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Críticas ordenadas por utilidad
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6,4
36.498
8
24 de octubre de 2008
24 de octubre de 2008
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me había gustado "El incidente" de Shyamalan, pero al ver "La niebla" al día siguiente (también del género fantástico y de terror), me ha parecido más emocionante y mejor que la anterior. Su toque de serie B -fue rodada en solo seis semanas y con relativamente poco presupuesto- le ha permitido a Darabont rodar con libertad y en un estilo casi documental que la va muy bien a la película y la ayuda en su verosimilitud. Además de la típica reflexión, más bien "carca", que se suele hacer en el género fantástico sobre hasta que punto tiene el hombre derecho a violar los más íntimos secretos de la naturaleza (hybris: el desafio a los dioses, el mayor pecado de todos según los griegos), esta película nos propone además -y no sé si conscientemente- una metáfora sobre la sociedad americana, dividida, "a grosso modo", entre esa gran masa de gente consevadora, más bien primitiva, e inculta, que se toma la mitología bíblica al pie de la letra; y, por otro lado, esa otra América liberal, racional, y a la vanguardia del progreso. Más allá de eso, "La niebla" tambien nos recuerda lo frágiles que son los cimientos de nuestra civilización. Tal como sucedió en Nueva Orleans con el huracán Katrina, la sociedad funciona cuando la gente se siente segura y tiene el estómago lleno. Pero cuando eso falla, nos convertimos en bestias.
Una película muy apreciable, pues, en mí opinión, y que mantiene la tensión en todo momento, además de contar con el concurso de estupendos intérpretes, tanto principales como secundarios. En cuanto a los efectos especiales digitales (hechos por el mismo equipo de "El laberinto del fauno"), son muy resultones y yo diría que realistas en un 95 por ciento respecto a lo que sería un realismo absoluto.
Ahora solo me queda comentar el final... y sigo en spoiler...
Una película muy apreciable, pues, en mí opinión, y que mantiene la tensión en todo momento, además de contar con el concurso de estupendos intérpretes, tanto principales como secundarios. En cuanto a los efectos especiales digitales (hechos por el mismo equipo de "El laberinto del fauno"), son muy resultones y yo diría que realistas en un 95 por ciento respecto a lo que sería un realismo absoluto.
Ahora solo me queda comentar el final... y sigo en spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un final que realmente se sale de lo trillado y que entra de lleno en la tragedia y en el sarcasmo más cruel. Pero, como decía el director en el comentario de audio incluido en el DVD: siguiendo la estela del mito de Job (otra vez la Biblia), "Alguien tiene que pagar a cambio de que el protagonista se salve".
9
7 de agosto de 2008
7 de agosto de 2008
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El protagonista de esta película turbadora está en la linea de los personajes marginados, quijotescos, y alucinados de otras películas dirigidas por Werner Herzog como "Frizcarraldo" o "Aguirre". Solo que en esta ocasión estamos ante un personaje real. Un personaje que además de grabar e intentar relacionarse con los osos, se retrata fundamentalmente a si mismo en lo que acaba siendo una suerte de diario de bitácora cuyos extractos a veces inquietantes, a veces cómicos, forman la mayor parte de la película.
El verdadero objeto de estudio de esta película no son, pues, los osos salvajes, sino la contradictoria personalidad del animal humano que atreviéndose a invadir el hábitat natural de los osos, pretendió, en el fondo, convertirse en uno de ellos (es decir, en la naturaleza pura, bondadosa, y libre que Timothy Treadwell mitificaba), para encontrar así sentido a su vida y exorcizar sus propios demonios y frustraciones humanas. Y de paso construir en torno a si una leyenda que él ya intuía trágica: es como si subconscientemente deseara ser aniquilado y devorado por los osos; el instinto de muerte -Thanatos- sublimado en una suerte de sacrificio cuasi místico de fusión con la naturaleza que daría verdadero sentido a su tarea y ayudaría a propagar su mensaje. Sin embargo, hay algo en lo que creo que Herzog se ha equivocado. Aunque respeto su pudor a la hora de abordar el tema, personalmente hubiera preferido poder escuchar la cinta de audio en la que se oye el ataque final del oso: en una sociedad cada vez más acostumbrada a la exhibición de la violencia (tanto en la ficción como en los telediarios) hubiera sido un detalle que hubiese reforzado el caracter dramático de película.
El verdadero objeto de estudio de esta película no son, pues, los osos salvajes, sino la contradictoria personalidad del animal humano que atreviéndose a invadir el hábitat natural de los osos, pretendió, en el fondo, convertirse en uno de ellos (es decir, en la naturaleza pura, bondadosa, y libre que Timothy Treadwell mitificaba), para encontrar así sentido a su vida y exorcizar sus propios demonios y frustraciones humanas. Y de paso construir en torno a si una leyenda que él ya intuía trágica: es como si subconscientemente deseara ser aniquilado y devorado por los osos; el instinto de muerte -Thanatos- sublimado en una suerte de sacrificio cuasi místico de fusión con la naturaleza que daría verdadero sentido a su tarea y ayudaría a propagar su mensaje. Sin embargo, hay algo en lo que creo que Herzog se ha equivocado. Aunque respeto su pudor a la hora de abordar el tema, personalmente hubiera preferido poder escuchar la cinta de audio en la que se oye el ataque final del oso: en una sociedad cada vez más acostumbrada a la exhibición de la violencia (tanto en la ficción como en los telediarios) hubiera sido un detalle que hubiese reforzado el caracter dramático de película.

7,2
114.735
8
14 de febrero de 2008
14 de febrero de 2008
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de que la acción se sitúa en 1980, no parece una película "de época". Esto no es un elogio ni una crítica, es una constatación. Dicen que los tiempos cambian cada vez más deprisa, pero lo cierto es que si esta película se hubiera realizado en 1980, representando, a su vez, una época distante en el tiempo 28 años (en 1952) enseguida hubiéramos reparado en la diferencia abismal en los modelos de coches, vestuario, etc. En cambio, desde 1980 hasta nuestros días han transcurrido también 28 años, pero viendo la película, no parece que las cosas hayan cambiado demasiado. Conclusión por lo que a este asunto se refiere: contra lo convencionalmente aceptado, en algunas épocas pretéritas las cosas cambiaban mucho más deprisa que últimamente, por lo menos a nivel estético.
¿Y todo esto a qué viene, os preguntareis? Pues viene a que a lo mejor esta pequeña disquisición filosófica me va a servir para posponer apenas unos segundos la exteriorización de la relativa decepción que para mí ha supuesto esta película. Digo esto porque con los Coen siempre espera uno algo excepcional, como las geniales "Fargo", "Barton Fink", o incluso "El gran Lebowsky". En esta ocasión, sin embargo, a pesar de toda la publicidad y de todo el rimbomborio, les ha fallado un poco el guion. Sobre todo en la confusa y atropellada parte final (¿alguien puede creer que no me enteré de lo que le sucedía al final al cowboy del bigote?). Lo cierto es que los diversos hilos de la narración no acaban de estar bien trenzados del todo y a veces da la sensación de que faltan cosas o que nos las cuentan de manera confusa. Otras veces, en cambio, parece que sobran, como esa larga conversación del policía envejecido con otro tipo que no se sabe muy bien quien es o de donde ha salido. O ese aburrido parlamento final del policía. Cada vez que veo la película me entra una insoportable impaciencia cuando veo esas soporíferas y anticlimaticas escenas y desearía poder cortarlas y eliminarlas del montaje.
En fin, que lo mejor para mí es el personaje de asesino pavoroso y friky encarnado de manera genial por Javier Bardem. El resto, me sabe mal decirlo, se podría haber mejorado tratándose de los Coen. Debo decir, no obstante, que aun así "No es País para Viejos" le da sopas con onda a la mayoría de los aburridos, infantiles, trepidantes, y previsibles productos que suele manufacturar Hollywood para ser consumidos en las multisalas.
Una cosa más: estoy por comprarme la novela para acabar de entender los detalles del final, pero ese estilo tan seco de Cormac Mc Carthy (una especie de caricatura de Hemingway) me acaba resultando algo cargante.
¿Y todo esto a qué viene, os preguntareis? Pues viene a que a lo mejor esta pequeña disquisición filosófica me va a servir para posponer apenas unos segundos la exteriorización de la relativa decepción que para mí ha supuesto esta película. Digo esto porque con los Coen siempre espera uno algo excepcional, como las geniales "Fargo", "Barton Fink", o incluso "El gran Lebowsky". En esta ocasión, sin embargo, a pesar de toda la publicidad y de todo el rimbomborio, les ha fallado un poco el guion. Sobre todo en la confusa y atropellada parte final (¿alguien puede creer que no me enteré de lo que le sucedía al final al cowboy del bigote?). Lo cierto es que los diversos hilos de la narración no acaban de estar bien trenzados del todo y a veces da la sensación de que faltan cosas o que nos las cuentan de manera confusa. Otras veces, en cambio, parece que sobran, como esa larga conversación del policía envejecido con otro tipo que no se sabe muy bien quien es o de donde ha salido. O ese aburrido parlamento final del policía. Cada vez que veo la película me entra una insoportable impaciencia cuando veo esas soporíferas y anticlimaticas escenas y desearía poder cortarlas y eliminarlas del montaje.
En fin, que lo mejor para mí es el personaje de asesino pavoroso y friky encarnado de manera genial por Javier Bardem. El resto, me sabe mal decirlo, se podría haber mejorado tratándose de los Coen. Debo decir, no obstante, que aun así "No es País para Viejos" le da sopas con onda a la mayoría de los aburridos, infantiles, trepidantes, y previsibles productos que suele manufacturar Hollywood para ser consumidos en las multisalas.
Una cosa más: estoy por comprarme la novela para acabar de entender los detalles del final, pero ese estilo tan seco de Cormac Mc Carthy (una especie de caricatura de Hemingway) me acaba resultando algo cargante.

6,0
8.198
8
30 de mayo de 2007
30 de mayo de 2007
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo resultados del famoso experimento consistente en comprender el giro en el espacio de un objeto tridimensional nos dicen que los más aptos son los asiáticos, los segundos serían los blancos, y los negros quedan en tercera posición; hasta aquí este pequeño experimento racial en el que por lo general, también lo hombres demuestran más destreza que las mujeres. Pero si se ideara un experimento para medir el ritmo que se te mete en lo huesos, el desgarro de las emociones, y la sensibilidad a flor de piel, inudablemente lo negros saldrían ganando por goleada. Y dentro de ese heterogéneo grupo de humanos de piel oscura, los "number one" a nivel musical (por lo menos en mi opinión) son los afroamericanos de Estados Unidos, con su herencia de dolor y esclavitud que luego han sublimado en la profundidad sin par de sus cantos religiosos ("el Godspel"), en el Rithm and Blues, el Soul, y en algunos estilos posteriores.
¿Y todo esto para decir qué? Pues que la película me ha encantado. He disfrutado como un poseso con esta historia inpirada en la vida de The Supremes. Aunque en la verdadera historia la "fea" pero que mejor cantaba acabó muriendo jóven y hecha polvo, pero en fin. Beyoncé está magnífica y guapisima, y Jennifer Hudson (la Rosa de España del American Idol de allí), sencillamente impresionante y genial. La dirección, fotografía, ambientación, también magníficas. Como telón de fondo de la historia principal, esta película refleja la lucha de toda una raza y de una cultura por ocupar el lugar que le corresponde en el gran mosaico americano, casi siempre dominado por los blancos anglosajones. Pero sobre todo nos habla de su maravillosa música. Para los que nos gusta el Soul, y la música negra en general, esto es un festín (a pesar de que el estilo de Supremes y Diana Ross devino un pelin descafeinado con el fin de adaptarse a los gustos del público blanco).
¿Y todo esto para decir qué? Pues que la película me ha encantado. He disfrutado como un poseso con esta historia inpirada en la vida de The Supremes. Aunque en la verdadera historia la "fea" pero que mejor cantaba acabó muriendo jóven y hecha polvo, pero en fin. Beyoncé está magnífica y guapisima, y Jennifer Hudson (la Rosa de España del American Idol de allí), sencillamente impresionante y genial. La dirección, fotografía, ambientación, también magníficas. Como telón de fondo de la historia principal, esta película refleja la lucha de toda una raza y de una cultura por ocupar el lugar que le corresponde en el gran mosaico americano, casi siempre dominado por los blancos anglosajones. Pero sobre todo nos habla de su maravillosa música. Para los que nos gusta el Soul, y la música negra en general, esto es un festín (a pesar de que el estilo de Supremes y Diana Ross devino un pelin descafeinado con el fin de adaptarse a los gustos del público blanco).
3 de febrero de 2024
3 de febrero de 2024
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un mediocre western que ya era anticuado en el momento de su estreno. Me refiero sobre todo a esas escenas de exteriores ostentosamente hechas en estudio y esos planos de de los actores rodeados de un fino halo verde producto de la aun primitiva técnica de la pantalla verde en la que se incrusta un paisaje de fondo. Si algo bueno tenían los westerns es que estaban rodados en escenarios naturales al aire libre, pero aquí ni eso, a los actores los ruedan en estudio con pantalla verde y luego añaden algunas escenas en exteriores con un doble visto de espaldas para que de el pego. En fin, una chapuza grotesca en una época en la que Leone ya había hecho su revolucionaria y naturalista trilogía del dolar.
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