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10
28 de febrero de 2024
28 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El protagonista podría formar parte del grupo de los «Siete samuráis»: no tiene un señor al que poder servir y no puede evitar ayudar a los más necesitados por un salario tan ridículo que cualquiera puede ver que no lo hace por dinero, sino por humanidad y también para medir su propia valía ante sí mismo. Por un lado, no encaja con el poder y por el otro siente afinidad por los más humildes. Emplea su katana para hacer el bien.
Este samurái errante recorre los caminos buscándose la vida en compañía de su esposa y en eso se distingue de los siete samuráis de la otra peli. Tiene una mujer que realmente lo quiere por lo que es, en lugar de valorarlo por los resultados y el escaso dinero que lleva a casa como pago de su portentosa habilidad con la espada. Él también la quiere e incluso siente devoción por ella.
¿Cómo es posible que tan prodigioso espadachín no consiga un señor al que poder servir para hacer el bien? Cuando por fin lo encuentra, o cree que lo encuentra, se ve envuelto en una intriga urdida por los cortesanos del castillo para que no obtenga el puesto de maestro de armas. Hay un detalle que me llama la atención: el señor feudal sale en busca de él a todo galope en su caballo para rectificar su error, pero no consigue alcanzar a ese matrimonio que se aleja caminando a su ritmo por los caminos. No es una imposibilidad física de encontrarlo, sino mental.
Hacen un bonito retrato de la esposa. Básicamente sola la mayor parte del tiempo, delicada y certera en su sagacidad femenina, y estéticamente en armonía con los espacios alrededor.
Y, por supuesto, la naturaleza está muy presente en todo lo que sucede. Los viajeros no pueden cruzar el río crecido por las lluvias torrenciales y se reúnen en un hostal hasta que el tiempo amaine. Durante esos días compartirán sus experiencias y nuestro samurái dará por casualidad con el señor feudal que lo quiere contratar. Cuando por fin las aguas vuelven a su cauce y pueden de nuevo cruzar el río, todos los viajeros reanudan su viaje a su destino. La naturaleza y sus dificultades ha unido a las personas y luego las ha dejado ir.
Esta peli me parece una declaración de principios de Kurosawa. Él también tuvo sus dificultades para poder trabajar según su concepto del cine con las productoras. Y no rodó sus películas para hacerle la pelota a los poderosos, sino que las hacía para el público en general, la gente normal y corriente, básicamente decente, que somos la mayoría; pero también las hacía para sí mismo. Todos nosotros buscamos a nuestra manera un buen señor y todos sabemos lo complicado que resulta ser nosotros mismos.
Se trata de un guion escrito por Kurosawa que nunca llegó a filmar. No tengo idea de cuándo lo escribió ni qué pensaba hacer con él. Irradia un optimismo que en ningún momento me parece desmedido. Podría calificarse como un testamento. La peli tiene su presencia diríamos que mental, y empieza prestando atención a esa lluvia que vemos tanto en sus pelis procedente de las nubes densas, blancas y gigantescas que llegan al Japón desde el Pacífico. La realizó un ayudante con el que colaboró en sus últimas películas. La música queda bien y todos los actores están estupendamente. Incluso sale el hijo de Toshiro Mifume actuando. El ambiente está magníficamente reproducido en todos sus detalles.
Es una peli en cierto sentido tan modesta como su protagonista. Eso no le resta mérito.
Este samurái errante recorre los caminos buscándose la vida en compañía de su esposa y en eso se distingue de los siete samuráis de la otra peli. Tiene una mujer que realmente lo quiere por lo que es, en lugar de valorarlo por los resultados y el escaso dinero que lleva a casa como pago de su portentosa habilidad con la espada. Él también la quiere e incluso siente devoción por ella.
¿Cómo es posible que tan prodigioso espadachín no consiga un señor al que poder servir para hacer el bien? Cuando por fin lo encuentra, o cree que lo encuentra, se ve envuelto en una intriga urdida por los cortesanos del castillo para que no obtenga el puesto de maestro de armas. Hay un detalle que me llama la atención: el señor feudal sale en busca de él a todo galope en su caballo para rectificar su error, pero no consigue alcanzar a ese matrimonio que se aleja caminando a su ritmo por los caminos. No es una imposibilidad física de encontrarlo, sino mental.
Hacen un bonito retrato de la esposa. Básicamente sola la mayor parte del tiempo, delicada y certera en su sagacidad femenina, y estéticamente en armonía con los espacios alrededor.
Y, por supuesto, la naturaleza está muy presente en todo lo que sucede. Los viajeros no pueden cruzar el río crecido por las lluvias torrenciales y se reúnen en un hostal hasta que el tiempo amaine. Durante esos días compartirán sus experiencias y nuestro samurái dará por casualidad con el señor feudal que lo quiere contratar. Cuando por fin las aguas vuelven a su cauce y pueden de nuevo cruzar el río, todos los viajeros reanudan su viaje a su destino. La naturaleza y sus dificultades ha unido a las personas y luego las ha dejado ir.
Esta peli me parece una declaración de principios de Kurosawa. Él también tuvo sus dificultades para poder trabajar según su concepto del cine con las productoras. Y no rodó sus películas para hacerle la pelota a los poderosos, sino que las hacía para el público en general, la gente normal y corriente, básicamente decente, que somos la mayoría; pero también las hacía para sí mismo. Todos nosotros buscamos a nuestra manera un buen señor y todos sabemos lo complicado que resulta ser nosotros mismos.
Se trata de un guion escrito por Kurosawa que nunca llegó a filmar. No tengo idea de cuándo lo escribió ni qué pensaba hacer con él. Irradia un optimismo que en ningún momento me parece desmedido. Podría calificarse como un testamento. La peli tiene su presencia diríamos que mental, y empieza prestando atención a esa lluvia que vemos tanto en sus pelis procedente de las nubes densas, blancas y gigantescas que llegan al Japón desde el Pacífico. La realizó un ayudante con el que colaboró en sus últimas películas. La música queda bien y todos los actores están estupendamente. Incluso sale el hijo de Toshiro Mifume actuando. El ambiente está magníficamente reproducido en todos sus detalles.
Es una peli en cierto sentido tan modesta como su protagonista. Eso no le resta mérito.

6,9
706
7
9 de febrero de 2024
9 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película atípica y sorprendente. Al parecer está basada en una novela que se inspiró en las andanzas de un asesino en serie que existió y fue famoso en el Japón de los años 60 del pasado siglo.
El tema principal es la violencia casi siempre masculina que se emplea para conseguir lo que se quiere. La historia de nuestro protagonista empieza antes de la guerra, de niño, cuando unos soldados requisan con amenazas y violencia los barcos de pesca de su padre en nombre del emperador, a lo que el chico reacciona violentamente golpeando con un palo a un soldado; y termina en la horca que da por finalizada su desenfrenada carrera criminal. La misma madre de la chica del hostal estuvo quince años en la cárcel por asesinato. Incluso podemos ver en un cine una escena del funeral de JFK. Nuestro protagonista expresa esa violencia contenida con una brutalidad que llama la atención: al final no queda claro si tima y mata para robar, o tima y roba para poder matar.
Hay paralelamente un deseo sexual que también parece funcionar por sí mismo en busca de su objeto independientemente de la voluntad de las personas. Y siempre con la muerte presente de fondo. Ni siquiera el padre, con toda su moralidad cristiana, es capaz de sustraerse de ese deseo.
“La venganza es mía”, reza el título. Yo diría que ironiza el mensaje de los evangelios: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”.
La humanidad que aparece en esta peli parece bastante defectuosa. Y, sin pretender ser irreverente, me parece que quien creó todo ese trágico mundo en el fondo tan banal se lleva la palma.
El tema principal es la violencia casi siempre masculina que se emplea para conseguir lo que se quiere. La historia de nuestro protagonista empieza antes de la guerra, de niño, cuando unos soldados requisan con amenazas y violencia los barcos de pesca de su padre en nombre del emperador, a lo que el chico reacciona violentamente golpeando con un palo a un soldado; y termina en la horca que da por finalizada su desenfrenada carrera criminal. La misma madre de la chica del hostal estuvo quince años en la cárcel por asesinato. Incluso podemos ver en un cine una escena del funeral de JFK. Nuestro protagonista expresa esa violencia contenida con una brutalidad que llama la atención: al final no queda claro si tima y mata para robar, o tima y roba para poder matar.
Hay paralelamente un deseo sexual que también parece funcionar por sí mismo en busca de su objeto independientemente de la voluntad de las personas. Y siempre con la muerte presente de fondo. Ni siquiera el padre, con toda su moralidad cristiana, es capaz de sustraerse de ese deseo.
“La venganza es mía”, reza el título. Yo diría que ironiza el mensaje de los evangelios: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”.
La humanidad que aparece en esta peli parece bastante defectuosa. Y, sin pretender ser irreverente, me parece que quien creó todo ese trágico mundo en el fondo tan banal se lleva la palma.

7,9
1.788
9
6 de febrero de 2024
6 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La peli recrea una cierta atmósfera en la que sitúa la historia. En los espacios cerrados, el director ubica artísticamente a sus personajes en habitaciones como si estuviesen dentro de un cuadro de Mondrian. Los exteriores al aire libre no son panorámicos, sino que se ve el espacio abierto limitado por objetos, calles, muros o lo que sea.
El color es realmente bonito y me gusta mucho el dibujo de los kimonos. La historia sucede en 1957, doce años después de que terminara la guerra y Japón entrara en la modernidad del siglo XX con un par de bombas atómicas. Sin embargo, todo lo que vemos es demasiado tradicional como para que suceda en el siglo XX: las ropas, la representaciones teatrales, las callejuelas peatonales con sus farolillos de papel, las casas que conectan entre sí unas con otras, los locales anticuados en los que se toman un sake caliente, la oficina de correos en la que parece que no suceda nada, en fin, todo cuanto vemos parece evocar una época anterior. Lo único que recuerda al presente son los cigarrillos que se fuman algunos personajes.
Los diversos temas musicales que acompañan de fondo y ayudan a crear la atmósfera que he mencionado al principio están compuestos con armonías occidentales.
Si tuviésemos que hacer una sinopsis diríamos que se trata de una historia en la que los hombres y las mujeres se quieren, mientras el tiempo pasa y la vida pone las cosas en su sitio. ¿No es eso, a fin de cuentas, la esencia de la historia de la humanidad? Relativiza el melodrama, lo cual es de agradecer: el tono general es tranqui, reflexivo, cotidiano. Aparecen unas fugaces explosiones de ira, pero muy controladas, y consigue no caer en un exceso de sentimentalismo. Se trata de una comedia con toda una serie de matices.
Tiene un toque Zen. Retrata con frecuencia la ausencia apenas un instante cuando alguien sale de una habitación y se queda vacía. Al fin y al cabo, la historia también trata de ausencias, de gente errante que va y viene.
La peli parece una sucesión de escenas teatrales. Todos los actores están estupendos. Me ha gustado.
El color es realmente bonito y me gusta mucho el dibujo de los kimonos. La historia sucede en 1957, doce años después de que terminara la guerra y Japón entrara en la modernidad del siglo XX con un par de bombas atómicas. Sin embargo, todo lo que vemos es demasiado tradicional como para que suceda en el siglo XX: las ropas, la representaciones teatrales, las callejuelas peatonales con sus farolillos de papel, las casas que conectan entre sí unas con otras, los locales anticuados en los que se toman un sake caliente, la oficina de correos en la que parece que no suceda nada, en fin, todo cuanto vemos parece evocar una época anterior. Lo único que recuerda al presente son los cigarrillos que se fuman algunos personajes.
Los diversos temas musicales que acompañan de fondo y ayudan a crear la atmósfera que he mencionado al principio están compuestos con armonías occidentales.
Si tuviésemos que hacer una sinopsis diríamos que se trata de una historia en la que los hombres y las mujeres se quieren, mientras el tiempo pasa y la vida pone las cosas en su sitio. ¿No es eso, a fin de cuentas, la esencia de la historia de la humanidad? Relativiza el melodrama, lo cual es de agradecer: el tono general es tranqui, reflexivo, cotidiano. Aparecen unas fugaces explosiones de ira, pero muy controladas, y consigue no caer en un exceso de sentimentalismo. Se trata de una comedia con toda una serie de matices.
Tiene un toque Zen. Retrata con frecuencia la ausencia apenas un instante cuando alguien sale de una habitación y se queda vacía. Al fin y al cabo, la historia también trata de ausencias, de gente errante que va y viene.
La peli parece una sucesión de escenas teatrales. Todos los actores están estupendos. Me ha gustado.

7,0
30
7
4 de febrero de 2024
4 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé a quién se le ocurrió llamarlo “el Clint Eastwood japonés", ni en qué se basó para hacer esa comparación: Eastwood es un actor de recursos muy limitados, tiene dos o tres expresiones que repite una y otra vez en sus actuaciones; Ken Takakura, por el contrario, es un pedazo de actor. He mirado esta peli en japonés, sin subtítulos, porque he querido hacer un experimento. El argumento se adivina sin dificultad y la historia de yakuzas no tiene mucho misterio. No he entendido los diálogos de una manera literal, pero la actuación de Takakura es tan buena y convincente que da lo mismo. Yo diría que es un actor perfecto para un personaje que guarda un secreto. No hace falta que haga mucho para que te lo quedes mirando mientras se ata los zapatos, se come una tostada, se toma una cerveza o desvia la mirada para pensar un momento. Es capaz de dotar de humanidad a unos personajes que sin él no serían gran cosa.
El retrato de la muchacha me ha parecido excesivamente idealizado y he encontrado algunas peleas un tanto ortopédicas. Me ha gustado el ambiente que describen de los yakuza, las imágenes de las callejuelas y el puerto, y todos los actores están muy bien. Pero, sobre todo, me ha encantado Ken Takakura. Y he podido comprobar que no hace falta entender lo que dice para poder apreciar su actuación.
El retrato de la muchacha me ha parecido excesivamente idealizado y he encontrado algunas peleas un tanto ortopédicas. Me ha gustado el ambiente que describen de los yakuza, las imágenes de las callejuelas y el puerto, y todos los actores están muy bien. Pero, sobre todo, me ha encantado Ken Takakura. Y he podido comprobar que no hace falta entender lo que dice para poder apreciar su actuación.

7,3
26.237
7
27 de enero de 2024
27 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un momento realmente bueno al poco de empezar la peli: Gene Hackman y Roy Scheider están en un bar después de terminar un día de lo más ajetreado tomándose una copa, y Hackman repara entonces en un tipo bien trajeado y de aspecto mafioso en el mismo local sentado en una mesa con otra gente igual de cutre. Los dos polis han ido a tomarse una copa para relajarse al final del día, pero nada más ver a ese mafioso Hackman se queda como en trance durante unos segundo fijándose en ese tipo. En la persecución de Hackman durante toda la peli hay una evidente obsesión digamos que personal, incluso anormal.
Me gusta ver Nueva York en las pelis de los años 70. De hecho, creo que las mejores películas con esa ciudad de fondo se filmaron en esa década. En este caso vemos las calles de NY como si fuera un documental en ocasiones. En el fondo, una ciudad es algo imaginario, una idea que nos hacemos a partir de películas que hemos visto, novelas que hemos leído, canciones que hemos escuchado, personajes que asociamos, noticias y la historia que conocemos. Resulta difícil imaginarse NY sin esta peli de los 70.
La historia tal como se cuenta tiene sus más y sus menos, pero en general está bastante bien.
Me gusta ver Nueva York en las pelis de los años 70. De hecho, creo que las mejores películas con esa ciudad de fondo se filmaron en esa década. En este caso vemos las calles de NY como si fuera un documental en ocasiones. En el fondo, una ciudad es algo imaginario, una idea que nos hacemos a partir de películas que hemos visto, novelas que hemos leído, canciones que hemos escuchado, personajes que asociamos, noticias y la historia que conocemos. Resulta difícil imaginarse NY sin esta peli de los 70.
La historia tal como se cuenta tiene sus más y sus menos, pero en general está bastante bien.
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