Cuando en una película se relatan uno hechos supuestamente históricos que no están constatados en los libros serios de historia, entra en la categoría de ficción histórica; y este es el caso de la película Resucitado. Es la historia, mil veces contada, de la crucifixión, muerte y resurrección de Jesucristo. Pilato, a instancias del Sanedrín judío, encarga a un tribuno la custodia de la tumba del Nazareno, para evitar que sus seguidores se lleven el cuerpo y luego proclamen la resurrección de este; el cuerpo desaparece y el procurador romano ordena al tribuno que le traiga el cadáver del crucificado. El veterano tribuno, curtido en mil batallas, pero con un corazón bueno y noble, y compasivo, muy a su disgusto trata de cumplir la orden, y en el intento descubre la verdad, ve la luz, y se hace afín a las ideas que promulgaba el Nazareno. Lo dicho, una historia mil veces contada en el cine. No obstante, la fotografía es buena, la dirección correcta, y los actores están a la altura y dan la talla. Una película, que sin duda gustara a quien tenga profundas creencias religiosas, y algo menos a los escépticos que no las tengan.

De sobra es sabido que a los soldados que entran en combate durante las guerras, a la larga esto les crea problemas psicológicos; de eso saben bastante los yanquis; muchos antiguos soldados, ya en la vida civil, han confundido la realidad con sus traumáticas experiencias del combate y se han liado a tiros en una ciudad matando a diestro y siniestro. El cine ha tratado el tema con frecuencia. Legionario es una de esas películas, y además es una buena película, pese a manifiesta parquedad de las escenas, limitadas seguramente por un bajo presupuesto, casi toda la película transcurre entre las paredes de un hotel. Los traumas mentales que trae a su regreso un legionario que en el desierto de Afganistán ha visto morir a sus amigos y compañeros de armas, y ha soportado el fuego enemigo que estuvo a punto de matarle, los escenifica en la vida civil bajo los efectos de un puntual trastorno paranoide que le distorsiona la realidad, y le lleva a comportase con la violencia a la que esta acostumbrado en el combate, y para la que ha sido debidamente adiestrado. Lástima, porque que con más dinero este buen director mejicano seguramente hubiera hecho algo mejor; no obstante la película no desmerece, y aunque este prácticamente rodada en un interior, mantiene la tensión y el suspense. Sobria interpretación, como debe de ser, por el escaso elenco que interviene, acertada dirección, y guion quizás algo mejorable, pues en ocasiones resulta algo farragoso y confunde, pero es una película recomendable ver para darse cuenta que no solo los yanquis saben hacer películas de este género, que aquí también sabemos hacerlas con acierto.