Tras el fino velo gris con el que Pablo Larraín tinta las imágenes, cuatro hombres observan sentados alrededor de una mesa. Por la ranura de la ventana y junto a la fría luz de la calle, se cuela sin permiso lo sucio, lo perverso, todo lo que hemos hecho y preferimos olvidar. Y entre los gritos que evidencian una insoportable realidad, alguien se vuela la cabeza.

En este club la culpa, esa que no está ausente sino escondida, espera con calma su momento. Lo que podría parecer indiferencia solo necesita de un resorte para salir de su rincón con toda su fuerza.

Un relato aterrador contado desde el punto de vista de los agresores y en el que su director, con un mensaje claro y preciso, denuncia públicamente no solo los peores delitos, también la hipocresía de la jerarquía eclesiástica y sus retiros para curas criminales. Tan duro e incómodo que por momentos verlo resulta difícil de digerir. Si te gustan las historias sin adornos y directas, El Club de los infames curas te gustará.
https://nosvemoslosjueves.com/cine/el-club-de-los-infames

Si, un álbum de fotos.
No uno familiar, este es algo más desolador. Lleno de recuerdos del ser humano, nos muestra la huella menos tóxica que hemos dejado en nuestro paso por la tierra. Exacto, no queda nada de humanidad en ella. Los paisajes grises, destruidos y abandonados por la civilización, siempre están acompañados de un sonido preciso que lo envuelve todo. La tierra parece muerta y sin embargo está más viva que nunca.

Si, un álbum de fotos.
De los esqueletos de cemento, hierro y plástico retorcido por el fuego, emana de forma bella y salvaje, el poder de lo natural. Árboles que copan toda luz del sol, plantas que beben del agua de lluvia, árboles musgos y enredaderas entre escombros sanando todo el daño de nuestro imperio.

Precioso. Triste. Revelador. Pero si, no deja de ser un álbum de fotos.
Ni una película, ni entretenimiento. Imágenes estáticas que cuentan su propia historia. Como lo hacen las de la última escapada del fin de semana. Nivel premium eso si. Con las mejores intenciones, tus amigo te enseñan sus fotos del viaje de bodas, y lo que en un principio era gracioso y hasta en ocasiones curioso, acaba siendo una motivo para marcharte del lugar.

Si, uno de 90 min de duración. Nada más y nada menos.

No es que parezca que el sonido esté mal grabado, es que está toda la película mal grabada.

Apartir de aquí, todo lo qué vais a ver es pura fantasía. Con un presupuesto tan escaso cómo inexistente y sin más pretensión que la de rodar una peli para y por los colegas , lo que parieron estos tipos en el 2005, es para ser admirado.
Grotesca hasta decir basta, esta película es única (menos mal pensará más de uno). Las plataformas están petadas de aberraciones comerciales con millones de euros detrás. Cintas que nadie recuerda, excepto los productores que perdieron pasta en ellas. Nuestra Furia, la de Mackenzie, es todo lo contrario. Es el ejemplo perfecto para enseñar en las escuelas de cine.
Con absolutamente nada, crearon este homenaje surrealista al cine americano de los 80 y 90. Y ahora, sigue compartiendo su presencia junto a Men In Black o Avatar.
Es increíble lo lejos que ha llegado esta película.
Cada vez que veo a Mackenzie y Branson por las lejanas tierras fronterizas de Arizona, me arreglan el día.
Se que con ellos, NADA MALO ME PUEDE PASAR.

De esta película me esperaba algo más. Tiene materia prima muy buena y suficiente como para destacar. En cambio, no se muy bien como pero no lo han sabido aprovechar.
Saben esos batidos servidos en copones tan petados de helado, barquillos y sirope que se salen? Con la vista me los como. Luego los pido y nunca me los acabo. A la cuarta cucharada me sobra todo. Tienen demasiado de todo y particularmente no saben a nada. Te llaman la atención y pocas veces valen la pena. Siempre acabo pensando lo mismo, tendría que haberme pillado un granizado de limón.
Una noche con Adela está hasta arriba de relleno que sólo sirve para alargar la historia. La esencia de la película se podría reducir a 30min.
Acciones que podrían haber sido importantes en el desarrollo de la trama, la dirección no ha sabido manejarlas, eliminando el interés del espectador.
Hugo Ruiz ha tenido en sus manos una historia provocadora y muy interesante pero que quizás, esta vez con el uso del falso plano secuencia, la ha limitado y empobrecido. A apostado por la forma de contar la historia, dejando de lado el ritmo y el fondo de la misma.
Laura Galán tampoco ha estado a la altura. No ha sido creíble en ningún momento. Demasiado sobreactuada y como actriz, frente a un único plano, sus carencias se han visto demasiado expuestas.
En fin, una buena historia desaprovechada.

Me asusta pensar que los occidentales somos tan ingenuos como para seguir creyéndonos el ombligo del mundo. He leído críticas negativas a esta película basadas exclusivamente en la versión que cuenta de la historia. Parece ser que del mismo hecho, existen diferentes formas de entenderlo.
La versión china difiere de la que se puede leer en los libros de historia nipones y estadounidenses. Sorprendente! Bienvenidos al mundo de los intereses!

No, no sólo nosotros producimos series y películas propagandísticas, contadas desde el punto de vista del narrador, ligado de una forma u otra, al glorioso ejército vencedor.
También China sabe, puede y debe hacer lo mismo.
Bien, dejando a un lado la evidencia de la propaganda dentro del cine, la película tiene una calidad técnica y visual envidiables.
Te mete de lleno en la historia, sintiéndote, como en otras obras bélicas estadounidenses, dentro del conflicto.
Muy buena película histórica de la guerra entre China y Japón.