Se pueden tomar dos caminos. Ignorar trabajos como NEGOCIOS CON RESACA, o hablar de ellos.

Yo he tomado la decisión de hablar de ella. Y lo hago porque estoy cansado de ver payasadas absurdas que atontan cada vez más, nuestra ya perjudicada inteligencia.

Deberían adoptarse calificaciones intelectuales para las películas, al igual que ya se hace con categorías morales. Si así fuese esta daría un puntuación curiosa como elemento empobrecedor del intelecto humano.

LA VIDA DE LOS OTROS, no está dotada de alma. Creada a partir de un guión metódico, se ofrece como una sucesión de imágenes tan gélidas como el espíritu alemán, de trabajadores eficientes y resolutivos pero con una distante frialdad anímica.

Debo reconocer que curiosamente su director Florian Henckel von Donnersmarck, ha logrado dotar a su producto de algo que fue capaz de conectar con los más entregados cinéfilos que encontraron en ella, algo que desafortunadamente yo no he conseguido.

He realizado esta crítica la segunda vez que la vi, pues la primera, había olvidado incluso del título.

Nos plantea una historia que en su pretensión inicial, pudiera pensar que busca alojarse en una narración de mayor relevancia. No lo consigue del todo.

Debo aclarar que tampoco es una película desdeñable, pero si resulta algo gastada, por su desarrollo lánguido y carente de mayor fuerza argumental, algo, que hubiera sido muy acertado.

Se mueve por terrenos poco creíbles, dadas las circunstancias que plantea. Pero en el último tercio, consigue remontar alejando ese desinterés del tramo intermedio.

Una de las mejores películas que he visto sobre ambición, sed de poder, traiciones y un desasosegante vacío interior que tratan de llenar sin saber como.

Es una película de triunfadores fracasados, cubiertos de dinero, de especulación y un intento por hallar la felicidad que buscan en cualquier lugar menos donde deberían. DENTRO DE SI MISMOS.

EXCELENTE. Si no la has visto procura hacerte con ella. No te defraudará. Magistral dirección de Oliver Stone, Actuaciones impresionantes de Michael Douglas y Charlie Sheen, sin olvidar a Martin Sheen .

Es indiscutible que las interpretaciones son buenas, la ambientación, la fotografía... Para cualquier actor los personajes extremos son un goloso caramelo.

Este "FARO" además es sucio, brutal, con una historia mal trenzada, donde su director Robert Eggers ha puesto el énfasis en proyectar un asombro pretencioso sin calado, buscando únicamente el desconcierto del espectador que se emociona con facilidad con secuencias enarboladas para lograr su efecto.