Si en la primera parte, Flint, Agente Secreto (1966) veíamos a James Coburn haciendo un papel absurdo de agente americano, aquí se dispara aún más el componente pop, con influencias claras de la cultura hippie, entonces recién nacida, y al tema de la igualdad de género, además de las locas y surrealistas escenas de "espionaje" tan típicas de la primera. Algunas se repiten tanto las escenas de contraespionaje que creo que están puestas adrede para llenar metraje a lo loco, lo que la hace más aburrida que la primera, aunque en la parte final coge fuerza y te ríes mucho más, se vuelve todo más absurdo que nunca. No me extraña que se quedara en eso y no volvieran a hacer ninguna más. Era demasiado arriesgado, con una nueva década al acecho...

De este estilo de películas hemos visto muchas: mejores, peores... pero conseguir hacerla entretenida es complicado. La historia tiene que enganchar, los personajes convencer y la dirección resaltar los puntos fuertes. Eso mismo consigue Lumet en este film menor, donde pese a lo largo del desarrollo el interés raramente decae, creando un entretenido film pero sin grandes expectativas. Recomendable para los amantes del cine clásico, por su lento ritmo y excesiva teatralidad.

Película que decide explotar la franquicia Minecraft sin pies ni cabeza, con una historia que 'recuerda' a El Mago de Oz pero utilizando elementos que aparecen en el videojuego. Visualmente atraerá a pequeños y medianos que crecieron al calor de las construcciones digitales, pero para el resto se trata de un film cuyos chistes son bastante infantiles y donde los consabidos Jason Momoa y Jack Black juegan en su papel de forma histriónica (más todavía que en otras películas) para atraer al público casual y adulto que acompaña a sus hijos (o hermanos pequeños) a ver el divertimento. No es que tuviéramos una historia original compleja, pero el resultado es sonrojante para los espectadores.

Hay que ser sinceros: "La Jungla de Cristal" no era "La Aventura del Poseidón", pese a los paralelismos que los espectadores de ambos pudiéramos crear en determinados momentos. Así que "La Jungla 2" en un principio tampoco partía de una película original tan excelsa. Pero el resultado es verdaderamente chapucero, visto con el tiempo ya pasado.
Recuerdo que esta película la emitían mucho en la televisión española a todas horas, y en su época, de pequeño yo, me impactaba. El pseudo gore light de algunas escenas, unida a los clichés del género de acción y la interpretación "tío duro" de Bruce Willis impresionan a cualquier chaval.
Pero vista ahora, canta por soleares: los efectos especiales, incluso siendo de 1990, parecen más de una película de Chuck Norris que de, por ejemplo, Terminator 2 o cualquiera de Steven Seagal de esos mismos años. Se notan los muñecos de pega "dobles" que parecen de cabalgata en lugar de darnos la sensación de que alguien es aplastado o atravesado por un pincho. La interpretación de Bruce Willis se nota muy pasada por la mesa de edición, lo que evidencia que no era precisamente un gran actor, y tampoco lo que queda puede llamarse "notable": cuando quiere transmitir tristeza o dureza, da risa. No tiene el gancho de otros "pseudoactores" de acción, así que un olé por el departamento de maquillaje, que es el único que dota de algo de verosimilitud a sus expresiones, a menudo más de telenovela que de película de este presupuesto.
No sólo eso: la historia pretende tener tensión y pese a los "giros" de algunas escenas pretendidamente sorprendentes acaba cayendo en el tedio en los últimos 30-40 minutos, dando la sensación de relleno alegre tan propia de algunas películas de serie B de la época.
Y ese es, a mi juicio, el mayor problema de esta película: vendida como un blockbuster, el resultado actual ha envejecido horriblemente, dando la impresión de ser un entretenimiento de segunda, cuando en su momento se le dió mucho bombo.
Dicho esto, sólo recomendable para los fans del cine de acción más incondicionales (ésos como yo que igual se ven una de Dolph Lundgren o de Seagal que de Chuck Norris o Van Damme) y completistas. El resto, mejor que gaste su tiempo en otra cosa, aunque la hagan en la tele.

Realmente nunca entenderé la razón por la que esta película está tan sobrevalorada. Los actores no desempeñan unas recreaciones memorables, sino anecdóticas y a merced de un guión estrafalario, sin pies ni cabeza, en el que pretende Burton crear un mundo particular y logra un film más cercano a la parodia humorística que a la de la recreación subjetiva de un Gotham como él lo entiende. Es una tomadura de pelo para los fans del cómic, un aburrimiento (lentísima y con diálogos absurdos a tope) para el espectador, y un suplicio para el crítico, que sólo puede ver aspectos positivos que disimulan el enorme pastel de extravagancias burtonescas con el que se ha trufado un producto comercial pero nada inteligente, diferente pero nada original (mejor está "La parada de los monstruos" que ésta, sin duda).