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5
7 de febrero de 2025
7 de febrero de 2025
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Película mediocre realizada por el fantástico Riccardo Freda, ya casi al final de su carrera, y que no demuestra, salvo en contados momentos, su talento.
Prácticamente todo funciona mal en la película. Podemos empezar citando a los actores, horrorosos en sus roles, especialmente la bella Camille Katon, cuyas dotes interpretativas son inversamente proporcionales a su belleza, y que en varias escenas mira descaradamente a cámara. Por no hablar de que cada vez que uno de ellos se hace el muerto, podemos ver como respira con total claridad.
La realización y el trabajo del director tampoco se salvan, ya que se rellena el metraje de planos de personajes caminando y largos momentos en los que no pasa nada, simplemente otean el paisaje o realizan acciones sin ningún valor. El guion es infumable, caótico y confuso hasta tal punto que los productores, debido a la escasa duración del metraje y a lo incomprensible que resultaba, decidieron contratar a otro director (la rumorología habla de Filippo Walter Ratti) para rodar unas cuantas escenas más y un epílogo en el que se nos explicase lo que ocurre al final de la película. No resulta demasiado convincente y el personaje que la da, se la saca de la manga completamente. En cuanto a la machacona banda sonora, mejor no hablar.... estridencia pura.
Pese a todo lo malo, de vez en cuando tenemos alguna idea interesante que capta el interés del espectador, alguna escena lograda que recuerdan al mejor Freda, como esos planos de Keaton con el candelabro en la mano que recuerdan al gótico italiano y, lo mejor de todo, la matanza de los asistentes a la misa negra. Resulta brutal, sangrienta e inesperada, convirtiéndose en lo mejor de toda la película.
Una obra menor en la filmografía de Freda, repleta de defectos y carencias, pero no exenta de algunos atractivos.
Prácticamente todo funciona mal en la película. Podemos empezar citando a los actores, horrorosos en sus roles, especialmente la bella Camille Katon, cuyas dotes interpretativas son inversamente proporcionales a su belleza, y que en varias escenas mira descaradamente a cámara. Por no hablar de que cada vez que uno de ellos se hace el muerto, podemos ver como respira con total claridad.
La realización y el trabajo del director tampoco se salvan, ya que se rellena el metraje de planos de personajes caminando y largos momentos en los que no pasa nada, simplemente otean el paisaje o realizan acciones sin ningún valor. El guion es infumable, caótico y confuso hasta tal punto que los productores, debido a la escasa duración del metraje y a lo incomprensible que resultaba, decidieron contratar a otro director (la rumorología habla de Filippo Walter Ratti) para rodar unas cuantas escenas más y un epílogo en el que se nos explicase lo que ocurre al final de la película. No resulta demasiado convincente y el personaje que la da, se la saca de la manga completamente. En cuanto a la machacona banda sonora, mejor no hablar.... estridencia pura.
Pese a todo lo malo, de vez en cuando tenemos alguna idea interesante que capta el interés del espectador, alguna escena lograda que recuerdan al mejor Freda, como esos planos de Keaton con el candelabro en la mano que recuerdan al gótico italiano y, lo mejor de todo, la matanza de los asistentes a la misa negra. Resulta brutal, sangrienta e inesperada, convirtiéndose en lo mejor de toda la película.
Una obra menor en la filmografía de Freda, repleta de defectos y carencias, pero no exenta de algunos atractivos.
1 de febrero de 2025
1 de febrero de 2025
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Medio entretenida película de acción, con el especialista en artes marciales Loren Avedon en el papel protagonista y colaborando en la escritura de un guion no demasiado bueno ni interesante, que únicamente sirve como hilo conductor para llevarnos de una escena de acción a otra, sin explicar nada y en ocasiones sin demasiado sentido.
Las escenas de acción no son nada del otro mundo, las coreografías de lucha tampoco y por momentos parece que estamos viendo un episodio hipervitaminado de "El equipo A", con tiroteos eternos. Eso sí, aquí al menos las balas impactan contra los malos. De las interpretaciones mejor no hablar.
Pese a sus infinitas carencias, entretiene y se pasa rápido.
Las escenas de acción no son nada del otro mundo, las coreografías de lucha tampoco y por momentos parece que estamos viendo un episodio hipervitaminado de "El equipo A", con tiroteos eternos. Eso sí, aquí al menos las balas impactan contra los malos. De las interpretaciones mejor no hablar.
Pese a sus infinitas carencias, entretiene y se pasa rápido.
11 de enero de 2025
11 de enero de 2025
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Última película (si no tenemos en cuenta que rodó algunos fragmentos de películas episódicas) dirigida por el a veces interesante Deodato, uno de los directores mas controvertidos de la historia del cine debido a su genial "Holocausto Caníbal".
"Ballad in Blood", inédita en España salvo por su paso por algún festival como el de Sitges, es una película rodada con poco presupuesto, con actores noveles que lo hacen bastante bien y con una premisa argumental muy interesante, basada en hechos reales: el caso de una estudiante de intercambio que fue encontrada muerta en Perugia, en circunstancias muy parecidas a las que narra la película, aunque luego esta se aleje del realismo del caso.
Sin embargo, "Ballad in Blood" es un producto fallido, debido a su desastroso guion y desarrollo de personajes, que más allá de su interesante punto de partida no es capaz de ofrecernos nada más, ni tan siquiera un desarrollo de personajes medianamente coherente o un desarrollo de trama estable. Como espectadores, resulta imposible conectar con cualquiera de los tres personajes principales, sentir empatía o preocupación por ellos e incluso, ni tan siquiera lograremos conectar con la víctima, con la buena de Elizabeth, a la que conoceremos a base de flashbacks, única persona normal que hay en toda la película.
La película avanza a trompicones, a base de mostrarnos a los protagonistas drogándose, manteniendo relaciones (podremos disfrutar de numerosos planos de tetas y culos, ya que Deodato parece seguir la premisa de que cualquier momento es bueno para enseñar carne, incluso de la fallecida, que por más que la tapan o visten, siempre hay una forma de volver a desnudarla), discutiendo y así hasta llegar a una conclusión un tanto extraña. Deodato incluso se atreve a meter algo de humor negro que no acaba de funcionar.
Sin embargo, hay que reconocer a la película que está filmada con elegancia, con una buena fotografía, tiene una buena música (los grandes Claudio Simonetti y Riz Ortolani están ahí) y hay un cierto encanto en ver discutir a unos personaje tan locos que anima a visionarla con interés hasta el final, pasándose bastante rápida, y esperando llegar al final para ver como Deodato y los guionistas salen del lío en el que se han metido. No lo hacen con éxito, y el final es bastante simplón y chorras, con un último plano que ni siquiera tiene sentido.
A modo de curiosidad, destacar dos apariciones especiales. La primera, el cameo del propio Deodato, que interpretando a un profesor que va en silla de ruedas, y que da lugar a una escena en teoría humorística, y que resulta bochornosa. El profesor se llama Eli Roth, en homenaje al director estadounidense, que a su vez le había homenajeado a Deodato haciéndole aparecer en un breve papel en "Hostel 2" como el carnicero italiano. Y el segundo, la participación en un pequeño papel de su hijo, Saverio Deodato, interpretando al líder una banda de góticos que parece que va a tener algún peso en la trama pero que no tienen ninguno.
"Ballad in Blood", inédita en España salvo por su paso por algún festival como el de Sitges, es una película rodada con poco presupuesto, con actores noveles que lo hacen bastante bien y con una premisa argumental muy interesante, basada en hechos reales: el caso de una estudiante de intercambio que fue encontrada muerta en Perugia, en circunstancias muy parecidas a las que narra la película, aunque luego esta se aleje del realismo del caso.
Sin embargo, "Ballad in Blood" es un producto fallido, debido a su desastroso guion y desarrollo de personajes, que más allá de su interesante punto de partida no es capaz de ofrecernos nada más, ni tan siquiera un desarrollo de personajes medianamente coherente o un desarrollo de trama estable. Como espectadores, resulta imposible conectar con cualquiera de los tres personajes principales, sentir empatía o preocupación por ellos e incluso, ni tan siquiera lograremos conectar con la víctima, con la buena de Elizabeth, a la que conoceremos a base de flashbacks, única persona normal que hay en toda la película.
La película avanza a trompicones, a base de mostrarnos a los protagonistas drogándose, manteniendo relaciones (podremos disfrutar de numerosos planos de tetas y culos, ya que Deodato parece seguir la premisa de que cualquier momento es bueno para enseñar carne, incluso de la fallecida, que por más que la tapan o visten, siempre hay una forma de volver a desnudarla), discutiendo y así hasta llegar a una conclusión un tanto extraña. Deodato incluso se atreve a meter algo de humor negro que no acaba de funcionar.
Sin embargo, hay que reconocer a la película que está filmada con elegancia, con una buena fotografía, tiene una buena música (los grandes Claudio Simonetti y Riz Ortolani están ahí) y hay un cierto encanto en ver discutir a unos personaje tan locos que anima a visionarla con interés hasta el final, pasándose bastante rápida, y esperando llegar al final para ver como Deodato y los guionistas salen del lío en el que se han metido. No lo hacen con éxito, y el final es bastante simplón y chorras, con un último plano que ni siquiera tiene sentido.
A modo de curiosidad, destacar dos apariciones especiales. La primera, el cameo del propio Deodato, que interpretando a un profesor que va en silla de ruedas, y que da lugar a una escena en teoría humorística, y que resulta bochornosa. El profesor se llama Eli Roth, en homenaje al director estadounidense, que a su vez le había homenajeado a Deodato haciéndole aparecer en un breve papel en "Hostel 2" como el carnicero italiano. Y el segundo, la participación en un pequeño papel de su hijo, Saverio Deodato, interpretando al líder una banda de góticos que parece que va a tener algún peso en la trama pero que no tienen ninguno.
30 de septiembre de 2024
30 de septiembre de 2024
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Coproducción entre España y USA, cuyos únicos alicientes son una portada espectacular, de las que hacía que la película se alquilase sola en el videoclub y que no guarda relación con el contenido de la película; y un reparto repleto de veteranos del género, como Tony Isbert, Dorothy Malone o Carole James, por citar algunos.
Poco más podríamos destacar de la película dirigida por Larraz, una obra que mezcla fantasmas, "zombis", ocultismo y terror psicológico, todo ello sin acierto y con una realización simplona y poco apropiada, repleta de fallos y decisiones artísticas muy discutibles, como la inclusión de una banda sonora medio rock que no acompaña para nada a lo que se ve en pantalla. Tampoco ayuda a la dirección un guion desdibujado y lleno de flecos, que presenta escenas ilógicas que no llevan a nada (por ejemplo el sótano lleno de comida podrida y ratas), que parece que va a ser importante para la trama y que luego carece de importancia.
Los actores tampoco hacen un trabajo especialmente destacable, luciendo alguno de ellos penosos en su papeles, especialmente la protagonista, Lorin Jean Vall, de rostro bello y cualidades interpretativas muy limitadas. Larraz debía de saberlo, y se preocupa más en mostrarnos sus pechos, con cualquier excusa, que de sacarle una interpretación medianamente decente. El actor que hace de su novio resulta aún peor, siempre con la misma cara de palo, da igual que esté alegre como preocupado, su semblante siempre es el mismo. La única interpretación medianamente destacable es la del cura, cargada de histrionismo.
"Descanse en piezas" es un título menor de nuestra filmografía patria, una obra que aunque presenta alguna idea interesante, se ve estropeada por el guion y especialmente por una dirección poco inspirada e insidiosa.
Poco más podríamos destacar de la película dirigida por Larraz, una obra que mezcla fantasmas, "zombis", ocultismo y terror psicológico, todo ello sin acierto y con una realización simplona y poco apropiada, repleta de fallos y decisiones artísticas muy discutibles, como la inclusión de una banda sonora medio rock que no acompaña para nada a lo que se ve en pantalla. Tampoco ayuda a la dirección un guion desdibujado y lleno de flecos, que presenta escenas ilógicas que no llevan a nada (por ejemplo el sótano lleno de comida podrida y ratas), que parece que va a ser importante para la trama y que luego carece de importancia.
Los actores tampoco hacen un trabajo especialmente destacable, luciendo alguno de ellos penosos en su papeles, especialmente la protagonista, Lorin Jean Vall, de rostro bello y cualidades interpretativas muy limitadas. Larraz debía de saberlo, y se preocupa más en mostrarnos sus pechos, con cualquier excusa, que de sacarle una interpretación medianamente decente. El actor que hace de su novio resulta aún peor, siempre con la misma cara de palo, da igual que esté alegre como preocupado, su semblante siempre es el mismo. La única interpretación medianamente destacable es la del cura, cargada de histrionismo.
"Descanse en piezas" es un título menor de nuestra filmografía patria, una obra que aunque presenta alguna idea interesante, se ve estropeada por el guion y especialmente por una dirección poco inspirada e insidiosa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y por si fuera poco, Larraz estropea la única escena interesante, el asesinato de una banda de música, rodándola sin fuerza y dotando al momento de un aire de irrealidad y una falta de gore preocupantes en un producto de estas características.
2 de julio de 2024
2 de julio de 2024
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Película dirigida por Bruno Mattei y guionizada por el propio Mattei en compañía de su inseparable Claudio Fragasso. En este caso se atreven con una película "nunsploitation", género en las cuales las monjas, una figura pura, o bien solía caer en vicios sexuales o eran directamente violadas, o bien en la violencia. Sin embargo, Mattei le da un giro y en vez de ceñirse a lo habitual de la época, prefiere encaminar su película hacia las posesiones demoníacas.
"Terror en el convento" es una película verdaderamente interesante, y proviniendo de la dupla Mattei-Fragasso resulta hasta sorprendente. La atmósfera está muy lograda y cuidada (rodada en un convento real, de aires claustrofóbicos y con extrañas muñecas colgadas en el ático), con planos muy cuidados y repletos de detalles, la iluminación es sobresaliente con algunos juegos de luces con unos tonos verdes y rojizos que ambientan algunas escenas y la banda sonora corre a cargo de la mítica banda de rock progresivo Goblin (ojo, las canciones fueron sacadas de otras producciones sin el permiso de la banda). El reparto y las interpretaciones son muy buenas y destacan Carlo de Mejo interpretando a un sacerdote parapsicólogo muy moderno y Franco Garofalo haciendo un pequeño pero importante papel interpretando a Boris, el jardinero del convento. Las mejores escenas, como la decapitación real de una gallina, son suyas A diferencia de en otras producciones, aquí aparece muy comedido y hace una interpretación que mejora con el paso del metraje.
El único punto un poco molesto y desconcertante de la película son algunas de la reacciones de los personajes a los sucesos que viven. Por ejemplo, a uno de lo curas le comienza a arder su Biblia y las luces de su habitación explotan y no parece sorprenderle. Al igual que el momento en cual una de las monjas comienza a sangrar por la boca y nadie hace nada ni se sorprende. Esto también mejora con el paso del metraje, y llegada la parte más fantástica de la película, ya se nos ha olvidado.
Película muy entretenida y sorprendente, dentro de lo mejor que hizo Mattei a comienzos de los ochenta.
"Terror en el convento" es una película verdaderamente interesante, y proviniendo de la dupla Mattei-Fragasso resulta hasta sorprendente. La atmósfera está muy lograda y cuidada (rodada en un convento real, de aires claustrofóbicos y con extrañas muñecas colgadas en el ático), con planos muy cuidados y repletos de detalles, la iluminación es sobresaliente con algunos juegos de luces con unos tonos verdes y rojizos que ambientan algunas escenas y la banda sonora corre a cargo de la mítica banda de rock progresivo Goblin (ojo, las canciones fueron sacadas de otras producciones sin el permiso de la banda). El reparto y las interpretaciones son muy buenas y destacan Carlo de Mejo interpretando a un sacerdote parapsicólogo muy moderno y Franco Garofalo haciendo un pequeño pero importante papel interpretando a Boris, el jardinero del convento. Las mejores escenas, como la decapitación real de una gallina, son suyas A diferencia de en otras producciones, aquí aparece muy comedido y hace una interpretación que mejora con el paso del metraje.
El único punto un poco molesto y desconcertante de la película son algunas de la reacciones de los personajes a los sucesos que viven. Por ejemplo, a uno de lo curas le comienza a arder su Biblia y las luces de su habitación explotan y no parece sorprenderle. Al igual que el momento en cual una de las monjas comienza a sangrar por la boca y nadie hace nada ni se sorprende. Esto también mejora con el paso del metraje, y llegada la parte más fantástica de la película, ya se nos ha olvidado.
Película muy entretenida y sorprendente, dentro de lo mejor que hizo Mattei a comienzos de los ochenta.
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