Dos de las mentes más despejadas de Hollywood son unos investigadores privados. Son dos investigadores privados de un trabajo tan raro como la película. La película trata de un investigador privado que mira el mundo a través de su cámara y sus oídos. Luego mezclan lo de la cámara y el resultado no es el deseado. Empiezan a pensar en qué se han equivocado y vuelta a empezar.

Al pobre Mifune le han robado la pistola. Al pobre Mifune le vemos correr subir la colina y bajarla. Se da unos tutes corriendo que ya quisiera un maratoniano. En su comisaría están molestos con Mifune ya que no es normal que pierda una pistola en semejantes circunstancias. El pobre Mifune está desolado por la pérdida y me entran unas ganas de llorar. Llora Mifune y llora todo el mundo por la pérdida de la pistola. Los americanos hubieran hecho una película en 80 minutos y seguramente hubiera sido grande, el japo la hizo en dos horas y así le salió. Cada mochuelo a su olivo. Y el mochuelo japo sabe muy poco.

Lo mejor:
La historia, los personajes, el paisaje, la música, los actores; en donde Richard Widmark gana por muchas manos a Gary Cooper, los indios que disparan las flechas con muy mala intención y el director.
Lo peor:
Que otras películas del género no descalcen a ésta y que Gary Cooper nunca muere.

Lo mejor:
Ronald Reagan está siempre igual ya sea un director u otro, algunos pasajes de la obra y miserias de la víctima y poco más da de si un film que hubiera sido importante si Stuart Heisler hubiera puesto algo de talento, poco tenía si exceptuamos La llave de cristal y el remake del Último refugio.
Lo peor:
La tormenta que podría haber sido si hubieran cambiado de director, Ginger Rogers hubiera sido otra dirigida por otro director, Steve Cochran ídem de lo mismo.