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Críticas ordenadas por utilidad
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8
26 de septiembre de 2024
26 de septiembre de 2024
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puntos suspensivos es una película con un entramado teatral, lo que no implica que sus escenas pierdan visualidad por estar rodadas y no en directo frente al público.
Me hizo recordar una obra que vi hace muchos años, El veneno del teatro, con José M. Rodero y Manuel Galiana ¡fíjense! en plena pugna dialéctica e interpretativa.
Pues bien, aquí los señores Coronado y Peretti se marcan un tango con increíbles piruetas, giros, dobles pasos... en perfecta sincronía.
Cecilia Suárez está muy bien, sostiene perfectamente la mirada de la cámara.
La estructura desordenada de los capítulos altera también el pensamiento secuencial de la trama, lo que provoca una mayor intriga y sorpresa en el espectador.
Salta de la conclusión a las premisas, de modo que acrecienta el interés de lo ocurrido.
Los planos son primerísimos, no dejando lugar a que se escape más de lo que se quiere mostrar.
El enclave hace creíble lo que allí sucede y es curioso que un relato tan aparentemente previsible, se convierta en una espiral de vueltas de tuerca que, ya desde el inicio, es difícil de prever.
Un acierto (entre muchos): los lábiles son más fáciles de convencer, pero más difíciles de distraer una vez conseguido el primer objetivo.
Una objeción: el último giro es previsible, aunque posiblemente inevitable.
Una película que se sale de los cánones o las modas se agradece. Que tenga el reconocimiento debido, como dice Ruiz de Villalobos, dudoso.
Me hizo recordar una obra que vi hace muchos años, El veneno del teatro, con José M. Rodero y Manuel Galiana ¡fíjense! en plena pugna dialéctica e interpretativa.
Pues bien, aquí los señores Coronado y Peretti se marcan un tango con increíbles piruetas, giros, dobles pasos... en perfecta sincronía.
Cecilia Suárez está muy bien, sostiene perfectamente la mirada de la cámara.
La estructura desordenada de los capítulos altera también el pensamiento secuencial de la trama, lo que provoca una mayor intriga y sorpresa en el espectador.
Salta de la conclusión a las premisas, de modo que acrecienta el interés de lo ocurrido.
Los planos son primerísimos, no dejando lugar a que se escape más de lo que se quiere mostrar.
El enclave hace creíble lo que allí sucede y es curioso que un relato tan aparentemente previsible, se convierta en una espiral de vueltas de tuerca que, ya desde el inicio, es difícil de prever.
Un acierto (entre muchos): los lábiles son más fáciles de convencer, pero más difíciles de distraer una vez conseguido el primer objetivo.
Una objeción: el último giro es previsible, aunque posiblemente inevitable.
Una película que se sale de los cánones o las modas se agradece. Que tenga el reconocimiento debido, como dice Ruiz de Villalobos, dudoso.

6,9
13.275
8
28 de diciembre de 2023
28 de diciembre de 2023
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque la traducción sería "Hojas caídas", esta película es un dejarse llevar por la vida, los pequeños, o grandes para el devenir de cada uno, acontecimientos y actuar de manera directa sobre ellos sin hacerse muchas preguntas.
Así lo expone su director en esta cinta de 80' en los que se ve con agrado y ternura cómo sus protagonistas se abren camino en medio de la desesperanza.
Me la recomendaron y no me defraudó. Ojo al dúo de cantantes de, digamos así, atuendo peculiar, que entonan una melodía aparentemente absurda pero llena de significado.
Los protagonistas tienen magnetismo a pesar de su simpleza y aparente vulgaridad, atrae lo que les ocurre y te hacen cómplice de sus desencuentros. En otra forma de narración es poco probable que cayesen simpáticos. El amigo del protagonista, disculpas por no retener sus nombres, es cáustico, posee esa fina ironía de los perdedores que se niegan a serlo.
Expone con pocas pinceladas y naturalidad el retrato de una sociedad obrera y falta de derechos laborales (no nos engañemos, seguro que aquí también hay trabajos de esos), con pocas o nulas pretensiones más que vivir el día a día y tomarse un respiro en un karaoke o con unas, a veces muchas, cervezas.
El reto siempre es personal pero está ligado a lo colectivo.
La perra, a la que llama de una manera muy intencionada al final de la película, lleva, en cambio en la chapa el nombre real de la protagonista, Alma.
La fotografía es de ese color indolente, desvaído de los años 70, como el marco donde desarrolla su vida el puñado de personajes. Esa precariedad que refleja la película, el improvisar cada día una comida, una vajilla o algo qué hacer nos recuerda, como paradoja, la premura actual de compras compulsivas, de cómo se dinamitan los minutos antes de que pasen siquiera o suceda lo que ha de acontecer.
En resumen, esa vida que nos puede parecer indiferente o abstrusa, en vez de deprimirnos contemplándola nos lanza a ella como hojas, más que caídas, llevadas por el viento.
Así lo expone su director en esta cinta de 80' en los que se ve con agrado y ternura cómo sus protagonistas se abren camino en medio de la desesperanza.
Me la recomendaron y no me defraudó. Ojo al dúo de cantantes de, digamos así, atuendo peculiar, que entonan una melodía aparentemente absurda pero llena de significado.
Los protagonistas tienen magnetismo a pesar de su simpleza y aparente vulgaridad, atrae lo que les ocurre y te hacen cómplice de sus desencuentros. En otra forma de narración es poco probable que cayesen simpáticos. El amigo del protagonista, disculpas por no retener sus nombres, es cáustico, posee esa fina ironía de los perdedores que se niegan a serlo.
Expone con pocas pinceladas y naturalidad el retrato de una sociedad obrera y falta de derechos laborales (no nos engañemos, seguro que aquí también hay trabajos de esos), con pocas o nulas pretensiones más que vivir el día a día y tomarse un respiro en un karaoke o con unas, a veces muchas, cervezas.
El reto siempre es personal pero está ligado a lo colectivo.
La perra, a la que llama de una manera muy intencionada al final de la película, lleva, en cambio en la chapa el nombre real de la protagonista, Alma.
La fotografía es de ese color indolente, desvaído de los años 70, como el marco donde desarrolla su vida el puñado de personajes. Esa precariedad que refleja la película, el improvisar cada día una comida, una vajilla o algo qué hacer nos recuerda, como paradoja, la premura actual de compras compulsivas, de cómo se dinamitan los minutos antes de que pasen siquiera o suceda lo que ha de acontecer.
En resumen, esa vida que nos puede parecer indiferente o abstrusa, en vez de deprimirnos contemplándola nos lanza a ella como hojas, más que caídas, llevadas por el viento.

6,8
9.223
7
3 de febrero de 2023
3 de febrero de 2023
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No podría decir que me haya resultado una gran película, con grandes interpretaciones o paisajes maravillosos; sin embargo, tiene una trama interesante, es perturbadora y atrae a la vez que repele su continuo juego en espiral.
Recuerda, es cierto, a Vértigo, la película de Hitchcok, como se ha dicho en muchos comentarios. No obstante, a mí me lleva a aquella otra llamada El hilo invisible porque, al igual que una araña, la protagonista va tejiendo imperturbable la tela en la que inexorablemente acabará atrapando a su presa.
Esta no es sino el policía que lleva la investigación del caso, y ahí me remonto de nuevo a una película conocida por la inmensa mayoría: Instinto básico.
En un principio la investigación es todo lo racional que cabe; ella parece abandonada a su suerte, sin dar importancia a lo que el policía pueda descubrir o no. Pero según avanza, la protagonista va uniendo en paralelo su vida a la de este policía provocando de nuevo que la fatalidad se apodere de ambos.
La fotografía es gris, húmeda, nada acogedora. Parece retratar un lugar desapacible, en el que no apetece estar.
La música pasa desapercibida; lo que está bien porque no subraya las escenas, pero también resta calidez a las imágenes. Dijéramos que lo turbio de la historia empapa todo lo demás.
Y a pesar de ser truculenta, está narrada sin titubeos ni añagazas, como si la verdad pudiera defenderse por sí misma o la culpabilidad no necesitara excusas.
Aquí los recovecos no son para ocultar, sino como explicación de lo ocurrido.
Resulta conmovedor que ella, tan fría y tan distante, le confiese que "cuando él dejó de quererla, ella le empezó a querer" y es en esa nueva búsqueda del protagonista donde ambos acaban perdiendo la distancia que les había mantenido a salvo.
Y, porque ya empiezan a conocerse, saben que solo podrán destruirse; primero él, quebrantando su vida de pareja, y después
Recuerda, es cierto, a Vértigo, la película de Hitchcok, como se ha dicho en muchos comentarios. No obstante, a mí me lleva a aquella otra llamada El hilo invisible porque, al igual que una araña, la protagonista va tejiendo imperturbable la tela en la que inexorablemente acabará atrapando a su presa.
Esta no es sino el policía que lleva la investigación del caso, y ahí me remonto de nuevo a una película conocida por la inmensa mayoría: Instinto básico.
En un principio la investigación es todo lo racional que cabe; ella parece abandonada a su suerte, sin dar importancia a lo que el policía pueda descubrir o no. Pero según avanza, la protagonista va uniendo en paralelo su vida a la de este policía provocando de nuevo que la fatalidad se apodere de ambos.
La fotografía es gris, húmeda, nada acogedora. Parece retratar un lugar desapacible, en el que no apetece estar.
La música pasa desapercibida; lo que está bien porque no subraya las escenas, pero también resta calidez a las imágenes. Dijéramos que lo turbio de la historia empapa todo lo demás.
Y a pesar de ser truculenta, está narrada sin titubeos ni añagazas, como si la verdad pudiera defenderse por sí misma o la culpabilidad no necesitara excusas.
Aquí los recovecos no son para ocultar, sino como explicación de lo ocurrido.
Resulta conmovedor que ella, tan fría y tan distante, le confiese que "cuando él dejó de quererla, ella le empezó a querer" y es en esa nueva búsqueda del protagonista donde ambos acaban perdiendo la distancia que les había mantenido a salvo.
Y, porque ya empiezan a conocerse, saben que solo podrán destruirse; primero él, quebrantando su vida de pareja, y después
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ella será quien acabe cayendo en su propia tela de araña en la única hermosa escena: la del final.
21 de mayo de 2022
21 de mayo de 2022
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lineal y a la vez abstrusa. Intenta tocar varios palos pero sin aferrarse a alguno.
Quizá sea su mejor cualidad. Pero me sigue faltando historia. Contar retazos del inconformismo de su protagonista sin mirar o ir más allá no me produce vértigo, ni siquiera un ligero mareo.
Empieza negando el querer ser madre, sentimiento perfectamente comprensible, y al final ya no se sabe si añora lo que rechaza o justamente ese mismo rechazo inicial hace que vea la vida convencional de los otros con cierta nostalgia.
Es un quiero pero no sé qué quiero.
Me hizo recordar a esos mal autodenominados ecologistas que quieren campo y campo pero sin ningún ser vivo que lo disfrute excepto el mosquito autóctono.
Esta mujer no es que vaya de flor en flor, que estaría bien, es que nunca se ve lo que busca o qué le atrae.
Recuerdo esa inmensa película 'Buscando al señor Goodbar" donde la prota se metía hasta el cuello en su búsqueda, veías desesperación pero también alegría, perennemente insatisfecha y perfectamente creíble.
La de esta película no es la peor persona del mundo, es la película peor narrada.
Ahora la cámara tiene como objetivo el no saber qué mirar, cuando hay tantas historias por contar ya sean sus personajes ambiguos o decididos, pero por favor, cuenten, atrévanse. No nos tengan dos horas haciendo terapia de sillón.
Quizá sea su mejor cualidad. Pero me sigue faltando historia. Contar retazos del inconformismo de su protagonista sin mirar o ir más allá no me produce vértigo, ni siquiera un ligero mareo.
Empieza negando el querer ser madre, sentimiento perfectamente comprensible, y al final ya no se sabe si añora lo que rechaza o justamente ese mismo rechazo inicial hace que vea la vida convencional de los otros con cierta nostalgia.
Es un quiero pero no sé qué quiero.
Me hizo recordar a esos mal autodenominados ecologistas que quieren campo y campo pero sin ningún ser vivo que lo disfrute excepto el mosquito autóctono.
Esta mujer no es que vaya de flor en flor, que estaría bien, es que nunca se ve lo que busca o qué le atrae.
Recuerdo esa inmensa película 'Buscando al señor Goodbar" donde la prota se metía hasta el cuello en su búsqueda, veías desesperación pero también alegría, perennemente insatisfecha y perfectamente creíble.
La de esta película no es la peor persona del mundo, es la película peor narrada.
Ahora la cámara tiene como objetivo el no saber qué mirar, cuando hay tantas historias por contar ya sean sus personajes ambiguos o decididos, pero por favor, cuenten, atrévanse. No nos tengan dos horas haciendo terapia de sillón.
Serie

5,8
7.450
6
5 de marzo de 2024
5 de marzo de 2024
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serie entretenida con las mismas virtudes y defectos que el libro.
En este el inicio es más poderoso que en pantalla. Te pega literalmente a la historia y al personaje de Antonia Scott.
En la serie, esta se va perfilando entre imágenes reales e imaginarias.
En ambos, libro y serie, se va difuminando la historia.
Los personajes están construidos a medias, pero te acabas haciendo a ellos.
En general, las actuaciones son regulares y algunas, bastante mejorables.
El personaje misterioso mantiene la incógnita de cara a la continuación,se supone.
En general y en resumen, mantiene la atención a partir del segundo capítulo y el final no deja de ser un fuego y juego de artificios.
En este el inicio es más poderoso que en pantalla. Te pega literalmente a la historia y al personaje de Antonia Scott.
En la serie, esta se va perfilando entre imágenes reales e imaginarias.
En ambos, libro y serie, se va difuminando la historia.
Los personajes están construidos a medias, pero te acabas haciendo a ellos.
En general, las actuaciones son regulares y algunas, bastante mejorables.
El personaje misterioso mantiene la incógnita de cara a la continuación,se supone.
En general y en resumen, mantiene la atención a partir del segundo capítulo y el final no deja de ser un fuego y juego de artificios.
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