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Críticas ordenadas por utilidad
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7,6
33.046
10
3 de junio de 2013
3 de junio de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amour es un drama terrorífico en el que tiene cabida la ternura. Amor, en esta película, son dos personas: Anne y Georges. La última película del director Michael Haneke vuelve a castigar al espectador. Sin embargo esta vez la crueldad no viene de su creación, sino que proviene de la propia naturaleza. La brillante pareja interpretada por Emmanuelle Riva y Jean-Louis Trintignant, los cuales parecen que lleven realmente una vida juntos y hayan compartido muchas cosas, se enfrenta a la ancianidad más cruda. Bajo el encarcelamiento de la vivienda, Haneke nos muestra una película marcada por los instintos y por la evolución de la vejez hacia la muerte, donde nadie del exterior puede comprender lo que sucede dentro de ese apartamento.
Como si de una canción se tratara, su director Michael Haneke, compone una historia de continuas subidas y bajadas de ritmo para despertar todos los sentidos del espectador. Un auditorio que, poco a poco, se queda congelado en sus asientos. Para ello, Haneke utiliza de forma inteligente los dos puntos de giro de la película: el primer ataque cerebral de Anne y el acto en que pierde los nervios Georges. Para el primer giro intercala un montaje de las habitaciones vacías del apartamento por la noche. Para el segundo inserta, también en completo silencio, seis lienzos pictóricos que reproducen paisajes de exteriores, ordenados meticulosamente desde los más oscuros a los más luminosos para, según el director, darle el efecto contrario al conjunto de la película. Esa intrusión abre las paredes de la casa en la que se encuentra encerrada la película y sirve de pausa y de tempo para la necesidad del espectador de alejar el punto de vista o de tomar un respiro al ahogo que te somete el film.
Evitando el sentimentalismo, Amour nos recuerda a la película de Million Dollar Baby de Clint Eastwood, ya sea por la integridad de la filmación, o bien, por dar a entender los actos del ser humano en situaciones límite. Además, vuelve a poner sobre la mesa, la cuestión sobre bajo qué condiciones de vida merece seguir adelante. No es una película dura, si la consideramos así es porque la vida lo es. Si nos quedamos con la mejor escena, es en la que la nueva cuidadora peina a Anne y le dice que se mire al espejo, Anne aparta la mirada. Después de este film a Michael Haneke ya se le puede considerar un clásico del cine.
Para resumir lo que es la película de Amour:
“El proyector iluminó el cine con la cinta de Michael Haneke. Se escucharon risas, más tarde suspiros. Se acabó. Aparecieron los créditos. La sala había enmudecido.”
Como si de una canción se tratara, su director Michael Haneke, compone una historia de continuas subidas y bajadas de ritmo para despertar todos los sentidos del espectador. Un auditorio que, poco a poco, se queda congelado en sus asientos. Para ello, Haneke utiliza de forma inteligente los dos puntos de giro de la película: el primer ataque cerebral de Anne y el acto en que pierde los nervios Georges. Para el primer giro intercala un montaje de las habitaciones vacías del apartamento por la noche. Para el segundo inserta, también en completo silencio, seis lienzos pictóricos que reproducen paisajes de exteriores, ordenados meticulosamente desde los más oscuros a los más luminosos para, según el director, darle el efecto contrario al conjunto de la película. Esa intrusión abre las paredes de la casa en la que se encuentra encerrada la película y sirve de pausa y de tempo para la necesidad del espectador de alejar el punto de vista o de tomar un respiro al ahogo que te somete el film.
Evitando el sentimentalismo, Amour nos recuerda a la película de Million Dollar Baby de Clint Eastwood, ya sea por la integridad de la filmación, o bien, por dar a entender los actos del ser humano en situaciones límite. Además, vuelve a poner sobre la mesa, la cuestión sobre bajo qué condiciones de vida merece seguir adelante. No es una película dura, si la consideramos así es porque la vida lo es. Si nos quedamos con la mejor escena, es en la que la nueva cuidadora peina a Anne y le dice que se mire al espejo, Anne aparta la mirada. Después de este film a Michael Haneke ya se le puede considerar un clásico del cine.
Para resumir lo que es la película de Amour:
“El proyector iluminó el cine con la cinta de Michael Haneke. Se escucharon risas, más tarde suspiros. Se acabó. Aparecieron los créditos. La sala había enmudecido.”

7,6
111.427
10
19 de diciembre de 2013
19 de diciembre de 2013
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película llena de frescura que mezcla la comedia y la tragedia y que se aleja de las comedias típicas americanas. Un reparto excelente en el que cada pieza es esencial y que evoca una cercanía al espectador llevándolo a la identificación con cada uno de los personajes. Little Miss Sunshine llama a la unión familiar dentro del ocaso y muestra que el fracaso es lo más habitual en la vida y que, por eso mismo, se ha de seguir luchando contra los inconvenientes que se interponen en el camino. Precisamente esta película es una road movie, un viaje cargado de ilusiones que se ven frustradas por una deprimente estampa de lo que es el ser humano. Un film que encarna de una forma brillante la transgresión de las normas. La huída del miedo a la excentricidad.
Gran banda sonora firmada por Devotchka.
Gran banda sonora firmada por Devotchka.

6,7
18.742
8
17 de abril de 2012
17 de abril de 2012
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde una perspectiva desconsolada e individual, el protagonista interpretado por Michael Shannon, con una poderosa actuación que recuerda a Jack Nicholson en el Resplandor, nos brinda con convicción el miedo a lo irracional. Una serie de pesadillas le atormentan por las noches y no le dejan dormir. Siempre empiezan con una tormenta y alguien recibe daño. Jeff Nichols, director de la película, usa este elemento como hilo conductor y abre la duda al espectador sobre lo que podría pasar o de lo que está pasando. Algo malo va ocurrir, pero no sabemos cómo, ni cuando. La realidad se mezcla con la ciencia ficción mientras la cara de Curtis (Shannon) va enrareciéndose.
Desde unas ideas visuales potentes, como las increíbles nubes a contraluz que ondean en el cielo a la espera de la catástrofe, a una inquietante banda sonora que acompañan a los ojos de Shannon, se esconde la angustia del protagonista: una desgracia que presiente y que no sabe cómo pararla. Limitaciones físicas de su hija, precariedad laboral, una hipoteca, inestabilidad familiar (dotada de un realismo brutal por la actriz Jessica Chastain a la que vimos en el Árbol de la vida) y la inflexibilidad de los seguros sanitarios privados. Una serie de problemas con los que todos nos podemos identificar y que hace que el film entre en una mezcla alucinante de géneros entre el thriller, el drama y el terror.
Bajo la atenta mirada crítica de los demás y del mundo, Curtis sospecha que le pase lo mismo que a su madre: la esquizofrenia. Indefenso y reacio pero con la comprensión de su familia, el protagonista saldrá adelante entre la paranoia y lo sobrenatural, para llegar a que el espectador experimente el dualismo de los dos puntos fuertes de la historia. Sin embargo, a Nichols parece no preocuparle el desenlace. A nosotros tampoco nos ha de importar, ya nos lo contó todo.
Escenas destacadas: El miedo a darse la mano entre ellos dos después de que Curtis haya soñado con ella y cuando se encierran en el sótano por la gran tormenta.
Desde unas ideas visuales potentes, como las increíbles nubes a contraluz que ondean en el cielo a la espera de la catástrofe, a una inquietante banda sonora que acompañan a los ojos de Shannon, se esconde la angustia del protagonista: una desgracia que presiente y que no sabe cómo pararla. Limitaciones físicas de su hija, precariedad laboral, una hipoteca, inestabilidad familiar (dotada de un realismo brutal por la actriz Jessica Chastain a la que vimos en el Árbol de la vida) y la inflexibilidad de los seguros sanitarios privados. Una serie de problemas con los que todos nos podemos identificar y que hace que el film entre en una mezcla alucinante de géneros entre el thriller, el drama y el terror.
Bajo la atenta mirada crítica de los demás y del mundo, Curtis sospecha que le pase lo mismo que a su madre: la esquizofrenia. Indefenso y reacio pero con la comprensión de su familia, el protagonista saldrá adelante entre la paranoia y lo sobrenatural, para llegar a que el espectador experimente el dualismo de los dos puntos fuertes de la historia. Sin embargo, a Nichols parece no preocuparle el desenlace. A nosotros tampoco nos ha de importar, ya nos lo contó todo.
Escenas destacadas: El miedo a darse la mano entre ellos dos después de que Curtis haya soñado con ella y cuando se encierran en el sótano por la gran tormenta.
5
2 de enero de 2014
2 de enero de 2014
5 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cámara dirige nuestra mirada hacia un lavabo. Ahí, Peter se debate contra su borrachera sentado en el suelo y asomado a la taza, donde están esparcidos los restos de su cena. Parece un vídeo casero. Tonio, el amigo que está grabando, intenta animarle, pero Peter no le hace mucho caso: Lisa le ha dejado. '¡Por eso mismo he reservado un viaje a Barcelona! ¡Es el momento de que te olvides de ella!', le intenta convencer Tonio, pero es en vano. Finalmente, Peter se deja llevar.
Con este impactante inicio arranca la primera película grabada íntegramente con un iPhone: Hooked Up, de Pablo Larcuen. Una historia que continúa con los dos jóvenes estadounidenses de fiesta por Barcelona -muy bien definidos como auténticos guiris-, con un Tonio desesperado por ligar y un Peter que solo piensa en Lisa. Por el momento, se trata de una fiesta habitual. Es al conocer a una chica misteriosa que les invita a su casa, cuando Hooked up empieza a tomar el corte clásico de una película de terror y recuerda al estilo metadiscursivo de REC.
A partir de ese momento, la película decae y el director Pablo Larcuen falla al no conseguir que el espectador sienta el miedo. Tampoco que entienda el porqué de la fuente de los fenómenos paranormales. Además, el subgénero de terror asusta más por el gore que por el suspense.
Sin embargo, la trama principal, que gira alrededor de la noche loca de los dos turistas, está muy bien construida y Larcuen consigue que el terror, el género en el que se podría clasificar el film, pase a segundo plano para dar lugar a la evolución de sus personajes. El terror está al servicio de la trama y demuestra que los protagonistas no están simplemente para ser asesinados.
El hecho de que los personajes no sean un mero trámite del guión hace que la interpretación de los actores sea clave: Stephen Ohl (Peter) y Jonah Ehrenreich (Tonio) funcionan como pareja, divierten y transmiten una naturalidad que empatiza con el espectador. Este aspecto, junto con la utilización del iPhone, evoca una credibilidad que, pese a los delirios fantásticos y extravagantes del film, hace de Hooked up una propuesta verosímil y entretenida para un público joven que se identificará fácilmente con la historia.
Con este impactante inicio arranca la primera película grabada íntegramente con un iPhone: Hooked Up, de Pablo Larcuen. Una historia que continúa con los dos jóvenes estadounidenses de fiesta por Barcelona -muy bien definidos como auténticos guiris-, con un Tonio desesperado por ligar y un Peter que solo piensa en Lisa. Por el momento, se trata de una fiesta habitual. Es al conocer a una chica misteriosa que les invita a su casa, cuando Hooked up empieza a tomar el corte clásico de una película de terror y recuerda al estilo metadiscursivo de REC.
A partir de ese momento, la película decae y el director Pablo Larcuen falla al no conseguir que el espectador sienta el miedo. Tampoco que entienda el porqué de la fuente de los fenómenos paranormales. Además, el subgénero de terror asusta más por el gore que por el suspense.
Sin embargo, la trama principal, que gira alrededor de la noche loca de los dos turistas, está muy bien construida y Larcuen consigue que el terror, el género en el que se podría clasificar el film, pase a segundo plano para dar lugar a la evolución de sus personajes. El terror está al servicio de la trama y demuestra que los protagonistas no están simplemente para ser asesinados.
El hecho de que los personajes no sean un mero trámite del guión hace que la interpretación de los actores sea clave: Stephen Ohl (Peter) y Jonah Ehrenreich (Tonio) funcionan como pareja, divierten y transmiten una naturalidad que empatiza con el espectador. Este aspecto, junto con la utilización del iPhone, evoca una credibilidad que, pese a los delirios fantásticos y extravagantes del film, hace de Hooked up una propuesta verosímil y entretenida para un público joven que se identificará fácilmente con la historia.
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