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7
1 de septiembre de 2020
1 de septiembre de 2020
50 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo cómo me impactó la frase publicitaria de la primera Pesadilla en Elm Street: por primera vez una cámara filma el interior de una pesadilla. Pues esta frase podría aplicarse 100 % a Come True.
Desde hace tiempo, Sarah tiene severos problemas para dormir. Para intentar remediarlo, participará en un estudio enfocado a analizar estas dolencias y buscar soluciones, pero hay intereses ocultos tras el experimento y las pesadillas que moran en los sueños de Sarah son la clave que estaban buscando.
Extraño que con apenas unos meses de diferencia han surgido dos películas acerca de los problemas del sueño, Awoken de Daniel J. Phillips y Come True, pero su tratamiento es diametralmente opuesto: la primera es tramposa, llena de ruido y deja una sensación agridulce; por el contrario, aunque vaya por delante que no es perfecta, la película de Anthony Scott Burns está repleta de imágenes oníricas, golpes de guion y un ritmo interno que a más de uno irritará.
En su película anterior, Our House, Scott Burns ya mostraba algunas de sus constantes: pocos personajes, una historia pequeña, el uso de la tecnología para encontrar soluciones; en Come True, Anthony Scott Burns se convierte en un hombre del renacimiento y dirige, produce, escribe, monta, colabora en la música… Tal vez por ello Come True tiene una cualidad única, que para mí la emparenta con Phantasm de Don Coscarelli: el tono onírico, la fractura entre realidad y fantasía, unos personajes inexistentes pero necesarios, su estructura caótica – a veces caprichosa – donde lo que menos importa es la historia. En esta película no hay que intentar buscar lógica sino dejarse llevar porque encontraremos imágenes muy potentes, situaciones delirantes, todo aderezado por la música de Electric Youth y PIlotpriest que ayudan a potenciar todo ese elemento onírico.
El casting funciona bien para lo que realmente busca Scott Burns, apenas son cinco personajes – y solo tres de ellos tienen importancia – destacando el rostro sugerente y personal de Julia Sarah Stone, seguido por Landon Liborion y atención a la presencia hipnótica – sobre todo por esas gafas tan de los setenta – de Christopher Heaththerington como el Dr. Meyer, un personaje que parece salido de esas primeras películas de David Cronemberg.
He dejado para este párrafo los peros que le pongo a Come True, y más que peros son cuestiones personales, como la extrañeza que producen algunos momentos, el tiempo que se toma el director para mostrar las cartas, la inclusión de ese momento videoclip muy años ochenta que parece más un capricho de director que necesario para la historia, y sobre todo la irregularidad del conjunto porque hay grandes momentos y otros anodinos que no hacen avanzar la historia. Me reservo para cerrar este párrafo el giro final, un gran salto de fe que te hará entender mejor la película o, quien sabe, rechazarla de pleno.
Come True es una experiencia sensorial en toda regla, así que dale una oportunidad y déjate fluir con el sueño. Y cuando termine la película, a ver si piensas igual que yo: es así como debería ser un remake/reboot de A Nightmare On Elm Street… Desde aquí te lanzo el guante, Anthony Scott Burns.
https://www.terrorweekend.com/2020/09/come-true-review.html
Desde hace tiempo, Sarah tiene severos problemas para dormir. Para intentar remediarlo, participará en un estudio enfocado a analizar estas dolencias y buscar soluciones, pero hay intereses ocultos tras el experimento y las pesadillas que moran en los sueños de Sarah son la clave que estaban buscando.
Extraño que con apenas unos meses de diferencia han surgido dos películas acerca de los problemas del sueño, Awoken de Daniel J. Phillips y Come True, pero su tratamiento es diametralmente opuesto: la primera es tramposa, llena de ruido y deja una sensación agridulce; por el contrario, aunque vaya por delante que no es perfecta, la película de Anthony Scott Burns está repleta de imágenes oníricas, golpes de guion y un ritmo interno que a más de uno irritará.
En su película anterior, Our House, Scott Burns ya mostraba algunas de sus constantes: pocos personajes, una historia pequeña, el uso de la tecnología para encontrar soluciones; en Come True, Anthony Scott Burns se convierte en un hombre del renacimiento y dirige, produce, escribe, monta, colabora en la música… Tal vez por ello Come True tiene una cualidad única, que para mí la emparenta con Phantasm de Don Coscarelli: el tono onírico, la fractura entre realidad y fantasía, unos personajes inexistentes pero necesarios, su estructura caótica – a veces caprichosa – donde lo que menos importa es la historia. En esta película no hay que intentar buscar lógica sino dejarse llevar porque encontraremos imágenes muy potentes, situaciones delirantes, todo aderezado por la música de Electric Youth y PIlotpriest que ayudan a potenciar todo ese elemento onírico.
El casting funciona bien para lo que realmente busca Scott Burns, apenas son cinco personajes – y solo tres de ellos tienen importancia – destacando el rostro sugerente y personal de Julia Sarah Stone, seguido por Landon Liborion y atención a la presencia hipnótica – sobre todo por esas gafas tan de los setenta – de Christopher Heaththerington como el Dr. Meyer, un personaje que parece salido de esas primeras películas de David Cronemberg.
He dejado para este párrafo los peros que le pongo a Come True, y más que peros son cuestiones personales, como la extrañeza que producen algunos momentos, el tiempo que se toma el director para mostrar las cartas, la inclusión de ese momento videoclip muy años ochenta que parece más un capricho de director que necesario para la historia, y sobre todo la irregularidad del conjunto porque hay grandes momentos y otros anodinos que no hacen avanzar la historia. Me reservo para cerrar este párrafo el giro final, un gran salto de fe que te hará entender mejor la película o, quien sabe, rechazarla de pleno.
Come True es una experiencia sensorial en toda regla, así que dale una oportunidad y déjate fluir con el sueño. Y cuando termine la película, a ver si piensas igual que yo: es así como debería ser un remake/reboot de A Nightmare On Elm Street… Desde aquí te lanzo el guante, Anthony Scott Burns.
https://www.terrorweekend.com/2020/09/come-true-review.html

6,0
4.088
8
15 de abril de 2014
15 de abril de 2014
40 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es de las de sentarse en el cine con palomitas y salir de mejor humor del que tenías al entrar. Hará las delicias tanto de los que disfrutaron del primer Zombis Nazis como de los que no (y yo me incluyo entre los segundos).
La película empieza justo donde acaba la primera, y digamos que continúa el enfrentamiento entre los humanos y los zombis nazis, esta vez contando con la ayuda de un escuadrón antizombi americano y un ejército de zombis comunistas. Tampoco quiero contar más porque, aunque el argumento sea simplón, tiene giros y sorpresas muy divertidos que son dignos de disfrutar sin conocerlos.
En cuanto al tono de la película, esta demuestra un sentido del humor increíble, no hay ni una sola escena que no esté libre de ironía, humor negro, slapstick o, directamente, salvajadas tan animales que te ríes solo de imaginártelas en la vida real. Y es que las burradas están a la orden del día, nadie está a salvo de morir de la peor mejor forma que uno se imagine. Niños, abuelitos, madres, bebés... ¡Bienvenidos al holocausto nazizombi!
Y es que Tommy Wirkola parece haber aprendido mucho en este tiempo. Se olvida de escenas de relleno y, gracias supongo a un presupuesto más holgado, empapa de acción, dinamismo y ritmo todo el largometraje, no permite descansar en ningún momento porque puedes perderte algún desmembramiento o pelea. También destacar el uso más cachondo y emotivo de la canción de Bonnie Tyler "Total Eclipse Of The Heart". Brutal.
En resumen, cojan el chubasquero, entren en la sala y prepárense para esta épica batalla llena de humor y locura.
Atentos a los créditos finales que tienen una pequeña escena final.
http://www.terrorweekend.com/2014/04/dead-snow-red-vs-dead-review.html
La película empieza justo donde acaba la primera, y digamos que continúa el enfrentamiento entre los humanos y los zombis nazis, esta vez contando con la ayuda de un escuadrón antizombi americano y un ejército de zombis comunistas. Tampoco quiero contar más porque, aunque el argumento sea simplón, tiene giros y sorpresas muy divertidos que son dignos de disfrutar sin conocerlos.
En cuanto al tono de la película, esta demuestra un sentido del humor increíble, no hay ni una sola escena que no esté libre de ironía, humor negro, slapstick o, directamente, salvajadas tan animales que te ríes solo de imaginártelas en la vida real. Y es que las burradas están a la orden del día, nadie está a salvo de morir de la peor mejor forma que uno se imagine. Niños, abuelitos, madres, bebés... ¡Bienvenidos al holocausto nazizombi!
Y es que Tommy Wirkola parece haber aprendido mucho en este tiempo. Se olvida de escenas de relleno y, gracias supongo a un presupuesto más holgado, empapa de acción, dinamismo y ritmo todo el largometraje, no permite descansar en ningún momento porque puedes perderte algún desmembramiento o pelea. También destacar el uso más cachondo y emotivo de la canción de Bonnie Tyler "Total Eclipse Of The Heart". Brutal.
En resumen, cojan el chubasquero, entren en la sala y prepárense para esta épica batalla llena de humor y locura.
Atentos a los créditos finales que tienen una pequeña escena final.
http://www.terrorweekend.com/2014/04/dead-snow-red-vs-dead-review.html

5,6
3.847
7
14 de noviembre de 2020
14 de noviembre de 2020
38 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que una película no aporte ninguna sorpresa, novedad o algo que la diferencie del resto de films de temática similar tiene su parte positiva y negativa. En el lado bueno, por así decirlo, está que el espectador ya sabe lo que va a ver. Por ejemplo, a los fans de la acción les fastidia bastante que se introduzcan elementos filosóficos, esotéricos o cualquier otra mandanga. En la parte no tan buena tenemos aquellos que siempre andan buscando alguna cosa de la que poder alardear o discutir con otro. Son los que, poniendo el ejemplo anterior, tras las hostias como panes buscan algún mensaje.
Alone es un survival, así de simple, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Me diréis “a mí me gustan los survivals”, maravilloso, te lo pasarás en grande ya que es una cinta perfecta, con una trama simple pero efectiva, una heroína dura de roer, un psicópata con algún chocante rasgo y unas localizaciones que quitan el hipo.
Jessica acaba de enviudar. Para huir de su pasado decide emprender un largo viaje por carretera a través de Oregon. Pronto se verá acosada en la misma ruta por un hombre con no muy buenas intenciones que la acabará secuestrando. A partir de aquí se produce la lucha por la supervivencia, en la cual cada uno luchará por sus objetivos.
John Hyams es un director que alterna el cine y la televisión ofreciéndonos esta vez una gozada visual ejecutada con decisión y mucha soltura. La envoltura y el fantástico ritmo con el que está rodada, hace que nos olvidemos de la falta de sorpresa, por llamarlo de alguna manera.
El guion, a cargo de Mattias Olsson (codirector y guionista de Gone, película sueca de la que Alone es remake) es algo lineal, en línea, valga la redundancia, con lo que estamos acostumbrados a ver en films de estas características. De todas maneras destacar que no chirría en ningún momento, es decir que no nos tenemos que tragar ningún sapo para llegar al final. Al contrario, tiene la exactitud de un reloj, sin omitir en ningún momento acción y mucho suspense, que hará que nos quedemos enganchados a la pantalla en toda su duración.
En el apartado técnico destacar la excelente fotografía a cargo de Federico Verardi, que tiene que lidiar entre unos exteriores de ensueño, y unos interiores algo escasos pero oscuros y tenebrosos. En ambas situaciones se mueve como pez en el agua, contribuyendo a que Alone alcance altas cotas de calidad.
El apartado interpretativo pronto lo tenemos resuelto. Encabeza el elenco una gran Jules Willcox en el papel de Jessica. Su físico se aparta un poco de las tradicionales sufridoras, pero por eso mismo la credibilidad que da a su personaje es para enmarcar. Le secunda como acosador, o como le queráis llamar, Marc Menchaca. Como tercero en discordia, aunque en un papel menor, nos encontramos con Anthony Heald (El Silencio de los Corderos).
Alone es una cinta que no defraudará nadie, primero porque su target está muy claro, y después porque a los despistados que la vean, seguro que también se lo pasan en grande.
https://www.terrorweekend.com/2020/11/alone-review.html
Alone es un survival, así de simple, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Me diréis “a mí me gustan los survivals”, maravilloso, te lo pasarás en grande ya que es una cinta perfecta, con una trama simple pero efectiva, una heroína dura de roer, un psicópata con algún chocante rasgo y unas localizaciones que quitan el hipo.
Jessica acaba de enviudar. Para huir de su pasado decide emprender un largo viaje por carretera a través de Oregon. Pronto se verá acosada en la misma ruta por un hombre con no muy buenas intenciones que la acabará secuestrando. A partir de aquí se produce la lucha por la supervivencia, en la cual cada uno luchará por sus objetivos.
John Hyams es un director que alterna el cine y la televisión ofreciéndonos esta vez una gozada visual ejecutada con decisión y mucha soltura. La envoltura y el fantástico ritmo con el que está rodada, hace que nos olvidemos de la falta de sorpresa, por llamarlo de alguna manera.
El guion, a cargo de Mattias Olsson (codirector y guionista de Gone, película sueca de la que Alone es remake) es algo lineal, en línea, valga la redundancia, con lo que estamos acostumbrados a ver en films de estas características. De todas maneras destacar que no chirría en ningún momento, es decir que no nos tenemos que tragar ningún sapo para llegar al final. Al contrario, tiene la exactitud de un reloj, sin omitir en ningún momento acción y mucho suspense, que hará que nos quedemos enganchados a la pantalla en toda su duración.
En el apartado técnico destacar la excelente fotografía a cargo de Federico Verardi, que tiene que lidiar entre unos exteriores de ensueño, y unos interiores algo escasos pero oscuros y tenebrosos. En ambas situaciones se mueve como pez en el agua, contribuyendo a que Alone alcance altas cotas de calidad.
El apartado interpretativo pronto lo tenemos resuelto. Encabeza el elenco una gran Jules Willcox en el papel de Jessica. Su físico se aparta un poco de las tradicionales sufridoras, pero por eso mismo la credibilidad que da a su personaje es para enmarcar. Le secunda como acosador, o como le queráis llamar, Marc Menchaca. Como tercero en discordia, aunque en un papel menor, nos encontramos con Anthony Heald (El Silencio de los Corderos).
Alone es una cinta que no defraudará nadie, primero porque su target está muy claro, y después porque a los despistados que la vean, seguro que también se lo pasan en grande.
https://www.terrorweekend.com/2020/11/alone-review.html

4,8
7.417
5
26 de agosto de 2020
26 de agosto de 2020
46 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinco fechas de estreno más tarde (la primera en abril de 2018), llega por fin a las salas la penúltima película de mutantes producida por Fox en asociación con Marvel (la última, X-Men: Fénix Oscura, se le adelantó un año). Ahora que Disney es propietaria de Fox, los mutantes, al igual que Los 4 Fantásticos, podrán irse integrando a fuego lento en el plan maestro de Kevin Feige para su Universo Cinemático Marvel. Lástima que a Los Nuevos Mutantes les haya tocado bailar con la más fea, y no sólo compartiendo fecha de estreno nada menos que con el Tenet de Christopher Nolan, sino porque a casi ningún aficionado le es ajeno el largo y tortuoso camino de esta cinta de superhéroes con alma de película de terror. Pases de prueba infructuosos, reshoots y, para colmo de males, una pandemia. Al final, lo que cuenta es que aquí la tenemos, con su atractivo reparto y atrevida propuesta. Pero ese afán por satisfacer a cualquier precio a ambos públicos la ha dejado a medio camino de ninguna parte.
Dani Moonstar es apartada de la reserva Cheyenne en la que vivía junto a su padre tras el devastador ataque de una gigantesca bestia sobrenatural. Cuando despierta, se descubre recluida en un centro de contención para mutantes adolescentes que aún no controlan sus poderes y, según le informa su única supervisora, la doctora Reyes, son un potencial peligro para la sociedad. Aunque Dani desconoce todavía sus habilidades, allí conocerá y chocará con cuatro jóvenes mutantes, descubriendo un mundo lleno de posibilidades, pero también de terror, porque tras su llegada, los miedos de los que allí residen empiezan a cobrar vida.
La cinta está inspirada vagamente en la celebrada Saga del Oso Místico (The Demon Bear), publicada en los años 80 a partir del número 18 de la colección original de Los Nuevos Mutantes, el primer spin-off de X-Men (La Patrulla-X en España) antes de convertirse en ese fenómeno superventas que acabó multiplicando como Gremlins sus colecciones satélite. Las innovadoras ilustraciones de Bill Sienkiewicz y los eficaces guiones del patriarca mutante, Chris Claremont, que elevó a las altares la fórmula original concebida por Stan Lee y Jack Kirby dos décadas antes, es homenajeada en su adaptación por Josh Boone y Knate Lee, autores del guión, que rinden pleitesía a la sana diversidad esgrimida en los cómics originales, y que es uno de los aciertos de la película, aunque con poco espacio, habida cuenta de sus exiguos 90 minutos de metraje, excluyendo créditos finales, unos que, por cierto, reproducen algo de ese inolvidable arte de Sienkiewicz.
Es evidente que su director, Josh Boone, fue fichado para el proyecto gracias a la angustia adolescente que retrataba en Bajo la Misma Estrella. Una que aquí hacen más creíble las dos actrices con más kilometraje: Maisie Williams, en la piel de Rahne Sinclair (Wolfsbane), y Anya Taylor-Joy, nada menos que Illyana Rasputin (Magik). No en vano son los dos personajes más desarrollados y mejor trasladados de la viñeta al fotograma. Eso sí, una vez más se impone el habitual caos cronológico del universo mutante de Fox (motivo de mofa hasta para Deadpool en una de las bromas más aplaudidas de su primera entrega), y las raíces de Illyana se pasan por alto, con lo feliz que eso hubiera hecho a tantos aficionados, así como su apuntada conexión argumental con Logan, que insiste nuevamente en la figura e influencia de un villano que ni Logan ni Los Nuevos Mutantes terminan por presentar.
Ese tortuoso camino hasta las salas parece haber dejado a Los Nuevos Mutantes reducida a su mínima expresión. Un armazón casi desnudo, un involuntario trasunto adolescente de Glass que, al menos, logra sostener un reparto que resultará muy atractivo a su audiencia, con una Anya Taylor-Joy que levantará pasiones con su Magik, que es todo lo peligrosa y sexy que demanda el personaje y sus fans. Y eso ya es mucho más de lo que logró el verano pasado Sophie Turner en X-Men: Fénix Oscura.
https://www.terrorweekend.com/2020/08/los-nuevos-mutantes-review.html
Dani Moonstar es apartada de la reserva Cheyenne en la que vivía junto a su padre tras el devastador ataque de una gigantesca bestia sobrenatural. Cuando despierta, se descubre recluida en un centro de contención para mutantes adolescentes que aún no controlan sus poderes y, según le informa su única supervisora, la doctora Reyes, son un potencial peligro para la sociedad. Aunque Dani desconoce todavía sus habilidades, allí conocerá y chocará con cuatro jóvenes mutantes, descubriendo un mundo lleno de posibilidades, pero también de terror, porque tras su llegada, los miedos de los que allí residen empiezan a cobrar vida.
La cinta está inspirada vagamente en la celebrada Saga del Oso Místico (The Demon Bear), publicada en los años 80 a partir del número 18 de la colección original de Los Nuevos Mutantes, el primer spin-off de X-Men (La Patrulla-X en España) antes de convertirse en ese fenómeno superventas que acabó multiplicando como Gremlins sus colecciones satélite. Las innovadoras ilustraciones de Bill Sienkiewicz y los eficaces guiones del patriarca mutante, Chris Claremont, que elevó a las altares la fórmula original concebida por Stan Lee y Jack Kirby dos décadas antes, es homenajeada en su adaptación por Josh Boone y Knate Lee, autores del guión, que rinden pleitesía a la sana diversidad esgrimida en los cómics originales, y que es uno de los aciertos de la película, aunque con poco espacio, habida cuenta de sus exiguos 90 minutos de metraje, excluyendo créditos finales, unos que, por cierto, reproducen algo de ese inolvidable arte de Sienkiewicz.
Es evidente que su director, Josh Boone, fue fichado para el proyecto gracias a la angustia adolescente que retrataba en Bajo la Misma Estrella. Una que aquí hacen más creíble las dos actrices con más kilometraje: Maisie Williams, en la piel de Rahne Sinclair (Wolfsbane), y Anya Taylor-Joy, nada menos que Illyana Rasputin (Magik). No en vano son los dos personajes más desarrollados y mejor trasladados de la viñeta al fotograma. Eso sí, una vez más se impone el habitual caos cronológico del universo mutante de Fox (motivo de mofa hasta para Deadpool en una de las bromas más aplaudidas de su primera entrega), y las raíces de Illyana se pasan por alto, con lo feliz que eso hubiera hecho a tantos aficionados, así como su apuntada conexión argumental con Logan, que insiste nuevamente en la figura e influencia de un villano que ni Logan ni Los Nuevos Mutantes terminan por presentar.
Ese tortuoso camino hasta las salas parece haber dejado a Los Nuevos Mutantes reducida a su mínima expresión. Un armazón casi desnudo, un involuntario trasunto adolescente de Glass que, al menos, logra sostener un reparto que resultará muy atractivo a su audiencia, con una Anya Taylor-Joy que levantará pasiones con su Magik, que es todo lo peligrosa y sexy que demanda el personaje y sus fans. Y eso ya es mucho más de lo que logró el verano pasado Sophie Turner en X-Men: Fénix Oscura.
https://www.terrorweekend.com/2020/08/los-nuevos-mutantes-review.html

6,8
52.156
8
18 de julio de 2013
18 de julio de 2013
41 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en hechos reales, Expediente Warren: The Conjuring es la historia más espeluznante que los reputados investigadores a nivel mundial de fenómenos paranormales y demoníacos Ed y Lorraine Warren han tratado en toda su carrera, en ella se cuenta el infierno que vive la familia Perron, que desesperados por los extraños fenómenos acontecidos en su nueva vivienda de Rhode Island acudirán a los Warren en busca de ayuda.
El director de películas como Saw o Insidious, James Wan, presenta la que hasta ahora significa su película más terrorífica, pero también, la película de género de terror con más tensión y suspense en lo que va de año.
Esto es resultado de una combinación perfecta entre la manera de contar la historia donde el suspense es el pilar principal y la naturalidad y el realismo de todo lo acontecido generan que la inmersión del espectador en la trama sea absoluta. La ambientación perfectamente recreada en la época en la que suceden los hechos y unos personajes encarnados de manera escalofriante por Vera Farmiga y Patrick Wilson como los Warren (investigadores de fenómenos paranormales), Lili Taylor y Ron Livingston como padres de familia, Shanley Caswell, Hayley McFarlond, Joel King, Mackenzie Foy y la joven Kyla Deaver como las cinco asustadas hijas del matrimonio Perron.
En si, ese es el éxito de Expediente Warren: The Conjuring, justo esta combinación. Pero además, este conjunto está respaldado por unos atronadores efectos de sonido que sólo las salas de cine modernas de alta fidelidad podrán reproducir religiosamente, junto a unos efectos visuales muy comedidos que impactan pero no desplazan al espectador de lo verdaderamente importante, la historia, y del maquillaje que genera por si solo momentos de terror por las logradas caracterizaciones que transforma y dota de nuevos personajes a la historia.
Por todo esto, estamos ante una película que combina el saber hacer de las películas de género de antaño y la tecnología tanto de sonido como de imagen aplicada en las actuales, en una simbiosis que el atemorizado espectador disfrutará y no olvidará fácilmente.
El alto ritmo del film se mantiene constante, y aunque el guión por parte de Chad Hayes y Carey Hayes sufre de pequeños momentos comerciales hollywoodenses en la recta final del film, es bastante sólido en todo lo demás. Siendo reprochable únicamente el hincapié que se hace en estas modernas películas de “fenómenos” en mostrar al supuesto “monstruito” de turno. Cuando una historia bien contada como es el caso, que evita los momentos de oscuridad pura en imagen para regalarnos nítidos y conseguidos planos y una dirección impecable con una fotografía magnífica, hacen que ese recurso fácil sea del todo innecesario, rompiendo en parte el encanto de una película de terrorífico suspense natural.
Si la veis solos en casa, no dormiréis.
http://www.terrorweekend.com/2013/07/expediente-warren-conjuring-review.html
El director de películas como Saw o Insidious, James Wan, presenta la que hasta ahora significa su película más terrorífica, pero también, la película de género de terror con más tensión y suspense en lo que va de año.
Esto es resultado de una combinación perfecta entre la manera de contar la historia donde el suspense es el pilar principal y la naturalidad y el realismo de todo lo acontecido generan que la inmersión del espectador en la trama sea absoluta. La ambientación perfectamente recreada en la época en la que suceden los hechos y unos personajes encarnados de manera escalofriante por Vera Farmiga y Patrick Wilson como los Warren (investigadores de fenómenos paranormales), Lili Taylor y Ron Livingston como padres de familia, Shanley Caswell, Hayley McFarlond, Joel King, Mackenzie Foy y la joven Kyla Deaver como las cinco asustadas hijas del matrimonio Perron.
En si, ese es el éxito de Expediente Warren: The Conjuring, justo esta combinación. Pero además, este conjunto está respaldado por unos atronadores efectos de sonido que sólo las salas de cine modernas de alta fidelidad podrán reproducir religiosamente, junto a unos efectos visuales muy comedidos que impactan pero no desplazan al espectador de lo verdaderamente importante, la historia, y del maquillaje que genera por si solo momentos de terror por las logradas caracterizaciones que transforma y dota de nuevos personajes a la historia.
Por todo esto, estamos ante una película que combina el saber hacer de las películas de género de antaño y la tecnología tanto de sonido como de imagen aplicada en las actuales, en una simbiosis que el atemorizado espectador disfrutará y no olvidará fácilmente.
El alto ritmo del film se mantiene constante, y aunque el guión por parte de Chad Hayes y Carey Hayes sufre de pequeños momentos comerciales hollywoodenses en la recta final del film, es bastante sólido en todo lo demás. Siendo reprochable únicamente el hincapié que se hace en estas modernas películas de “fenómenos” en mostrar al supuesto “monstruito” de turno. Cuando una historia bien contada como es el caso, que evita los momentos de oscuridad pura en imagen para regalarnos nítidos y conseguidos planos y una dirección impecable con una fotografía magnífica, hacen que ese recurso fácil sea del todo innecesario, rompiendo en parte el encanto de una película de terrorífico suspense natural.
Si la veis solos en casa, no dormiréis.
http://www.terrorweekend.com/2013/07/expediente-warren-conjuring-review.html
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