Santiago Segura sobresaliente como director y como actor, no cabe duda, buen trabajo. Si se quería graficar el patetismo puro, he aquí el film que necesitáis. La carcajada casi no es posible, porque la mayoría de las situaciones dan vergüenza, pero porque están adecuadamente planteadas para ello; así que se logra lo que se pretende.
Está el film para momentos de ocio puro, con intenciones de aplanamiento total de vuestras ondas cerebrales. No os engañéis...os divertiréis.

Un grupo de famélicos y patiperros artistas del rock punk-trash o lo que sea, en busca no ya de la fama, sino cubrir sus necesidades básicas de techo, comida y drogas, rodando por cualquier lugar intentando hacerse de un lugar común con los que han conseguido el sustento a través de la música. Convergen casualmente estos busca vida con una brutal situación relacionada con un hecho de sangre...el vuelco instantáneo y la transformación de un duro vivir a un lograr sobrevivir. Actuaciones que convencen con personajes que se dejan atrapar por el espectador y viceversa, porque sí, no os podréis quitar de encima la historia con facilidad, es de esas que quedan y perduran en el tiempo. A pesar de lo explícito de la violencia, no cumple con el habitual alimento al morbo de las películas baratas de este género; los hechos lo ameritan y hasta podría decirse que se justifica. Inteligente guión, mejor aún la dirección para sacar el provecho necesario a estos, en su mayoría, jóvenes actores.
No apta para público sensible, es buen cine pero no gustará a paladares delicados.

Si conoces a tu enemigo aseguras una victoria, pero si te conoces a ti mismo, aseguras todas las victorias, dicen los sabios desde hace mucho (Sun Tzu lo explica claramente). ¿Quién es tu enemigo?...difícil de aprender, aunque hasta el cansancio se nos diga que nuestros verdaderos demonios subyacen y retozan gozosos bajo nuestras débiles armaduras. Sí, el enemigo no es quien te muestra tus debilidades, no, eres tú y derrotarte es vencer y convertirte en tu propio dueño, tu propio maestro.
Esta cinta es una película que trata sobre la voluntad de superación, de vencer y de aprender a frustrarse, de caer siete veces y levantarse ocho y encontrar la maestría en ello. Formidable trabajo en todos sus aspectos, y por favor, no es necesario amar el jazz, sólo dejarse llevar e intentar de que no se te arranque el corazón del pecho, ni menos llorar, porque podrías interrumpir la magia de los ejecutantes...así que a guardar silencio y acomodarse en las butacas...la función va a comenzar y no tiene fin porque así es el arte.

Film que pareciera retratar con maestría una parte de la mixtura socio cultural Italiana. Política, mafia, religión se dan cita en una vorágine de situaciones no muy lejanas de una cruda realidad. Excelentes actuaciones, gran trabajo de la dirección, exquisito detalle incluir a los M82 como banda musical de fondo, fotografía y planos sostenidos con un timing perfecto. Quizás alguna escena cae por completo por un error de efectos especiales, y otra por un tema casi milagroso de orden médico, pero en fin, es negocio redondo y vale la pena plenamente sumergirse en esta obra que no os dejará indiferentes, ya invita a una profundización social de la cual nadie se libra. No, no sólo la mafia o la religión, también la democracia representativa nos puede jugar muy malas pasadas...

Denzel ha demostrado de sobra lo que es capaz; no requiere de este tipo de películas para ello; nosotros sí. Esta cinta no es una producción menor, intenta y logra efectismo en sus personajes bien caracterizados, a pesar de las clásicas exageraciones y licencias que no siempre son mal recibidas. ¿Por qué necesitamos de personajes así, por qué necesitamos la expresión de un justiciero inexistente en una sociedad como la nuestra? Parece sobrar la respuesta. Nuestros ocultos deseos de equilibrar el mal y ser egóticamente reconocidos como artífices de ello, es la base de la recepción del mensaje, es lo que da contrapeso a lo irreal; porque sí, porque sí deseamos alguna clase de superhéroe capaz de traer equilibrio. Este personaje humilde, honesto, recatado en todo, que honra el trabajo digno, siempre dispuesto a dar una mano al que lo necesita, a escuchar y atender el sufrimiento de quien no lo merece y castigar con la justa dureza o digamos con la correspondencia que el caso amerite, este ser de nebuloso pasado con su trastorno obsesivo compulsivo que en el fondo le empuja a una disciplina de rigor espartano y que es la base para el control de sus emociones nocivas, y que a pesar de ello entienda que es la perseverancia y no la perfección la luz a seguir, esta perseverancia que nos dice que podemos cambiar nuestro mundo si nos lo proponemos. Todo lo antes dicho y más, tienen su nicho en esta historia que no por ser menos creíble que otras llevadas a la pantalla por Fuqua, le quita dignidad y peso o no deja de entregar o invitar a un par de reflexiones sobre el bien y el mal que no nos son ajenos. Es cierto que ciertas imágenes están de más, sobre todo lo gráfico de la violencia y que probablemente hastíe al público femenino en mayor medida que a los machos brutos; pero me quedo con la historia, me gustan los superhéroes que sangran, tienen tristeza que resolver, y defienden al que no puede de lo indefendible (la sociedad entera tendría que cambiar). Me quedo absolutamente con el pequeño e intenso diálogo: -¿Me puedes ayudar?-
-Sí-