Después de un montón de años, vuelvo a ver en tv DARYL, de la que guardaba un buen recuerdo.
No es una gran película pero me parece simpática y entrañable, una de esas historias al estilo del cine familiar de Spielberg, Dante o Zemeckis.

Ésta tiene menos pretensiones, se nota en el reparto poco conocido pero eficaz y en su aire de serie B o incluso tv movie de sobremesa. La premisa es buena, sin ser el colmo de la originalidad, y está bien desarrollada hasta un final algo chorra y precipitado.

Action movie aparatosa, agotadora y estúpida como sólo una de Michael Bay puede serlo. Con una premisa sencilla pero interesante, y suspendido todo atisbo de lógica o credibilidad, podría incluso haberme resultado un placer culpable sino fuera porque se sabotea a sí misma con un desastroso tercer acto (el del clan de los mejicanos). Aún así, una estrella se la doy porque después, hacia el final, remonta algo y cierra con esos tres emotivos minutos casi musicales que intentan dejar todo atado y bien atado.

El reparto cumple bien aunque merece mención aparte el ridículo y errático personaje de Gyllenhaal; ni un actor tan grande y carismático como él consigue salvarlo.

Película muy fallida, por culpa de su guion poco trabajado y sus erráticos cambios de tono; no entiendo los elogios casi unánimes de los críticos profesionales.
Desaprovecha una premisa interesante y un buen reparto, que no está a la altura de lo que cabría esperar de él, incluyendo a mi siempre admirada Maribel Verdú. Además, y salvo excepciones (Antonio De la Torre), casi todos confirman el vicio patrio de nuestros actores actuales, la mala vocalización: no hablan sino que susurran, hasta el punto de que muchas veces necesito activar los subtítulos.

Flojísima comedia del gran Stanley Donen, especialmente decepcionante viniendo de él. Da la impresión de que con el pobre material de partida, obra de teatro original y guion, no pudo hacer mucho más: no hay gracia ni chispa en los diálogos o en las situaciones, y la trama queda en una total nadería.

Además desaprovecha a la excelente comediante Kay Kendall, aquí cargante y muy pasada de rosca. Fue la última película de la actriz británica, triste y muy prematuramente desaparecida, pareja de Rex Harrison y gran amiga de Audrey Hepburn (aquí también la viste Givenchy y su elegante porte luciendo los modelazos es casi lo más destacable). En cambio Yul Brynner se defiende bastante bien, en un género que no era precisamente el suyo, como el egomaníaco director de orquesta.

Del director y de la actriz guardo mucho mejor aunque lejano recuerdo, por ejemplo y respectivamente, de ‘Página en blanco’ o ‘Mamá nos complica la vida’ de Minnelli (‘The grass is greener’ y ‘The reluctant debutante’ en sus títulos originales).

Típico melodrama para lucimiento de una Joan Crawford ya cuarentona y al inicio de su decadencia, poco antes de la etapa final de producciones de bajo coste, normalmente thrillers truculentos o películas de terror (‘Baby Jane’ es del 62).

Ella intenta aprovecharlo pero está bastante sobreactuada (casi siempre se le notó su procedencia del cine mudo), y al igual que sucede en otros títulos suyos como la algo posterior ‘La abeja reina’, el guion y la construcción de los personajes no entienden de sutilezas, al contrario predomina el trazo grueso. Sólo su escena del enfrentamiento con el ama de llaves tiene realmente alguna enjundia dramática.
En líneas generales, filme entretenido pero bastante mediocre.