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7,3
65.952
8
18 de julio de 2016
18 de julio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quentin Tarantino ha anunciado ya en muchas ocasiones que tan solo realizará diez películas (aunque cuenta Kill Bill 1 y 2 como una sola). The Hateful Eight o, Los Odiosos Ocho, (uno añora aquellos tiempos en los que todavía se conservaban al menos en original los títulos de sus películas), es ya su octavo film, y él mismo se encarga de recalcarlo bien claro en sus característicos créditos amarillos iniciales.
Si cada nueva película de Tarantino crea de forma automática una enorme expectación desde sus éxitos iniciales a principios de los años 90, lo cierto es que con este retiro anunciado logra que sus cuantiosos fans empiecen a visualizar cada uno de sus nuevos films todavía más predispuestos a disfrutarlo al máximo. Un buen marketing.
The Hateful Eight nos traslada al siglo XIX, pocos años tras la Guerra de Secesión, envueltos en el invernal paisaje blanco de Wyoming. Si en su anterior película, Django desencadenado, la historia se desarrollaba antes de dicha guerra civil y plasmaba la lucha racial existente, en ésta deja bien claro que el problema perduró tras la guerra.
Tarantino es indudablemente un magnífico director de actores, y en esta ocasión vuelve a sacar lo mejor de un colosal reparto de actores, quienes encarnan a ocho personajes que, refugiándose de una enorme ventisca, terminan bajo el mismo techo en una posada. La desconfianza entre todos ellos reina en el local. Sin pretender desgranar más sobre el argumento, sino tan solo plasmar el punto de partida, nuestros variopintos protagonistas llegan a dicha posada en una diligencia, tras unos tensos encuentros en mitad del camino. Clara referencia cinematográfica a La diligencia de John Ford.
Tarantino siempre ha tenido una gran pasión hacia los westerns, y a pesar de que la película no termina de ser del todo un western, si que toma la esencia de los mismos y lo combina con una gran dosis de thriller con buenos toques de humor negro. A mi parecer toma como clara referencia a Sergio Leone para su larga y lenta presentación de personajes, al puro estilo de Once upon a time in the west, e igual que en éste, va cociendo la trama de la película a fuego lento, utilizando para ello sus característicos capítulos. Y además, el habitual cameo de Tarantino llega en esta ocasión en forma de voz en off, narrando la historia.
La fórmula que utiliza esta vez el prestigioso director es el de Agatha Christie: ¿Quién lo hizo? ¿Quién es realmente quién dice ser? Y construye en torno a este suspense unos ingeniosos diálogos, marca de la casa. La película en sí es muy teatral, sucediendo gran parte de la historia en la posada antemencionada.
Si algo cabe destacar, es la portentosa e intrigante puesta en escena; sencillamente magistral gracias en parte a la música del maestro Ennio Morricone quien termina de lograr el efecto envolvente y absorbente de las imágenes de Tarantino, con un genial in crescendo final. A pesar de que la música del célebre compositor italiano no es utilizada demasiado a lo largo de la cinta, en los momentos en que suenan sus partituras uno queda realmente fascinado. Y su banda sonora ya ha sido merecidamente premiada.
Por otro lado, cabe destacar que la película ha sido rodada en 70 mm., con Ultra Panavision 70, logrando con ello un ratio de aspecto 2.76:1, es decir, una enorme panorámica, con además mucha nitidez de imagen. La última película que se había rodado con estas cámaras fue Kartum en 1966. Esto ha ocasionado que muy pocos cines en el mundo puedan proyectar The Hateful Eight en 70mm., por ello Tarantino ha programado una versión roadshow 70mm de estreno limitado a determinadas salas con metraje adicional.
The Hateful Eight es quizá una de las películas más especiales en la cuasi perfecta filmografía de Tarantino; un western íntimo y lleno de suspense, una gran obra teatral sustentada en sus buenos diálogos y narrativa así como en las geniales interpretaciones de los carismáticos personajes. Algunos fans quizás echen de menos algo más de acción, pero lo cierto es que escenas gamberras de extremada violencia no faltan. Se trata en cualquier caso de una película muy entretenida, que no se hace para nada larga a pesar de su alargado metraje. Una película de combustión lenta, que tras visionarla, va dejando cada vez un mejor regusto en la memoria transcurridos unos días.
Finalmente, una mención especial para Samuel L. Jackson, para quien Tarantino ha vuelto a crear un personaje carismático y a rebosar de estilo. En definitiva, otra película de Tarantino, recomendable de ver.
https://revista.tviso.com/the-hateful-eight-tarantino/
Si cada nueva película de Tarantino crea de forma automática una enorme expectación desde sus éxitos iniciales a principios de los años 90, lo cierto es que con este retiro anunciado logra que sus cuantiosos fans empiecen a visualizar cada uno de sus nuevos films todavía más predispuestos a disfrutarlo al máximo. Un buen marketing.
The Hateful Eight nos traslada al siglo XIX, pocos años tras la Guerra de Secesión, envueltos en el invernal paisaje blanco de Wyoming. Si en su anterior película, Django desencadenado, la historia se desarrollaba antes de dicha guerra civil y plasmaba la lucha racial existente, en ésta deja bien claro que el problema perduró tras la guerra.
Tarantino es indudablemente un magnífico director de actores, y en esta ocasión vuelve a sacar lo mejor de un colosal reparto de actores, quienes encarnan a ocho personajes que, refugiándose de una enorme ventisca, terminan bajo el mismo techo en una posada. La desconfianza entre todos ellos reina en el local. Sin pretender desgranar más sobre el argumento, sino tan solo plasmar el punto de partida, nuestros variopintos protagonistas llegan a dicha posada en una diligencia, tras unos tensos encuentros en mitad del camino. Clara referencia cinematográfica a La diligencia de John Ford.
Tarantino siempre ha tenido una gran pasión hacia los westerns, y a pesar de que la película no termina de ser del todo un western, si que toma la esencia de los mismos y lo combina con una gran dosis de thriller con buenos toques de humor negro. A mi parecer toma como clara referencia a Sergio Leone para su larga y lenta presentación de personajes, al puro estilo de Once upon a time in the west, e igual que en éste, va cociendo la trama de la película a fuego lento, utilizando para ello sus característicos capítulos. Y además, el habitual cameo de Tarantino llega en esta ocasión en forma de voz en off, narrando la historia.
La fórmula que utiliza esta vez el prestigioso director es el de Agatha Christie: ¿Quién lo hizo? ¿Quién es realmente quién dice ser? Y construye en torno a este suspense unos ingeniosos diálogos, marca de la casa. La película en sí es muy teatral, sucediendo gran parte de la historia en la posada antemencionada.
Si algo cabe destacar, es la portentosa e intrigante puesta en escena; sencillamente magistral gracias en parte a la música del maestro Ennio Morricone quien termina de lograr el efecto envolvente y absorbente de las imágenes de Tarantino, con un genial in crescendo final. A pesar de que la música del célebre compositor italiano no es utilizada demasiado a lo largo de la cinta, en los momentos en que suenan sus partituras uno queda realmente fascinado. Y su banda sonora ya ha sido merecidamente premiada.
Por otro lado, cabe destacar que la película ha sido rodada en 70 mm., con Ultra Panavision 70, logrando con ello un ratio de aspecto 2.76:1, es decir, una enorme panorámica, con además mucha nitidez de imagen. La última película que se había rodado con estas cámaras fue Kartum en 1966. Esto ha ocasionado que muy pocos cines en el mundo puedan proyectar The Hateful Eight en 70mm., por ello Tarantino ha programado una versión roadshow 70mm de estreno limitado a determinadas salas con metraje adicional.
The Hateful Eight es quizá una de las películas más especiales en la cuasi perfecta filmografía de Tarantino; un western íntimo y lleno de suspense, una gran obra teatral sustentada en sus buenos diálogos y narrativa así como en las geniales interpretaciones de los carismáticos personajes. Algunos fans quizás echen de menos algo más de acción, pero lo cierto es que escenas gamberras de extremada violencia no faltan. Se trata en cualquier caso de una película muy entretenida, que no se hace para nada larga a pesar de su alargado metraje. Una película de combustión lenta, que tras visionarla, va dejando cada vez un mejor regusto en la memoria transcurridos unos días.
Finalmente, una mención especial para Samuel L. Jackson, para quien Tarantino ha vuelto a crear un personaje carismático y a rebosar de estilo. En definitiva, otra película de Tarantino, recomendable de ver.
https://revista.tviso.com/the-hateful-eight-tarantino/

7,3
49.164
7
18 de julio de 2016
18 de julio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spotlight es una de esas películas en las que la importancia de su contenido o temática se sobreponen a las formas. Un poco al estilo de Costa-Gavras, uno de los cineastas por antonomasia del cine crítico, de denuncia social y política.
La película, basada en hechos reales, nos plasma un periodismo comprometido por sacar a la luz la verdad, y sin ninguna atadura, ya sea ideológica, empresarial o estatal, para destapar los escándalos que azotan a nuestra sociedad. El verdadero periodismo independiente necesario, que por desgracia escasea cada vez más.
En el 2006, Amy Berg realizó un documental, Líbranos del mal (Deliver Us From Evil), sobre los escándalos sexuales de la Iglesia Católica en Estados Unidos, descubriendo que la jerarquía de la Iglesia urdió un elaborado plan para enmascarar sus delitos y desacreditar a sus acusadores mientras trasladaban al padre O’Grady de parroquia en parroquia, y fue nominado al Oscar a mejor documental.
Spotlight se centra en la misma temática, pero en forma de drama periodístico, siguiendo a un equipo de reporteros del Boston Globe, que destapó los escándalos de pederastia cometidos durante décadas por los curas de Massachussets. Y de hecho, ganaron un Premio Pulitzer gracias a su enorme labor de investigación y cuantiosos reportajes.
El reparto de actores que da vida a los personajes lo encabezan Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery y Stanley Tucci, y hay que decir que sus magníficas interpretaciones son uno de los puntos fuertes del film.
Durante la película, sale a colación el tema de los centros de tratamiento de la Iglesia Católica, en los cuales dicha institución separa e interna temporalmente a algunos curas pederastras que han sido descubiertos, bajo supuesta baja médica normalmente. Por ello resulta imposible no recomendar visionar también, a modo complementario con la dura temática en cuestión, la última película de Pablo Larraín: El Club, una de las mejores películas del 2015, que se centra precisamente en uno de estos peculiares centros.
Volviendo a Spotlight, cabe destacar por otro lado su preciso guión: una construcción de la historia de forma sencilla pero efectiva, que logra mantener en todo momento la intensidad. La historia está contada con una muy buena narrativa, llena de ritmo y suspense, y que logra que un tema duro pero importante como el que trata resulte absorbente.
Hay una frase en la película de gran importancia, que quiero destacar:
Si educar a un niño es un esfuerzo colectivo, abusar de él también lo es.
La Iglesia Católica es una institución que maneja el tiempo en siglos, y que por desgracia, hoy en día sigue teniendo un enorme poder en muchos Estados, llegando a poder interferir incluso en los organismos estatales. Su poder de difamación contra quien intenta sacar a la luz la verdad sobre sus asuntos turbios, es escalofriante. Por ello la importancia de sacar un reportaje a prueba de balas, tal y como hizo el Boston Globe en el 2002.
Y ver dicho proceso, gracias al compromiso del film con la profesionalidad y entrega de sus protagonistas, y descubrir de sus manos la magnitud de los extendidos escándalos de pederastia y el subsiguiente encubrimiento dentro de la Iglesia Católica, merece mucho la pena.
Spotlight es una de esas películas necesarias, llena de buenos valores cinematográficos, y que debería de convertirse en una cinta obligatoria en universidades de periodismo.
En todo caso, una de las pegas del film, por el cual no termina de ser una película redonda, es la falta de conexión por parte del espectador con los personajes del film, que son poco desarrollados durante el metraje. A pesar de los magníficos actores y sus buenas interpretaciones, no conectamos emocionalmente con ellos; tan solo lo hacemos con la historia que es sensible de por si.
https://revista.tviso.com/spotlight-la-fuerza-del-periodismo-sin-ataduras/
La película, basada en hechos reales, nos plasma un periodismo comprometido por sacar a la luz la verdad, y sin ninguna atadura, ya sea ideológica, empresarial o estatal, para destapar los escándalos que azotan a nuestra sociedad. El verdadero periodismo independiente necesario, que por desgracia escasea cada vez más.
En el 2006, Amy Berg realizó un documental, Líbranos del mal (Deliver Us From Evil), sobre los escándalos sexuales de la Iglesia Católica en Estados Unidos, descubriendo que la jerarquía de la Iglesia urdió un elaborado plan para enmascarar sus delitos y desacreditar a sus acusadores mientras trasladaban al padre O’Grady de parroquia en parroquia, y fue nominado al Oscar a mejor documental.
Spotlight se centra en la misma temática, pero en forma de drama periodístico, siguiendo a un equipo de reporteros del Boston Globe, que destapó los escándalos de pederastia cometidos durante décadas por los curas de Massachussets. Y de hecho, ganaron un Premio Pulitzer gracias a su enorme labor de investigación y cuantiosos reportajes.
El reparto de actores que da vida a los personajes lo encabezan Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery y Stanley Tucci, y hay que decir que sus magníficas interpretaciones son uno de los puntos fuertes del film.
Durante la película, sale a colación el tema de los centros de tratamiento de la Iglesia Católica, en los cuales dicha institución separa e interna temporalmente a algunos curas pederastras que han sido descubiertos, bajo supuesta baja médica normalmente. Por ello resulta imposible no recomendar visionar también, a modo complementario con la dura temática en cuestión, la última película de Pablo Larraín: El Club, una de las mejores películas del 2015, que se centra precisamente en uno de estos peculiares centros.
Volviendo a Spotlight, cabe destacar por otro lado su preciso guión: una construcción de la historia de forma sencilla pero efectiva, que logra mantener en todo momento la intensidad. La historia está contada con una muy buena narrativa, llena de ritmo y suspense, y que logra que un tema duro pero importante como el que trata resulte absorbente.
Hay una frase en la película de gran importancia, que quiero destacar:
Si educar a un niño es un esfuerzo colectivo, abusar de él también lo es.
La Iglesia Católica es una institución que maneja el tiempo en siglos, y que por desgracia, hoy en día sigue teniendo un enorme poder en muchos Estados, llegando a poder interferir incluso en los organismos estatales. Su poder de difamación contra quien intenta sacar a la luz la verdad sobre sus asuntos turbios, es escalofriante. Por ello la importancia de sacar un reportaje a prueba de balas, tal y como hizo el Boston Globe en el 2002.
Y ver dicho proceso, gracias al compromiso del film con la profesionalidad y entrega de sus protagonistas, y descubrir de sus manos la magnitud de los extendidos escándalos de pederastia y el subsiguiente encubrimiento dentro de la Iglesia Católica, merece mucho la pena.
Spotlight es una de esas películas necesarias, llena de buenos valores cinematográficos, y que debería de convertirse en una cinta obligatoria en universidades de periodismo.
En todo caso, una de las pegas del film, por el cual no termina de ser una película redonda, es la falta de conexión por parte del espectador con los personajes del film, que son poco desarrollados durante el metraje. A pesar de los magníficos actores y sus buenas interpretaciones, no conectamos emocionalmente con ellos; tan solo lo hacemos con la historia que es sensible de por si.
https://revista.tviso.com/spotlight-la-fuerza-del-periodismo-sin-ataduras/

6,3
18.829
8
18 de julio de 2016
18 de julio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El prestigioso director manchego regresa a nuestras pantallas con su nuevo film, Julieta, volviendo al registro melodramático (aunque se acerca más al drama en esta ocasión, tal y como defiende el mismo Almodóvar), tras sus incursiones en el thriller psicológico con La piel que habito (2011) y el regreso a los orígenes de sus comedias alocadas mediante Los amantes pasajeros (2013).
Julieta es probablemente una de las mejores películas en la filmografía de Almodóvar, y en cualquier caso, la más madura.
Julieta supone un viaje introspectivo al pasado. Emma Suárez y Adriana Ugarte -gran trabajo interpretativo por parte de las dos actrices- encarnan ambas a Julieta, en dos momentos temporales distintos, con una diferencia de unos 30 años. Cabe destacar la escena en la que se relevan, resuelto de forma tan sutil como inteligente, y creando una dura y a la vez bella metáfora sobre el paso del tiempo.
Los fantasmas del pasado vuelven a aflorar en la vida de Julieta de pronto, y ésta se ve en la necesidad de poner por escrito todo lo sucedido en la vida de su hija, desde el día en que conoció a su padre, Xoan, durante un viaje en tren. Con este recurso narrativo, vamos indagando en las cicatrices del pasado de Julieta.
La película cuenta con un preciso guión -que hace una adaptación libre de los relatos “Destino”, “Pronto” y “Silencio” de la Premio Nobel de literatura canadiense Alice Munro-, y una de sus virtudes es precisamente su buen ritmo narrativo. Todo está perfectamente hilado, y Almodóvar logra adentrar al espectador, sin necesidad de sensacionalismos ni giros de guión alocados, en una dura historia de culpa y redención, narrada con gran sensibilidad pero también con contención.
“Tu ausencia llena por completo mi vida, y la destruye.”
Como es habitual, el director manchego utiliza como color principal en su expresiva paleta de colores, el rojo, que predomina a lo largo de todo el largometraje, seguido del azul. La estética está cuidada al milímetro, y hay composiciones verdaderamente bellas. Tiene una gran presencia el mar, el cual emplea a su vez para algunas metáforas.
Julieta es básicamente una película sobre el dolor, la pérdida, la culpa, y principalmente el silencio. Como anécdota, la película iba a llamarse de hecho Silencio, pero debido a que Martin Scorsese se hallaba ya rondando su nuevo film con el mismo título, Silence, Almodóvar se vio obligado a cambiarlo.
Con Julieta, Almodóvar regresa con un drama serio y contenido, y con un estilo renovado.
“Quise que viviéramos lejos de la culpa. Y a pesar de mi silencio, te la contagié como un virus”.
https://revista.tviso.com/julieta/
Julieta es probablemente una de las mejores películas en la filmografía de Almodóvar, y en cualquier caso, la más madura.
Julieta supone un viaje introspectivo al pasado. Emma Suárez y Adriana Ugarte -gran trabajo interpretativo por parte de las dos actrices- encarnan ambas a Julieta, en dos momentos temporales distintos, con una diferencia de unos 30 años. Cabe destacar la escena en la que se relevan, resuelto de forma tan sutil como inteligente, y creando una dura y a la vez bella metáfora sobre el paso del tiempo.
Los fantasmas del pasado vuelven a aflorar en la vida de Julieta de pronto, y ésta se ve en la necesidad de poner por escrito todo lo sucedido en la vida de su hija, desde el día en que conoció a su padre, Xoan, durante un viaje en tren. Con este recurso narrativo, vamos indagando en las cicatrices del pasado de Julieta.
La película cuenta con un preciso guión -que hace una adaptación libre de los relatos “Destino”, “Pronto” y “Silencio” de la Premio Nobel de literatura canadiense Alice Munro-, y una de sus virtudes es precisamente su buen ritmo narrativo. Todo está perfectamente hilado, y Almodóvar logra adentrar al espectador, sin necesidad de sensacionalismos ni giros de guión alocados, en una dura historia de culpa y redención, narrada con gran sensibilidad pero también con contención.
“Tu ausencia llena por completo mi vida, y la destruye.”
Como es habitual, el director manchego utiliza como color principal en su expresiva paleta de colores, el rojo, que predomina a lo largo de todo el largometraje, seguido del azul. La estética está cuidada al milímetro, y hay composiciones verdaderamente bellas. Tiene una gran presencia el mar, el cual emplea a su vez para algunas metáforas.
Julieta es básicamente una película sobre el dolor, la pérdida, la culpa, y principalmente el silencio. Como anécdota, la película iba a llamarse de hecho Silencio, pero debido a que Martin Scorsese se hallaba ya rondando su nuevo film con el mismo título, Silence, Almodóvar se vio obligado a cambiarlo.
Con Julieta, Almodóvar regresa con un drama serio y contenido, y con un estilo renovado.
“Quise que viviéramos lejos de la culpa. Y a pesar de mi silencio, te la contagié como un virus”.
https://revista.tviso.com/julieta/
Documental

7,9
54
9
1 de junio de 2015
1 de junio de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra maestra. A través de la trayectoria de este genio ilustrador/artista, se aprovecha para tratar como telón de fondo aspectos de la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Vietnam, las revoluciones de EEUU, etc. La obra de Tomi Ungerer es impresionante, este documental te permite acceder a ella y conocer de primera mano a dicho autor; totalmente recomendable.

7,4
13.705
8
23 de febrero de 2014
23 de febrero de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que notable opera prima de Danis Tanovic. Mordaz y perspicaz crítica de la guerra de Bosnia, así como de la "intervención" de la ONU con sus cascos azules, en clave de humor negro. -"Eh, mira mira! Ya llegan los pitufos!".
Una película dura, pero que sabe combinar el humor a la perfección. Una denuncia demoledora no sólo de la guerra, sino también de la política y los medios de comunicación.
Su buen guion y las buenas interpretaciones, le valieron bastantes premios a la película. Si os gusta ésta película, recomiendo ver también su última: "Un episodio en la vida de un chatarrero".
Una película dura, pero que sabe combinar el humor a la perfección. Una denuncia demoledora no sólo de la guerra, sino también de la política y los medios de comunicación.
Su buen guion y las buenas interpretaciones, le valieron bastantes premios a la película. Si os gusta ésta película, recomiendo ver también su última: "Un episodio en la vida de un chatarrero".
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