You must be a loged user to know your affinity with paco v
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

7,2
168.292
4
13 de septiembre de 2010
13 de septiembre de 2010
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En plena crisis medioambiental, Avatar podría representar una ingeniosa, oportuna y potentísima made in Hollywood reivindicación del valor del entorno natural. Pero no lo es.
La película muestra, aprovechando la enorme actualidad de lo virtual, una no menos atractiva vinculación del ser humano con la naturaleza a través de cierta sociedad "primaria" o "tribal" que vive en gran armonía con su entorno. Sociedad que simbolizaría un momento de nuestra propia historia; aquello que fuimos o pudimos ser pero que, al abandonarlo, nos condujo irremediablemente a la depravación actual (y futura). Este sería a mi entender el mensaje de la peli, unido al de que es posible (y necesario) recuperar esa conciliación primordial con la naturaleza.
Hasta aquí todo aparentemente muy bien. Pero para mi gusto hay dos puntos engañosos.
El primero es la forma que toma "el malo de la película". Está encarnado por un militar descerebrado e hipermusculado y por los oscuros intereses económicos de una multinacional sin escrúpulos. El problema es que ésto nos permite como espectadores desvincularnos de las causas del drama medioambiental actual. Podemos llegar a pensar que son ajenas a nosotros, cuando en realidad vienen de la suma de todas las actitudes glotonas que, individuo a individuo, tomamos cada día, desde el doble bollo de chocolate al viaje exótico al Caribe. Digamos que estos personajes, si se puede sacar algo de realidad de ellos, son como la punta del iceberg de algo que no se explora ni mínimamente.
En segundo lugar está el ensalzamiento del vínculo con la naturaleza. Respecto a este vínculo, que por descontado existe (somos seres vivos) creo que es importante añadir una idea que lo matiza y que lo aleja de esa supuesta armonía que nos presenta la peli. Por decirlo mal y pronto, esta matización consiste en que, en su evolución, el ser humano no se apartó de la naturaleza, sino que fue ésta quien le echó. Entre las dos cosas hay una diferencia importante.
Sin embargo, y como suele ser habitual en estos casos, la sociedad primaria que muestra de forma bucólica Avatar está arraigada a la naturaleza a través de una deidad superior de ese mismo carácter. Creo que aquí es donde hay que llevar cuidado. El profundo respeto que debe sentirse por la naturaleza no puede hacer olvidar esa expulsión (más bien escisión) que dio lugar a nuestra condición, a ese plano propio de lo humano. Nuestra doble dimensión hace recurrente pero también inestable cualquier intento de sociedad basada en la premisa de una deidad, que al fin y al cabo no muestra sino nuestra dificultad para aceptar esa exclusión y, por lo tanto, el camino propio.
La película muestra, aprovechando la enorme actualidad de lo virtual, una no menos atractiva vinculación del ser humano con la naturaleza a través de cierta sociedad "primaria" o "tribal" que vive en gran armonía con su entorno. Sociedad que simbolizaría un momento de nuestra propia historia; aquello que fuimos o pudimos ser pero que, al abandonarlo, nos condujo irremediablemente a la depravación actual (y futura). Este sería a mi entender el mensaje de la peli, unido al de que es posible (y necesario) recuperar esa conciliación primordial con la naturaleza.
Hasta aquí todo aparentemente muy bien. Pero para mi gusto hay dos puntos engañosos.
El primero es la forma que toma "el malo de la película". Está encarnado por un militar descerebrado e hipermusculado y por los oscuros intereses económicos de una multinacional sin escrúpulos. El problema es que ésto nos permite como espectadores desvincularnos de las causas del drama medioambiental actual. Podemos llegar a pensar que son ajenas a nosotros, cuando en realidad vienen de la suma de todas las actitudes glotonas que, individuo a individuo, tomamos cada día, desde el doble bollo de chocolate al viaje exótico al Caribe. Digamos que estos personajes, si se puede sacar algo de realidad de ellos, son como la punta del iceberg de algo que no se explora ni mínimamente.
En segundo lugar está el ensalzamiento del vínculo con la naturaleza. Respecto a este vínculo, que por descontado existe (somos seres vivos) creo que es importante añadir una idea que lo matiza y que lo aleja de esa supuesta armonía que nos presenta la peli. Por decirlo mal y pronto, esta matización consiste en que, en su evolución, el ser humano no se apartó de la naturaleza, sino que fue ésta quien le echó. Entre las dos cosas hay una diferencia importante.
Sin embargo, y como suele ser habitual en estos casos, la sociedad primaria que muestra de forma bucólica Avatar está arraigada a la naturaleza a través de una deidad superior de ese mismo carácter. Creo que aquí es donde hay que llevar cuidado. El profundo respeto que debe sentirse por la naturaleza no puede hacer olvidar esa expulsión (más bien escisión) que dio lugar a nuestra condición, a ese plano propio de lo humano. Nuestra doble dimensión hace recurrente pero también inestable cualquier intento de sociedad basada en la premisa de una deidad, que al fin y al cabo no muestra sino nuestra dificultad para aceptar esa exclusión y, por lo tanto, el camino propio.

6,2
765
7
17 de diciembre de 2017
17 de diciembre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí, en Miel, la eutanasia es un excusa, nada artificiosa, para hablar de otras cosas. Y eso me ha gustado: la forma en la que el tema principal permanece escondido o disfrazado. La película deja muchas preguntas en el aire, muchos temas por desarrollar sobre la vida personal de la protagonista, sobre su sentimiento de culpa... El espectador y su capacidad para rellenar los huecos son aquí los importantes, aunque para algunos de esos vacíos las pistas son tan tenues que, o bien han sido mal presentadas, o pretendían ser todo lo contrario.

7,8
50.929
6
6 de julio de 2015
6 de julio de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un batallón de soldados ingleses hace su entrada en un campo militar. El entorno es selvático, exótico. La tropa llega silbando una alegre marcha militar (la que acabará siendo icono de la película). Sin embargo el campo es del enemigo, y ellos los nuevos prisioneros. ¿A qué viene pues tanto silbar?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Aparte de la locura, lo único que permite a todo prisionero soportar su condición es la esperanza de dejar de serlo. Para esto último hay a su vez dos opciones: o huir o, menos habitual, reconvertir la situación (aún dentro de la prisión, que, en este caso, recordemos, es abierta). Nicholson, el coronel a cargo de la tropa inglesa, optará por lo segundo, olvidando de paso la guerra que le llevó allí; algo que tampoco parecerá tener demasiado en cuenta el mando japonés bajo el que han quedado sometidos.
Como primera medida, Nicholson no cederá su dignidad humana ante el carcelero japonés, el coronel Saito. Su baza: que éste es a su vez prisionero de otras causas. Jugándola, no sin riesgo, conseguirá su propósito.
A cambio Nicholson y sus soldados construirán un puente para Saito.
A priori tender puentes es algo positivo; une dos partes antes separadas, facilita… ¿Qué puede tener de malo ayudar a construir uno? Además la tropa lo agradecerá, se sentirá útil. Y podrán negociar mejoras en el trato. Pero hay un personaje, alguien que quizás no silbaba al entrar, que anticipa dudas al respecto. Es el médico de la compañía, el mayor Clipton. Su pragmatismo recoge una reserva que posiblemente ya estaba instalándose en el espectador: ¿no perjudicará tal construcción a su coalición, proporcionando al enemigo una infraestructura que éste podría utilizar en su contra? ¿No sería mejor comportarse como prisioneros normales? Porque aunque en su pulso particular los coroneles Nicholson y Saito parecen haber olvidado que hay un mundo exterior al suyo, la realidad es que sus respectivos países siguen en la distancia planes ajenos a ellos. Con ello en mente, el mayor Clipton, sentado entre los restos de los árboles que han servido de pilares para la nueva obra, asistirá apartado a su inauguración. Y cuando ésta se torne en voladura acudirá y exclamará, claro: “Esto es una locura”.
¿Pero a qué se refiere Clipton más en concreto? Yo pienso que a varias cosas, aunque sobre todo a una: al dolor de ver destruido el noble simbolismo que todo puente encarna, y muertos a los que confiadamente a él se acogían. Un puente y un tren malogrados que son además paradigmas técnicos de la civilización que el mayor Clipton representa, por no mencionar las vidas humanas arruinadas de las que su profesión es estandarte de protección. El realismo de la escena (nada de maquetas), su brutal verosimilitud, apoyarían esta tesis.
Las guerras y las prisiones existen, y en ocasiones pueden superarse dentro de una convivencia respetuosa. Hasta que llega alguien que desde su despacho ha pensado que deben continuar, y te las recuerda.
Pd. El coronel inglés a veces se pasa tres pueblos de moderno.
http://realidadcomprensible.blogspot.com.es/2015/07/la-suegra.html
Como primera medida, Nicholson no cederá su dignidad humana ante el carcelero japonés, el coronel Saito. Su baza: que éste es a su vez prisionero de otras causas. Jugándola, no sin riesgo, conseguirá su propósito.
A cambio Nicholson y sus soldados construirán un puente para Saito.
A priori tender puentes es algo positivo; une dos partes antes separadas, facilita… ¿Qué puede tener de malo ayudar a construir uno? Además la tropa lo agradecerá, se sentirá útil. Y podrán negociar mejoras en el trato. Pero hay un personaje, alguien que quizás no silbaba al entrar, que anticipa dudas al respecto. Es el médico de la compañía, el mayor Clipton. Su pragmatismo recoge una reserva que posiblemente ya estaba instalándose en el espectador: ¿no perjudicará tal construcción a su coalición, proporcionando al enemigo una infraestructura que éste podría utilizar en su contra? ¿No sería mejor comportarse como prisioneros normales? Porque aunque en su pulso particular los coroneles Nicholson y Saito parecen haber olvidado que hay un mundo exterior al suyo, la realidad es que sus respectivos países siguen en la distancia planes ajenos a ellos. Con ello en mente, el mayor Clipton, sentado entre los restos de los árboles que han servido de pilares para la nueva obra, asistirá apartado a su inauguración. Y cuando ésta se torne en voladura acudirá y exclamará, claro: “Esto es una locura”.
¿Pero a qué se refiere Clipton más en concreto? Yo pienso que a varias cosas, aunque sobre todo a una: al dolor de ver destruido el noble simbolismo que todo puente encarna, y muertos a los que confiadamente a él se acogían. Un puente y un tren malogrados que son además paradigmas técnicos de la civilización que el mayor Clipton representa, por no mencionar las vidas humanas arruinadas de las que su profesión es estandarte de protección. El realismo de la escena (nada de maquetas), su brutal verosimilitud, apoyarían esta tesis.
Las guerras y las prisiones existen, y en ocasiones pueden superarse dentro de una convivencia respetuosa. Hasta que llega alguien que desde su despacho ha pensado que deben continuar, y te las recuerda.
Pd. El coronel inglés a veces se pasa tres pueblos de moderno.
http://realidadcomprensible.blogspot.com.es/2015/07/la-suegra.html
10
7 de septiembre de 2012
7 de septiembre de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era un adolescente cuando quedé hechizado por Los Inmortales. Ahora tengo 44 tacos, y después de volver a verla he de decir que me sigue pareciendo una maravillosa fábula.
Hay muchos elementos en la película que son dignos de recordar: los enlaces entre flashbacks, la música de Queen, la fotografía, las actuaciones, o, ya en el contenido, la fuerza de lo atávico (la espada), la trágica soledad del inmortal, etc. Varios compañeros/as de este foro lo han descrito desde la más profunda de las emociones, y yo les suscribo.
Pero, sobre todo, lo que creo que convierte a Los Inmortales en un clásico es que la historia que nos cuenta tiene una gran consistencia simbólica, pese a lo infantil que pudiera parecer. De hecho se basa en un mito moderno cuya universalidad está más que probada, y al que la película hace varios guiños. Me refiero a Drácula.
Hay muchos elementos en la película que son dignos de recordar: los enlaces entre flashbacks, la música de Queen, la fotografía, las actuaciones, o, ya en el contenido, la fuerza de lo atávico (la espada), la trágica soledad del inmortal, etc. Varios compañeros/as de este foro lo han descrito desde la más profunda de las emociones, y yo les suscribo.
Pero, sobre todo, lo que creo que convierte a Los Inmortales en un clásico es que la historia que nos cuenta tiene una gran consistencia simbólica, pese a lo infantil que pudiera parecer. De hecho se basa en un mito moderno cuya universalidad está más que probada, y al que la película hace varios guiños. Me refiero a Drácula.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En Los Inmortales también se nos presenta a unos protagonistas que son seres especiales, de enorme potencia, que viven durante siglos, de forma aislada, y que sólo pueden sucumbir en determinadas condiciones. Pero respecto a Drácula, en Los Inmortales se introducen algunas variantes que, de verdad, deberían ser analizadas, porque creo que le permiten alcanzar cotas alegóricas más elevadas todavía, o al menos más acordes con los tiempos presentes. Por ejemplo se le ofrece "una salida" al Drácula, personaje que en Los Inmortales aparece desdoblado (la única pega de lo cual es que puede inducir a pensar en la maldad como algo siempre externo. Para ver la parte bondadosa del vampiro recomiendo acudir a la película sueca Déjame Entrar).
Sí, para mí esta película tan ñoña engancha porque tiene un poso de lo más sólido, y no me extraña que lo que cuenta inspirara tan buen tono en su director y en los actores.
¿Me invitas a pasar?
Sí, para mí esta película tan ñoña engancha porque tiene un poso de lo más sólido, y no me extraña que lo que cuenta inspirara tan buen tono en su director y en los actores.
¿Me invitas a pasar?

6,7
18.740
6
8 de abril de 2012
8 de abril de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La paranoia y la obsesión como inherentes al encuentro con la verdad. Es éste un novedoso postulado por el que el cine se interesa cada vez más. Por ejemplo en Cisne Negro, o en El Topo. La positiva aportación de Take Shelter a la cuestión es para mí lo más valioso del film. Por lo demás, decir que a ratos se me hizo algo lenta y redundante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Desautorizan nuestras paranoias la veracidad de nuestras intuiciones? Take Shelter parece querer decirnos que son cosas independientes, que un obsesivo puede estar en lo cierto. Pero además yo creo que es precisamente esta "debilidad" humana la que permite en muchos casos un especial contacto con ese manantial que es el inconsciente. El afán enfermizo de Curtis de proteger a su familia le sitúa ante verdades que permanecen imperceptibles para los "sanos".
"La puerta la tienes que abrir tú". Por supuesto, Curtis necesita abrir puertas y enfrentarse a la realidad, sea cual sea ésta. Pero en su caso, tan peligrosamente paranoico, necesita además que la verdad sea sentida por otros, sobre todo por los más cercanos. Ambos factores actuarán juntos; aquella providencial invitación de su mujer posibilitará que cuando la verdad salga por fin a la luz Curtis tenga la oportunidad de alejar el fantasma de la locura.
Mal paradas a mi entender salen una psiquiatría de pastillas y aislamiento y una ayuda por medio de la palabra que no logra quitarse el San Benito de alternativa e informal.
"La puerta la tienes que abrir tú". Por supuesto, Curtis necesita abrir puertas y enfrentarse a la realidad, sea cual sea ésta. Pero en su caso, tan peligrosamente paranoico, necesita además que la verdad sea sentida por otros, sobre todo por los más cercanos. Ambos factores actuarán juntos; aquella providencial invitación de su mujer posibilitará que cuando la verdad salga por fin a la luz Curtis tenga la oportunidad de alejar el fantasma de la locura.
Mal paradas a mi entender salen una psiquiatría de pastillas y aislamiento y una ayuda por medio de la palabra que no logra quitarse el San Benito de alternativa e informal.
Más sobre paco v
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here