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Críticas ordenadas por utilidad
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6,6
5.801
8
1 de diciembre de 2015
1 de diciembre de 2015
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tienes escrúpulos, si aún queda dentro de ti algo de corazón, si aún eres capaz de temblar de indignación ante las injusticias, Techo y comida dejará un poquito de su esencia en tu interior. Porque el drama de esta mujer señalando una situación que viven cientos de familias en un país descosido por la crisis, es uno de los trabajos más honestos, concienciados y directos que el cine español ha logrado en los últimos años.
El argumento es el que cientos de veces hemos visto en los informativos, el de la herida social que la burbuja inmobiliaria ha dejado tras de sí. Una mujer joven, madre soltera, se enfrenta al paro, a la desesperación y a una amenaza de desahucio. Ella luchará desesperadamente por revertir una situación cada vez más complicada y esa es en esencia la historia que nos relata Techo y comida, la lucha de un ser humano por lograr la dignidad.
El hecho de que Techo y Comida tenga ese efecto tan devastador sobre las conciencias, se debe principalmente a dos factores, un guión sutil y sobresaliente y una actuación prodigiosa de una Natalia de Molina que simplemente se sale.
La historia de Techo y comida es una progresiva bajada a los infiernos de un personaje luchador y bueno en esencia al que las circunstancias empujan al abismo. Rocío, madre soltera en paro intenta sostener su vida y la de su hijo en circunstancias dramáticas que poco a poco van empeorando. El guión hilvana este descenso con sutileza, con una coherencia y un realismo tal que marcan el agudo retrato de las víctimas colaterales de la crisis. Cada escalón que se baja parace lógico e irremediable, la sensación de impotencia te abraza cada vez más conforme avanza la película. Además, la historia de Rocío y su hijo está salpicada de pequeños detalles entrañables, de muestras simbólicas de cómo avanza la sociedad mientras otros se quedan al margen, que dan lugar a la reflexión y a tener al menos una mirada de consternación ante hechos descritos de una forma tan realista.
El otro punto fuerte de la película es la magistral actuación de Natalia de Molina, demacrada hasta los poros por la pobreza y que en las escenas de lucha y desesperación es elevada a unos niveles interpretativos prodigiosos. Al menos merecería estar desde ya entre las candidata finales al Goya a la mejor actriz ya que borda y transmite una emoción que le dan el empujón final que necesita la película para hacerse grande ante los ojos del espectador. Natalia de Molina ya recogió el galardón a mejor actriz en el Festival de Málaga y en el Festival de Cine Indie de Albacete (Abycine) y a buen seguro que le quedan un buen puñado de estatuillas por recoger tras una interpretación sobresaliente.
Acompañan bien los actores secundarios de la trama que, eso sí, dejan casi todo el protagonismo a Rocío, ya que la cinta elude las tramas secundarias y deja la participación de otros personajes en meramente testimoniales.
Si algo se le puede achacar a la cinta es su compromiso. Hay ideología en cada segundo de metraje, hay un claro viraje hacia la Izquierda pero ¿Acaso hay otra manera de afrontar un tema tan delicado y vergonzoso como este? La frase final con la que acaba la película lo dice todo: ¿A ti quién te rescata?
http://www.viveiberoamerica.com/techo-y-comida-y-a-ti-quien-te-rescata/
@Iberoamericavi
El argumento es el que cientos de veces hemos visto en los informativos, el de la herida social que la burbuja inmobiliaria ha dejado tras de sí. Una mujer joven, madre soltera, se enfrenta al paro, a la desesperación y a una amenaza de desahucio. Ella luchará desesperadamente por revertir una situación cada vez más complicada y esa es en esencia la historia que nos relata Techo y comida, la lucha de un ser humano por lograr la dignidad.
El hecho de que Techo y Comida tenga ese efecto tan devastador sobre las conciencias, se debe principalmente a dos factores, un guión sutil y sobresaliente y una actuación prodigiosa de una Natalia de Molina que simplemente se sale.
La historia de Techo y comida es una progresiva bajada a los infiernos de un personaje luchador y bueno en esencia al que las circunstancias empujan al abismo. Rocío, madre soltera en paro intenta sostener su vida y la de su hijo en circunstancias dramáticas que poco a poco van empeorando. El guión hilvana este descenso con sutileza, con una coherencia y un realismo tal que marcan el agudo retrato de las víctimas colaterales de la crisis. Cada escalón que se baja parace lógico e irremediable, la sensación de impotencia te abraza cada vez más conforme avanza la película. Además, la historia de Rocío y su hijo está salpicada de pequeños detalles entrañables, de muestras simbólicas de cómo avanza la sociedad mientras otros se quedan al margen, que dan lugar a la reflexión y a tener al menos una mirada de consternación ante hechos descritos de una forma tan realista.
El otro punto fuerte de la película es la magistral actuación de Natalia de Molina, demacrada hasta los poros por la pobreza y que en las escenas de lucha y desesperación es elevada a unos niveles interpretativos prodigiosos. Al menos merecería estar desde ya entre las candidata finales al Goya a la mejor actriz ya que borda y transmite una emoción que le dan el empujón final que necesita la película para hacerse grande ante los ojos del espectador. Natalia de Molina ya recogió el galardón a mejor actriz en el Festival de Málaga y en el Festival de Cine Indie de Albacete (Abycine) y a buen seguro que le quedan un buen puñado de estatuillas por recoger tras una interpretación sobresaliente.
Acompañan bien los actores secundarios de la trama que, eso sí, dejan casi todo el protagonismo a Rocío, ya que la cinta elude las tramas secundarias y deja la participación de otros personajes en meramente testimoniales.
Si algo se le puede achacar a la cinta es su compromiso. Hay ideología en cada segundo de metraje, hay un claro viraje hacia la Izquierda pero ¿Acaso hay otra manera de afrontar un tema tan delicado y vergonzoso como este? La frase final con la que acaba la película lo dice todo: ¿A ti quién te rescata?
http://www.viveiberoamerica.com/techo-y-comida-y-a-ti-quien-te-rescata/
@Iberoamericavi
31 de julio de 2012
31 de julio de 2012
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fascinante guión, deliciosa historia, tan alocada como arraigada a las pasiones que emanan de un pueblo perdido en la Patagonia. Partiendo de una premisa original, todo es más fácil y la de ‘El viento se llevó lo que’ es sorprendente, todo se basa en la historia del culo del mundo, un pueblo perdido al sur de Argentina, absolutamente incomunicado, en el que su único contacto con la realidad es el del cine, unas películas que llegan al final de su recorrido de años de exhibición en un estado lamentable, con cortes, cambios cronológicos en la película, y planos del revés, pero eso que ven los habitantes es lo único que conocen del mundo exterior y lo toman como cierto, por lo que desencadena en la locura colectiva en la que se ven envueltos los personajes. Esta historia tan fascinante como verosímil dentro de la estructura narrativa es lo que da vida al relato y lo que permite dibujar todo un corolario de personajes esperpénticos, divertidos, dicharacheros que aportan al relato toda su vitalidad, su extraño encanto de fábula misteriosa, desbordante de mágicas microhistorias.
Llena de humor, aunque también deje espacio para la tragedia (el golpe de estado se cuela sutilmente en la trama) si es cierto que la película se desfigura un tanto al tratar de dar paso a demasiados personajes (algunos innecesarios) y se bifurca en demasiadas subtramas lo que da al relato un tanto de caos. Pero no obstante, mientras nos perdemos en la vorágine de personas aisladas que inventan su conexión con la civilización para sentirse parte del mundo en unos escenarios naturales llenos de casas destartaladas y una bella riqueza natural, la verdad es que nos divertimos con los absurdos comportamientos y frases que tienen en este pueblo. Todo un descubrimiento rebosante de originalidad, un poco de frescura para el cine.
Muchos críticos destacaron como muy polémica la concha de oro que consiguió en el festival de cine de San Sebastián, al no considerarla merecedora del galardón y calificarla de pedante, sin embargo, por una vez, yo avalo la decisión del jurado.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
Llena de humor, aunque también deje espacio para la tragedia (el golpe de estado se cuela sutilmente en la trama) si es cierto que la película se desfigura un tanto al tratar de dar paso a demasiados personajes (algunos innecesarios) y se bifurca en demasiadas subtramas lo que da al relato un tanto de caos. Pero no obstante, mientras nos perdemos en la vorágine de personas aisladas que inventan su conexión con la civilización para sentirse parte del mundo en unos escenarios naturales llenos de casas destartaladas y una bella riqueza natural, la verdad es que nos divertimos con los absurdos comportamientos y frases que tienen en este pueblo. Todo un descubrimiento rebosante de originalidad, un poco de frescura para el cine.
Muchos críticos destacaron como muy polémica la concha de oro que consiguió en el festival de cine de San Sebastián, al no considerarla merecedora del galardón y calificarla de pedante, sin embargo, por una vez, yo avalo la decisión del jurado.
http://palomitasconchoco.wordpress.com

5,8
316
8
20 de noviembre de 2012
20 de noviembre de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Yo hago reír a la gente...¿pero quién me hace reír a mí?". Esta frase resume la esencia de la película brasileña que acaparó 12 premios de la academia brasileña de cine (incluidos los de mejor película, guión, director y actor) y que ha sido seleccionada para los Oscars por este país. La sencilla historia de un payaso de circo rural que trata de encontrarse a sí mismo y que quiere saber cuál es su lugar en el mundo, sirve para espolear una película donde la comedia suave y el drama edulcorado combinan en un maridaje perfecto de complicidad con el espectador, donde se pueden encontrar risas, emociones y tristeza .
Protagonizada y dirigida por Selton Mello (con un trabajo loable en ambas facetas) el personaje del payaso Benjamín resulta redondo en su complejidad, capaz de expresar las más profundas simpatías en el escenario y de transmitir una honda tristeza, basada en los anhelos no alcanzados, en su desesperación por llegar a ser un tipo corriente. Una situación que apela al lado más sensible del espectador con certera puntería. No ocurre lo mismo, sin embargo, con el resto de personajes que aparecen en la cinta, tanto sus compañeros del circo, como algunos de los personajes con los que se cruzan en su deambular por las pequeñas poblaciones brasileñas en esta especie de 'road movie' rural, están caricaturizados y están más marcados por estereotipos que por una identidad propia. Este tipo de personajes más planos alcanzan su mayor grado de desidentidad en los alcaldes de las poblaciones que van visitando, donde Mello aprovecha para intentar realizar una crítica a la política y al tráfico de influencias, que no resulta nada sutil.
Pero al margen de esto, la película resulta maravillosa, con un guión simple pero elegante y bien dosificado, que avanza impulsado por los detalles, por pequeñas transformaciones que afectan a Benjamín y a sus sueños, al payaso y a quién se esconde detrás del maquillaje. Lo realmente significativo del guión es que consigue que objetos tan cotidianos como un ventilador o un sujetador sean determinantes para una historia y logren congregar emociones en torno a estos. Eso por no hablar del propio circo cuyo nombre, Esperanza, lo dice todo.
La música es otro de los prodigios que nos ofrece esta cinta. Las composiciones propias con un triste aire circense resultan más que evocadoras, y a estas hay que sumar una gran selección de canciones cargadas de melancolía que resultan perfectas para acompañar las vicisitudes del payaso protagonista.
Destacar también tanto la fotografía como la escenografía, muy cuidada en ambos casos. Tanto en el caso de las brillantes pero un tanto lúgubres luces del circo, como en el de los polvorientos caminos que recorre el camión circense en busca de un nuevo espectáculo.
Una película para divertirse con buenos golpes de humor, para emocionarse en la introspección de su personaje principal y para disfrutar en su estética valiente y bien moldeada. Un lujo.
Protagonizada y dirigida por Selton Mello (con un trabajo loable en ambas facetas) el personaje del payaso Benjamín resulta redondo en su complejidad, capaz de expresar las más profundas simpatías en el escenario y de transmitir una honda tristeza, basada en los anhelos no alcanzados, en su desesperación por llegar a ser un tipo corriente. Una situación que apela al lado más sensible del espectador con certera puntería. No ocurre lo mismo, sin embargo, con el resto de personajes que aparecen en la cinta, tanto sus compañeros del circo, como algunos de los personajes con los que se cruzan en su deambular por las pequeñas poblaciones brasileñas en esta especie de 'road movie' rural, están caricaturizados y están más marcados por estereotipos que por una identidad propia. Este tipo de personajes más planos alcanzan su mayor grado de desidentidad en los alcaldes de las poblaciones que van visitando, donde Mello aprovecha para intentar realizar una crítica a la política y al tráfico de influencias, que no resulta nada sutil.
Pero al margen de esto, la película resulta maravillosa, con un guión simple pero elegante y bien dosificado, que avanza impulsado por los detalles, por pequeñas transformaciones que afectan a Benjamín y a sus sueños, al payaso y a quién se esconde detrás del maquillaje. Lo realmente significativo del guión es que consigue que objetos tan cotidianos como un ventilador o un sujetador sean determinantes para una historia y logren congregar emociones en torno a estos. Eso por no hablar del propio circo cuyo nombre, Esperanza, lo dice todo.
La música es otro de los prodigios que nos ofrece esta cinta. Las composiciones propias con un triste aire circense resultan más que evocadoras, y a estas hay que sumar una gran selección de canciones cargadas de melancolía que resultan perfectas para acompañar las vicisitudes del payaso protagonista.
Destacar también tanto la fotografía como la escenografía, muy cuidada en ambos casos. Tanto en el caso de las brillantes pero un tanto lúgubres luces del circo, como en el de los polvorientos caminos que recorre el camión circense en busca de un nuevo espectáculo.
Una película para divertirse con buenos golpes de humor, para emocionarse en la introspección de su personaje principal y para disfrutar en su estética valiente y bien moldeada. Un lujo.

7,6
5.718
7
30 de agosto de 2012
30 de agosto de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
De unir a Shakespeare y Welles no puede surgir nada malo. Campanadas a medianoche (una cinta producida en gran parte en España y rodada también en este país) tiene el muy personalísimo estilo de Welles a la hora de rodar, con encuadres y trávellings imposibles que sólo un genio como él consigue y cuyo virtuosismo técnico está a la altura de las mejores obras de todos los tiempos. El guión está realizado por el propio Welles y es un compendio de cuatro obras de Shakespeare donde se mezclan tramas y personajes de todas ellas dando como resultado una obra única,.en la que se mezclan un drama de ambientación medieval con personajes de la corte británica, con grandes dosis de humor procedentes en su mayoría de Falstaff, el bribón y gordinflón personaje, un vividor de tabernas y burdeles al que da vida el propio Welles en una magistral interpretación.
La obra respeta muchas de las frases originales de las obras de Shakespeare, por lo que en muchos momentos representa un auténtico places escuchar lo que los diferentes personajes tienen que decir, que con locuacidad realizan un excepcional uso del lenguaje, pero este mismo hecho tiene otra cara en la misma moneda. La película en mi opinión parece demasiado teatralizada, poco verosímil en el tratamiento de los personajes y eso también se puede trasladar a algunas interpretaciones, con voces chillonas e histriónicas que sin duda funcionarían en una sesión de teatro clásico pero que resultan poco aptas para el cine.
La escenografía es austera pero precisa (El dinero del productor español Emiliano Piedra no daba para más) pero en general está bastante bien logrado el resultado.
El film deja algunas escenas para el recuerdo, para algunos críticos, la escena de la batalla que aparece en la película es una de las mejor realizadas en cuanto a una lucha medieval de todos los tiempos, y así mismo, la coronación o la parodia que Falstaff hace del rey mofándose de él también resultan muy interesantes, tanto desde el punto de vista técnico por la forma en la que fueron rodadas como desde el punto de vista guionístico, por las metáforas y las segundas intenciones de los discursos que allí se emiten.
Una obra capital de Welles pero que, en mi opinión no supo desligarse del todo del ambiente teatral original de Shakespeare y que se centra demasiado en ello.
La obra respeta muchas de las frases originales de las obras de Shakespeare, por lo que en muchos momentos representa un auténtico places escuchar lo que los diferentes personajes tienen que decir, que con locuacidad realizan un excepcional uso del lenguaje, pero este mismo hecho tiene otra cara en la misma moneda. La película en mi opinión parece demasiado teatralizada, poco verosímil en el tratamiento de los personajes y eso también se puede trasladar a algunas interpretaciones, con voces chillonas e histriónicas que sin duda funcionarían en una sesión de teatro clásico pero que resultan poco aptas para el cine.
La escenografía es austera pero precisa (El dinero del productor español Emiliano Piedra no daba para más) pero en general está bastante bien logrado el resultado.
El film deja algunas escenas para el recuerdo, para algunos críticos, la escena de la batalla que aparece en la película es una de las mejor realizadas en cuanto a una lucha medieval de todos los tiempos, y así mismo, la coronación o la parodia que Falstaff hace del rey mofándose de él también resultan muy interesantes, tanto desde el punto de vista técnico por la forma en la que fueron rodadas como desde el punto de vista guionístico, por las metáforas y las segundas intenciones de los discursos que allí se emiten.
Una obra capital de Welles pero que, en mi opinión no supo desligarse del todo del ambiente teatral original de Shakespeare y que se centra demasiado en ello.

8,0
48.729
6
1 de agosto de 2012
1 de agosto de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espectacular puesta en escena de esta recreación histórica, que cuenta con todos los alicientes de una aventura épica. Una superproducción marcada por la personalidad de estrellas que bordan un papel complejo, de personalidades fuertes que se imponen entre la vorágine de un mundo coral y maniqueo y por un guión ferreo, continuo y didáctico capaz de explicar las complejidades de una guerra ajena al resto del mundo. Sorprende la fuerza creativa que le arranca al desierto, con una expresividad enorme que lo convierte en un personaje más. Es una de las escasas películas de la historia que no tiene ni un solo papel para una mujer, una muestra clara de que el director no se deja embaucar por los convencionalismos del cine de acción y no hay un amor al lado del héroe, todo un desafío para la época.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
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