Es difícil transmitir tanta inocencia y bondad en un personaje. Marissa Triandafyllidou lo consigue sin apenas hablar. Siempre accede a servir a su familia, a aceptar cualquier exceso, cualquier grito injusto. El papel de DImitris es más habitual en el cine, el típico marido de inspiración machista que no trabaja y exige con malos modales. Pero Marissa despierta ternura, comprensión y emoción cuando en alguna escena se ve recompensada y valorada.

Película contemporánea, sencilla y emotiva.

Extraños enamoramientos y el nacimiento de una inesperada amistad. Un argumento poco creíble, raro, al que Almodóvar le da cuerpo siguiendo su método (y lenguaje) habitual. Juega Almodóvar con cuatro personajes y poco más, todos ellos de rebuscada personalidad:

- Una torera. Bien, las hay, cierto.
- Un protagonista masculino (Javier Cámara) que lleva veinte años cerrado en casa con su madre, sin mundo, pero enamoradizo a primera vista.
- Grandinetti interpreta bien al personaje pero no se sabe ni de dónde sale, ni de dónde viene, ni adónde va. Está ahí encajado forzando un guión poco creible.

Película coreana nominada en varios festivales. El cine coreano es una caja de sorpresas: a menudo le sorprenden a uno con cintas fantásticas. No es el caso. La protagonista es insoportable (no juzgo su capacidad interpretativa, no soy capaz de deducirla) y desde el principio me predispuso en su contra: morronga, antipática y distante. Busca, sin demasiado interés, a sus padres biológicos en Corea y en ese proceso, durante varias iteraciones, discurre la cinta, recreándose el director en larguísimos planos que no aportan nada y aburren. Dura dos horas y sobra una.

Bien narrada e interpretada, es una buena película de sobremesa familiar frente al televisor. Más intensa que las buenistas películas sobre colegios y educación pero no deja de tener el halo alemán del cine tranquilo, sin sobresaltos.

La protagonista, vocacional joven profesora, se ve desbordada por un incidente que pone al límite sus emociones, entre la rigidez del sistema escolar y las pullas entre profesores, padres y alumnos.

Hay tensión y cierta intriga que mantiene atento al espectador. Sin más, entretenida.

Por lo que he leído, se basa en una breve novela. El director Guadagnino lo convierte en una insoportable y tediosísima colección de imágenes inconexas que dura dos horas y media.

Quizás sea un buen guion adaptado: os juro que jamás lo comprobaré leyendo la novela porque después del mal rato que me ha hecho pasar esta productora y este director italiano, ya estoy saturado.

Tras el sórdido ambiente de promiscuidad homosexual en México - bien interpretado por Craig y los secundarios - la escena discurre entre la realidad y las alucinaciones (sin el mínimo interés) hasta que el protagonista irrumpe en la selva ecuatoriana, en inmotivado viaje, sin gracia....., con imágenes alteradas por la alucinación..., y quizás alguna escena que pueda considerarse original en cuanto a los efectos especiales.

Para mí es una película demencial que no puedo recomendársela a nadie, aunque el primer cuarto de hora es aceptable.