Sin ser una película redonda (mejor su planteamiento que su conclusión), pero su reflexión sobre quiénes somos, si realmente nadie conoce más que nuestra máscara (incluidos espos@ e hijos), la importancia del pasado y la memoria, el poder de la violencia, etc, la hace merecedora a ser destacada con un notable.

Poría haber sido una divertida película de aventuras, pero se quedó en nada. Y es que una trama centrada en localizar enterrado en el desierto del Sahara un barco (!) de la Guerra de Secesión americana dice mucho del cacao mental de sus guionistas.

Vi esta peli hace una semana, por primera vez. "Solo" 16 años de retraso. Por unas cosas u otras (tema muy triste, duración etc) me daba pereza ponerme delante de la TV, iniciar el DVD y disfrutar de una obra de la que todos me hablaban maravillas. Por fin lo hice y no me ha defraudado en absoluto: es una maravilla técnica, narrativa, interpretativa, emocional y de puesta en escena. Steven Spielberg no lo puede hacer mejor.
Quien no la haya visto, que no espere tanto como yo y disfrute de este peliculón cuanto antes.

Me gustó la idea, lo que plantea, pinceladas de vidas de solitarios, perdedores, alcohólicos, supervivientes, y ese final en realidad esperanzador, donde el prota es salvado de alguna forma por la escritura (la permanente búsqueda de empleo se intuye que termina cuando Black Sparrow Press acepta uno de sus relatos).

No me gustó la forma en que el director plasma lo anterior. Principalmente, no me creo a Matt Damon como Bukowski (quizá por el doblaje español, que siempre recuerda a "Algo pasa con Mary"). Creo que un Gary Oldman o un Daniel Day-Lewis hubieran dado otra dimensión al personaje. Tampoco me creo el "feismo" que busca permanente la película, no deja respirar ni un ratito y acaba resultando tan agobiante como pesada. También choca el infantilismo del personaje protagonista, y que no aparezca ni un solo libro (ni uno) en una peli que se supone habla de un escritor (¿este hombre no leía? ¿solo bebía y escribía?). Resumiendo, me cuesta entrar en la peli, reconociendo que no es mala.

No es la típica película verborreica de Woody Allen (dicho con todos los respetos: bendita verborrea la suya). No hay chistes, gags o frases ingeniosas e inolvidables, ni se echan de menos en una trama bien hurdida, expuesta sin prisas, y con un final demoledor. El azar, el poder, el dinero, los trepas, el relativismo moral: todo junto, y como premio extra los mejores labios del cine actual (los de la estupenda Scarlett Johansson, cómo no).