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Miniserie

7,5
12.295
9
3 de mayo de 2022
3 de mayo de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carta de presentación de Scott Frank, que a pesar estar cruzando tres décadas en el mundo del cine, ha tenido que esperar a tener casi cincuenta años para que le dejaran filmar su propia creación completa. Hasta entonces podemos encontrarlo como guionista en unos cuantos encargos que sin duda llevan su sello.
Veo críticas que parecen no entender este negocio. El cine y (por su producción actual) las series son eso: entretenimiento. El fenómeno en sí no ha variado un ápice desde que los hermanos Lumiere patentaran el cinematógrafo hace más de un siglo: el público se sienta, comienza la proyección y se paga una entrada como en las ferias se pagaban los teatros de marionetas y las sombras chinescas.
Dentro de todo lo que este fenómeno ha deparado tenemos el western. El atractivo de este género se basa en la colonización histórica que los europeos hicieron de las vastas llanuras americanas. La historia de la construcción desde cero de una civilización moderna. Con todos sus dimes y diretes, mitos y leyendas, el lejano Oeste representa un escenario para contar historias basadas en una serie de premisas generales donde todo se reduce a saber quién eres y quién quieres ser. El miedo es mejor dejarlo con la civilización, porque donde no la hay se extiende el abismo mientras no se diga lo contrario.
Pero el caso es que muchos de nuestros viejos se quedaban encandilados si ponían una de vaqueros, aunque fuera de las malas. Por algo será.
Sin Dios es el título de esta obra de gran potencia visual que recurre a todos los elementos del género para elaborarlos con la pluma de un guionista profesional como Scott Frank que sabe del negocio bastante. De hecho, sólo hay un elemento que no encontraremos en Godless: el sentido del humor. Por eso no tiene un diez.
Por todo lo demás, véanla si son amantes de los buenos westerns. No aquellos malos en los que se pasan toda la película pegando tiros. Sino de aquellos en los que toda la trama está al servicio del duelo final. El bien y el mal se presentan sin careta cuando no hay civilización. Sin prisa pero sin pausa, con sólo siete capítulos, se van a ir tejiendo todos los mimbres necesarios para alcanzar el clímax. Héroes y villanos, rescates y rescatados, y rescatadas, drama, amor, caballos, muchos caballos. Oportunistas, puritanos, comerciantes, indios, esclavos (o ex esclavos), predicadores, mineros, forajidos, desheredados, rameras, serpientes y, por supuesto, un botín con miles de dólares.
Pero delante del paisaje, la figura del pistolero, el que no tiene miedo, el que mira a la muerte pensando cuándo es el momento oportuno para apretar el gatillo. Si no la han visto no sé a qué esperan, a estas alturas, después de Gambito de Dama, su creador Scott Frank creo que merece ya un voto de confianza.
Veo críticas que parecen no entender este negocio. El cine y (por su producción actual) las series son eso: entretenimiento. El fenómeno en sí no ha variado un ápice desde que los hermanos Lumiere patentaran el cinematógrafo hace más de un siglo: el público se sienta, comienza la proyección y se paga una entrada como en las ferias se pagaban los teatros de marionetas y las sombras chinescas.
Dentro de todo lo que este fenómeno ha deparado tenemos el western. El atractivo de este género se basa en la colonización histórica que los europeos hicieron de las vastas llanuras americanas. La historia de la construcción desde cero de una civilización moderna. Con todos sus dimes y diretes, mitos y leyendas, el lejano Oeste representa un escenario para contar historias basadas en una serie de premisas generales donde todo se reduce a saber quién eres y quién quieres ser. El miedo es mejor dejarlo con la civilización, porque donde no la hay se extiende el abismo mientras no se diga lo contrario.
Pero el caso es que muchos de nuestros viejos se quedaban encandilados si ponían una de vaqueros, aunque fuera de las malas. Por algo será.
Sin Dios es el título de esta obra de gran potencia visual que recurre a todos los elementos del género para elaborarlos con la pluma de un guionista profesional como Scott Frank que sabe del negocio bastante. De hecho, sólo hay un elemento que no encontraremos en Godless: el sentido del humor. Por eso no tiene un diez.
Por todo lo demás, véanla si son amantes de los buenos westerns. No aquellos malos en los que se pasan toda la película pegando tiros. Sino de aquellos en los que toda la trama está al servicio del duelo final. El bien y el mal se presentan sin careta cuando no hay civilización. Sin prisa pero sin pausa, con sólo siete capítulos, se van a ir tejiendo todos los mimbres necesarios para alcanzar el clímax. Héroes y villanos, rescates y rescatados, y rescatadas, drama, amor, caballos, muchos caballos. Oportunistas, puritanos, comerciantes, indios, esclavos (o ex esclavos), predicadores, mineros, forajidos, desheredados, rameras, serpientes y, por supuesto, un botín con miles de dólares.
Pero delante del paisaje, la figura del pistolero, el que no tiene miedo, el que mira a la muerte pensando cuándo es el momento oportuno para apretar el gatillo. Si no la han visto no sé a qué esperan, a estas alturas, después de Gambito de Dama, su creador Scott Frank creo que merece ya un voto de confianza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por su puesto que no tiene complejos de integrar en su serie elementos de los clásicos. El apellido del protagonista no deja lugar a dudas. Hay mucho de Ok corral, Grupo Salvaje, Leone, Sin perdón, Los siete magníficos, El jinete pálido. Pero ¿por qué no debería? Hemos venido a eso, a ver una de vaqueros.
Los que se aburren no sé qué necesitan. Que se acabe el show por lo visto. Los que hablan de que hay "feminismo" o "ideología" en esta serie ¿Qué representaba para ellos Scarlata Ohara? Lo machista no era el lejano oeste, lo machista era el Hollywood de ciertos westerns. ¿Creen que no había homosexualidad en un lugar sin civilización?
Me parece que el discurso de Scott Frank en Godless es bastante más maduro que el de los que le suspenden en Filmaffinity.
Los que se aburren no sé qué necesitan. Que se acabe el show por lo visto. Los que hablan de que hay "feminismo" o "ideología" en esta serie ¿Qué representaba para ellos Scarlata Ohara? Lo machista no era el lejano oeste, lo machista era el Hollywood de ciertos westerns. ¿Creen que no había homosexualidad en un lugar sin civilización?
Me parece que el discurso de Scott Frank en Godless es bastante más maduro que el de los que le suspenden en Filmaffinity.
7
7 de diciembre de 2021
7 de diciembre de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un show de intriga es esto. La tele nos ha deparado multitud de series con un detective protagonista, desde Peter Gunn o Mike Hammer hasta el agente Cooper. Un crimen, un misterio y un sabueso tras la pista. El show es tan viejo como las novelas de Agatha Christie, ha adoptado tantos formatos para novela, cine y televisión que sería interminable enumerarlos, pero en televisión cobra un espíritu que nos lleva casi a otra época.
La primera temporada de The Sinner era difícil de superar porque tenía el gancho del personaje de Jessica Biel y porque hay una buena novela detrás. Derek Simonds es el verdadero creador del inspector Harry Ambrose (por lo visto más soso en la novela) y busca otra historia para él. Más adentro, otro pueblo entre bosques donde afloran otros personajes con lados oscuros que se ocultan en la teatralización diaria del "sueño americano". Esta segunda temporada tiene otro poquito más de eso de Twin Peaks (pero sin la extravagancia de Lynch, ni nada sobrenatural, claro).
En mi opinión lo consiguen en esta segunda temporada. Incluso en algunos aspectos superan a la primera, donde sólo el pasado de la protagonista era el punto de agarre adictivo. Aquí hay más cabos sueltos y más misterios a desvelar. Nuevos personajes y otro crimen complicado le brindan al espectador el juego de adivinar lo que ocultan los sospechosos. Antonio Campos firma los dos primeros episodios y el tono después no decae, una vez parido un buen producto es fácil continuar con calidad si se sigue trabajando.
Se engrandece Pullman, cada vez que sale sube la temperatura del show, llega sin duda a la altura de aquellos detectives que veíamos de pequeños con anuncios y cena de por medio. Confiamos en el inspector Ambrose, sabemos que no se le escapará la pista clave, nos gusta su tesón, estamos de su lado y con su causa. Conocemos sus puntos débiles y nos preocupamos por él. Queremos que saque la pistola o pegue algún tiro pero admiramos que le cueste tanto hacerlo. El resto de mimbres dispuestos en la primera temporada reaparecen para profundizar: la Culpa es el eje que sirve para la trama y a su vez esculpe a los personajes para profundizar en el retrato social, los que más culpa tienen no suelen sentirse culpables.
Daría para mucho más pero esto es Filmaffinity y sólo estamos hablando de una sencilla serie policíaca. Disfrútenlo como disfrutaban con los detectives de televisión de su infancia. Creo que Ambrose no les decepcionará.
La primera temporada de The Sinner era difícil de superar porque tenía el gancho del personaje de Jessica Biel y porque hay una buena novela detrás. Derek Simonds es el verdadero creador del inspector Harry Ambrose (por lo visto más soso en la novela) y busca otra historia para él. Más adentro, otro pueblo entre bosques donde afloran otros personajes con lados oscuros que se ocultan en la teatralización diaria del "sueño americano". Esta segunda temporada tiene otro poquito más de eso de Twin Peaks (pero sin la extravagancia de Lynch, ni nada sobrenatural, claro).
En mi opinión lo consiguen en esta segunda temporada. Incluso en algunos aspectos superan a la primera, donde sólo el pasado de la protagonista era el punto de agarre adictivo. Aquí hay más cabos sueltos y más misterios a desvelar. Nuevos personajes y otro crimen complicado le brindan al espectador el juego de adivinar lo que ocultan los sospechosos. Antonio Campos firma los dos primeros episodios y el tono después no decae, una vez parido un buen producto es fácil continuar con calidad si se sigue trabajando.
Se engrandece Pullman, cada vez que sale sube la temperatura del show, llega sin duda a la altura de aquellos detectives que veíamos de pequeños con anuncios y cena de por medio. Confiamos en el inspector Ambrose, sabemos que no se le escapará la pista clave, nos gusta su tesón, estamos de su lado y con su causa. Conocemos sus puntos débiles y nos preocupamos por él. Queremos que saque la pistola o pegue algún tiro pero admiramos que le cueste tanto hacerlo. El resto de mimbres dispuestos en la primera temporada reaparecen para profundizar: la Culpa es el eje que sirve para la trama y a su vez esculpe a los personajes para profundizar en el retrato social, los que más culpa tienen no suelen sentirse culpables.
Daría para mucho más pero esto es Filmaffinity y sólo estamos hablando de una sencilla serie policíaca. Disfrútenlo como disfrutaban con los detectives de televisión de su infancia. Creo que Ambrose no les decepcionará.

6,0
29.944
7
3 de julio de 2020
3 de julio de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los amantes del género encontrarán en esta película una propuesta interesante. Imprescindiblemente protagonizada por una actriz como Natalie Portman tras cuyo personaje nos veremos inmersos en un interesante viaje hacia las profundidades de un fenómeno sobrenatural que parece avanzar haciendo peligrar nuestra civilización.
El guión traspira tener una novela detrás que, aunque no he leído, toda la crítica coincide en que se trata de una adaptación bastante libre. A pesar de eso, muchas críticas atacan la poca plausibilidad de varios trucos narrativos para arrastrar a las cinco protagonistas al viaje prometido.
Personalmente soy de los que, mientras no se hagan cosas infantiles y los personajes guarden coherencia, me dejo fácilmente llevar allí donde quiera el director que vayamos, si vale la pena. La mayoría de críticas a las implausibilidades del guión pueden ser perdonadas por el esquema de "tenemos prisa porque el fenómeno avanza" y "los efectos del fenómeno afectan al comportamiento de los personajes".
Es una película en la que cada secuencia introduce un paso más allá en el viaje hacia lo desconocido. El planteamiento de la fantasía es bastante original y no recuerda a ninguna otra película anterior. Además sirve para que pasemos intriga, miedo y bastante interés en toda la cinta. Creo que muchos amantes del género preferirán no perdérsela y espero que agradezcan mi sugerencia a hacerlo. Hay que tener en cuenta que todo planteamiento grandilocuente de la Ciencia Ficción debe dejar necesariamente insatisfecho al espectador, ya que no podemos contar nada sobre lo que desconocemos más allá de lo que podamos imaginar.
Los amantes del cine en general echarán de menos algo de humor en la cinta y probablemente algo más de emotividad, siendo tan colosal el fenómeno, el misterio absorbe el resto de aspectos de la cinta.
El guión traspira tener una novela detrás que, aunque no he leído, toda la crítica coincide en que se trata de una adaptación bastante libre. A pesar de eso, muchas críticas atacan la poca plausibilidad de varios trucos narrativos para arrastrar a las cinco protagonistas al viaje prometido.
Personalmente soy de los que, mientras no se hagan cosas infantiles y los personajes guarden coherencia, me dejo fácilmente llevar allí donde quiera el director que vayamos, si vale la pena. La mayoría de críticas a las implausibilidades del guión pueden ser perdonadas por el esquema de "tenemos prisa porque el fenómeno avanza" y "los efectos del fenómeno afectan al comportamiento de los personajes".
Es una película en la que cada secuencia introduce un paso más allá en el viaje hacia lo desconocido. El planteamiento de la fantasía es bastante original y no recuerda a ninguna otra película anterior. Además sirve para que pasemos intriga, miedo y bastante interés en toda la cinta. Creo que muchos amantes del género preferirán no perdérsela y espero que agradezcan mi sugerencia a hacerlo. Hay que tener en cuenta que todo planteamiento grandilocuente de la Ciencia Ficción debe dejar necesariamente insatisfecho al espectador, ya que no podemos contar nada sobre lo que desconocemos más allá de lo que podamos imaginar.
Los amantes del cine en general echarán de menos algo de humor en la cinta y probablemente algo más de emotividad, siendo tan colosal el fenómeno, el misterio absorbe el resto de aspectos de la cinta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película profundiza ante todo en lo que es la naturaleza. Todo lo que consideramos natural ha sido consecuencia de violentas trasformaciones tras cientos de miles de años de evolución. Recientemente se ha constatado que la extinción de los dinosaurios fue provocada por algo tan accidental (aunque quizá no tanto en aquella época) como el impacto de un asteroide en la actual península de Yucatán, en México.
Qué mundo podríamos imaginar si este suceso en parte casual no hubiera ocurrido. Quizá el mundo de los homínidos nunca hubiera podido sobrevivir (ni nacer) de llegar a convivir con criaturas como los dinosaurios. Quién sabe.
Digo esto porque el fenómeno presentado por Aniquilación es una perturbación general que afecta a todo incluso las células vivas y su ADN. La vida, a pesar de dicho fenómeno se abre paso de formas aberrantes, pero insisto, tan aberrantes como muchas especies conocidas que simplemente han sido capaces de sobrevivir a las condiciones de la naturaleza en nuestro planeta.
A pesar de la superficialidad de extrapolar la mitosis celular a la duplicación de un humano entero, una vez inmersos en la parte final, aquí la cinta alcanza sus preguntas más grandilocuentes. Deja entrever si estamos hablando de una perturbación sólo o si es una perturbación capaz de generar vidas virtualmente paralelas a las originales. E incluso si la perturbación es una vía de colonización alienígena.
La interpretación más coherente del final es que la Lena que está contando en flashback la historia no es la Lena original sino su duplicación. A lo largo de la película a través de varias licencias se nos previene de que Lena puede estar mintiendo como de hecho hace en varias ocasiones. En el corazón de la perturbación Lena se desdobla igual que lo hizo Kane a favor del fenómeno. La Lena original, habiendo comprobado que Kane murió, se inmola heróicamente para cerrar el foco. La Lena superviviente vuelve, contando en parte la verdad pero mintiendo sobre el final a los científicos. En el epílogo podemos ver un abrazo entre el Kane duplicado y la Lena duplicada imposible si ella fuera la original. Se nos muestra el brillo en la retina de Lena para que entendamos que ella tampoco es la original.
En definitiva un fenómeno masivo capaz de alterar la naturaleza con tanto poder como para abrirse paso a través de ella trasformándola en parte de su aberración. Con el desenlace, el final cumple el papel de la trascendencia final del viaje propuesto al principio. Cada grado que sube la narrativa nos dirige hasta la concepción de que la singularidad del Faro es un foco implacable.
Todo muy en la línea de las preocupaciones actuales de nuestra sociedad. El mantra de Hollywood en sus últimas décadas que sirve para radiografiar la psicología de una superpotencia que ve venir su final histórico como tal. Distopías sobre un final desesperanzador. La preocupación sobre las ondas de telecomunicaciones y su alteración en la vida. El colapso del planeta con un punto de vista esperanzador de que la vida avanza incluso en condiciones aberrantes.
Qué mundo podríamos imaginar si este suceso en parte casual no hubiera ocurrido. Quizá el mundo de los homínidos nunca hubiera podido sobrevivir (ni nacer) de llegar a convivir con criaturas como los dinosaurios. Quién sabe.
Digo esto porque el fenómeno presentado por Aniquilación es una perturbación general que afecta a todo incluso las células vivas y su ADN. La vida, a pesar de dicho fenómeno se abre paso de formas aberrantes, pero insisto, tan aberrantes como muchas especies conocidas que simplemente han sido capaces de sobrevivir a las condiciones de la naturaleza en nuestro planeta.
A pesar de la superficialidad de extrapolar la mitosis celular a la duplicación de un humano entero, una vez inmersos en la parte final, aquí la cinta alcanza sus preguntas más grandilocuentes. Deja entrever si estamos hablando de una perturbación sólo o si es una perturbación capaz de generar vidas virtualmente paralelas a las originales. E incluso si la perturbación es una vía de colonización alienígena.
La interpretación más coherente del final es que la Lena que está contando en flashback la historia no es la Lena original sino su duplicación. A lo largo de la película a través de varias licencias se nos previene de que Lena puede estar mintiendo como de hecho hace en varias ocasiones. En el corazón de la perturbación Lena se desdobla igual que lo hizo Kane a favor del fenómeno. La Lena original, habiendo comprobado que Kane murió, se inmola heróicamente para cerrar el foco. La Lena superviviente vuelve, contando en parte la verdad pero mintiendo sobre el final a los científicos. En el epílogo podemos ver un abrazo entre el Kane duplicado y la Lena duplicada imposible si ella fuera la original. Se nos muestra el brillo en la retina de Lena para que entendamos que ella tampoco es la original.
En definitiva un fenómeno masivo capaz de alterar la naturaleza con tanto poder como para abrirse paso a través de ella trasformándola en parte de su aberración. Con el desenlace, el final cumple el papel de la trascendencia final del viaje propuesto al principio. Cada grado que sube la narrativa nos dirige hasta la concepción de que la singularidad del Faro es un foco implacable.
Todo muy en la línea de las preocupaciones actuales de nuestra sociedad. El mantra de Hollywood en sus últimas décadas que sirve para radiografiar la psicología de una superpotencia que ve venir su final histórico como tal. Distopías sobre un final desesperanzador. La preocupación sobre las ondas de telecomunicaciones y su alteración en la vida. El colapso del planeta con un punto de vista esperanzador de que la vida avanza incluso en condiciones aberrantes.

6,0
37.261
5
27 de diciembre de 2024
27 de diciembre de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia romántica de fórmulas hollywoodiense que funciona porque Winslet, Diaz y Law son simpáticos a la cámara.
Lo que no entiendo es por qué a Cameron Diaz la emparejan con Jude Law que en esta época era un reconocido galán de comedia romántica y protagonismos varios, mientras que a Winslet la mezclan con ese tipejo que no le hace gracia ni a su familia. El mismo esquema en los ex de ambas, el de Diaz aceptable, el de Winslet una colleja con la mano abierta. Seguramente son concepciones machistas de los directores de casting de Hollywood que se creen infantilmente que Cameron Diaz es una mujer indiscutible que hay que emparejar necesariamente con un guaperas pero Winslet es una especie de patito feo introspectivo que hay que emparejar necesariamente con un capullo. No sé. Para mí como actriz es mucho más encantadora Winslet, y también es una chica guapísima, creo que la peli pierde fuelle porque la historia de Cameron Diaz tiene sal y la de Winslet es un petardazo.
Lo que no entiendo es por qué a Cameron Diaz la emparejan con Jude Law que en esta época era un reconocido galán de comedia romántica y protagonismos varios, mientras que a Winslet la mezclan con ese tipejo que no le hace gracia ni a su familia. El mismo esquema en los ex de ambas, el de Diaz aceptable, el de Winslet una colleja con la mano abierta. Seguramente son concepciones machistas de los directores de casting de Hollywood que se creen infantilmente que Cameron Diaz es una mujer indiscutible que hay que emparejar necesariamente con un guaperas pero Winslet es una especie de patito feo introspectivo que hay que emparejar necesariamente con un capullo. No sé. Para mí como actriz es mucho más encantadora Winslet, y también es una chica guapísima, creo que la peli pierde fuelle porque la historia de Cameron Diaz tiene sal y la de Winslet es un petardazo.

7,3
11.108
10
20 de julio de 2024
20 de julio de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente es la película, junto con Missing de Costa Gavras, que mejor da a conocer al gran público los ataques contra la democracia y la revolución que organizó la CIA en toda sudamérica durante toda su hegemonía pero en particular en las décadas 70 y 80 con la brutalidad terrorista ejercida por los escuadrones de la muerte entrenados en la escuela de las américas de la Operación Cóndor.
Con buen apetito y gran tiento, se debió encontrar Roman Polanski el libreto redondo de la obra de teatro La Muerte y la Doncella de Ariel Dorfman. Un exiliado de la dictadura fascista de Pinochet por haber colaborado con el gobierno de Salvador Allende. A quien probablemente Rafael Yglesias ayudó a convertirlo en un guión redondo.
Escrita (y adaptada) como una alegoría del tránsito que se ha dado en muchos países del fascismo a la democracia, corriendo un tupido velo y haciendo convivir a inocentes y verdugos que se conocen mutuamente. Polanski firmó aquí otra película que pasó por las taquillas sin pena ni gloria, que empieza como si tal cosa, como si fuera imposible que pueda pasar algo interesante en una casa remota y que poco a poco te va desmenuzando todo el nudo gordiano. Matrícula de Honor para Polanski por ser valiente en adaptarla y juntar ese reparto para "tomar partido, partido hasta mancharase".
Por cierto, como de costumbre, Sigorney Weaver se come la pantalla expresando con su mirada, y todo su cuerpo, las emociones de su personaje en una master class que te deja patidifuso. Impresionante ver como Kingsley se vale sólo de un bigotito, para dejar de ser Gandhi o Itzhak Stern y de pronto representar todo lo contrario.
Entre el fascismo y el antifascismo, como no podía ser de otra manera, Polanski elige acertadamente a Stuart Wilson que es de esos actores que siempre hacen de secundarios, una cara de circunstancia para un personaje que se gana la antipatía del espectador a pesar de sus "buenas intenciones", al igual que le pasa siempre a la socialdemocracia.
Para colmo la música es de Wojciech Kilar, cuya trayectoria en Hollywood es incomprensiblemente ocasional, para el gran talento que ha demostrado. Una película que se disfruta como un thriller y se atreve a utilizar el humor como un arma demoledora. Sobresaliente para todos, comprometida, antifascista, brillante, imprescindible.
Con buen apetito y gran tiento, se debió encontrar Roman Polanski el libreto redondo de la obra de teatro La Muerte y la Doncella de Ariel Dorfman. Un exiliado de la dictadura fascista de Pinochet por haber colaborado con el gobierno de Salvador Allende. A quien probablemente Rafael Yglesias ayudó a convertirlo en un guión redondo.
Escrita (y adaptada) como una alegoría del tránsito que se ha dado en muchos países del fascismo a la democracia, corriendo un tupido velo y haciendo convivir a inocentes y verdugos que se conocen mutuamente. Polanski firmó aquí otra película que pasó por las taquillas sin pena ni gloria, que empieza como si tal cosa, como si fuera imposible que pueda pasar algo interesante en una casa remota y que poco a poco te va desmenuzando todo el nudo gordiano. Matrícula de Honor para Polanski por ser valiente en adaptarla y juntar ese reparto para "tomar partido, partido hasta mancharase".
Por cierto, como de costumbre, Sigorney Weaver se come la pantalla expresando con su mirada, y todo su cuerpo, las emociones de su personaje en una master class que te deja patidifuso. Impresionante ver como Kingsley se vale sólo de un bigotito, para dejar de ser Gandhi o Itzhak Stern y de pronto representar todo lo contrario.
Entre el fascismo y el antifascismo, como no podía ser de otra manera, Polanski elige acertadamente a Stuart Wilson que es de esos actores que siempre hacen de secundarios, una cara de circunstancia para un personaje que se gana la antipatía del espectador a pesar de sus "buenas intenciones", al igual que le pasa siempre a la socialdemocracia.
Para colmo la música es de Wojciech Kilar, cuya trayectoria en Hollywood es incomprensiblemente ocasional, para el gran talento que ha demostrado. Una película que se disfruta como un thriller y se atreve a utilizar el humor como un arma demoledora. Sobresaliente para todos, comprometida, antifascista, brillante, imprescindible.
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