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Críticas ordenadas por utilidad
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7
14 de agosto de 2009
14 de agosto de 2009
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es increíble cómo una película con un argumento en apariencia tan limitado puede ser así de original, absorbente, apasionante, intensa, inteligente, emotiva, amena... Y así podría seguir soltando adjetivos durante un par de líneas más.
Pero, resumiendo, una historia basada en hechos reales clara, verosímil, directa y brillantemente interpretada, especialmente por Frank Langella, que caracteriza a Richard Nixon con una precisión obsesiva y milimétrica.
Un consejo: Si vais a verla, documentaos un poco antes sobre Nixon y el Watergate. No es imprescindible, pero ayuda a disfrutar más del visionado.
Y, evidentemente, si en otros casos el doblaje es un despropósito, en este ya no tiene ningún sentido verla doblada, por mucho que se esfuerce el actor de doblaje, al igual que sucede en otras interpretaciones de personajes reales, como en "El Aviador" o "La Gran Estafa" con Howard Hughes.
Quien no se lo crea, que escuche al Nixon de verdad (sin ir más lejos, una parte de su discurso de dimisión está disponible en audio en la wikipedia) y comparadlo con la voz del personaje de la película. Si físicamente se parecen un poco, sus voces, con sus acentos e inflexiones, son como dos gotas de agua.
Pero, resumiendo, una historia basada en hechos reales clara, verosímil, directa y brillantemente interpretada, especialmente por Frank Langella, que caracteriza a Richard Nixon con una precisión obsesiva y milimétrica.
Un consejo: Si vais a verla, documentaos un poco antes sobre Nixon y el Watergate. No es imprescindible, pero ayuda a disfrutar más del visionado.
Y, evidentemente, si en otros casos el doblaje es un despropósito, en este ya no tiene ningún sentido verla doblada, por mucho que se esfuerce el actor de doblaje, al igual que sucede en otras interpretaciones de personajes reales, como en "El Aviador" o "La Gran Estafa" con Howard Hughes.
Quien no se lo crea, que escuche al Nixon de verdad (sin ir más lejos, una parte de su discurso de dimisión está disponible en audio en la wikipedia) y comparadlo con la voz del personaje de la película. Si físicamente se parecen un poco, sus voces, con sus acentos e inflexiones, son como dos gotas de agua.
6 de agosto de 2009
6 de agosto de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por lo que he podido averiguar, tengo cierta constancia de que, como adaptación, esta es la menos respetuosa de todas las que se han hecho sobre Harry Potter hasta la fecha, pero he de dejar constancia antes de mi humilde análisis de que yo soy fiel seguidor únicamente de la franquicia cinematográfica, y no de la serie literaria, por lo cual no puedo hacer más que centrarme en la primera.
Dicho esto, se trata de una película correcta sin más. No sólo sigue sin superar a la tercera que, en mi opinión, es la mejor ("El Prisionero de Azkaban" de Alfonso Cuarón), si no que es, también a mi juicio, la peor.
Más de lo mismo, en una saga que cada día me parece más innecesariamente larga. Oscuridad creciente (esta es la historia más siniestra de la serie hasta la fecha, con permiso de la antedicha), y demasiada duración. Sobre todo en los momentos de "sentimentalismo adolescente", que comprendo que tienen que estar, porque los personajes están en la edad (aunque no los actores, que ya rondan todos la veintena) y, afortunadamente, no son demasiado pastelosos y aportan algo de humor... Si bien tampoco tanto como el guionista parece creer.
Aunque irregular, en la mayor parte de las ocasiones la ambientación es excelente, sobre todo la cantidad de parafernalia en los decorados de la escuela, las tiendas y, sobre todo, la sala de los menesteres. La historia, sin embargo, me parece entretenida pero, fundamentalmente, pensada para estirar el filón y seguir haciendo caja.
No puedo olvidar el momento "concierto de los Scorpions", y no digo más por no destripar nada y no verme obligado a seguir en el apartado del "spoiler", que quedó bastante risible, por no decir algo más fuerte. Sobre todo cuando el espectador se espera algo épico dada su vital relevancia.
Y no es ni mucho menos el único momento descuidado de la producción, así que tiemblo pensando en la última, que la han tenido que dividir en dos porque "el libro era demasiado gordo". En fin, supongo que todos entendemos que lo que quieren que sea gordo es la recaudación, pero bueno, conmigo creo que se van a tener que aguantar, porque esta acaba con un final bastante abierto, pero seguro que no tanto como una película partida en dos, así que veré la primera sólo cuando haya salido la segunda. Con la jugada de Matrix y Piratas del Caribe ya me llegó, así que gracias, pero no, señores de Hollywood.
Dicho esto, se trata de una película correcta sin más. No sólo sigue sin superar a la tercera que, en mi opinión, es la mejor ("El Prisionero de Azkaban" de Alfonso Cuarón), si no que es, también a mi juicio, la peor.
Más de lo mismo, en una saga que cada día me parece más innecesariamente larga. Oscuridad creciente (esta es la historia más siniestra de la serie hasta la fecha, con permiso de la antedicha), y demasiada duración. Sobre todo en los momentos de "sentimentalismo adolescente", que comprendo que tienen que estar, porque los personajes están en la edad (aunque no los actores, que ya rondan todos la veintena) y, afortunadamente, no son demasiado pastelosos y aportan algo de humor... Si bien tampoco tanto como el guionista parece creer.
Aunque irregular, en la mayor parte de las ocasiones la ambientación es excelente, sobre todo la cantidad de parafernalia en los decorados de la escuela, las tiendas y, sobre todo, la sala de los menesteres. La historia, sin embargo, me parece entretenida pero, fundamentalmente, pensada para estirar el filón y seguir haciendo caja.
No puedo olvidar el momento "concierto de los Scorpions", y no digo más por no destripar nada y no verme obligado a seguir en el apartado del "spoiler", que quedó bastante risible, por no decir algo más fuerte. Sobre todo cuando el espectador se espera algo épico dada su vital relevancia.
Y no es ni mucho menos el único momento descuidado de la producción, así que tiemblo pensando en la última, que la han tenido que dividir en dos porque "el libro era demasiado gordo". En fin, supongo que todos entendemos que lo que quieren que sea gordo es la recaudación, pero bueno, conmigo creo que se van a tener que aguantar, porque esta acaba con un final bastante abierto, pero seguro que no tanto como una película partida en dos, así que veré la primera sólo cuando haya salido la segunda. Con la jugada de Matrix y Piratas del Caribe ya me llegó, así que gracias, pero no, señores de Hollywood.

5,6
22.968
5
27 de julio de 2009
27 de julio de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada más comenzar, los títulos de crédito, aderezados con el tradicional bailoteo de imágenes videocliperas con cámara lenta cutre y ochentera nos deja bien claro quién es el director de la película y nos recuerda que, si podemos, mejor retrocedamos un par de butacas o nos tomemos un par de pastillitas contra el mareo.
Afortunadamente, en cuanto entramos en harina, a pesar de tratarse de una película de acción, la cosa se relaja, Tony se contiene y la trama fluye de forma más o menos ordenada y correcta.
El reparto es el mayor atractivo del film, y se confirma también como su mayor acierto. Los personajes principales, magníficamente interpretados por Denzel Washington (uno de los actores "fetiche" de Scott) y John Travolta, en uno de sus papeles más radicales y excesivos, vienen acompañados por un correcto John Turturro y la caricatura política de un alcalde de Nueva York magníficamente encarnado por James Gandolfini.
¿Qué más nos podemos encontrar? Mucho humor negro, muchos tacos, temas que importan mucho a Scott como la redención, los antihéroes, los malos increíblemente malísimos pero con motivos, una cierta moral retorcida y mucho carisma, y, cómo no, el saber hacer lo correcto cuando llega el momento. Todo ello en un guión que yo no recordaba que fuera tan demencial, porque desde luego no hay quien se lo trague (aunque la versión original la ví hace demasiados años y seguramente de esta me olvidaré mucho antes), unos cuantos tiros, y fin.
Por eso le doy el aprobado, por su gran casting, porque es divertida, no marea demasiado, y no da ganas de salir corriendo del cine. Vamos, que no decepciona, porque es justo lo que te esperas después de haber visto un tráiler que, una vez más, destripa la película entera sin compasión ni miramiento ninguno.
Sin embargo, sin llegar al extremo del puñetazo en el hígado que supuso el "Psycho" de Gus Van Sant, no es nada nuevo bajo el sol. La originalidad sigue brillando por su ausencia en las grandes superproducciones de Hollywood. Ya veremos si cumple con lo esperado el Avatar de James Cameron (aunque lo espero con tanta ansiedad que va a ser difícil que no me decepcione). Pero, mientras tanto, la gran mayoría de los estrenos que proceden de allende el Atlántico siguen siendo adaptaciones de best-sellers, cómics, series de televisión, adaptaciones de cine de habla no inglesa porque mola más que doblarlo o subtitularlo, remakes de películas patrias cada vez más escandalosamente recientes o, peor aún, simples y directos plagios.
Lo mejor de esta película es que, con un poco de suerte, alguna de las cadenas de TV más oportunistas, como Antena 3, posiblemente programe en "prime time" la original protagonizada por el gran Walter Mathau como cebo para los incautos... Aunque, con un poco de mala suerte, lo que nos regalan es la TV Movie de los 90 protagonizada por Edward James Olmos. Porque, sí, esta es ya la tercera adaptación de la misma novela... Y eso sin contar los plagios. ¿Será la última?
Afortunadamente, en cuanto entramos en harina, a pesar de tratarse de una película de acción, la cosa se relaja, Tony se contiene y la trama fluye de forma más o menos ordenada y correcta.
El reparto es el mayor atractivo del film, y se confirma también como su mayor acierto. Los personajes principales, magníficamente interpretados por Denzel Washington (uno de los actores "fetiche" de Scott) y John Travolta, en uno de sus papeles más radicales y excesivos, vienen acompañados por un correcto John Turturro y la caricatura política de un alcalde de Nueva York magníficamente encarnado por James Gandolfini.
¿Qué más nos podemos encontrar? Mucho humor negro, muchos tacos, temas que importan mucho a Scott como la redención, los antihéroes, los malos increíblemente malísimos pero con motivos, una cierta moral retorcida y mucho carisma, y, cómo no, el saber hacer lo correcto cuando llega el momento. Todo ello en un guión que yo no recordaba que fuera tan demencial, porque desde luego no hay quien se lo trague (aunque la versión original la ví hace demasiados años y seguramente de esta me olvidaré mucho antes), unos cuantos tiros, y fin.
Por eso le doy el aprobado, por su gran casting, porque es divertida, no marea demasiado, y no da ganas de salir corriendo del cine. Vamos, que no decepciona, porque es justo lo que te esperas después de haber visto un tráiler que, una vez más, destripa la película entera sin compasión ni miramiento ninguno.
Sin embargo, sin llegar al extremo del puñetazo en el hígado que supuso el "Psycho" de Gus Van Sant, no es nada nuevo bajo el sol. La originalidad sigue brillando por su ausencia en las grandes superproducciones de Hollywood. Ya veremos si cumple con lo esperado el Avatar de James Cameron (aunque lo espero con tanta ansiedad que va a ser difícil que no me decepcione). Pero, mientras tanto, la gran mayoría de los estrenos que proceden de allende el Atlántico siguen siendo adaptaciones de best-sellers, cómics, series de televisión, adaptaciones de cine de habla no inglesa porque mola más que doblarlo o subtitularlo, remakes de películas patrias cada vez más escandalosamente recientes o, peor aún, simples y directos plagios.
Lo mejor de esta película es que, con un poco de suerte, alguna de las cadenas de TV más oportunistas, como Antena 3, posiblemente programe en "prime time" la original protagonizada por el gran Walter Mathau como cebo para los incautos... Aunque, con un poco de mala suerte, lo que nos regalan es la TV Movie de los 90 protagonizada por Edward James Olmos. Porque, sí, esta es ya la tercera adaptación de la misma novela... Y eso sin contar los plagios. ¿Será la última?
19 de octubre de 2009
19 de octubre de 2009
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada más empezar "The Fall", presenciamos una sucesión de planos en blanco y negro que nos remiten a Welles, a Bergman, a Dreyer, mientras se escucha la séptima sinfonía de Beethoven. Es entonces cuando uno se da cuenta de que esta no va a ser una película normal. Y no, no lo es, en el buen sentido.
Sin llegar a alcanzar la perfección, es un producto excepcional, dedicado a quienes, con mayor o menor motivo, se han dado por vencidos y en la actualidad piensan que en pleno siglo XXI ya no quedan directores vivos que puedan hacer nada que merezca la pena. A todos ellos les recomiendo que vean esta obra de arte y se reconcilien con el Cine.
¿Por qué? ¿Qué tiene de especial? En el fondo, no puede ser nada nuevo. Y, en efecto, no lo es, pues hoy en día ya está todo inventado. De hecho, no sólo reconoce con orgullo ser un remake de una cinta búlgara del año 1981, si no que lo que aquí nos muestra el autor de videoclips hoy ya clásicos, como el archi-conocido "Losing My Religion" de R.E.M., ya lo habían explorado poco antes otros realizadores contemporáneos a él mismo; Terry Gilliam intentó hacer algo similar con su fallida "Tideland", mientras que Guillermo del Toro rozó la perfección con "El Laberinto del Fauno". Incluso el "Camino" de Javier Fesser se alimenta de pastos semejantes. Pero, cuando se piensa en que en esta obra no se ha utilizado el ordenador para recrear nada de su prolífica y compleja imaginería visual durante los cuatro años que duró su producción, entra el vértigo.
La historia es tan simple como hermosa, y las emociones saltan a flor de piel con los diferentes registros interpretativos conseguidos por la pequeña Catinca Untarum, en el papel de una niña obligada por las circunstancias a madurar demasiado deprisa pero que sigue siendo eso, una niña, gracias a cuya inocencia puede volver la ilusión por vivir, para así comenzar la ascensión que debe seguir a toda caída. Porque continuar cayendo hasta el fondo es fácil. Lo difícil es levantarse.
Y ese color, esa fotografía, esos encuadres geométricamente perfectos, esa forma tan natural de narrar dos historias paralelas, ambientadas en dos mundos tan diferentes y, a la vez, tan parecidos que, lejos de acabar por convertirse uno en una excusa para el otro, hacen al espectador sentir que van evolucionando sobre la marcha y enriqueciéndose mutuamente... Es evidente que Tarsem ama el cine, que ha madurado mucho desde "La Celda", y que hay que quitarse el sombrero ante el hito que sin ninguna duda ha conseguido.
Sin llegar a alcanzar la perfección, es un producto excepcional, dedicado a quienes, con mayor o menor motivo, se han dado por vencidos y en la actualidad piensan que en pleno siglo XXI ya no quedan directores vivos que puedan hacer nada que merezca la pena. A todos ellos les recomiendo que vean esta obra de arte y se reconcilien con el Cine.
¿Por qué? ¿Qué tiene de especial? En el fondo, no puede ser nada nuevo. Y, en efecto, no lo es, pues hoy en día ya está todo inventado. De hecho, no sólo reconoce con orgullo ser un remake de una cinta búlgara del año 1981, si no que lo que aquí nos muestra el autor de videoclips hoy ya clásicos, como el archi-conocido "Losing My Religion" de R.E.M., ya lo habían explorado poco antes otros realizadores contemporáneos a él mismo; Terry Gilliam intentó hacer algo similar con su fallida "Tideland", mientras que Guillermo del Toro rozó la perfección con "El Laberinto del Fauno". Incluso el "Camino" de Javier Fesser se alimenta de pastos semejantes. Pero, cuando se piensa en que en esta obra no se ha utilizado el ordenador para recrear nada de su prolífica y compleja imaginería visual durante los cuatro años que duró su producción, entra el vértigo.
La historia es tan simple como hermosa, y las emociones saltan a flor de piel con los diferentes registros interpretativos conseguidos por la pequeña Catinca Untarum, en el papel de una niña obligada por las circunstancias a madurar demasiado deprisa pero que sigue siendo eso, una niña, gracias a cuya inocencia puede volver la ilusión por vivir, para así comenzar la ascensión que debe seguir a toda caída. Porque continuar cayendo hasta el fondo es fácil. Lo difícil es levantarse.
Y ese color, esa fotografía, esos encuadres geométricamente perfectos, esa forma tan natural de narrar dos historias paralelas, ambientadas en dos mundos tan diferentes y, a la vez, tan parecidos que, lejos de acabar por convertirse uno en una excusa para el otro, hacen al espectador sentir que van evolucionando sobre la marcha y enriqueciéndose mutuamente... Es evidente que Tarsem ama el cine, que ha madurado mucho desde "La Celda", y que hay que quitarse el sombrero ante el hito que sin ninguna duda ha conseguido.

6,9
47.621
7
11 de marzo de 2009
11 de marzo de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha gustado mucho, sí señor.
No sabía de qué iba y me esperaba la típica y convencional historia de amor, pero de eso nada. Se trata de un viaje introspectivo y sin concesiones al mundo interior de los integrantes de una pareja, extremadamente reales y creibles.
Ambos están a merced de los diálogos que se suceden en primerísimos planos mediante los cuales el espectador puede llegar a conocerles y comprenderles tan bien que hay momentos en los que se puede llegar a avergonzar por el hecho de estar contemplando situaciones tan íntimas sin ser apercibido, como si de un "voyeur" se tratara.
Un Sam Mendes más en la línea de "American Beauty" que en la de otros de sus trabajos posteriores, pero mucho más serio y sin el humor negro que destilaba aquélla. Los dos protagonistas clavan sus respectivos papeles, y tanto la ambientación como el elenco de secundarios completan el notable resultado.
En definitiva, muy recomendable, salvo para quienes sólo disfruten del cine de acción.
No sabía de qué iba y me esperaba la típica y convencional historia de amor, pero de eso nada. Se trata de un viaje introspectivo y sin concesiones al mundo interior de los integrantes de una pareja, extremadamente reales y creibles.
Ambos están a merced de los diálogos que se suceden en primerísimos planos mediante los cuales el espectador puede llegar a conocerles y comprenderles tan bien que hay momentos en los que se puede llegar a avergonzar por el hecho de estar contemplando situaciones tan íntimas sin ser apercibido, como si de un "voyeur" se tratara.
Un Sam Mendes más en la línea de "American Beauty" que en la de otros de sus trabajos posteriores, pero mucho más serio y sin el humor negro que destilaba aquélla. Los dos protagonistas clavan sus respectivos papeles, y tanto la ambientación como el elenco de secundarios completan el notable resultado.
En definitiva, muy recomendable, salvo para quienes sólo disfruten del cine de acción.
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