Un coñazo, un compendio de nadas, con muchos "Geypermanes", aburrida... Ya sé que no había que pensar al verla, pero no lo he podido evitar, lo reconozco. Claro, esa temeridad me está acarreando un sinvivir que no me deja conciliar el sueño. Cada dos por tres me despierto con dudas que martillean mi cabeza: ¿dónde está en España el "pueblo" de Lusitania (Portugal)? ¿cuántos kilómetros tenía la pista de despegue de la secuencia final? ¿por qué las cárceles americanas tienen la misma accesibilidad que un Mercadona? ¿qué hicieron los tres polis de amarillo tras su ajetreado encuentro en el metro? ¿por qué no han hecho carreras de submarinos por la autopista? ¿no es discriminación contra los submarinos? Y como estas muchas más. El paracetamol no me hace nada.

Ni se acerca a la nº5, la mejor con diferencia de este culebrón de tíos que corren con coches por ahí.

Absolutamente previsible, compendio de tópicos, estructura copiada de otras películas (Los 11 de Ocean, por ejemplo) y un insulto para los brasileños en general y la población de Río en particular... pero es trepidante. Las persecuciones de coches y las carreras en el cine siempre me han aburrido, pero esta me ha entretenido: no había visto destrozar tantos coches en tan poco tiempo. Eso si, la tengo catalogada dentro del grupo de películas "el que piensa, pierde". ¿La interpretación? No sé, sólo hay coches. Tal vez la que mejor actúa es Elsa Pataki, así que imagínate el resto.

Casi desde el principio te esperas el giro final, sorpresa que ya he visto en más "películas de abogados". Por lo tanto, poco original. Da la sensación de que desde finales de los años 90 hasta 2005 a Ashley Judd la contrataron un paquete de películas de "medio-intriga con sorpresa" muy similares en las que se repetían hasta los actores: "El coleccionista de amantes", "Doble traición", "Giro inesperado", etc. Yo las confundo. Pero a pesar de todo, siempre se dejan ver, sin más, tal vez porque esta mujer es una buena actriz y además es muy guapa. Y Morgan, desde hace décadas, es "el negro que sale en todas las películas" (¡Dios mío, he dicho "negro"!).

La película no tiene mucho sentido, nefasto guión, irregular, inconexa, incongruente, Indiana (un estado norteamericano)... pero me gustó, pasé un rato agradable, tal vez por la intervención de los espíritus hawaianos o porque las interpretaciones son buenas aunque los personajes que dibujan no sean creibles.

Es más, y a riesgo de parecer un mierda, la película me emocionó en algunos momentos.

¿A nadie se le ocurrió una idea mejor para la escena del lanzamiento?

Fin de semana después de comer, miras el sofá... no te puedes contener... te acoplas, bueno... te fusionas. El mando está a una distancia inferior a la longitud de tu brazo y, por azar, la cadena que está sintonizada emite "Super 8". ¡Coño, no la he visto! De entrada la estética retro te engancha y no cambias, la interpretación de los niños es muy buena, hay sentimientos —los justos—, tiene un buen ritmo y hay una buena dosificación de intriga: "algo" que está pero no se ve, se intuye. Te empieza a recordar a las primeras películas de Spielberg, especialmente a "E.T." y a "Encuentros en la 3ª fase". Y entre los sustos, las gracietas y las emociones, te la tragas entera y ni te has enterado. Para guinda, los créditos tienen de fondo una canción de la Electric Light Orchestra (ELO), ¿qué más se puede pedir? Si nos ponemos pijos, tal vez no merezca un 7 por las escenas que sobran —exceso de explicaciones y justificaciones sobre lo que sucede— y por un guión poco fino, mal atado y resuelto de aquella manera, pero globalmente la sensación es tan grata que te sientes benévolo