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Críticas ordenadas por utilidad
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7,1
1.293
9
17 de diciembre de 2016
17 de diciembre de 2016
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Talk of the Town" (El asunto del día), de George Stevens, 1942. Hubo un tiempo en que una mujer como Jean Arthur (una de las reinas del Hollywood clásico, que conviene reivindicar mucho más, y desde luego una de mis actrices de comedia favoritas de todos los tiempos), podía dormir en una casa con Ronald Colman en la habitación de al lado y Cary Grant escondido en la buhardilla y que co pasara "casi" nada... bueno, sí pasaban cosas. El personaje de Colman, un ilustre filósofo e intelectual, el estirado Professor Michael Lightcap, llega de viaje a ocupar su nueva vivienda, y permite que su casera, Miss Nora Shelley (Jean Arthur), pase la noche en la casa ante el incesante vendaval que impera fuera (y hasta le presta pijama y cepillo de dientes, no crean), y para ello habilitan la habitación contigua. Lo que no sabe el profesor, es que minutos antes de su llegada, se presentó en casa Leopold Dilg (Cary Grant nada menos, en su vertiente más gamberra), antiguo "amigo" de Nora y prófugo, pues acaba de escapar de la justicia, que se esconde en la buhardilla, qué remedio. Claro, la razón por la que Nora necesita quedarse no es tanto el mal tiempo, sino intentar arreglar el desaguisado. Durante la noche, el profesor escucha unos ronquidos tremebundos, más atronadores que el huracán, y claro, con la información de la que dispone, no tiene más remedio que pensar que provienen de la hacitación de Nora (está claro que los emitía Cary Grant). Por la mañana, cuando se levanta y ve a la chica con su bata angelical y su sonrisa cautivadora, le dedica una mirada que va desde la sorpresa hasta cierta admiración y reconocimiento (ver fotograma). Había conocido muchas cosas en su vida, pero no algo así.
Este era el maravilloso George Stevens (o sea, George Stevens), un autor que, por desgracia, abandonó demasiado pronto la comedia, un género en el que sólo nos ha legado alegrías, como esta muestra de Screw Ball un tanto tardío, con ingredientes inevitables (triángulo amoroso, equivocos en las identidades de los personajes, clara influencia bienintencionada de Capra y de "Historias de Filadelfia"), es una gozada absoluta, una obra maestra que bordea el código Hays casi diez años después de su implantación. Al final a Jean Arthur le hubiera encantado quedarse con los dos maromos, como suele ocurrir tantas veces, pero toma una decisión... que no voy a desvelar, y que dejo a la interpretación de cada cual, pero no exenta de un muy reconfortante debate, estoy seguro. Pero siempre después de ver la película, claro.
Este era el maravilloso George Stevens (o sea, George Stevens), un autor que, por desgracia, abandonó demasiado pronto la comedia, un género en el que sólo nos ha legado alegrías, como esta muestra de Screw Ball un tanto tardío, con ingredientes inevitables (triángulo amoroso, equivocos en las identidades de los personajes, clara influencia bienintencionada de Capra y de "Historias de Filadelfia"), es una gozada absoluta, una obra maestra que bordea el código Hays casi diez años después de su implantación. Al final a Jean Arthur le hubiera encantado quedarse con los dos maromos, como suele ocurrir tantas veces, pero toma una decisión... que no voy a desvelar, y que dejo a la interpretación de cada cual, pero no exenta de un muy reconfortante debate, estoy seguro. Pero siempre después de ver la película, claro.

6,5
13.966
8
3 de abril de 2015
3 de abril de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Había leído que la película es muy Lumet, y que la interpretación de Oscar Isaac está muy influenciada por los ademanes de Michael Corleone de Al Pacino en El Padrino II. Pues atención porque las dos cosas creo que son ciertas, y me alegra mucho de que surjan directores que sigan el camino del maestro Lumet (ya que es de nuestros favoritos). 1981 fue el año más violento en la historia de New York en cuanto a número de delitos, de ahí el título. En el cine de Lumet, la violencia está presente como algo estructural; en cada escena, en cada negociación, en cada conversación, en todas las relaciones, se respira en el ambiente, por más que se guarden los formalismos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Abel, inmigrante colombiano, el personaje interpretado por Oscar Isaac, dirige una empresa de distribución de combustible, pretendiendo prosperar expandiéndose con una operación que puede poner en peligro a toda la competencia. Pese a que Abel pretende, dentro de lo posible, mantenerse dentro de la ley, el funcionamiento del sindicato al margen de la misma, hace muy difícil este equilibrio, más aún cuando un fiscal lo ha elegido para llevar a cabo una investigación fiscal ejemplarizante. Maravillosa Jessica Chastain, y esa escena final que lo dice todo. Su amigo, ese otro inmigrante al que había ayudado dándole cobijo y trabajo, en la situación límite que se encuentra tras haber traicionado y desobedecido a Abel, acaba suicidándose delante de ellos. La bala, acaba atravesando uno de los bidones de combustible, y Abel corre a tapar el agujero para evitar que se derrame ni una sola gota.

6,1
38.463
8
8 de enero de 2014
8 de enero de 2014
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El otro día vi "Más allá de la vida" (Hereafter) de Eastwood, que la tenía pendiente. Había leído críticas de todo tipo, pero qué diablos, me pareció una auténtica maravilla. Un maestro que entra de lleno e un tema más que espinoso, se moja sin reparos y se aleja de la pretenciosidad de ofrecer respuestas ridículas, moralejas y explicaciones innecesarias. Es todo de una sutileza y un buen gusto que abruma. El episodio dickensiano de los dos hermanos es grande; la escena inicial del tsunami, abrumadora, y toda la trama de Matt Damon (por cierto, qué actor), que es el meollo de la cuestión, realmente notable, con mención muy especial al episodio de la relación del personaje de Damon con el de Bryce Dallas Howard, desde que se conocen en el curso de cocina hasta el desenlace en el apartamento, una auténtica gozada.
No es ni mucho menos la muerte un tema ajeno a la filmografía de Clint Eastwood, y mucho menos en las últimas décadas, lo cual no debe sorprender en un hombre que sobrepasa los 80 años.. Inclusive aspectos "sobrenaturales" de la misma ("Más allá del jardín del bien y del mal"), religiosos ("Gran Torino", donde se postula inequívocamente al respecto, con las contradicciones habituales del maestro), su agónica espera y las consecuencias de la misma ("True Crime"). o el sacrificio de un ser querido (Unforgiven, Space Cowboys). ¿O es que no volvieron del más allá El jinete pálido y el Terry McCaleb de Deuda de sangre?.
No es ni mucho menos la muerte un tema ajeno a la filmografía de Clint Eastwood, y mucho menos en las últimas décadas, lo cual no debe sorprender en un hombre que sobrepasa los 80 años.. Inclusive aspectos "sobrenaturales" de la misma ("Más allá del jardín del bien y del mal"), religiosos ("Gran Torino", donde se postula inequívocamente al respecto, con las contradicciones habituales del maestro), su agónica espera y las consecuencias de la misma ("True Crime"). o el sacrificio de un ser querido (Unforgiven, Space Cowboys). ¿O es que no volvieron del más allá El jinete pálido y el Terry McCaleb de Deuda de sangre?.

6,1
27.037
7
31 de enero de 2012
31 de enero de 2012
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No digo que fallida, pero un tanto dispersa se me queda la historia de ese gran reaccionario que fue el fundador del FBI. Con tres frentes de batalla diferenciados, fundación y origen del servicio de inteligencia (quizá lo más interesante de todo el film y lo menos desarrollado), nuevo repaso a los grandes acontecimientos USA del siglo XX desde la perspectiva del FBI (o sea, lo de siempre), y un acercamiento a la figura íntima de J. Edgar Hoover, su frustración sexual y su relación con su ayudante Tolson. Pese a que no se escatiman detalles sobre el carácter manipulador, despota y despiadado del personaje, ni de su faceta más racista (sí de su obsesión antisemita y de su profundo desprecio a los Kennedy), al final subyace la idea de que estamos ante un pobre hombre, víctima de su complejo y de su represión, y con escasa capacidad para compadecerse ni siquiera de sí mismo ni posibilidad de redención, (la redención, auténtico caballo de batalla en la filmografía de Eastwood) y no del auténtico cabrón que realmente fue este tipo. Culpa de ello quizá la tiene el hecho de que el guión proviene del activista gay Dustin Lance Black (autor de Harvey Milk), y que acaba enfocando la historia hacia su conflicto interno entre lo moralmente aceptable y su condición de mariposón (como dice su madre), lo cual, a servidor al menos, le ha aburrido profundamente. Por otro lado, dado lo grotesco de las caracterizaciones de los ancianos (sobre todo la de Tolson), igual el metraje de esta esta etapa se podría haber reducido algo y poner más énfasis en el caso Lindbergh (y similares) y como los especialistas de FBI comienzan a trabajar en la búsqueda de pruebas (a mí esto es lo que más me gusta de toda la peli, y en cierto modo me recuerda a la parte de "El Intercambio" en la que el detective investiga al psicópata, también la que más me gustaba de aquel filme). También el personaje de Naomi Watts se queda un poco cojo, supongo que un poquito más de sí podría haber dado.
En cualquier caso, parece que Clint quiere (como hizo Ford) ir cerrando su filmografía ajustando cuentas y dejando las cosas en su sitio por si algún colectivo se siente ofendido con alguno de sus filmes. Hala, ya le he enmendado la plana a Clint Eastwood, el director más grande vivo, que pase el siguiente.
En cualquier caso, parece que Clint quiere (como hizo Ford) ir cerrando su filmografía ajustando cuentas y dejando las cosas en su sitio por si algún colectivo se siente ofendido con alguno de sus filmes. Hala, ya le he enmendado la plana a Clint Eastwood, el director más grande vivo, que pase el siguiente.

6,2
154
7
21 de marzo de 2015
21 de marzo de 2015
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable ejemplo del mejor Noir de serie B, a cargo de un muy interesante director (The Last Man on Earth, basada en la novela de Mathison), con todos los ingredientes del género y de este tipo de películas: concisión y buen pulso narrativo, imaginación en planos (no faltan desde la parte posterior de un vehículo, al estilo Gun Crazy) y marcado carácter documental, con voz en off y con una sensible dosis de crítica social del sistema. Chicago Confidential se basa en una novela de Jack Lait y Lee Mortimer, ambos reporteros que investigaron los pormenores del crimen organizado y su penetración en el mundo sindical en New York (aunque la acción se traslada a Chicago, con referencia incluso al caso Capone), siendo el guionista, Bernard Gordon, una de las principales víctimas de la lista negra de Hollywood, objeto de la Caza de Brujas del senador McCarthy y su Comité de Actividades Antiamericanas. Esta componente crítica de Gordon marca decididamente el estilo de la película, con una sociedad e instituciones corruptas que tan sólo encuentra oposición mediante el valor y el empeño de individuos que se enfrentan al sistema.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En este caso, el peso de la historia cae en el personaje del fiscal Jim Fremont (Brian Keith), que es inducido al engaño para conseguir la condena del líder sindical Arthur Blane, con el objeto de dejar vía libre a la penetración de una organización criminal en el sindicato laboral. Una vez reconocido su error, y condenado Blane, el fiscal, gracias al empeño de Laura Barton (Beberly Garland, pareja de Blane y testigo de su inocencia), decide enfrentarse a los verdaderos criminales y destapar la verdad.
Tres consideraciones sobre aspectos que me han parecido sumamente interesantes en la película, muy originales y novedosos dentro del cine negro:
- Primero, la síntesis de cómo la organización criminal se adentra en el sindicato, una vez apartada las personas que la dirigían honestamente, y lo convierten en un grupo de extorsión a los propios trabajadores, explicado con un didáctico montaje documental y una voz en off explicativa, con apenas una par de minutos de duración.
-Segundo, la prueba pericial que demuestra la inocencia de Blane, explicada con detenimiento y con todo detalle a cargo de un solvente profesional, y que evidencia y deja entrever que cuando se dispone de los medios, es posible hacer frente con más eficacia a las mafias.
- En tercer lugar, una poca habitual cita a la trata de mujeres a cargo de una organización mafiosa americana en los años 50. Las prostitutas son conducidas a Europa donde "pagan muy bien" por ellas, siendo una temática profundamente actual y escasamente tratada en el cine negro (en el bar que frecuentan los matones, se evidencia de forma muy explícita el trabajo de las prostitutas).
En definitiva, una buena muestra del mejor cine negro, cuando este ya empezaba a declinar, producida por un independiente, Robert E. Kent Productions (distribuida por UA), y con elementos inconfundibles del género negro, como la presencia del gran Elisha Cock Jr. Y una lección magistral de, cómo en 75 minutos, se puede contar con todo lujo de detalles una historio alto compleja. Los grandes maestros de la serie B, Joseph H. Lewis, Edgar G. Ulmer, Phil Karlson, Robert Parrish, Richard Fleischer o Sidney Salkow, merecen un capítulo destacable en la historia del cine negro.
Tres consideraciones sobre aspectos que me han parecido sumamente interesantes en la película, muy originales y novedosos dentro del cine negro:
- Primero, la síntesis de cómo la organización criminal se adentra en el sindicato, una vez apartada las personas que la dirigían honestamente, y lo convierten en un grupo de extorsión a los propios trabajadores, explicado con un didáctico montaje documental y una voz en off explicativa, con apenas una par de minutos de duración.
-Segundo, la prueba pericial que demuestra la inocencia de Blane, explicada con detenimiento y con todo detalle a cargo de un solvente profesional, y que evidencia y deja entrever que cuando se dispone de los medios, es posible hacer frente con más eficacia a las mafias.
- En tercer lugar, una poca habitual cita a la trata de mujeres a cargo de una organización mafiosa americana en los años 50. Las prostitutas son conducidas a Europa donde "pagan muy bien" por ellas, siendo una temática profundamente actual y escasamente tratada en el cine negro (en el bar que frecuentan los matones, se evidencia de forma muy explícita el trabajo de las prostitutas).
En definitiva, una buena muestra del mejor cine negro, cuando este ya empezaba a declinar, producida por un independiente, Robert E. Kent Productions (distribuida por UA), y con elementos inconfundibles del género negro, como la presencia del gran Elisha Cock Jr. Y una lección magistral de, cómo en 75 minutos, se puede contar con todo lujo de detalles una historio alto compleja. Los grandes maestros de la serie B, Joseph H. Lewis, Edgar G. Ulmer, Phil Karlson, Robert Parrish, Richard Fleischer o Sidney Salkow, merecen un capítulo destacable en la historia del cine negro.
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