Comedia con algunos toques de ingenio que llegan al alma. Un presentación honesta que entrelaza retazos de la vida de una treintañera, Mª de las Montañas, con la distante relación que mantiene con su madre. Sutil descripción de la distancia que se instaura en la relación madre e hija, tras una historia de vida compartida pero "no expresada", soledad, silencio y autenticidad.

Una adaptación de la novela de "La pell freda" de Albert Sánchez Piñol, que pese a las críticas recibidas permite al espectador quedar atrapado en una historia que, por momentos, roza lo terrorífico. En un escenario imponente, un farero y un ingeniero de vientos habitan una isla, que parece ser asediada por un tumulto de seres monstruos en las profundidades de la noche. "Aneris" un ser con forma de anfibio coexiste con ambos personajes, promoviendo en ellos diferentes respuestas. Lo más interesante del film es la reflexión que abre sobre la condición humana, sobre el deseo, y cómo el miedo impacta en las personas y en las sociedades.

Esta comedia trata de reflejar la diversidad propia de la adolescencia, los sentimientos de incomunicación, inadaptación y desajuste que hacen sentir a los jóvenes protagonistas como piezas de un puzzle que no encajan en el resto del planeta. La historia gira entorno al poder del grupo para devolver una mirada honesta a cada uno de sus miembros que les aporta un nuevo sentimiento de valía personal. Una historia de amistad, resiliencia y empoderamiento apta para jóvenes.

Sin sentir que este film es tan espectacular, a la vista de los Goyas recibidos, permite disfrutar de una buena película ambientada en un contexto actual. Por la puesta en escena y el abordaje de los personajes recuerda por momentos a "Magical Girl" brillantemente interpretada por José Sacristán. "Tarde para la ira" bien argumentada e interpretada, posibilita introducirnos en el mundo y circunstancias vitales de los personajes, abriendo la reflexión sobre el ser humano y el impacto de sus emociones.

Divertida y actual comedia que pone en valor y conjuga la aportación que pueden realizar a la sociedad los jóvenes emprendedores, y las personas a quienes bajo el rótulo de "3ª edad" se tiende a apartar del entorno laboral. Aporta una visión desenfadada de dos realidades inicialmente opuestas, el ritmo frenético de la juventud encarado por la protagonista, cuya mirada refleja las dificultades de conciliar el éxito laboral con una vida familiar satisfactoria, y el sosiego y la calma de un viudo maduro que habiendo envejecido bien está dispuesto a seguir disfrutando de la etapa vital que inicia. Esta comedia ligera, bien interpretada, con momentos de humor brillantes, deja un buen sabor de boca y ganas de más.