Perfecto retrato del héroe por excelencia. Su personalidad queda magistralmente definida con pocas palabras y unos cuantos planos cuasi-mesiánicos que le otorgan el merecido status de perfecto superhéroe. La acción es demoledora y no da lugar al respiro. Los malos son malísimos y todo gira alrededor de la bondad del héroe. Gran elección Henry Cavill. El trío Snyder, Nolan y goyer funciona a la perfección, acompañados de una banda sonora excelente en su épica y forma y unos efectos visuales que redondean el fresco dándole la categoría de, para mi gusto, la mejor obra de superhéroes hasta la fecha. Para pasárselo bomba.

Esmerado cuento gótico acertadamente filmado en vídeo para construir, a la manera de muñeca rusa, sueños detro de sueños, que finalmente logran desgranar la esencia de lo real. Coppola se muestra a si mismo confesando su propia vampirización, causa de todos esos lujos por los que vive rodeado, y con ello, supongo, que se habrá quedado más a gusto, aunque lo dudo. La obra es una pieza de pura artesanía creativa que no puedo dejar de asociar a aquella pequeña maravilla llamada "Rumble in the fish".

Exageradamente comparable al magnífico Toro Salvaje. Scorsese pacta de nuevo con el diablo para escribir imaginariamente el exceso y la manificiencia del encarnamiento del mal y sus excesos. Retrato de ascensión y caída (aunque no una caída del todo real), Di Caprio ofrece su mejor interpretación al dejarse poseer por el espíritu de lo que realmente quiere representar: es la perfección de la mediúmnidad en un entorno de ambición, hostilidad y lujuria. Exceso fílmico en toda su base, es difícil comparar esta realización fílmica con cualquier otro título, a no ser el Toro Salvaje (al cual supera, principalmente por el alarde de contemporaneidad), obra del mismo sacerdote de Hollywood. ¿Con qué o quien tratamos realmente?

Mención especial para McCounaghey, el cual ya se ve que ha conocido los más espantosos rincones del infierno.

Desde luego que puede aprenderse mucho de todo esto.

Nos topamos con una maravilla de la sencllez en su planteamiento. Un tren peligroso e imparable, la bestia apocalíptica que amenaza la vida. Unos sencillos hombres deciden plantarle cara. No hay nada donde mirar, sólo la vía del tren, en esta producción vertiginosa, unilateral y, sin embargo, planteada desde infinitud de puntos de vista. Obra coral apuntando a un solo punto. La forma habla por sí misma. El director es tan protagonista como la endiablada máquina. Scott afina y realiza su obra perfecta de dinamismo y sencillez. Y colorida. Para disfrutar de su preciosa abstracción. Magia cinematográfica.

Esta película es impacto puro. Sin concesiones, directa como un golpe de karate en la nuez. Liam Neeson es un humilde padrazo y un león sin piedad. El director lo pasa en grande, y el espectador aún más. Película de acción puro, una fantástica joya del entretenimiento y el triunfo del bien sin razones. Ahora bien, el segundo plano también es interesante y muy fantástico, los malos del final son árabes, y por el camino viene barriendo media Europa, caray con el americano. El primer plano habla del triunfo del bien y el segundo del triunfo de America ¿es esto acaso lo mismo?