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Críticas ordenadas por utilidad
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7,0
7.980
7
4 de diciembre de 2019
4 de diciembre de 2019
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de la mano de Naoufel, despierta más interés en un servidor que cualquier frozen de pixar. Parece que el señor Clapin lleva tiempo arrasando con sus cortometrajes "Buenas vibraciones", "Palmipedarium" o "Hundred Waters: Innocent". Sea como fuere, parece recuperar el trabajo que años atrás disfrutábamos con cine de animación para adultos como el de Folman o Satrapi.
Naoufel es un joven triste y abatido por vivir la vida que no esperaba ni deseaba tener, es un humilde repartidor de pizzas en el centro de París. Sus infantiles sueños de convertirse en astronauta o músico desfallecen ante la tragedia que no desvelaré. En una accidentada y lluviosa noche conoce a través del interfono a la exigente Gabrielle, de quien se enamorará en cuestión de un par de ilusiones y expectativas.
Clapin sorprende con su dibujo uniendo la tradicional forma de rodar con añadidos por ordenador, creando una interesante mezcla para avivar la emotividad de una mano aventurera sin perder la originalidad de un dibujo hecho a mano, sería incoherente haberla hecho totalmente a ordenador.
La mano, co-protagonista de la historia con su dueño, vive un sinfín de aventuras muy poco palaciegas. La susodicha protagonista combate tanto contra sus retos terrenales, representados por ratas, como celestiales, la paloma, y concluye en un hermoso discurso de su dueño sobre el destino o el albedrío. El romanticismo y la fantasía se dan la mano para crear una historieta estilo cómic que gustando más o menos, no deja indiferente. Su elegancia en el dibujo, su enternecedor protagonista, su sufrida mano y la repelente Gabrielle te llenarán de originalidad y color la pantalla.
La búsqueda constante de la mano es la búsqueda de identidad de todo individuo, el sentimiento de pertenencia, es el reflejo de nuestro subconsciente, que necesita de esa búsqueda, y con ello nos habla de nuestro cuerpo, el cual nos habla a través de síntomas. Cuando el cuerpo habla y no es escuchado caemos en dolencias, costumbres, que nos irán perpetuando en el tiempo como ancianos malvividos. Esa mano que busca no es más que el niño que quiere saber, que experimenta, que graba y recuerda su niñez, en búsqueda de una relación afectiva amputada, debido a dos accidentes, primero el infantil, luego el adolescente, que posiblemente conviertan al protagonista en un viejo enfermo como su jefe.
Clapin triunfa con esta metafórica y hermosa historia de la naturaleza humana, el sentido de la vida, de las pérdidas y la soledad del individuo, y con ello se luce y pasa a ser uno de los más interesantes y admirados de la animación en los últimos años. No le perdamos la pista a este interesantísimo autor, puede seguir dándonos gratas sorpresas.
Para más críticas en instagram; @risard_egoteabsorbo
Naoufel es un joven triste y abatido por vivir la vida que no esperaba ni deseaba tener, es un humilde repartidor de pizzas en el centro de París. Sus infantiles sueños de convertirse en astronauta o músico desfallecen ante la tragedia que no desvelaré. En una accidentada y lluviosa noche conoce a través del interfono a la exigente Gabrielle, de quien se enamorará en cuestión de un par de ilusiones y expectativas.
Clapin sorprende con su dibujo uniendo la tradicional forma de rodar con añadidos por ordenador, creando una interesante mezcla para avivar la emotividad de una mano aventurera sin perder la originalidad de un dibujo hecho a mano, sería incoherente haberla hecho totalmente a ordenador.
La mano, co-protagonista de la historia con su dueño, vive un sinfín de aventuras muy poco palaciegas. La susodicha protagonista combate tanto contra sus retos terrenales, representados por ratas, como celestiales, la paloma, y concluye en un hermoso discurso de su dueño sobre el destino o el albedrío. El romanticismo y la fantasía se dan la mano para crear una historieta estilo cómic que gustando más o menos, no deja indiferente. Su elegancia en el dibujo, su enternecedor protagonista, su sufrida mano y la repelente Gabrielle te llenarán de originalidad y color la pantalla.
La búsqueda constante de la mano es la búsqueda de identidad de todo individuo, el sentimiento de pertenencia, es el reflejo de nuestro subconsciente, que necesita de esa búsqueda, y con ello nos habla de nuestro cuerpo, el cual nos habla a través de síntomas. Cuando el cuerpo habla y no es escuchado caemos en dolencias, costumbres, que nos irán perpetuando en el tiempo como ancianos malvividos. Esa mano que busca no es más que el niño que quiere saber, que experimenta, que graba y recuerda su niñez, en búsqueda de una relación afectiva amputada, debido a dos accidentes, primero el infantil, luego el adolescente, que posiblemente conviertan al protagonista en un viejo enfermo como su jefe.
Clapin triunfa con esta metafórica y hermosa historia de la naturaleza humana, el sentido de la vida, de las pérdidas y la soledad del individuo, y con ello se luce y pasa a ser uno de los más interesantes y admirados de la animación en los últimos años. No le perdamos la pista a este interesantísimo autor, puede seguir dándonos gratas sorpresas.
Para más críticas en instagram; @risard_egoteabsorbo
6
9 de noviembre de 2019
9 de noviembre de 2019
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El desparrame del dinero, el abuso de poder, los códigos morales dentro del mundo liberal, o la igualdad como explicación de la tiranía del ser humano. Todo se amanceba y es agitado con venganza, strippers y potente mensaje como resultado, que por lo visto hay quien lo lee a su manera, como todo, y yo os lo voy a contar a través de mi mirada.
La película presume de feminismo, dicen que los hombres y las mujeres somos iguales, y si a lo que se refieren es que ambos somos tiranos, vengativos, violentos y manipuladores, sí, lo somos, nos diferencian biologías pero poco más, y aquí queda bien reflejado que ni un solo movimiento victimista y colectivista va a solucionar absolutamente nada, sólo aportar venganza que sumará más heridas. Ya es la segunda película este mes que transmite la frase 'La gente herida, hiere gente' vivimos en la época de la moda del victimismo confundiéndolo con empoderamiento, venganza con equilibrio, o igualdad con justicia.
Las mujeres empoderadas demostrando ser tan viles como los hombres, una imagen tan patética como la inversa, la ridiculización de la sociedad occidental creyendo que lucha por algo, pero que no hace más que evidenciar su estupidez que nos vomitamos a través de etiquetas.
La maternidad como maldición para jutificar una traición. La mujer de hoy día parece maldecir su naturaleza, y se escuda en un concepto hastiado hasta el aburrimiento que es el heteropatriarcado, pero da la sensación de que no se sabe ni de qué se habla, la única intención es crear más conceptos para manipular a la masa femenina (y aliados) y hacer lo que le plazca al sistema.
Todo lo que brilla termina por oxidarse, los modales, los ideales, las prioridades, y afortunadamente las modas, lo dañino de todo esto es que deja secuelas y contamina una sociedad ya enferma de creencias tergiversadas. Si las protagonistas se han sentido utilizadas como objetos por bailar en un club nocturno, no hay nada como dejar un trabajo que te hace sentir mal por otro más humilde, pero la ambición lleva a vendernos, el problema no es ese, sino la inducción responsabilizada en una sociedad, eso es echar pelotas fuera y no asumir nuestra responsabilidad ante la toma de conciencia, es hacerlo con sumo gusto y placer y por decisión propia, o por el contrario buscarte una alternativa. La decisión de cualquier persona a utilizar su cuerpo para beneficio propio es pura libertad, y cohibirlo retrógrado y de influencias religiosas castrantes. Las mujeres utilizan su arma más peligrosa, la seducción, y el hombre cae por el peso de su estolidez.
Con una música adecuada a su temática, un ritmo que no deja aburrirse en ningún momento, con una Jennifer López excelente y un espectáculo pole dance correcto pero poco sobresaliente, la señorita Scafaria nos deja un film correctamente dirigido para colarnos entre bastidores de un club de striptease, y que no podamos quitar los ojos de la pantalla, y no precisamente por los despampanantes cuerpos que presumen, sino por su astucia para contarnos la historia de unas estafadoras vengativas sin piedad ni compasión. Al igual que aquellos hombres abusivos de Wall Street, con uno códigos más correctos a la hora de tratar a la mujer que los posteriores a la crisis, nos dejan con la clara exposición del daño que hace una crisis a la gente, a niveles de perder cualquier valor moral por liberal o conservador que sea.
Para más críticas y recomendaciones en instagram; @risard_egoteabsorbo
La película presume de feminismo, dicen que los hombres y las mujeres somos iguales, y si a lo que se refieren es que ambos somos tiranos, vengativos, violentos y manipuladores, sí, lo somos, nos diferencian biologías pero poco más, y aquí queda bien reflejado que ni un solo movimiento victimista y colectivista va a solucionar absolutamente nada, sólo aportar venganza que sumará más heridas. Ya es la segunda película este mes que transmite la frase 'La gente herida, hiere gente' vivimos en la época de la moda del victimismo confundiéndolo con empoderamiento, venganza con equilibrio, o igualdad con justicia.
Las mujeres empoderadas demostrando ser tan viles como los hombres, una imagen tan patética como la inversa, la ridiculización de la sociedad occidental creyendo que lucha por algo, pero que no hace más que evidenciar su estupidez que nos vomitamos a través de etiquetas.
La maternidad como maldición para jutificar una traición. La mujer de hoy día parece maldecir su naturaleza, y se escuda en un concepto hastiado hasta el aburrimiento que es el heteropatriarcado, pero da la sensación de que no se sabe ni de qué se habla, la única intención es crear más conceptos para manipular a la masa femenina (y aliados) y hacer lo que le plazca al sistema.
Todo lo que brilla termina por oxidarse, los modales, los ideales, las prioridades, y afortunadamente las modas, lo dañino de todo esto es que deja secuelas y contamina una sociedad ya enferma de creencias tergiversadas. Si las protagonistas se han sentido utilizadas como objetos por bailar en un club nocturno, no hay nada como dejar un trabajo que te hace sentir mal por otro más humilde, pero la ambición lleva a vendernos, el problema no es ese, sino la inducción responsabilizada en una sociedad, eso es echar pelotas fuera y no asumir nuestra responsabilidad ante la toma de conciencia, es hacerlo con sumo gusto y placer y por decisión propia, o por el contrario buscarte una alternativa. La decisión de cualquier persona a utilizar su cuerpo para beneficio propio es pura libertad, y cohibirlo retrógrado y de influencias religiosas castrantes. Las mujeres utilizan su arma más peligrosa, la seducción, y el hombre cae por el peso de su estolidez.
Con una música adecuada a su temática, un ritmo que no deja aburrirse en ningún momento, con una Jennifer López excelente y un espectáculo pole dance correcto pero poco sobresaliente, la señorita Scafaria nos deja un film correctamente dirigido para colarnos entre bastidores de un club de striptease, y que no podamos quitar los ojos de la pantalla, y no precisamente por los despampanantes cuerpos que presumen, sino por su astucia para contarnos la historia de unas estafadoras vengativas sin piedad ni compasión. Al igual que aquellos hombres abusivos de Wall Street, con uno códigos más correctos a la hora de tratar a la mujer que los posteriores a la crisis, nos dejan con la clara exposición del daño que hace una crisis a la gente, a niveles de perder cualquier valor moral por liberal o conservador que sea.
Para más críticas y recomendaciones en instagram; @risard_egoteabsorbo

6,5
33.299
8
1 de febrero de 2025
1 de febrero de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se agradece mucho que sigan existiendo autores a día de hoy, y esa directora se encuentra entre ellos. La felicito por saber mezclar tan bien un suspense de ciencia-ficcion con toques cómicos donde no sólo se decide a criticar el sistema superficial en el que vivimos, sino que también lo enfoca desde la autocrítica individualista.
¿Hasta dónde somos capaces de llegar para ser queridos y aceptados por nuestros entorno? Querer adaptarse a una sociedad enferma denota nuestra carencia autoafectiva y potente enfermedad mental, que su protagonista lleva hasta el extremo. A mi amado Lynch le habría encantado esta fábula sobre el dopplenganger y ese toque elefantástico del final que recuerda más a Cronenberg pero uno no puede dejar de ver un momento lynchiano aunque haya sido involuntario. Vislumbro pequeñas influencias de Aronofsky o Kubrick, pero lo mejor esa la reivindicación de su propia personalidad.
La cinta es el ascenso en una montaña rusa y la caída desde luego da vértigo, he de decir en cuanto al desarrollo que me ha parecido de un ritmo fantástico, me ha tenido enganchado absolutamente y su clímax me ha dejado exhausto, recordando a un Suspiria muy Guadagnino pero ni tan terrorífico, más bien mordaz y cómico. Y qué decir de Demi Moore, simplemente maravillosa, si deciden ser justos este año, el galardón de Hollywood debería ser suyo. Dennis Quaid exageradamente soberbio.
Muchos la tachan de film sin guion, pero a mí me parece que toca varios temas sin necesidad de hablar mucho, con lo poco que se explica y lo mucho que se muestra visualmente queda bastante claro, eso es algo que creo debe hacer un buen cineasta y no es ni por asomo una película superficial, más bien critica esa superficialidad que nos arrastra y consume hasta convertirnos en monstruos, porque en eso se convierte nuestra sociedad minuto a minuto, en gente estúpida con filtros en aplicaciones ridículas queriendo llamar la atención, si eso es así en la gente corriente, imaginemos en la élite de la fama, bien, pues no hace falta imaginar, Fargeat nos lo cuenta y muy muy bien. Recomiendo echar un vistazo a su cortometraje Reality + donde ya apuntaba maneras.
Gracias Coralie, por regalarnos esta maravillosa e interesantísima cinta donde nos llevas desde el suspense, pasando por la ciencia ficción, con momentos divertidos y cerrando con el gore más extremo y necesario.
¿Hasta dónde somos capaces de llegar para ser queridos y aceptados por nuestros entorno? Querer adaptarse a una sociedad enferma denota nuestra carencia autoafectiva y potente enfermedad mental, que su protagonista lleva hasta el extremo. A mi amado Lynch le habría encantado esta fábula sobre el dopplenganger y ese toque elefantástico del final que recuerda más a Cronenberg pero uno no puede dejar de ver un momento lynchiano aunque haya sido involuntario. Vislumbro pequeñas influencias de Aronofsky o Kubrick, pero lo mejor esa la reivindicación de su propia personalidad.
La cinta es el ascenso en una montaña rusa y la caída desde luego da vértigo, he de decir en cuanto al desarrollo que me ha parecido de un ritmo fantástico, me ha tenido enganchado absolutamente y su clímax me ha dejado exhausto, recordando a un Suspiria muy Guadagnino pero ni tan terrorífico, más bien mordaz y cómico. Y qué decir de Demi Moore, simplemente maravillosa, si deciden ser justos este año, el galardón de Hollywood debería ser suyo. Dennis Quaid exageradamente soberbio.
Muchos la tachan de film sin guion, pero a mí me parece que toca varios temas sin necesidad de hablar mucho, con lo poco que se explica y lo mucho que se muestra visualmente queda bastante claro, eso es algo que creo debe hacer un buen cineasta y no es ni por asomo una película superficial, más bien critica esa superficialidad que nos arrastra y consume hasta convertirnos en monstruos, porque en eso se convierte nuestra sociedad minuto a minuto, en gente estúpida con filtros en aplicaciones ridículas queriendo llamar la atención, si eso es así en la gente corriente, imaginemos en la élite de la fama, bien, pues no hace falta imaginar, Fargeat nos lo cuenta y muy muy bien. Recomiendo echar un vistazo a su cortometraje Reality + donde ya apuntaba maneras.
Gracias Coralie, por regalarnos esta maravillosa e interesantísima cinta donde nos llevas desde el suspense, pasando por la ciencia ficción, con momentos divertidos y cerrando con el gore más extremo y necesario.

6,7
32.305
7
23 de octubre de 2019
23 de octubre de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llamarse Preciosa pero ser el hazmerreír de la clase es como mínimo paradójico a la par que humillante. Precious es una joven inagotable, fuerte como ella sola, que arrasa hasta con el miedo más atroz de su vida. Precious es la fuerza y la esperanza encarnadas, es el poste que se resiste a ser arrancado por el huracán. Si hay alguien para dar ejemplo en esta vida de poder personal pese a sus ausentes herramientas esa es la gran Clareece Precious Jones.
Lee Daniels nos oxigena este oscuro drama con momentos oníricos que se convierten en esperpento para una película seria donde su protagonista, como buena adolescente, sueña donde todo brilla y ella es la estrella de su vida. De una madre maltratadora y un padre violador, uno se pregunta qué clase de engendro puede salir de semejante situación. Pues una mujer fuerte que no se resigna ante el maltrato diario de un monstruo materno que vomita el mismísimo infierno por la boca y que se resiste a ser la víctima débil que la sociedad crea, ella es vulnerable, pero es más fuerte de lo que imaginamos. La edad de la protagonista es uno de los momentos más sensibles para cualquier ser humano, en el proceso de cambios hormonales y de madurez intelectual, que esta joven está obligada a dar a pasos agigantados. Pese al dolor físico y emocional de alguien con semejantes progenitores nuestra protagonista recorre un mundo imaginario de luz y brillo donde todo es ideal, y pese a pertenecer a un conflictivo barrio como Harlem, no es excusa de culpar la ignorancia como atrocidad perdonable, pues hasta en las mejores casas se viven infiernos inconfesables. Con la suerte de tener a un enfermero como Lenny Kravitz o una asistente en una sorprendente Mariah Carey, nuestra protagonista arranca con fuerza hacia la vida gracias a su profesora y sus compañeras de clase, todas ellas en una versión choni del extrarradio de Manhattan. Gabourey Sidibe se convierte en la revelación estrella de su año, dejándonos atónitos ante un humilde talento.
Es menester destacar la excelentísima interpretación de la cómica Mo'nique, que inunda la pantalla con su presencia, y no precisamente por sus kilos de más sino por su enorme talento interpretativo, que consigue aterrorizarnos a la par que emblandecernos con un monólogo final que te arrancará las lágrimas que te niegas a dejar escapar ante el dramatismo de la situación. Esta es una historia cruda y dolorosa, pero su director la trata con conciencia y esperanza, y nos empatiza a la fuerza para comprender la realidades de millones de adolescentes que sufren ante el autoritarismo abusivo de unos padres enfermos de ignorancia.
Precious es el punto de inflexión entre un excesivo drama y una delirante vida de videoclip que se mezclan de maravilla, aunque el segundo sea de lo más hortera, así son los sueños adolescentes, de tez infantiloide, surrealista y materialista, escondiendo una dulce felicidad. Con todo ello nos legan un film independiente de los que no olvidaremos tanto por su historia como por sus interpretaciones, es para recordar nos guste o no.
Para más críticas en instagram; @risard_egoteabsorbo
Lee Daniels nos oxigena este oscuro drama con momentos oníricos que se convierten en esperpento para una película seria donde su protagonista, como buena adolescente, sueña donde todo brilla y ella es la estrella de su vida. De una madre maltratadora y un padre violador, uno se pregunta qué clase de engendro puede salir de semejante situación. Pues una mujer fuerte que no se resigna ante el maltrato diario de un monstruo materno que vomita el mismísimo infierno por la boca y que se resiste a ser la víctima débil que la sociedad crea, ella es vulnerable, pero es más fuerte de lo que imaginamos. La edad de la protagonista es uno de los momentos más sensibles para cualquier ser humano, en el proceso de cambios hormonales y de madurez intelectual, que esta joven está obligada a dar a pasos agigantados. Pese al dolor físico y emocional de alguien con semejantes progenitores nuestra protagonista recorre un mundo imaginario de luz y brillo donde todo es ideal, y pese a pertenecer a un conflictivo barrio como Harlem, no es excusa de culpar la ignorancia como atrocidad perdonable, pues hasta en las mejores casas se viven infiernos inconfesables. Con la suerte de tener a un enfermero como Lenny Kravitz o una asistente en una sorprendente Mariah Carey, nuestra protagonista arranca con fuerza hacia la vida gracias a su profesora y sus compañeras de clase, todas ellas en una versión choni del extrarradio de Manhattan. Gabourey Sidibe se convierte en la revelación estrella de su año, dejándonos atónitos ante un humilde talento.
Es menester destacar la excelentísima interpretación de la cómica Mo'nique, que inunda la pantalla con su presencia, y no precisamente por sus kilos de más sino por su enorme talento interpretativo, que consigue aterrorizarnos a la par que emblandecernos con un monólogo final que te arrancará las lágrimas que te niegas a dejar escapar ante el dramatismo de la situación. Esta es una historia cruda y dolorosa, pero su director la trata con conciencia y esperanza, y nos empatiza a la fuerza para comprender la realidades de millones de adolescentes que sufren ante el autoritarismo abusivo de unos padres enfermos de ignorancia.
Precious es el punto de inflexión entre un excesivo drama y una delirante vida de videoclip que se mezclan de maravilla, aunque el segundo sea de lo más hortera, así son los sueños adolescentes, de tez infantiloide, surrealista y materialista, escondiendo una dulce felicidad. Con todo ello nos legan un film independiente de los que no olvidaremos tanto por su historia como por sus interpretaciones, es para recordar nos guste o no.
Para más críticas en instagram; @risard_egoteabsorbo
8
22 de septiembre de 2019
22 de septiembre de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los accidentes de tráfico como fetiche sexual y comienzo de un romance apasionado hasta el paroxismo, esa es la base de Cronenberg para hablarnos de los deseos extremos, de la pasión desmedida y las fantasías oscuras. Esta connivencia sexual entre sus protagonistas donde pocos se atreven a ahondar en la oscuridad del deseo es la balsa donde dejarán que sus apetitos naveguen a la deriva y poder así perderse en el mar de emociones y aventuras que ésta otorga.
Tachada de estúpida y superficial, siempre ausente de análisis simbólicos o lecturas entre líneas, la colisión es ese encuentro violento entre dos cuerpos, per se, el sexo salvaje es una manera violenta de encontrarse dos seres con la misma necesidad, explotar todo lo reprimido que la mente imagina y guardamos durante mucho tiempo en nuestro interior donde apenas dejamos entrar la luz, y cuando sale choca recibiendo un fogonazo que nos ciega y nos invade de placer, muchas veces, un placer efímero y lleno de remordimiento. En cambio estos personajes cruzan el umbral de la culpabilidad y arremeten con toda su curiosidad un nuevo horizonte de placer, que está más allá de sus genitales, concretamente, en el contrachapado de un coche, y su destrucción, ante un emocionante estrello donde la vida y la muerte lanzan una moneda a ver quién gana. La adrenalina es utilizada por gente habitada en una sociedad hastiada de una soledad aplastante, una sensación de abandono a nuestras propias ambiciones reales en pos de las del otro, para querer gustar, para querer satisfacer, una manera de relacionarse creadora de co-dependencias. Sin embargo aquí, la única dependencia que se crea es la de estrellarse contra alguien para sentir algo, nos han anulado tanto que necesitamos destrozar nuestros cuerpos para lograr alcanzar un clímax satisfactorio. Quién sabe si la colisión es mensaje cosmo-visionista del big bang, o simplemente el morbo de matarnos literalmente justificando un vacío existencial o la búsqueda de lo radicalmente incorrecto.
Independientemente de la libre interpretación del espectador, lo innegable de este enérgico film es el excelente reflejo de la morbosidad del sexo y sus sangrientas consecuencias. Cronenberg firma una de las historias más polémicas del cine de los noventa entre sus retractores como una película vacua y sus adoradores considerándola una obra de culto. Un servidor se postula ante lo segundo.
Para más críticas en instagram; @risard_egoteabsorbo
Tachada de estúpida y superficial, siempre ausente de análisis simbólicos o lecturas entre líneas, la colisión es ese encuentro violento entre dos cuerpos, per se, el sexo salvaje es una manera violenta de encontrarse dos seres con la misma necesidad, explotar todo lo reprimido que la mente imagina y guardamos durante mucho tiempo en nuestro interior donde apenas dejamos entrar la luz, y cuando sale choca recibiendo un fogonazo que nos ciega y nos invade de placer, muchas veces, un placer efímero y lleno de remordimiento. En cambio estos personajes cruzan el umbral de la culpabilidad y arremeten con toda su curiosidad un nuevo horizonte de placer, que está más allá de sus genitales, concretamente, en el contrachapado de un coche, y su destrucción, ante un emocionante estrello donde la vida y la muerte lanzan una moneda a ver quién gana. La adrenalina es utilizada por gente habitada en una sociedad hastiada de una soledad aplastante, una sensación de abandono a nuestras propias ambiciones reales en pos de las del otro, para querer gustar, para querer satisfacer, una manera de relacionarse creadora de co-dependencias. Sin embargo aquí, la única dependencia que se crea es la de estrellarse contra alguien para sentir algo, nos han anulado tanto que necesitamos destrozar nuestros cuerpos para lograr alcanzar un clímax satisfactorio. Quién sabe si la colisión es mensaje cosmo-visionista del big bang, o simplemente el morbo de matarnos literalmente justificando un vacío existencial o la búsqueda de lo radicalmente incorrecto.
Independientemente de la libre interpretación del espectador, lo innegable de este enérgico film es el excelente reflejo de la morbosidad del sexo y sus sangrientas consecuencias. Cronenberg firma una de las historias más polémicas del cine de los noventa entre sus retractores como una película vacua y sus adoradores considerándola una obra de culto. Un servidor se postula ante lo segundo.
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