Un gato blanco está siendo aplastado por una furgoneta vieja ahora mismo. Pero no lo estamos viendo. Es ficción, lo acabo de escribir para comenzar la crítica de "Funny Games". Tampoco es ficción ¿no es posible que esté sucediendo en algún lugar del mundo y exactamente así? Pero no lo estamos viendo, aunque esté ocurriendo, no lo estamos viendo. Lo que no presenciamos ¿ocurre? ¿Y si nos lo cuentan, ocurre porque lo recreamos inmediatamente con imágenes? ¿Aun siendo ficción?

Haneke nos da la recreación cinematográfica, la ficción. Y la estamos viendo.

Está pasando.

Yo no sé si un gato blanco está siendo atropellado ahora mismo por una furgoneta vieja. O más bien ha sido atropellado hará dos minutos, cuando comenzaba la crítica. No lo sé. Ahora, recrearlo no me cuesta nada, voy al garaje, arranco mi vieja furgoneta y salgo a la calle.

En la calle hay frío, hambre, soledad, escupitajos traicioneros que se pegan al saco de dormir...cuando la calle es la casa con mayor número de metros cuadrados habitables. La calle es muy jodida y modela otros ciudadanos de otras clases, que no son alta ni media ni obrera pero que viven como todos ellos en el primer mundo.

Los sintecho.

Algunos huelen a culo, unos con el pelo fijado con chicles y la boca llena de vino; los hay incluso que leen y se lavan los dientes para así atacar al sistema envueltos en un embriagador aliento a menta. Los sintecho son unos seres extraordinarios con una libertad extraordinaria y que suelen presentar una cara inflada a ostias, efecto de no callar sus pensamientos en público (o de dormir en un cajero del barrio rico con niños ricos y traviesillos).

Los sintecho son Pacino y Hackman. Y huelen a culo. Yo me tapé las napias con una pinza y disfruté de una película cálida, copiosa en diversión, limpia y correcta, amueblada y perfumada con pinos. Esta película es un tour de force entre dos actores muy distintos en su concepción de actuar, sí, y nosotros que lo degustemos.

Mírenla, pasen una horas en la calle (y no para ver tiendas, hombre).

Porque esta película se empezó por el techo. Y bien hecho.

Es buena la película, muy buena.

Me gustan las películas fronterizas, desde siempre. Proponen climas, situaciones y comportamientos extremos por ese calor que dilata, que licua, que redobla el esfuerzo. La gota de sudor se te mete en el ojo, dificulta la visión, te escuece. Y te pone de muy mala leche.

No tanto en La Junquera como por San Ysidro, Tijuana...Quizá en Irún y por otros motivos, no por el calor del sol. Entonces debería decir que me gustan las películas fronterizas a México desde USA. Desde "El tesoro de Sierra Madre", "Grupo salvaje", "Quiero la cabeza de Alfredo García" o "La huída", a "Los tres entierros de Melquiades Estrada" parando en el capítulo dedicado en "Babel".

Ésta es otra del subgénero con distinciones: la dirección, las interpretaciones, la sensación lograda. Ha conseguido sostenerse a carrerones, empapados en sangre, sudor y lágrimas. No me esperaba otra cosa, gustándome como me gustan las películas fronterizas y los Coen.

Y recomiendo una pirenáica, "No llores Germaine", que pasa la frontera del calor. Hasta te relaja, cosa buena para los viejos.

Inteligencia, a la que recurrir para enmascarar la realidad de algunos días. Para saber engañarse.

Y esa forma de vida requería de Nolan, director inteligente que ignora la fuerza con la que acompañarse en favor de la capacidad de análisis, de deducción. Si Lynch es el onírico, Nolan es Niestzche.

Es cierto que la frontera entre la cordura y la locura es apenas señalable, aún menos con la
polvareda que levanta el dolor. Localizarla, abordarla, estudiarla, requería servicios de inteligencia capaces además de crear una forma de vida a modo de película.
La intriga que se propone es difícil de encajar, es complicada, se ha de ser hábil. Una historia de narrativa inversa con componentes de locura y caos empuja, empuja fuera, pero es mejor quedarse. Quedarse y comprometerse con ella, investigar a la par, descubrir detalles en ese hilvanado de la memoria, por entre las fotos, en ese nanosegundo en el psiquiátrico blanquinegro con dos hombres sentados en la misma silla. El montaje invita a la diversión, encontrándose un virtuosismo raro de encontrar.

Unos personajes tremendos como las interpretaciones, por supuesto de Pearce pero sobremanera de los Matrix Moss y Pantoliano y de un excepcional Tobolowsky. Todos ellos se confabularon.

"Memento" es una obra mayor, por el cuento, por la narración, por los personajes que por allí andan...

"Memento" sorprendió hace unos años por el riesgo en su forma y por la brillantez en su fondo. Resultó magnífica. Es...es...¿Pero qué estoy escribiendo? Filmaffinity...Sí, a ver. "FILMAFFINITY ES UNA WEB DE CINE. CRITICAS. VAS A MENUDO Y TE LLAMAS RICK BLAINE. NO HAY RIESGO".

Bien ¿y qué leches es "Memento"?

Maravillosa subjetividad la que se enrosca en la libertad de uno como una planta de ésas que se enroscan.

Divertido el hecho de valorar algo tan popular como una película y ver qué opinan los demás de ella.

Original, siempre, el formato de Filmaffinity, con todos esos detalles, esos tours, esos enlaces, esa heterogenea lista de críticos aficionados, muchos de ellos...

...magníficos.

Que califican esto con una media de 6'8.

Yo opino: esta tienda y su entorno no es maravillosa ni divertida ni original ni magnífica. Es espeluznante, es una mierda blanquinegra. Y, yendo más allá, diré que a mi Corman en realidad me aburre, aun con su mérito artístico y su virtuosismo financiero.

Aun con una cierta simpatía hacia su aventura.