Haz click aquí para copiar la URL
You must be a loged user to know your affinity with David Dunn
Críticas 44
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
Hostage to the Devil
Documental
Irlanda2016
4,6
60
Documental, Intervenciones de: Malachi Martin, John Zaffis, Art Bell ...
3
4 de diciembre de 2017 Sé el primero en valorar esta crítica
Aunque esta producción comparta título con aquel best-seller setentero que recogía cinco casos de posesión demoníaca pretendidamente reales, en modo alguno puede ser contemplada como una adaptación. Por tanto, quien esté interesado en conocer los detalles de esos casos, así como la descripción de los exorcismos correspondientes, deberá acudir al libro. Lo que ofrece el documental “Hostage to the Devil” es un repaso a la vida de Malachi Martin, autor de dicho best-seller. Un jesuita irlandés afincado en El Vaticano que llegó a colaborar en la traducción de los pergaminos del Mar Muerto. Descontento con las profundas reformas surgidas en el Concilio Vaticano II, Martin abandonó la iglesia en 1965 y se trasladó a Nueva York. Allí reveló al público su faceta de exorcista y compaginó críticas furibundas hacia las posiciones más progresistas de la institución eclesiástica con tratados de demonología que contribuyeron en la instrucción, junto con otros gurús de lo sobrenatural como la ínclita Lorraine Warren, de la siguiente generación de caraduras: Ralph Sarchie, Jimmy Petonito, John Zaffis, etcétera.

El acercamiento a la figura de Martin que compone “Hostage to the Devil” es fundamentalmente acrítico, de modo que el grueso de las entrevistas incluidas en el documental provienen de sus acólitos. Aquí también encontramos algunos testimonios de personas -periodistas o editores- que si bien no parecen comulgar necesariamente con las ideas de Martin, ganaron dinero con él e impulsaron en este proceso el negocio del exorcista. Por su parte, las poquísimas voces críticas que se incluyen en la cinta pueden ser fácilmente entendibles desde el conflicto de intereses. Además, como un modo de legitimar los exorcismos de Martin, “Hostage to the Devil” dedica bastante espacio a trasladar la posición actual de la iglesia católica respecto a este particular ritual, aspecto que se cuenta entre lo más interesante del filme...junto con el apresurado recuento de su etapa como empleado vaticano.

Por otro lado, aunque veamos en la película recreaciones que se mueven entre lo hortera y lo cutre, el director de “Hostage to the Devil” hace buen trabajo a la hora de otorgarle dinamismo. Para ello, echa mano de recursos tan lucidos como planos de transición llenos de movimiento, un misterioso trayecto en coche o una utilización efectivamente tramposa del suspense que incluso logra hacernos morder las uñas mientras esperamos un desenlace increíble. Por fortuna, “Hostage to the Devil” se conforma con el único anticlímax razonable, cosa que devuelve con brusquedad al espectador a una realidad imposible de esconder tras un fanatismo tan auténtico: Hay espíritus, sofisticados y reales, que están aquí para lastimarnos. Pero no deben buscarse en las vaporosas huestes demoníacas, sino entre las inacabables filas de individuos increíblemente seductores. Malachi Martin es sólo un ejemplo.
22 de enero de 2019 1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hallar una dirección precisa, calmada, elegante y actuaciones magníficas en una película de M. Night Shyamalan casi se da por sentado. Pero conviene destacarlo también en "Glass". James McAvoy se sale, lo pasa en grande; Sarah Paulson repugna casi menos de lo que su presencia como actriz inspira normalmente y la cámara fluye tan bien como siempre. La paleta cromática se usa del modo instructivo habitual, aunque no hacía falta insistir tanto en ciertos pasajes: el asunto ya queda claro en el cartel. Mientras que la partitura, en línea con "Split", funciona peor que allí. Ese insistente tictac rompe la película cuando aparece.

No obstante, lo peor es que "Glass" no captura las mejores cualidades del cine de Shyamalan. Aquí no encontramos su atmósfera cautivadora, un poderoso ambiente de misterio ni momentos de verdadera emotividad. Los flashbacks carecen de fuerza, por mucho metraje de "Unbreakable" que rescaten, algo que resulta inédito en el director indoestadounidense. Por otra parte, quién sabe si por convicción o incapacidad, el director rehuye nuevamente los códigos del cine de acción cuando rueda las peleas, adoptando una inefectividad comparable con lo que contemplamos en "The Last Airbender". En cambio, la trama que lleva al tercer acto queda, sin ninguna vergüenza, como una fantasmada calibre James Bond.

El montaje se antoja tan raruno en ciertos lances y el impacto de algunos personajes se reduce hasta tal punto que quizá haya algo bueno en los minutos faltantes. El plot twist sigue la línea de indiferencia general. Además, el subtexto alcanza esa moñez vista en "Lady in the Water". No es que las ideas que plantea la película sean ingenuas de por sí. Pero, tal como un servidor lo entiende, el cine utiliza emociones plasmadas sinceramente para convencer a la platea, cosa que aquí no se logra. De hecho, "Glass" parece un encargo hecho a un director eficiente para cerrar un universo ajeno, algo difícil de asumir en una trilogía que ha tardado 19 años en completarse.

Con todo, queda sitio para la esperanza. Si en "The Visit" Shyamalan expresaba sus puntos de vista acerca del estilo found footage, aquí tal vez haga lo propio con el cine de superhéroes. Podría ser simplemente que quien esto escribe no tuviera tanta experiencia en un género como en el otro. Al fin y al cabo, el director habla del poder de la creencia para trascender. En el peor de los casos, el cineasta de Philadelphia ya ha saldado una deuda que parecía importante para él y podrá dedicarse, esperemos, a proyectos más interesantes.
8 de abril de 2013 1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La premisa es interesante y atractiva, sobre todo por aquello de los viajes en el tiempo. El primer acto es bastante ágil y cumple bien su función de presentar a los personajes principales y sus conflictos. Mención especial a la escalofriante escena de tortura trans-temporal.

El segundo acto se hace excesivamente lento y pesado. Esto es achacable al cambio de género que sufre cinta. Pasa de ser una película de acción a una película dramática y/o romántica.

El tercer acto intenta recuperar el fuelle perdido en la parte media con escenas espectaculares y algo de sangre. No obstante, el desenlace se percibe un tanto ñoño y ya visto. No se corresponde para nada con lo atractivo de la idea inicial.

En conclusión, es como si las películas favoritas del director fueran El Efecto Mariposa (Eric Bress y J. Mackye Gruber, 2004) y Push (Paul McGuigan, 2009) y, al mismo tiempo, quisiera atraer y agradar a los fans de Terminator (James Cameron, 1984)…sin conseguirlo, claro.
1 de diciembre de 2017 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si no fuera porque, según parece, el debutante Riley Stearns todavía sigue casado con la estupenda Mary Elizabeth Winstead, la película “Faults” debería ser su principal motivo de orgullo. Esto es así porque, aun exponiendo una trama que transcurre mayoritariamente en una habitación de motel, este filme sobre sectas peligrosas que se desarrolla a un ritmo siempre lento nos mantiene fascinados e intrigados incluso después de que los títulos de crédito hayan concluido. El complicado tono que Stearns acierta a imponer a su obra tiene toda la culpa de ello.

"Faults” comienza como una comedia, es decir, si llamamos comedia a un humor negro y seco en torno a la penosa existencia de un individuo que ha alcanzado el punto más bajo de su vida. A partir de aquí, la película retuerce aún más el colmillo para ir convirtiéndose, sin abandonar este peculiar registro cómico, en una cosa cada vez más rara: enfermizamente inmersiva, corrupta, plena de una turbia sensualidad y con algún toque alucinado. Cincelando este tono, encontramos un guión que construye entre sus dos protagonistas una relación frágil, intensa y completamente verosímil que toma como eje un juego de mutuas necesidades.

Además, tanto el veterano Leland Orser como la Winstead -quien aquí ejerce de cónyuge, protagonista y productora- elevan este notable material ofreciendo múltiples matices de dulzura, tristeza, indefensión, patetismo o fortaleza con una contención envidiable. Mientras que el gusto de Stearns por los travellings de acercamiento absorbentes, las tomas largas y unas composiciones de plano resultonas que saben sacar jugo a su limitada localización principal, nos sitúa en el estado mental adecuado para empatizar por completo con esta historia que, en el fondo, habla de libertad de decisión, control coercitivo y de cómo este tipo de estrategias pueden encontrarse en lugares mucho mas cotidianos que las sectas destructivas.

Por todas estas cosas, importa poco que el giro final de la película se sostenga difícilmente a poco que uno lo examine. La sobrecogedora capacidad de ”Faults” para cautivarnos se impone a todo lo demás.
8 de enero de 2015 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Teoría del Todo (James Marsh, 2014), biopic acerca de Stephen Hawking, no me parece una película aburrida. Fuera del tramo inicial, donde el científico aún conservaba la capacidad de moverse, el ritmo del filme es muy tranquilo. Pero los 120 minutos que conforman esta propuesta van fluyendo calmadamente sin llegar a desesperar. El verdadero problema reside en que su argumento resulta bastante plano.

El corazón del filme no es tanto la existencia de este insigne físico teórico, sino su relación con Jane Wilde, cónyuge durante 30 años y madre de sus tres hijos. La interesante y verosímil evolución del matrimonio, junto con la exposición superficial de los hitos profesionales conquistados por el físico a lo largo de su carrera, sostienen la película y dan para plantear algunas cuestiones que no por convencionales resultan menos potentes: la deseable relación cordial entre ciencia y religión, la positiva relación entre hombre y tecnología, la superación de las adversidades mediante el convencimiento de que los límites no existen y la importancia de la familia, entre otros asuntos.

Como compensación de la planitud argumental y también del convencionalismo de sus mensajes, encontramos en La Teoría del Todo unos valores artístico-técnicos bastante brillantes. Eddie Redmayne, Felicity Jones y David Thewlis componen unas interpretaciones solventes, si bien se echa en falta por parte del actor principal una expresividad facial y vocal a la altura de su extraordinario mimetismo corporal.
La destacable fotografía, por su parte, otorga al filme un aire bucólico y soñador en perfecta consonancia con una mente que siempre se ha mantenido fija en las galaxias más distantes.

Es de agradecer que una historia de superación personal tan trágica como ésta se esfuerce por huir del melodrama facilón, confinado únicamente a un puñado de escenas. Sin embargo, el halo de conservadurismo moral que desprende el desenlace de la cinta arruina hasta cierto punto la experiencia, de tan descarado. Pese al feroz ateísmo de Hawking y su gusto por la provocación, parece que con la iglesia, encarnada por la católica y tradicionalista Jane Wilde, cuyas memorias han servido de base a La Teoría del Todo, hemos topado.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para