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6,4
158
7
30 de enero de 2017
30 de enero de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil hacer una crítica de esta interesante y llevadera película. Inclusive lo es hasta para quienes solemos hacer lecturas heterodoxas o alternativas, ahondando en la psicología de los personajes y en los aspectos antropológico-sociales de producciones que, como "The Secrets", lo ameritan.
En principio, el género descripto en la ficha es incompleto: habría que agregar "religión", tema central del film.
A mi parecer, el hecho de introducir un romance lésbico en el ámbito de una historia centrada en las exigencias y expectativas creadas alrededor de muchachas jóvenes, con matrimonios a término arreglados parentalmente, o a la espera de encontrar candidato, que con el objeto de convertirse en las primeras "rabinas" (sacerdotes judíos) son por distintos motivos enviadas por sus respectivas familias a realizar estudios religiosos, ha tenido la intención de situar el drama en un contexto donde la sexualidad en general, y el rol de la mujer en particular, aún se manejan con rigor atávico. Sumado a ello, también el íntimo vínculo que ambas establecen como asistentes con una adulta vecina (Fanny Ardant), tan bella como cruelmente destratada, de precaria salud y otrora condenada por un terrible hecho contra un hombre -cuya culpabilidad niega- quien en alguna medida termina por oficiar de madre susutituta de las jóvenes protagonistas, ambas huérfanas por esa vía, bien puede ser interpretado como una parábola sobre la trasmisión del conocimiento y experiencia entre mujeres, ante la discriminación y el sojuzgamiento femenino que existe en los fundamentalistas judíos y musulmanes hasta nuestros días.
También hay en la película un importante pasaje dedicado a un ritual de purificación (de Ardant) en agua bendita, a quien llevan a escondidas a una práctica originalmente limitada a los varones, y que puede asociarse al bautismo. Muy interesante.
La cuestión sexual -tanto entre las jóvenes, como la de la historia íntima que relata Ardant sobre sí misma-, entiendo está dirigida a dramatizar la imperiosa necesidad de vehiculizar la pasión desesperada de la juventud en alguien "de carne y hueso". Y sobremanera, cuando esa pasión está puesta exclusivamente en Dios hasta el matrimonio, cosa de la que todas las protagonistas del film están pendientes. Además -según se expresa-, es novedoso enterarse que a pesar del rigor religioso, el encuentro íntimo entre mujeres no está condenado, lo cual libera de culpas ajenas -no tanto propias- a las involucradas, ya que la vivencia no es meramente corporal, sino que está originada por una creciente empatía que deviene en enamoramiento. Y que tal enamoramiento, fruto de una escucha "femenina" ausente con los varones por su postura autoritaria, no traerá las mismas consecuencias en una que en la otra.
En síntesis, estimo que el valor más atribuible a este tan complejo como llevadero film, está en el sinnúmero de contradicciones entre la preceptiva religiosa y las necesidades "reales", psicofísicas, de personas que se ven compelidas a vivir los tiempos que corren, atrapados en tradiciones milenarias.
En principio, el género descripto en la ficha es incompleto: habría que agregar "religión", tema central del film.
A mi parecer, el hecho de introducir un romance lésbico en el ámbito de una historia centrada en las exigencias y expectativas creadas alrededor de muchachas jóvenes, con matrimonios a término arreglados parentalmente, o a la espera de encontrar candidato, que con el objeto de convertirse en las primeras "rabinas" (sacerdotes judíos) son por distintos motivos enviadas por sus respectivas familias a realizar estudios religiosos, ha tenido la intención de situar el drama en un contexto donde la sexualidad en general, y el rol de la mujer en particular, aún se manejan con rigor atávico. Sumado a ello, también el íntimo vínculo que ambas establecen como asistentes con una adulta vecina (Fanny Ardant), tan bella como cruelmente destratada, de precaria salud y otrora condenada por un terrible hecho contra un hombre -cuya culpabilidad niega- quien en alguna medida termina por oficiar de madre susutituta de las jóvenes protagonistas, ambas huérfanas por esa vía, bien puede ser interpretado como una parábola sobre la trasmisión del conocimiento y experiencia entre mujeres, ante la discriminación y el sojuzgamiento femenino que existe en los fundamentalistas judíos y musulmanes hasta nuestros días.
También hay en la película un importante pasaje dedicado a un ritual de purificación (de Ardant) en agua bendita, a quien llevan a escondidas a una práctica originalmente limitada a los varones, y que puede asociarse al bautismo. Muy interesante.
La cuestión sexual -tanto entre las jóvenes, como la de la historia íntima que relata Ardant sobre sí misma-, entiendo está dirigida a dramatizar la imperiosa necesidad de vehiculizar la pasión desesperada de la juventud en alguien "de carne y hueso". Y sobremanera, cuando esa pasión está puesta exclusivamente en Dios hasta el matrimonio, cosa de la que todas las protagonistas del film están pendientes. Además -según se expresa-, es novedoso enterarse que a pesar del rigor religioso, el encuentro íntimo entre mujeres no está condenado, lo cual libera de culpas ajenas -no tanto propias- a las involucradas, ya que la vivencia no es meramente corporal, sino que está originada por una creciente empatía que deviene en enamoramiento. Y que tal enamoramiento, fruto de una escucha "femenina" ausente con los varones por su postura autoritaria, no traerá las mismas consecuencias en una que en la otra.
En síntesis, estimo que el valor más atribuible a este tan complejo como llevadero film, está en el sinnúmero de contradicciones entre la preceptiva religiosa y las necesidades "reales", psicofísicas, de personas que se ven compelidas a vivir los tiempos que corren, atrapados en tradiciones milenarias.

6,6
16.797
8
3 de agosto de 2016
3 de agosto de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aclaro de entrada que mi alta valoración no me exime de considerar críticamente que el haber sido filmada en Albuquerque y Nuevo México (USA), en lugar de los Balcanes, le resta al film legitimidad "documental". Cuando se trata de realismo, las falsas locaciones son deshonestas. Así como también decir que presentar a la película como "española" por su director y productores, no se ajusta a nada de lo que ocurre en ella.
Dicho esto, quisiera destacar una gran virtud del director: la pericia con que ha manejado una temporalidad morosamente suspensiva, dentro de la cual siempre algo está ocurriendo, en contraste con la estética de tanto film de acción en el que por mucha vorágine que haya, "no pasa nada".
El género que mejor le cabe a "Un Día Perfecto" es la tragicomedia. Y si está plagada de situaciones más o menos cómicas de neto perfil surrealista -sin caer en "sintonía Kusturica"-, es porque el contexto lo ofrece por sí mismo, ya que la confrontación cultural permanente que le da singularidad, desencadena una sucesión de situaciones a la vez tan absurdas como razonables, dependiendo del punto de vista de quienes las protagonizan.
El tema es muy original, y "lo pequeño" de la historia oficia de disparador de información sobre la guerra de los Balcanes y sus consecuencias, sin entrar en una cinematografía "belica" clásica, sino mas bien en el clima post bélico y sus complejas cuestiones cotidianas.
Es de destacar la actuación descollante de Benicio del Toro, de una naturalidad impresionante y muy bien acompañado por el resto del reparto. E identicamente todo lo concerniente a los aspectos técnicos del film, aunque la banda de sonido no se destaque por incluir buena música de la región, que la hay y de sobra.
En síntesis, una gran película que me animo a recomendar.
Dicho esto, quisiera destacar una gran virtud del director: la pericia con que ha manejado una temporalidad morosamente suspensiva, dentro de la cual siempre algo está ocurriendo, en contraste con la estética de tanto film de acción en el que por mucha vorágine que haya, "no pasa nada".
El género que mejor le cabe a "Un Día Perfecto" es la tragicomedia. Y si está plagada de situaciones más o menos cómicas de neto perfil surrealista -sin caer en "sintonía Kusturica"-, es porque el contexto lo ofrece por sí mismo, ya que la confrontación cultural permanente que le da singularidad, desencadena una sucesión de situaciones a la vez tan absurdas como razonables, dependiendo del punto de vista de quienes las protagonizan.
El tema es muy original, y "lo pequeño" de la historia oficia de disparador de información sobre la guerra de los Balcanes y sus consecuencias, sin entrar en una cinematografía "belica" clásica, sino mas bien en el clima post bélico y sus complejas cuestiones cotidianas.
Es de destacar la actuación descollante de Benicio del Toro, de una naturalidad impresionante y muy bien acompañado por el resto del reparto. E identicamente todo lo concerniente a los aspectos técnicos del film, aunque la banda de sonido no se destaque por incluir buena música de la región, que la hay y de sobra.
En síntesis, una gran película que me animo a recomendar.

5,9
35.843
4
8 de julio de 2016
8 de julio de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tantas críticas me anteceden, que no puedo saber si otros han expresado lo mismo. Si así fuere, lo siento.
A partir de que el tema es de interés masivo, el film es relativamente entretenido, solo que mejor hubiese sido que estuviera en manos de alguien con sangre un poco más caliente que Soderbergh...
Nada empático y construído a partir de la premisa de "efecto mariposa" -donde una simple acción remota desencadena un desequilibrio natural en cadena que termina dando lugar a una pandemia mundial- "Contagio" está lejos de atrapar al espectador, como por ejemplo lo hiciera Dustin Hoffman en "Outbreak" (1995) con una entretenida historia sobre una epidemia de Ebola.
En este caso, hay un subliminal mensaje bien característicamente yanqui (y crítico del aspecto de la globalización que no los beneficia) que da a entender que "los demás -sobre todo en el tercer mundo- no son fiar. Solo nosotros, nuestro sistema de salud y control es eficaz. Y llegada la hora, solo nosotros tendremos la solución para la enfermedad mundial". Un disparate que la "mass media" norteamericana "compra" en envases de pochoclos "súper size". Ahora bien, de las cuestiones de interés de las multinacionales en obtener rédito a costa del desequilibrio ambiental, solo una imágen efímera sobre el final de la película.
Winslet (muy bella) Demon, Fishburne, siempre correctos, pero sin conseguir mover la aguja de la emoción a su favor en ningún momento. Y en cuanto a lo técnico-cinematográfico, solvente, como es de costumbre para una industria con más de 100 años de experiencia en la materia.
En síntesis, pasable; pero no más que eso.
A partir de que el tema es de interés masivo, el film es relativamente entretenido, solo que mejor hubiese sido que estuviera en manos de alguien con sangre un poco más caliente que Soderbergh...
Nada empático y construído a partir de la premisa de "efecto mariposa" -donde una simple acción remota desencadena un desequilibrio natural en cadena que termina dando lugar a una pandemia mundial- "Contagio" está lejos de atrapar al espectador, como por ejemplo lo hiciera Dustin Hoffman en "Outbreak" (1995) con una entretenida historia sobre una epidemia de Ebola.
En este caso, hay un subliminal mensaje bien característicamente yanqui (y crítico del aspecto de la globalización que no los beneficia) que da a entender que "los demás -sobre todo en el tercer mundo- no son fiar. Solo nosotros, nuestro sistema de salud y control es eficaz. Y llegada la hora, solo nosotros tendremos la solución para la enfermedad mundial". Un disparate que la "mass media" norteamericana "compra" en envases de pochoclos "súper size". Ahora bien, de las cuestiones de interés de las multinacionales en obtener rédito a costa del desequilibrio ambiental, solo una imágen efímera sobre el final de la película.
Winslet (muy bella) Demon, Fishburne, siempre correctos, pero sin conseguir mover la aguja de la emoción a su favor en ningún momento. Y en cuanto a lo técnico-cinematográfico, solvente, como es de costumbre para una industria con más de 100 años de experiencia en la materia.
En síntesis, pasable; pero no más que eso.
5
16 de septiembre de 2014
16 de septiembre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Evidentemente las calificaciones otorgadas por quienes vertimos críticas en F.A. tienen un componente altamente subjetivo; de otro modo no se explica como casi siempre un mismo film puede hacerse acreedor tanto a un tres como a un ocho...
Tratando de ser mesurado, quisiera en este caso llegar a un punto intermedio, ya que tras haber visto las dos temporadas de la serie completa - para lo cual quizás haya cometido el error de ver varios episodios por vez, algo que en "Smash" satura -, mi impresión general es que en esta serie todo se queda a medio camino.
Me explico...
1) Es interesante toda la trama alrededor de la producción de una comedia musical, pero mientras la historia está demasiado atravesada por cansadoras circunstancias de los personajes (un catálogo de pasiones, razones y acciones entreveradas al estilo comedia de enredos que por momentos se vuelve un "todos contra todos" para, tras cartón, virar en contrario), el guión no ahonda ni indaga adecuadamente en el proceso creativo en sí, lo cual hubiese sido tanto más procedente cuanto enriquecedor.
2) Lo estrictamente musical no es malo, pero está lejos de las grandes expresiones del género. A casi 100 años de Gershwin, Cole Porter, etc. era de esperarse una propuesta musical más vanguardista.
3) La mayoría de las canciones tienen una estructura compositiva remanida. Y están casi siempre centradas en la subjetividad.
4) Las coreografías que las acompañan no aportan novedad (una pena, porque en ambos rubros USA tiene magníficos artistas. Y particularmente en danza: desde Isadora Duncan a Martha Graham, Twyla Tharp, Fosse, Alvin Ailey, etc. etc.).
5) El desempeño actoral es correcto, pero sin destaques sobresalientes. Y si bien el mundillo Broadway está superpoblado de gays, a mi gusto hay excesiva cantidad de besuqueo homo, cual si el objetivo fuera captar ese target sin considerar que -entre gays y lesbianas- constituyen menos de un 10% de población. Y que a gran parte del 90% restante le incomodan ciertas escenas, por más que estas sean, en general, "light". Pero bueno, es una cuestión sobre la que sé que muchos no estarán de acuerdo conmigo.
En síntesis:
"Smash" se puede ver, puesto que a pesar de falta de originalidad también hay buenos números musicales, coreográficos, vestuario, iluminación, bellas actrices, etc. (aunque no justamente Anjélica Huston, quien parece sacada de una momia egipcia).
Y en cuanto a mi recomendación, la hago por su originalidad conceptual, aunque con menos entusiasmo que ante otras producciones.
Tratando de ser mesurado, quisiera en este caso llegar a un punto intermedio, ya que tras haber visto las dos temporadas de la serie completa - para lo cual quizás haya cometido el error de ver varios episodios por vez, algo que en "Smash" satura -, mi impresión general es que en esta serie todo se queda a medio camino.
Me explico...
1) Es interesante toda la trama alrededor de la producción de una comedia musical, pero mientras la historia está demasiado atravesada por cansadoras circunstancias de los personajes (un catálogo de pasiones, razones y acciones entreveradas al estilo comedia de enredos que por momentos se vuelve un "todos contra todos" para, tras cartón, virar en contrario), el guión no ahonda ni indaga adecuadamente en el proceso creativo en sí, lo cual hubiese sido tanto más procedente cuanto enriquecedor.
2) Lo estrictamente musical no es malo, pero está lejos de las grandes expresiones del género. A casi 100 años de Gershwin, Cole Porter, etc. era de esperarse una propuesta musical más vanguardista.
3) La mayoría de las canciones tienen una estructura compositiva remanida. Y están casi siempre centradas en la subjetividad.
4) Las coreografías que las acompañan no aportan novedad (una pena, porque en ambos rubros USA tiene magníficos artistas. Y particularmente en danza: desde Isadora Duncan a Martha Graham, Twyla Tharp, Fosse, Alvin Ailey, etc. etc.).
5) El desempeño actoral es correcto, pero sin destaques sobresalientes. Y si bien el mundillo Broadway está superpoblado de gays, a mi gusto hay excesiva cantidad de besuqueo homo, cual si el objetivo fuera captar ese target sin considerar que -entre gays y lesbianas- constituyen menos de un 10% de población. Y que a gran parte del 90% restante le incomodan ciertas escenas, por más que estas sean, en general, "light". Pero bueno, es una cuestión sobre la que sé que muchos no estarán de acuerdo conmigo.
En síntesis:
"Smash" se puede ver, puesto que a pesar de falta de originalidad también hay buenos números musicales, coreográficos, vestuario, iluminación, bellas actrices, etc. (aunque no justamente Anjélica Huston, quien parece sacada de una momia egipcia).
Y en cuanto a mi recomendación, la hago por su originalidad conceptual, aunque con menos entusiasmo que ante otras producciones.
Episodio

7,4
36.991
7
7 de agosto de 2014
7 de agosto de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien la tendencia predominante aborda este capítulo por el lado de las redes sociales, la tecnología, etc. mi parecer es que su sentido tiene más que ver con el fetichismo "clonado" y la ilusión contemporánea de inmortalidad que, proveniente de los logros científicos, se ha ido convirtiendo en una especie de "conciencia de derecho", propio de la delirante cosmovisión hedonista del cosmopolita burgués universal.
En ella se materializa la inescrupulosidad del deseo, lo que como no puede ocurrir de otra manera deviene en infructuoso y desesperante. En ella, "la cosa" ocupa - penosamente - el lugar del ser, cuya ausencia real justifica el reemplazo por el objeto, en lugar del doloroso esfuerzo del duelo, seguido por el imprescindible reingreso posterior al ámbito social del que provenimos.
Cual sicótica acción, en este episodio "el burgués fetichista" se ahoga en su posesividad, olvidando que nadie está hecho, exclusivamente, para otro en particular.
Black Mirror no es una miniserie para cualquiera: verla es exponerse a momentos displacenteros. Pero entre las profundas temáticas que aborda, su tratamiento ficcional, la solvencia de las actuaciones de quienes representan a una de las mejores escuelas actorales del mundo como es la inglesa, y la omnipresente impronta shakesperiana que subyace detrás de la estética neoexpresionista de este producto, su resultado amerita el esfuerzo del espectador por verla y quedar pensando sobre su sentido y sobre el mensaje que envía.
En síntesis, aunque ardua, una propuesta siempre recomendable.
En ella se materializa la inescrupulosidad del deseo, lo que como no puede ocurrir de otra manera deviene en infructuoso y desesperante. En ella, "la cosa" ocupa - penosamente - el lugar del ser, cuya ausencia real justifica el reemplazo por el objeto, en lugar del doloroso esfuerzo del duelo, seguido por el imprescindible reingreso posterior al ámbito social del que provenimos.
Cual sicótica acción, en este episodio "el burgués fetichista" se ahoga en su posesividad, olvidando que nadie está hecho, exclusivamente, para otro en particular.
Black Mirror no es una miniserie para cualquiera: verla es exponerse a momentos displacenteros. Pero entre las profundas temáticas que aborda, su tratamiento ficcional, la solvencia de las actuaciones de quienes representan a una de las mejores escuelas actorales del mundo como es la inglesa, y la omnipresente impronta shakesperiana que subyace detrás de la estética neoexpresionista de este producto, su resultado amerita el esfuerzo del espectador por verla y quedar pensando sobre su sentido y sobre el mensaje que envía.
En síntesis, aunque ardua, una propuesta siempre recomendable.
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