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Críticas ordenadas por utilidad
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4,9
746
4
16 de agosto de 2017
16 de agosto de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy en día la industria cosmética la toma contra los gallos para extraer de sus crestas el ansiado ácido hialurónico y así poder rejuvenecer las jetas de sus clientes. Pero no siempre fue así. En esta película, Roger Corman planteó la disparatada posibilidad de que la juventud eterna podía obtenerse a través de enzimas extraídas de las avispas.
Janice Starling (Susan Cabot) es la dueña de una empresa de cosméticos en plena caída de ventas y como solución se aviene a ser la cobaya de un científico medio loco que ha encontrado un elixir rejuvenecedor exprimiendo avispas. Janice se administra algunas dosis y rejuvenecer, rejuvenece, pero a cambio de transformarse en avispa de vez en cuando. Bueno, lo de transformarse en avispa es un decir, porque lo que realmente ocurre es que la mujer aparece con una especie de careta de algo que simula ser la cara de una avispa. La transformación es de una cutrez tan acusada que resulta hasta entrañable, pues en avispil estado, a la mujer se le ve el collar en el cuello, las medias Marie Claire y hasta los zapatos de tacón...
Lo dicho, hora y cuarto de cutrez-ficción entrañable firmada por Corman.
Janice Starling (Susan Cabot) es la dueña de una empresa de cosméticos en plena caída de ventas y como solución se aviene a ser la cobaya de un científico medio loco que ha encontrado un elixir rejuvenecedor exprimiendo avispas. Janice se administra algunas dosis y rejuvenecer, rejuvenece, pero a cambio de transformarse en avispa de vez en cuando. Bueno, lo de transformarse en avispa es un decir, porque lo que realmente ocurre es que la mujer aparece con una especie de careta de algo que simula ser la cara de una avispa. La transformación es de una cutrez tan acusada que resulta hasta entrañable, pues en avispil estado, a la mujer se le ve el collar en el cuello, las medias Marie Claire y hasta los zapatos de tacón...
Lo dicho, hora y cuarto de cutrez-ficción entrañable firmada por Corman.

8,4
100.275
10
10 de septiembre de 2017
10 de septiembre de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el verano de 1938, un profesor de instituto neoyorquino llamado Murray Burnett, viajó hasta Austria para ayudar a su familia judía, que al igual que el resto de la población judía se veía amenazada tras el "anschluss" de marzo. En Europa Burnett pudo darse cuenta de que muchos refugiados tomaban barcos que surcaban el Mediterráneo con destino al norte de África y pensó en que tal vez sería una buena idea escribir una obra de teatro sobre ello. Finalmente, la pieza definitiva que hizo poner en marcha el engranaje de todas sus ideas se la proporcionó la visualización de dos películas de gran éxito en aquellos tiempos y que narran un drama romántico entre un gángster y una bella turista parisina en la 'casbah' argelina: "Pépé le Moko" (Julien Duvivier, 1937) y "Argel" (John Cromwell, 1938). A su regreso a EEUU comenzó a escribir la obra de teatro titulada "Everybody comes to Rick's" junto con una chica llamada Joan Alison y con la que acabaría casándose y posteriormente divorciándose (Siempre les quedaría "Everybody comes to Rick's).
Warner puso 20.000 dólares sobre la mesa para comprar los derechos y la puso en manos de Howard Hawks quien hizo los preparativos para dirigirla, pero la dificultad para contratar al reparto que deseaba (se ofrecieron los papeles a Ann Sheridan, Hedy Lamarr, Ronald Reagan, George Raft o Dennis Morgan), sumado a los diferentes retrasos en otros ámbitos del rodaje hicieron que Hawks declinara la oferta.
Entonces Jack Warner pensó en Michael Curtiz, tal vez no entre los directores más brillantes, pero desde luego un hombre serio y metódico, justo lo que en ese momento necesitaba "Casablanca".
Cuando finalmente se dio el papel de Rick Blaine a Humphrey Bogart, los gemelos Epstein adaptaron el guión pensando en él, que venía de rodar dos cumbres del cine negro "High Sierra" y "El halcón maltés". Los hermanos Epstein imprimen a "Casablanca" una fluidez y agilidad propia del mejor "noir", lo que la hace única, y combinan diálogos plenos de mordacidad (-¿Dónde estuviste anoche? -No tengo la menor idea -¿Qué harás esta noche? -No hago planes por anticipado. / - Me desprecias, ¿verdad? - Si llegara a pensar en ti... probablemente) con dosis románticas en pleno "flashback" (-El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos - ¿Ha sido un cañonazo o es el corazón que me late?). Sin embargo, los Epstein tuvieron problemas para engarzar los diálogos con tintes políticos como exigía Warner que debían estar muy presentes y para ello se contrató a Howard Koch que culminó hasta la perfección un guión ya extraordinario (-¿Por qué vino a Casablanca? - Vine a tomar las aguas - ¿Qué aguas? - Me informaron mal). Pero las famosas aguas termales de Vichy y su gobierno colaboracionista encabezado por el mariscal Pétain tienen también su reflejo al inicio de la cinta cuando un miembro de la resistencia muere tiroteado bajo un mural con la imagen pintada de Pétain (Yo cumplo mis promesas, así como las de los demás), o hacia el final de la cinta, cuando el capitán Louis Renault demuestra haber abandonado definitivamente su apoyo al gobierno de Vichy repudiando una botella de agua mineral de la ciudad francesa.
Es hartamente conocido el hecho de que Ingrid Bergman preguntara en varias ocasiones a Michael Curtiz sobre si finalmente el personaje de Ilsa Lund terminaría junto a Rick Blaine o a Víctor Lazslo y él le respondiera que no lo sabía, puesto que el guión no estaba terminado. Es probable que el hecho de que Bergman no tuviera información del desenlace del film mejorara su actuación, pero lo que es seguro es que los hermanos Epstein quisieron inmortalizarlo en su genial guión, demostrando tener una sorna más allá de lo esperado cuando Rick Blaine responde así al personaje de Ilsa Lund, hacia el final de la película: "Sigue siendo una historia sin final".
"Casablanca" tuvo un enorme éxito inmediato, sin duda aumentado al retrasar su estreno intencionadamente un par de semanas, dando tiempo al ejército estadounidense para que entrara en Casablanca y la publicidad tomara repercusión mundial.
Warner puso 20.000 dólares sobre la mesa para comprar los derechos y la puso en manos de Howard Hawks quien hizo los preparativos para dirigirla, pero la dificultad para contratar al reparto que deseaba (se ofrecieron los papeles a Ann Sheridan, Hedy Lamarr, Ronald Reagan, George Raft o Dennis Morgan), sumado a los diferentes retrasos en otros ámbitos del rodaje hicieron que Hawks declinara la oferta.
Entonces Jack Warner pensó en Michael Curtiz, tal vez no entre los directores más brillantes, pero desde luego un hombre serio y metódico, justo lo que en ese momento necesitaba "Casablanca".
Cuando finalmente se dio el papel de Rick Blaine a Humphrey Bogart, los gemelos Epstein adaptaron el guión pensando en él, que venía de rodar dos cumbres del cine negro "High Sierra" y "El halcón maltés". Los hermanos Epstein imprimen a "Casablanca" una fluidez y agilidad propia del mejor "noir", lo que la hace única, y combinan diálogos plenos de mordacidad (-¿Dónde estuviste anoche? -No tengo la menor idea -¿Qué harás esta noche? -No hago planes por anticipado. / - Me desprecias, ¿verdad? - Si llegara a pensar en ti... probablemente) con dosis románticas en pleno "flashback" (-El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos - ¿Ha sido un cañonazo o es el corazón que me late?). Sin embargo, los Epstein tuvieron problemas para engarzar los diálogos con tintes políticos como exigía Warner que debían estar muy presentes y para ello se contrató a Howard Koch que culminó hasta la perfección un guión ya extraordinario (-¿Por qué vino a Casablanca? - Vine a tomar las aguas - ¿Qué aguas? - Me informaron mal). Pero las famosas aguas termales de Vichy y su gobierno colaboracionista encabezado por el mariscal Pétain tienen también su reflejo al inicio de la cinta cuando un miembro de la resistencia muere tiroteado bajo un mural con la imagen pintada de Pétain (Yo cumplo mis promesas, así como las de los demás), o hacia el final de la cinta, cuando el capitán Louis Renault demuestra haber abandonado definitivamente su apoyo al gobierno de Vichy repudiando una botella de agua mineral de la ciudad francesa.
Es hartamente conocido el hecho de que Ingrid Bergman preguntara en varias ocasiones a Michael Curtiz sobre si finalmente el personaje de Ilsa Lund terminaría junto a Rick Blaine o a Víctor Lazslo y él le respondiera que no lo sabía, puesto que el guión no estaba terminado. Es probable que el hecho de que Bergman no tuviera información del desenlace del film mejorara su actuación, pero lo que es seguro es que los hermanos Epstein quisieron inmortalizarlo en su genial guión, demostrando tener una sorna más allá de lo esperado cuando Rick Blaine responde así al personaje de Ilsa Lund, hacia el final de la película: "Sigue siendo una historia sin final".
"Casablanca" tuvo un enorme éxito inmediato, sin duda aumentado al retrasar su estreno intencionadamente un par de semanas, dando tiempo al ejército estadounidense para que entrara en Casablanca y la publicidad tomara repercusión mundial.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No sé si es la mejor película de todos los tiempos, pero de lo que yo he visto, es lo mejor.
Haz una prueba: Prueba a omitir cualquier frase por mínima que sea de "Casablanca" y la película perderá puntos. Prueba a hacerlo con otra, e igual hasta los gana...
Bienaventurados los que nunca han visto "Casablanca", porque ellos descubrirán el cine.
Haz una prueba: Prueba a omitir cualquier frase por mínima que sea de "Casablanca" y la película perderá puntos. Prueba a hacerlo con otra, e igual hasta los gana...
Bienaventurados los que nunca han visto "Casablanca", porque ellos descubrirán el cine.

5,3
1.214
3
21 de febrero de 2007
21 de febrero de 2007
17 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cary Grant, Sofía Loren, Frank Sinatra...todo parece indicar que vamos a disfrutar de una maravillosa velada cinéfila, además acompaña el, en principio, nada sospechoso Stanley Kramer. La curiosidad crece a cada minuto que se sucede: Cary Grant es oficial de la marina, acaba de llegar a Santander; Sinatra es un inquieto guerrillero que lucha contra las fuerzas napoleónicas y a todo esto se une Loren. Es difícil de asimilar pero ahí está, y la curiosidad hace que siga apalancado siguiendo el devenir de las aventuras.
El objetivo es evitar que un colosal cañón caiga en manos francesas, al menos para Grant. Para Sinatra el objetivo es trasladar el cañón hasta Ávila con el fin de cañonear las murallas. Hasta aquí la cosa es sorprendente pero pasable. Pero Kramer nos tiene reservada una pequeña sorpresa: Para trasladar el cañón de gran calibre desde las cercanías de Santander hasta Ávila hay unos 380 kilómetros, pero en la peli vemos imágenes de La Ciudad Encantada...en Cuenca!!! Con lo que calculando de nuevo la distancia Santander-Cuenca-Ávila y suponiendo que el séquito de Sinatra no se homenajea con un garbeo por La Alhambra, tenemos la nada despreciable cifra de 864 kilómetros cargando con un cañón que pesa un quintal.
Tremendamente maravilloso, en la que uno se pregunta: ¿Qué hace Cary Grant en esta película?, ¿Qué hace Sofía Loren en esta película?, ¿Qué hace Frank Sinatra en el cine?
Casi seguro que John Woo le debe mucho a Kramer al incluir en Misión Imposible 2 una procesión en Sevilla con las imágenes quemándose y a la que sólo le faltan falleras tirando petardos. Si Salzillo pillara a John Woo...
Portentosa.
El objetivo es evitar que un colosal cañón caiga en manos francesas, al menos para Grant. Para Sinatra el objetivo es trasladar el cañón hasta Ávila con el fin de cañonear las murallas. Hasta aquí la cosa es sorprendente pero pasable. Pero Kramer nos tiene reservada una pequeña sorpresa: Para trasladar el cañón de gran calibre desde las cercanías de Santander hasta Ávila hay unos 380 kilómetros, pero en la peli vemos imágenes de La Ciudad Encantada...en Cuenca!!! Con lo que calculando de nuevo la distancia Santander-Cuenca-Ávila y suponiendo que el séquito de Sinatra no se homenajea con un garbeo por La Alhambra, tenemos la nada despreciable cifra de 864 kilómetros cargando con un cañón que pesa un quintal.
Tremendamente maravilloso, en la que uno se pregunta: ¿Qué hace Cary Grant en esta película?, ¿Qué hace Sofía Loren en esta película?, ¿Qué hace Frank Sinatra en el cine?
Casi seguro que John Woo le debe mucho a Kramer al incluir en Misión Imposible 2 una procesión en Sevilla con las imágenes quemándose y a la que sólo le faltan falleras tirando petardos. Si Salzillo pillara a John Woo...
Portentosa.

5,2
3.385
3
23 de septiembre de 2018
23 de septiembre de 2018
13 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos fijamos en la portada y vemos a un hombre encaramado en lo alto de un tejado, con una pierna ligeramente más adelantada que la otra, como dominando la situación, que por otra parte es bastante inquietante, porque París se ha sumergido bajo una bruma que todo engulle. Y yo me pregunto si el artífice de la portada ha visto alguna vez el cuadro "El caminante sobre el mar de nubes" de Friedrich, porque si no lo ha visto goza de su misma genialidad, y si lo ha visto el corta y pega le ha salido modernizado, pero vaciado de romanticismo. Todo no se puede tener, supongo.
Ya viendo la película vemos como la bruma va asolando la ciudad y todo el que no puede escapar de su húmedo influjo se queda tieso. Esto es algo así como lo que ocurría en "La niebla" de Carpenter, pero sin maldiciones ni fantasmas-pirata. Pero ojo, que esto es la bruma parisina y no la niebla de Cabot Cove, imagino que para dotar a nuestro corta y pega de una genuina originalidad.
Y tras la presentación de un desinteresado guión, acontece la simpleza y la calidad de lo tópico: pareja de abuelos a vuelta de todo, militares que guían a refugiados y pelea con un individuo que se vuelve malo en situaciones de intenso estrés.
Se llama "La bruma", podría llamarse "La niebla" y debería llamarse "La nada".
Ya viendo la película vemos como la bruma va asolando la ciudad y todo el que no puede escapar de su húmedo influjo se queda tieso. Esto es algo así como lo que ocurría en "La niebla" de Carpenter, pero sin maldiciones ni fantasmas-pirata. Pero ojo, que esto es la bruma parisina y no la niebla de Cabot Cove, imagino que para dotar a nuestro corta y pega de una genuina originalidad.
Y tras la presentación de un desinteresado guión, acontece la simpleza y la calidad de lo tópico: pareja de abuelos a vuelta de todo, militares que guían a refugiados y pelea con un individuo que se vuelve malo en situaciones de intenso estrés.
Se llama "La bruma", podría llamarse "La niebla" y debería llamarse "La nada".

7,9
8.579
8
18 de julio de 2007
18 de julio de 2007
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable historia dramática protagonizada por un dúo femenino de gran solvencia.
Wyler desarrolla la trama a golpe de sorpresas y sufridos y agrios giros. Dirección seria sin caer en sentimentalismos del todo a cien.
De James Garner no sabemos si va o viene, es un poco ambiguo, parece gallego. La ambigüedad ayuda a la película pero da la sensación de artificiosidad en Garner.
Karen Balkin, la niña que larga sus cuentos...no resulta nada creíble. Es lo peor de la película.
Saludos.
Wyler desarrolla la trama a golpe de sorpresas y sufridos y agrios giros. Dirección seria sin caer en sentimentalismos del todo a cien.
De James Garner no sabemos si va o viene, es un poco ambiguo, parece gallego. La ambigüedad ayuda a la película pero da la sensación de artificiosidad en Garner.
Karen Balkin, la niña que larga sus cuentos...no resulta nada creíble. Es lo peor de la película.
Saludos.
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