aquellos que lo quieren (refiriéndose a aquellos que buscan el cambio).
-Vete lejos de aquí, cualquier lugar será mejor. Igual puedes ir al norte que al este (al ladrón, cuando le explica que cualquier lugar es mejor que donde se encuentra y haciendo lo que hace).
-Las mentiras no son siempre malas ni las verdades son siempre buenas. Es estúpido morir por verdades (no necesita de explicación).

Mujer moribunda

-De nada sirven los dulces cuando te estás muriendo (cuando le da a su asqueroso marido los dulces porque él trabaja y ella saber que va a morir).
-Eso es que les sobra salud (tras la pelea entre Osugi y Okayo, gran reflexión de alguien que no puede ni levantarse por sí misma).
-Nunca he comido hasta hartarme (en referencia a la vida tan triste que ha vivido).

Hay muchas más frases, pero me encantaron estos dos personajes. Dejaré una más, la del final, porque el final es muy bueno y significativo. El alcohólico, que finalmente sigue posponiendo su marcha a ese templo en la colina donde sanan a los alcohólicos, es consciente de que no cambiará jamás y se suicida. Entonces el irónico personaje que encarna al jugador empedernido dice:

-"Se ha quitado la vida para fastidiarnos la diversión. Que estúpido".

La verdad es que sólo existen dos tipos de personas para estas ovejas descarriadas, los vivos y los muertos. Y si estás vivo, tienes que divertirte y ahogar las penas, evadirte de la miserable realidad como bien se pueda. No llorarán por él, ni por nadie, pues dejaron hace mucho de llorar incluso por ellos mismos.
Jab
4 de agosto de 2017 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Cuando el cañón de un arma se aloja entre los dientes apenas se entienden las vocales...". Primer pensamiento de nuestro protagonista a una pregunta con el cañón de una pistola dentro de su boca. ¿Se puede empezar de una manera más interesante un film?. Pocas veces.

Violenta, pretenciosa, salvaje, fascista... estás son algunas críticas de los supuestos profesionales del cine, que imagino que viven muy cómodos en el salón de su casa con todo tipo de lujos y comodidades. ¿Hay algo más fascista que la publicidad que nos venden? ¿Hay algo que nos haga sentir más violentos que los corruptos que nos gobiernan, roban y subyugan? ¿Hay algo más salvaje que eliminar de nuestra conciencia que para que nosotros vivamos bien la mayoría del planeta debe de pagarlo? ¿Hay algo más pretencioso que decirle al mundo lo que está bien y lo que está mal? Esta película es un claro ejemplo de que también existe la corrupción en la crítica de cine. ¿Se pueden equivocar tantos críticos a la vez a la hora de valorarla? ¿Por qué a los espectadores nos apasiona y los críticos la infravaloran? ¿Por qué califican de notable o sobresaliente y nos recomiendan películas tan olvidables como La forma del agua?

El Club de la Lucha no es una película de pura violencia, ni de lucha ni de peleas. Se lucha contra el sistema que nos tiene a todos de rodillas y viendo desde el barro la vidorra que unos pocos se pegan a costa nuestra. Esa es su esencia. Es una bella ópera contra el consumismo, una película de diálogos afilados, densa como pocas pues de cada diálogo se puede hacer una análisis y muchos de ellos son para enmarcar. Nuestro protagonista no tiene nombre y no importa, es un pobre hombre con un empleo tan poco ético como atractivo que le proporciona un buen salario para meter bajo la alfombra la basura de sus carencias interiores comprando cosas materiales que nunca llegarán a saciarle. ("Antes ojeábamos pornografía, ahora ojeamos la colección de interiorismo" "¿Qué clase de vajilla definiría mi personalidad?")


Nuestro protagonista padece de insomnio y lo describe con un par de curiosas frases; "Cuando padeces de insomnio las cosas se distancian y todo parece la copia de una copia y de una copia...", "Cuando padeces insomnio nunca te duermes del todo y nunca estás del todo despierto." Vive entre la realidad y la imaginación, entre viajes de avión y trabajo, donde conoce a Tyler Durden, un pasajero con una personalidad arrolladora. En el mismo avión le regala un par de frases bastante afiladas mientras ven los panfletos de seguridad y el procedimiento de emergencia en caso de accidente; "¿Para que la salida de emergencia a 10.000 metros de altura. Ilusión de seguridad." "Aterrizaje de emergencia a 1000 km por hora. Caras inexpresivas, felices, como vacas hindúes". El otro personaje influyente es Marla Singer, otra oveja descarriada como el protagonista. Se conocen en las terapias para personas con enfermedades bien jodidas o terminales. Marla no valora su vida y no tiene apego por ella, pero tampoco el suficiente valor como para acabar con ella. El protagonista la describe así; "Marla, el pequeño rasguño en el cielo de la boca que cicatrizaría si pudieses dejar de irritarlo con la lengua, pero no puedes." "Si tuviese un tumor lo llamaría Marla".


Con este triángulo empieza el cambio de vida de nuestro protagonista, que terminará marcando a mucha gente. Junto a Tyler, crea el Club de la Lucha, un club de peleas clandestino formado por personas insatisfechas con la sociedad en la que viven, personas tristes que encuentran en el club un rayo de esperanza y un motivo por el que pelear (en todos los sentidos). Así lo describe Tyler "La publicidad nos hace desear coches y ropa, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión, nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados."


El Club de la Lucha evoluciona a la vez que sus integrantes y pronto las peleas clandestinas pasarán a un segundo plano. Con la apertura de más clubs en otros lugares comienza el nuevo proyecto del club, el Proyecto Mayhem o Proyecto Estragos. En esta parte de la historia los integrantes del club cometen actos vandálicos contra lo que se pretende pelear, lujos innecesarios, publicidad, televisión, políticos corruptos, una sociedad dormida, dependiente y obediente... y que culminará en un gran acto que es mejor que vea el propio espectador.

El final, puede ser perfectamente el mejor final de la historia del cine, acompañado con ese espectacular Where is my mind de The Pixies. Además es una película que necesita un mínimo de 2 visionados para llegar a comprenderla decentemente. Personalmente, la veo una vez al año porque me recuerda que de alguna manera hay que luchar porque siempre se puede y no hay excusas. La lucha de uno no cambiará el mundo, pero si cambiará el suyo propio y podrá dormir tranquilo por las noches. Esto es el Club de la Lucha señoras y señores, pues hay cosas más importantes que lo superfluo, como bien diría nuestro protagonista ; "Compadecía a los tipos que se amontonaban en gimnasios intentando tener el aspecto dictado por Calvin Klein o Tommy Hilfiger." O como bien diría el gran Tyler Durden; "No quiero morir sin tener cicatrices.".

Un 10 para una de las mejores películas de la historia del cine, digan lo que digan las críticas profesionales, porque dentro de 20 años, El Club de la Lucha será una película de culto, más aún, y siempre mejorará con el paso del tiempo.

P.D. Léanse el libro, es igual de impresionante y no le resta mérito a la obra que David Fincher nos regaló. Es más, aportará universo visual al best sellar del gran Chuck Palahniuk.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Frases para enmarcar a parte de las mencionadas en la crítica, bien por su fondo o bien por su inteligencia narrativa a la hora de verla después de haberla visto por primera vez. SI bien muchas pertenecen al libro, Fincher supo en todo momento que escoger del libro y que modificar para hacer su propia obra de arte y el resultado es el que tanto veneramos.

-Encontré la libertad, al perder la esperanza hallé la libertad.
-Cada noche moría y cada noche volvía a nacer, resucitaba.
-Aquella mujer, Marla Singer, no padecía cáncer de testículos
-Su mentira reflejaba la mía
-Cuando la gente cree que te estás muriendo es cuando realmente te escuchan, no hay que esperar tu turno para hablar.
-Esa es tu vida y se está acabando por minutos.
-Las personas que conozco en el avión son mis raciones individuales de amigos.
-El seguro de vida paga el triple si mueres en un viaje de negocios.
-Lo tenía todo, un buen equipo de música, un armario que rebosaba ropa de marca, estaba acercándome a la realización personal.
-¿Qué es un nórdico? ¿Por qué 2 tipos como nosotros sabemos eso? ¿Acaso resulta esencial para nuestra supervivencia en el sentido primitivo de la palabra? NO. Entonces, ¿qué somos? Consumidores. Asesinatos, delito, pobreza... son cosas que no me incumben. Pero si me interesan las revistas de famosos, un televisor con 500 canales, el nombre de alguien en mi ropa interior, crecepelo viagra... sucedáneos.
-Lo que posees acabará poseyéndote.
-Después de cada pelea todo lo que te ocurría tenía una importancia mínima.
-No puedo casarme, soy un niño de 30 años.
-Somos una generación de hombres criada por mujeres, me pregunto si otra mujer será la respuesta que necesitamos.
-Puedes tragarte medio litro de sangre antes de vomitar.
-Uno de los luchadores, Ricky, trabajaba en mi oficina y nunca se acordaba de si había que encargar bolígrafos azules o negros, pero durante 10 minutos Ricky fue un dios mientras le arreaba una paliza al maitre de un restaurante local.
-En ningún lugar te sentías tan vivo como allí, pero el club de la lucha existía sólo durante las horas que estaba abierto. Aunque hubiese podido decirle a alguien que había peleado bien no estaría hablando con el mismo hombre.
-Nadie me había follado así desde la escuela primaria.
-Únicamente cuando se pierde todo somos libres para actuar.
-Tyler vendía su jabón a grandes almacenes a 20 $ la pastilla. Dios sabe a cuánto lo venderían ellos, era maravilloso. Le revendíamos a las mujeres ricas sus propios culos celulíticos.
-El Club de la Lucha era mi obsequio y el de Tyler, nuestro obsequio al mundo.
-Provocar no es tan fácil, la mayoría de las personas normales harán lo que sea por evitar una pelea.
-Por alguna razón me acordé de mi primera pelea con Tyler.
-No sois vuestro trabajo, no sois vuestra cuenta corriente, no sois el coche que tenéis, no sois el contenido de vuestra cartera, no sois vuestros pantalones, sois la mierda cantante y danzante del mundo.
-Cloe ha muerto. Fue una jugada inteligente por su parte.
-¿Es Tyler mi pesadilla o soy yo la de Tyler?
-Siempre me encontraba un paso por detrás de Tyler.
-Si quieres una tortilla tienes que romper algunos huevos
-Me has conocido en un momento extraño de mi vida
Jab
21 de abril de 2017 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando comenzó la Era Tokugawa Japón había sido devastado por una guerra civil que duró más de un siglo. Ieyasu Tokugawa unificó Japón e impuso una estrecha dictadura en la que reino la paz durante casi dos siglos y medios salvo por algunos altercados aislados. Había sido un largo período de guerra en el cual los samurái habían proliferado mucho, estos míticos y hábiles guerreros que nacían por y para la guerra, adiestrados desde que tenían uso de razón para no temer a la muerte, siguiendo el estricto Código Bushido y dispuestos a morir por su señor. En época de paz y con todo el poder en sus manos, el clan Tokugawa abolió muchos clanes y muchos orgullosos samurái quedaron vagando por todo Japón, sin saber como ganarse la vida lejos del campo de batalla pues su única ocupación desde su nacimiento fue la guerra. Cuando un guerrero no puede guerrear muere su espíritu, como el de un pintor que no puede pintar.

En esta época y contexto se encuentra este maravilloso film en el que se critica la dureza del feudalismo japonés y la hipocresía reinante en la noble y privilegiada clase samurái. Mientras que los campesinos se mataban a trabajar para alimentar a los samurái, estos vivían una vida mucho más cómoda, pero al quedarse sin trabajo muchos samurái se dan cuenta de lo que es la vida del pobre, pero ellos aparte son miserables puesto que son despojados de su honor. En el film se ve el comienzo de la Era Tokugawa en la que no había guerras pero seguía habiendo samuráis, jóvenes aburguesados que seguirían un estricto código pero que jamás sabrían lo que es una batalla. Nuestro protagonista hace mención a esto último cuando dice "el arte de la espada que no ha sido probado en combate es como nadar en tierra".

El único verdadero samurái que se ve en la película es Tsugumo, que vivió por la espada hasta el final según dicta el código Bushido mientras que todos los demás que le juzgan a él y a su yerno son samuráis carentes de espíritu samurái. Como siempre en este mundo hipócrita, se tapan los hechos para que nadie sepa la verdad y termina reinando la hipocresía, saliendo ganando el poderoso y relegando al débil al olvido, todo para seguir manteniendo el privilegiado estatus de nobleza y los estómagos bien llenos con la ley del mínimo esfuerzo. Aquí a nadie le importa el prójimo, a nadie le importa la mentira, y casi 480 años más tarde la vida sigue igual, pero en vez de kimonos y katanas se llevan trajes y corbatas. Bravo Kobayashi, te luciste.
Jab
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