Solo hay algunos aciertos puntuales en la boba, burda y disparatada historia que, con un sentido del humor plano, poco original y sin mucha gracia, se nos muestra en esta película.
Sin embargo, los dos actores protagonistas se las arreglan para transmitir a sus personajes, la sensibilidad, el atractivo y el encanto que la película no tiene, y consiguen ademas una buena sintonía entre ellos. Eso la salva en parte, y hace que se vea con agrado.

La película es esquemática en lo accesorio pero intensa en lo principal.
Con una agradable ambientación y banda sonora, unos actores muy bien escogidos y dirigidos, y una historia lenta pero fluida, salpicada de pequeños sugerentes detalles, se nos muestra de forma sencilla y magistral, sin excesos dramáticos, la gran diferencia existente entre pobres oscuros desarraigados y ricos claros con mucho arraigo, y la hipocresía con que estos últimos intentan maquillar el uso que hacen de los primeros. Todo en clave española y actual.
En fin, una buena película, gustosa de ver a pesar del tema, y que deja poso.

El argumento es artificial, sin credibilidad y sin gracia... y bastante bobo, por más símbolos o sutilezas subterráneas que se le quiera buscar. Los diálogos hacen juego. Y la actuación de Malena Alterio no contribuye a equilibrar lo anterior, sino todo lo contrario, le falta chispa, encanto y naturalidad, aunque hay que reconocer que le ha tocado un buen marrón con su papel. Al final de la película, unos minutos de acción truculenta ni siquiera son capaces de sacarnos, de sacarme, del aburrimiento.

A partir del primer cuarto de hora pasé el tiempo mirando el reloj. Es lo que tienen las salas de cine, son el mejor sitio para ver una buena película, pero si es mala y y tienes compañía, estás atrapado.

A lo mejor el autor pretendía cruzar a Ágata con la excelente película Cluedo y obtener un producto remozado que igualase o superase a sus papás. Si es así no lo ha conseguido ni de lejos. A pesar de la buena elección de actores, la película, enredada en sus pretensiones de parodia, investigación criminal clásica y acción alocada, solo consigue un resultado mediocre, de ritmo desigual, sin mucha gracia y con una historia que se pretende inteligente y enrevesada y resulta más bien boba.
La primera parte, con un ridículo detective que es la parodia no buscada de la propia parodia, llega a resultar aburrida. La segunda parte se anima con denuncias racistas que siempre están bien, y con el interés por ver que le pasa al hiper bondadoso personaje que interpreta la hiper atractiva Ana de Armas.
Si fuera más corta serviría para la sobremesa del domingo en casa.

La película está muy bien filmada, los actores bien dirigidos y todo eso. Los hermanos Cohen saben como hacer cine y a veces les salen películas únicas. Aquí se nota el oficio, pero la película no es única, ni siquiera buena.

Es esta una sucesión de historietas del oeste, con intención de parodia, de comedia y de drama, todo junto y mal guisado, aunque con aciertos puntuales, narrando situaciones sin mucha sustancia ni originalidad por mucho trasfondo que en honor de los Cohen les queramos buscar.

La primera historia es una parodia clara, y como tal tiene su punto, pero el resto va degenerando y las últimas son claramente aburridas.