Como si de una pieza de alta precisión se tratara Jeff Nichols, director también de premíadisima “Shotgun Stories”, junta, une y sincroniza las piezas a la perfección de una historia brillante.
Película que basa sus pilares principales: en un guión solido y un desarrollo adecuado, una dirección impecable, una atmósfera sobre cogedora gracias a su bso y sobre todo a unas magnificas interpretaciones de los protagonistas, Michael Shanon y Jessica Chastain. Shanon, actor curtido en series de television ( Boardwalk Empire), desborda genio y credebilidad, solo con su imponente figura y esa cara ya tiene la mitad del papel logrado, dejando secuencias en las que es imposible no hacer la comparación con ese Jack Nicholson esquizofrenico intentando dar cordura a sus visiones en “El Resplandor”. En “Take Shelter” Curtis, como si de Noe se tratara, se empeña en construir un refugio para tornados y salvar a su familia, a consecuencia de unas pesadillas que le están atacando su paz , pero la historia va mas alla lanzado cantidad de problemas anexos que hacen dudar continuamente de lo que estamos viendo.
Una historia que a priori se sube al carro del genero del cine catastrofista, ya lo hizo antes John Hillcoat o Lars Von Trier, pero en cambio tiene una diferencia y es que este va declinando en algo mas parecido a “El Resplandor” de Stanley Kubrick. Y es que la pelí­cula podía ser una metáfora del miedo, de la incomunicación y de la protección de los que mas quieres. Metáfora que también se puede agregar a ese pueblo de la America profunda donde la religión esta en todos los hogares y una crisis mundial que ha marcado una generación y que todavía no sabemos que camino tomara.
Resumiendo obra maestra del cine indie que recomiendo ver…

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La persona que se acerque por primera vez a universo de Wes Anderson podría adolecer de estar tomándole el pelo, cosa habitual en espectadores de fast-food , seria injusta la crítica atropellada por parte de este tipo de público,pues Wes Anderson es por ahora el director más meticuloso, detallista y metódico que se puede ver en la industria del cine. Desde “Academia Rushmore” 1998 su estilo narrativo se ha desviado poco, creando una marca de la casa en cada una de sus filmes, con esto Wes Anderson construye un mundo particular que a simple vista se reconoce. Amante de lo vintange, lo naif y de lo bizarro, se recrea en cada plano sin dejar ni el más mínimo detalle en el olvido, hace de cada secuencia una partitura orquestada por la mejor sinfonía y lo mejor de todo, es que se aprecia el gusto y la dedicación que gasta con su trabajo. Un arte de los que pocos directores podrán alardear. Con sus películas no tendrás la sensación de que se podía haber hecho mejor, algo mejor sería imposible. Wes Anderson es capaz de contar un cuento de niños y dejarte haciendo palmas de emoción.

Moonrise Kingdom cuenta la PRECIOSA historia de un amor adolescente entre un boy-scout y la hija mayor de la pareja formada por Bill Murray y Frances McDormand. Sam es un experimentado boy-scout y Suzy una chica salida del mundo Anderson, ella ve el mundo a través de sus prismáticos mágicos y como le gusta la música, lleva el tocadiscos, prestado, de su hermano,todo un toque… kitsch, al igual que la película.La primera vez que se ven, Sam y Suzy, ya saben que serán el uno para el otro. También saben que su idilio puede ser un caso perdido, así que acuerda un encuentro en medio del bosque y bajo la amenaza de la tormenta más grande que se recuerda en la isla. Sam y Suzy intentaran por todos los medios que no los separen. Fabula de la preadolescencia donde los protagonista encuentran su paraíso en una playa virgen. Fabula también de unos enamorados acusados por el síndrome de Peter Pan, el capitán Sharp y la Sra. Bishop.

Elenco de actores que se prestan a la merced y a las excentricidades de Anderson, a parte de sus actores fetiches, Bill Murray y Jason Schwartzman, tenemos también a nuevas incorporaciones como Edward Norton interpretando a un auténtico jefe de tropa. Una demostración total de uniformes y colorines, una banda sonora que se distingue por su afán de superación en cada secuencia de la película,una manera ejemplar de encuadrar cada toma, cada plano, todo minuciosamente preparado y dispuesto, en conclusión el cine de Anderson me enamora, me toca la fibra, supongo que yo, en el fondo soy un adulto al que le gusta que le cuenten un cuento de vez en cuando.

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Ya lo hizo “Bullhead” 2011, Matthias Schoenaerts es un animal, un animal como actor y un animal eligiendo papeles que le van como anillo al dedo, donde puede presumir como actor y además de presumir con su imponente figura. En “Bullhead”2011 nos convenció rotundamente con el papel de un ganadero dopado hasta las pestañas, que vivía en guerra con el mundo después de sufrir un accidente de niño, el cual marco su futuro y su carácter para siempre.
En esta “De Oxido y Huesos” interpreta a un ex-boxeador, aunque realmente sabemos poco de su pasado, solo que en su mochila lleva a un niño de 5 años, su hijo, y que la madre de este nunca llega. Hasta ahí el drama parece estar servido, pero Jacques Audiard, el autor de la premiadísima “Un Prophète” 2009 ,película que indaga también en la lucha personal de un preso, Malik, que tiene en su deber sobrevivir como pueda en este medio tan peligroso y violento, vuelve ahora, por ese camino tan bien conocido para él, y nos cuenta una historia bien forjada y por supuesto bien, muy bien interpretada tanto por Matthias Schoenaerts como por Marion Cotillard, la que parecía relegada a papeles secundarios, sin menos preciar su gran trabajo hecho en ellos, “Origen”2010, “The Dark Knight Rises” 2012 o “Contagion”2011 en lo que ha sido dirigida por grandes directores como Nolan o Soderbergh. Dejando atrás esta trayectoria, envidiable por cierto, Cotillard se atreve con un papel principal y cuanto menos difícil, con el que la francesa presume de ser una actriz en la que su valía no necesita justificación. La pareja protagonista crea una simbiosis perfecta en la alcanzan a sumergirnos en esta historia de superación, amor y dolor, sobre todo dolor.
Ali es un “animal” difícil de sujetar, el marca su camino con el mismo instinto que cualquier fiera irracional. Ali sigue sus instintos primarios él come, duerme, pelea y se aparea como el macho alpha de una manada, pero sin manada, sin ataduras… incluso sin familia, es difícil que asuma sus responsabilidades. Stéphanie trabaja en un parque acuático adiestrando a bestias tan gigantes y salvajes como las orcas, quizás sea ese el motivo por el cual ella se sienta atraída por Ali, un ser indomable que su terapia de relajación es pelear en combates ilegales.
La historia pierde un poco de fuelle en su segunda mitad, pero no obstante nos atrapa hasta su desenlace y nos premia con un exquisito comienzo, y aunque digan que tiene un ramalazo comercial la película es totalmente recomendable, tiene ese punto de Jacques Audiard tan propio al que nos ha acostumbrado. Brava es también la labor maquillaje y efectos, las escenas de Stéphanie son verdaderamente realistas.
Una historia en la que la fusión de la carne, los huesos y el metal (oxidado) bailan al compás de una preciosa historia de amor, salvaje y brutal!!

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Descarnado, cruel, sufrido, pesimista y dramático relato el que nos presenta la directora de “Blue Car “ 2002, Karen Moncrieff. Directora que no se caracteriza por ser la alegría de la huerta en sus filmes. En “The Dead Girl”, eso sí, con mucho talento y con más rabia todavia cuenta la historia mediante las vidas cruzadas de cinco mujeres, en forma de cinco actos.

En el primer acto: “La Extraña”, la desesperación, el no tener salida, ver como el tiempo pasa sin redención, la falta de amor que necesita y la irracionalidad que su madre postrada exige de ella, harán que Arden( Toni Collette) empiece una relación con un extraño a la vez que encuentra el cadáver abandonado y esto le servirá como vía de escape.

En el segundo acto: “La Hermana”, se deja paso a la esperanza, pero a la esperanza de encontrar aunque sea muerto a un ser querido del que no se sabe nada desde hace mucho tiempo, es lo que le sucede a Leah (Rose Byrne);actriz que me encanto en el papel de soldado medico en la película de Juan Carlos Fresnedillo “28 semanas después” para mi quizás la mejor película de zombies que haya visto; esperanza para dar descanso a la pesada carga que debe llevar encima por unos padres que todavía albergan esperanza por la llegada de la desaparecida.

El tercer acto: “La Esposa” es quizás el más duro de reponerse ya que la impotencia, la amargura, la sumisión e incluso la forma de mirar a otro lado se asoman de una forma injusta a un matrimonio donde un secreto dictaminara el futuro de otras personas.

El cuarto acto y el quinto: “La Madre” y “La Chica Muerta” es el tramo final de la película donde conocemos a una alocada, rebelde, dulce y entrañable protagonista Krista (Brittany Murphy), con una vida desecha en su infancia que le marca en su etapa adulta bajando a los infiernos para poder dar un vida digan a su hija y que lucha contra viento y marea por hacerla feliz.

Karen Moncrieff escribe el guion y dirige con pulso de hielo esta película, destrozando cualquier atisbo de esperanza y nos enseña un mundo tan real como asqueroso. Un mundo de personajes reales tan cínicos que hay cosas que no quieres ver aunque sucedan delante de sus narices. Un mundo hecho para sufrir en el que las pocas alegrías que pueden tener son destrozadas sin que el espectador puede hacer nada aunque dan ganas de meter la mano por la pantalla y agarrar alguno por el cuello.

Película que ya veis, no os hará reír pero que despertara ese lado de rabia que tenemos que tener contra esos monstruos que pasean por la calle como si nada.

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Es bastante fácil imaginar lo que se le puede pasar por la cabeza a un mandatario de estos, poder, riqueza, etc… ¿no? Larry y Sacha todavía van más allá y dan una vuelta ¡no! dan varias vueltas de tuerca y trivializan sobre los dictadores de la forma más tronchante que te puedas imaginar. Tercera película que lleva el sello de este tándem tan variopinto como tan variopintas son también sus películas: “Borat” en 2006 y “Brüno” en 2009. “El Dictador” exagera hasta el punto de poner contener la risa, desde el comienzo con la introducción hasta los títulos de crédito finales con tomas falsas incluidas es imposible mantener la mandíbula cerrada (aunque ya se sabe que habrá gente que no soporten este tipo de humor soez, vulgar y descacharrado, ¿que se les va a hacer?)

Larry Charles y Sacha Baron crearon a “Borat” a modo de experimento, jugaron con la improvisación y consiguieron algo muy difícil de superar. Aquí hay un guion y todo funciona “controlado” pero Sacha es un genio, lo comparan con el mismo Peter Sellers, ¡ahí es nada!, solo con verlo ataviado con el uniforme de Almirante General Aladeen y esa pinta se te suelta la sonrisa.

Aunque a primera vista el personaje más parecido sea el de Sadam Husein, la inspiración les llevo a otro dictador más peculiar, el dirigente sirio Muamar el Gadafi, un hombre lleno de excentricidades, como la de las escolta de vírgenes (vete tú a saber si eran vírgenes), o la indumentaria real que se ponía, más parecida a la de una anciana de vacaciones en Benidorm.

La historia contiene también una parte romántica, Aladeen se enamora de su salvadora Zoey (Anna Faris), actriz con una trayectoria en la comedia envidiable como “Scary Movie” 2001 o “Cuerpos de Seguridad” 2009, Zoey es vegetariana, solidaria, humanista y pacifista, vamos…todo lo que un opresor dictador puede querer, con ella aprenderá un parte nueva de la vida (entre otras cosas como consolarse uno mismo).

El personaje de Aladeen es despótico, guarro, tirano, absurdo, vicioso, ridículo, irreverente, etc. , y encima Sacha lo borda ,por todo esto es por lo que te ríes hasta no poder más. Señores disfrutar del espectáculo, el “El Dictador” es puro entretenimiento con risa asegurada, ¿Qué más se puede querer?

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