En esta brillante película el Señor Almodovar nos muestra la homosexualidad infantil y adulta de una manera completamente abierta. Habiéndose conocido y tenido sus primeras experiencias homosexuales a la luz de un colegio religioso y con cierta participación de un profesor, se reencuentran dos hombres más o menos 15 años después. Se pone en evidencia que el vínculo inicial se ha roto. Con convincentes actuaciones tanto de los protagonistas niños como de los adultos, cada uno lleva las marcas que su conducta social le ha dejado y que determina ahora sus vidas.

Hermosa historia basada en hechos reales que narra la relación de un hombre con su hijo, menor de edad, en medio de la adversidad de un pueblo Australiano en la década de los cincuentas. Amor, Entrega, Inocencia, Trabajo, Abandono, Depresión, Pasión, Amargura, Soledad, Infidelidad e Incertidumbre se entretejen magistralmente para dar vida a una historia apasionante, llena de luz e inevitablemente humana.

Esta película tiene un guion de primer nivel, bien estructurado, bien llevado a pantalla y original. Todo el peso del filme esta muy bien soportado por este guión y respaldado por actuaciones bastante convincentes. Una familia de inmigrantes musulmanes de origen Iraní en los Estados Unidos, cree estar haciendo un gran negocio al comprar una casa en remate, a un monto mucho menor del valor total de la ésta. La compra de esta casa, que fuera embargada a una mujer que tenía deudas, es el preámbulo de una terrible tragedia familiar que se empieza a gestar a raíz de la constante presencia en sus vidas de la mujer desalojada. Debido a esta transacción, ventajosa para uno e injusta para la otra, ambos personajes mostrarán su lado mas obscuro. Destaca la magistral actuación de Ben Kingsley como el padre de familia y protagonista del drama que se cierne sobre ésta.

Siendo la primera película de esta saga, me mantuvo pegado al asiento durante los noventa minutos. Arnold nunca ha sido el gran actor, pero para su suerte, esta película como actor le pide poco. Los efectos especiales algo burdos, aunque no lo parecían así en 1984. Nada que ver con las maravillas que hacen ahora. Pero, con una idea totalmente nueva en ese año, James Cameron logra en todo momento mantener la acción, la emoción. NO ocurre así en las siguientes, que aunque fueron rodadas muchos años después, con quizás, mejores actuaciones y en definitiva con mas recursos tecnológicos para hacer efectos especiales que en esta primera, no dejan de retomar una y otra vez la mismas ideas que ya conocemos y por tanto, no impactan ya.

Efectivamente se trata de una película amateur en todos los sentidos. Es muy evidente el bajo presupuesto que se ha tenido para realizarla y la obvia inexperiencia de la mayoría de los autores. Sin embargo retrata la realidad de esa gente con una crudeza y espontaneidad increíbles. Merece la pena mirarla más de una vez.
Las actuaciones del Pablo (Gonzalo Sánchez) y Julia (Ana Tutor) son estupendas para actores tan jóvenes y sin experiencia. Pablo con solo la forma de mirar, lo dice todo en muchas escenas. En cuanto a la supuesta homosexualidad del niño, como se comenta en otras críticas, habría que ver, ya que su actitud hacia el forastero parece más bien de una extraña fascinación combinada con la necesidad de llenar un vacío.
Es una peli que con una sencillez extraordinaria toca algunas de las fibras más profundas que todos llevamos dentro. Felicidades a todos los que participaron en ella y esperamos ver más trabajos de este productor.