Ni en estos productos pierden los actores españoles, ni las actrices, claro, el sonsonete ese que hace adivinar que una película es española en cuanto abren la boca. Es curioso que el sonsonete no lo tienen los actores de doblaje.
Aparte de eso (no a parte, como dicen muchos ahora) un exceso de oscuridad, de sangraza, de ojos desorbitados de todos los locatis de los personajes convierten a "ésto" en algo casi grotesco. Espero que no se haya subvencionado.
Si yo fuera alcalde de Pedraza (precioso pueblo no merecedor de ser la localización del engendro) propondría declarar personas nongratas a Alex de la Iglesia, (también tiene guasa el apellido) y a toda la troupe.

Amigo Sin Escrúpulos me uno a ti. Ya somos por lo menos dos para que se perdone a la Sodoma cineasta en que vivimos. Ojalá leas tú mi critica.
No puedo comprender que esta estupidez haya sido tenida en cuenta para premios que no hayan sido los del argumento más loco, el guión más disparatado, las interpretaciones más malas, las teorías más seudocientificas, la música más estridente, las elipsis más bobas y el propósito más incomprensible, salvo el de epatar y sacar pasta.
Supongo que el niño de las escenas del aeropuerto será James, claro, siguiendo la lógica (??) de la trama.
Eso sí, el Bruce en su salsa. Lo que realmente le iría a este actor (???) sería la tomatina. Falla en una cosa, no logra que sepamos la marca de sus camisetas a pesar de lucirlas en todas sus actuaciones.¿Y el Pitt? Santo Dios, que forma de hacer el payaso y, además, mal.
Los doce monos es probable que existan, dos idearon el argumento, tres, borrachos, escribieron el guión, dos compusieron la música, tres hicieron el montaje y los restantes se personifican en los críticos (la mayoría) exquisitos y profundos como buenos monos.
¿Se ha perdido no ya el gusto cinematográfico, sino el gusto en general?

Entre rinocerontes, terroristas, diamantes y demás fauna se arma un lío descomunal con una fotografia que presenta una Ciudad del Cabo más bien fea.
Las interpretaciones son tirando a malas en especial la del tal Tzuki, el súper malo, que parece tener úlcera de estómago. El protagonista es soso como personaje y como actor.
Sigue spoiler narrativo.

Magnífica de ambientación y con actores formidables, es una serie importante por lo que describe y como lo hace, pero ocurre algo inexplicable: mientras la investigación de la desaparición de Mohamed es minuciosa y con toda clase de medios no hay nada sobre el asesinato previo de los TRES chicos judíos. Y en una serie judía aún se hace más raro el hecho.
Cómo solo llevo tres capítulos supongo - y espero- que se corrija esta anomalía, porque si no la serie se quedará coja.
Pues ya voy por el quinto y sigue igual, pero cada vez más leeenta hasta lo tortuguesco.
Si a eso añadimos que a todo quisque le paralizan las dudas (comenzando por el guionista, sospecho) la serie empieza a ser plomiza. Hay un personaje, el tal Abishai, que es el más bobo e irritante que jamás he visto en el cine.
Aguantaré un capítulo más y quizás me vaya al último a ver si pasa algo por fin.

... da ver como nos trata el tiempo.
Redford está creíble pues siempre ha sido un buen actor además de guapo, aunque ahora parece aún más viejo de lo que es.
Lo malo es que el personaje es tan invencible, irónico y burlón que acaba por irritar. No niego que existiera pero en la pantalla no resulta verosímil. Y a su lado Cassey Afleck se aburre y aburre.