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Críticas 33
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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4 de mayo de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
Tienes 78 años y una noche sueñas con tu propio ataúd y tu cadáver agarrándote y llevándote consigo. Esta es la primera gran escena de Fresas Salvajes, una obra maravillosa de Ingmar Bergman, que, en esta ocasión rinde tributo a un sentimiento tan poderoso como es la nostalgia, vista tanto como una bendición como una enorme pesadilla que es capaz de torturarnos y que somos incapaces de escapar; es esto a lo que se expone nuestro protagonista, un brillante profesor llamado Isak Borg, que se considera así mismo un viejo pedante y que su pedantería daña a todas las personas de su alrededor y que se ve obligado a replantearse varias cosas de su pasado tras este incómodo sueño.

Radiografía de la nostalgia

Si "Persona" (1966) Ingmar Bergman hablaba —entre otras cosas— de la locura que convive dentro de cada uno, la palabra clave de Fresas Salvajes es nostalgia, y también recuerdo, la película recopila mucho de lo que representa estas dos palabras para la vida de una persona; el mensaje de esta película es imperecedero, pues, una vez más, Bergman se las apaña para mostrarnos de manera magistral una obra sobre sentimientos que viviremos varias veces todos nosotros, aunque en esta ocasión con un tono algo más esperanzador de lo que ha mostrado en otras ocasiones.

La dirección de Bergman está sublime, me encanta como mezcla en un mismo plano pasado y presente, o como los elementos oníricos hacen algunas escenas únicas, o incluso como detalles pequeños dicen tanto —ese reloj sin agujas, simbolizando la pérdida del concepto del paso del tiempo que sufre Isak—. Pero esta vez me quedo con los diálogos.

Los diálogos de esta película están a un nivel altísimo, a ratos me parecen poéticos, transmiten una elegancia enorme, más incluso que los lujosos interiores de las viviendas que muestra esta película o la fotografía genial de los exteriores; la película deja frases certeras y lo hace con una sencillez que impacta, también hace que todos los personajes del reparto transmitan una calidez muy especial en no tantos minutos de participación.

"...que ya estoy muerto aunque todavía estoy vivo."

Los dos protagonistas de esta película están increíbles. Victor Sjöström como el retirado profesor Isak Borg hace aquí una de las mejores interpretaciones masculinas que he visto, encarnando a un hombre que observa que lo que le queda de vida puede que sea simplemente un ocaso de su pasado. Se presenta como un personaje pretensioso y maldecido con ser excesivamente racional, un viudo solitario; a veces cándido y otras el más sabio de todos, su mirada es elegante y triste a la vez, es increíblemente cortés y con un ego enorme, pero nada de esto le está ayudando a la enorme soledad que siente dentro.

Muy bueno el personaje de Bibi Andersson, logra destacar también en el papel de una mujer bastante más moderna que el concepto que tienen varios personajes de ellas en esta película, sabemos lo justo de su personaje pero logra brillar y es la que mejor presenta los aspectos más negativos del personaje de Victor Sjöström. También destaco Gunnar Björnstrand, que refleja todos los defectos de nuestro protagonista y quizás se pueda considerar lo más cercano a ser el personaje antagonista de la obra junto al paso del tiempo en sí.

¿Y si al final del camino, solo estamos nosotr@s y nuestros propios recuerdos?

Esta película es también una road movie espiritual, un viaje cuyo propósito es un punto y final de una faceta clave de la vida de nuestro protagonista y el enfrentamiento al conflicto más grande que tiene el personaje de Bibi Andersson, los diálogos de ellos dicen mucho en pocas palabras y la relación entre ambos personajes evoluciona, crece, cambia, en parte sin darnos cuenta, hasta el grupillo que se une a ellos y a su viaje, que parece en un principio caprichos del guion, tienen cosas que mostrar y sentir, siendo secundarios de lujo y que ponen en la mesa ideas como lo que representa el creer en Dios para cada personaje; la escena en la que los cinco toman una copa y debaten sobre este tema es para quitarse el sombrero; como la perspectiva de cada uno se refleja tan bien, y como se remata la escena, siempre respetando la libertad individual.

Otra escena increíble es una de las pesadillas que sufre Isak Borg, viendo en un bosque onírico aquellas equivocaciones de su pasado, o como la vejez debilita nuestras facultades de manera inevitable; lo onírico, como en otras películas de Bergman toma un papel fundamental y nos dice muchísimo de manera visual; trasladándonos en varias ocasiones al mundo real y al mundo de los sueños y hasta mezclándolos. No faltan los fantasmas que le torturan, y aquellos "lo que pudo ser y no fue" que vivimos todos y cuyo escenario da nombre a la película.

Pero quizás la mejor escena de todas ellas es el final de la película. Final perfecto, hermosísimo no solo en sí, sino por todo lo que nos quiere decir y siente nuestro protagonista. Uno se abruma ante la inmensidad de lo que pueden significar nuestros propios recuerdos. Cuando empiezas a creer que los malos recuerdos se superponen de los buenos, nos damos cuenta del enorme error que supone esto; porque la nostalgia es también todo lo que hemos conseguido en el camino y una parte de nosotros mismos es el cómo se sienten las personas que más queremos. Un final que no se describe, se experimenta, y que es además uno de los que más me han emocionado del cine en general.

Fresas Salvajes es maravillosa de principio a fin. Es el mejor retrato que he visto de la nostalgia en una película, mostrándolo sus diferentes facetas, y dejando como guinda un viaje muy entretenido y un ejercicio enorme de introspección a través del inolvidable personaje de Victor Sjöström, reflejando un sentimiento que estamos condenados —y también sentirnos afortunados— de padecer en algún momento de nuestra vida. Para mí una joya del cine.

https://marmotacinefila.com/2023/02/22/critica-fresas-salvajes-1957/
26 de abril de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
Secuela tardía de la película "La Noche de los Muertos Vivientes" (1968) de George A. Romero, en esta ocasión, nos vuelve a entregar una historia sobre muertos vivientes hambrientos de carne humana acompañada con críticas sociales y miras al comportamiento humano.

La película cuenta las vivencias de 4 personas; Peter y Roger, dos miembros de la SWAT que están enfrentándose a la llegada masiva de zombis en estrechos bloques de piso, y Francine y Stephen, una pareja amiga de Roger, los 4 harán un pequeño grupo de fuga gracias a las capacidades de Stephen pilotando un helicóptero.

La proliferación del mal

Si bien estamos en un mundo semejante al visto en la película anterior, esta secuela se esforzó por separarse de varios aspectos que vimos en la ópera prima de Romero.

En esta ocasión, Romero opta por dar más dinamismo a una historia que consigue en su considerable duración —supera las 2 horas de metraje, estando repitiendo escenarios en muchos de sus minutos—, de hecho, empezamos en mitad de tiroteos y ataques de zombis, lejos de ese aire de misterio que presentaba el principio de “La Noche de los Muertos Vivientes” (1968).

No es solo dinamismo y más acción lo que diferencia esta película con su predecesora, tenemos una historia completamente distinta, menos asfixiante debido al uso más frecuente de espacios abiertos en construcciones más anchas; los primeros minutos de la película muestran, sin ser a un ritmo muy ágil, lo que están viviendo los 4 personajes que protagonizan esta historia, hasta acabar refugiándose todos en un enorme supermercado.

Es precisamente con la llegada a este lugar cuando creo que la película empieza a subir como la espuma, Romero sabe dónde se encuentra sus personajes, y sacará jugo al respecto; y gracias a esto, dota de inteligencia y sátira a una historia bastante sencilla en el fondo, dando algo de ese humor que caracteriza sus películas —zombis tropezándose con escaleras mecánicas o incluso recibiendo tartazos—, mostrando como algunos de los pequeños recuerdos que tienen estos seres podridos son los días que hacían la compra.

La cosa no queda ahí, e incluso tenemos algunos momentos en la trama donde los propios protagonistas se sienten embriagados por una sensación de consumismo totalmente inútil en la situación en la que están; muchos soñamos alguna vez con tener un montón de tiendas para nosotros solos, y estos personajes lo consiguen; tendremos saqueos de televisores, borracheras a cargo de las botellas de las tiendas… Escenas que evidencian a sus personajes y que, da cierta simpatía a la película, además de distinción.

“Mejor coger lo imprescindible… ¡Mira! ¡Un televisor!”

Si bien es cierto que aquí los zombis no resultan ser especialmente amenazantes y dan más la sensación de ser obstáculos que enemigos en sí —de la trilogía, estos son los zombis que menos se amontonan en grupos—, la película se las apaña para mantener tensión en algunos momentos. Tenemos de ejemplos el que protagoniza un ascensor, o usando recursos ya vistos como la típica puerta que no cierra del todo.

Algo que vi negativo también es que, entre tanta acción, no vemos muertes humanas importantes hasta pasados bastantes minutos, no creo que la duración sea excesiva, de hecho, cuando vemos la película sentimos que realmente estos personajes están pasando bastante tiempo en ese supermercado y luchando con el pasar del tiempo. Hubiese estado genial algunos personajes carnaza que aporten muertes visualmente atractivas, pues, insisto, veremos las vivencias de 4 personajes únicamente durante casi toda la película.

Hablando de los personajes, sus actuaciones, sin brillar ninguno, no están mal, como pasa con algunas películas de Romero, una vez más, las cosas que vemos de los personajes me causan más interés que el nivel interpretativo en sí. Me encantó que Stephen a veces se mostrase frío con su novia debido a la presión de la situación. O como Peter se convierte en líder sin pretenderlo nadie solo por ser quien mantiene la cabeza más fría durante la historia, incluso en los momentos complicados.

Esta entrega es también la que usa mejor comedia de toda la trilogía. Decir también que tiene el que considero mejor final de las 3 películas: sencillo y eficaz.

Zombis de color azul que se toman su tiempo para atraparte

Los zombis de esta película los vi excesivamente pasivos en algunos momentos. No se sienten como una masa enorme e imbatible, como ocurre en “El día de los muertos vivientes” (1985), el maquillaje no ha envejecido del todo bien, siendo lo que más destaca un tono azulado de piel en varios de los zombis que me pilló por sorpresa, y la casquería, no está mal, pero sale muy puntualmente.

Del sonido debo decir que vuelve a demostrar que George A. Romero no busca dramas pesados ni historias excesivamente oscuras, en algún momento puede sentirse la música de esta película como algo incluso aventurero, y muy de su época.

Para muchos esta película es la mejor de la primera trilogía zombi de Romero, y es una secuela más que interesante. Crea una historia nueva con la idea del zombi caníbal que propuso el director. Noto que aquí Romero se esforzó más en el guion, que es más inteligente de lo que parece, y en hacer una historia con más energía y dinamismo argumental y visual (de hecho, tenemos hasta un momento que es una auténtica batalla campal en medio del supermercado).

Sigo prefiriendo los personajes y el pesimismo que se respira en gran parte de «El día de los muertos vivientes» (1985), pero con "Zombi" el listón se siguió manteniendo alto.

https://marmotacinefila.com/2023/03/22/critica-zombi-el-amanecer-de-los-muertos-1978/
13 de abril de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
Segunda película de Jim Jarmusch, y una de las más populares de su filmografía, su nombre —y varias de sus películas— son consideradas una parada interesante de hacer a la hora de entender el cine independiente norteamericano. “Extraños en el paraíso” —un título precioso para una película— es mi primer acercamiento a Jarmusch, y, desde luego, si hay una palabra clave para describir esta película es cotidianidad.

Cine en su mínima expresión

La historia de esta película puede ser vivida realmente por muchos de nosotros, y podemos ser cualquiera de estos personajes que vemos durante todo el largometraje, que se resumen en 2 amigos, Willie y Eddie. Ellos viven vidas sencillas, no sabemos gran cosa de ellos, salvo que su principal distracción es apostar en carreras de animales y en el póker, a ellos se le suma Eva, la prima de Willie, quienes tienen una relación familiar fría y en los primeros minutos nos deja claro que a Willie no le entusiasma la presencia de Eva.

Esta película no es para todo el mundo, para nada. Su historia creo que no busca entretener realmente, no es un pasatiempo, y se entiende perfectamente que haya quien le parezca una película aburrida o fría, pero eso no quita las virtudes presentes, como la buena capacidad que tiene el director de exponer parte de la vida de sus personajes, el realismo está muy presente; tenemos enfados comprensibles de temas realmente no tan importantes, conversaciones intrascendentes, diálogos en los que los personajes se traban, pues, como la vida misma, uno debe pensar qué decir, simplemente por decir algo y continuar una conversación que realmente poco importa.

No es una película rápida, es más bien lenta, le ayuda mucho su duración, de apenas 89 minutos, y de estar fragmentada en 3 partes como si fuesen episodios, siendo realmente fragmentos de la vida de estas 3 personas.

Hay algo que hace muy especial a la película. Aparte del realismo, notamos en el blanco y negro y en algunos diálogos y comportamientos de los personajes, que realmente la cotidianidad les ha absorbido. Esto se ve en cierta resignación presente en cada personaje, se nota que viven en parte por vivir, y puede que eso esté apuntando el propio título de la película, que indica la extrañeza de los personajes ante lo hermoso que es también el día a día en sí mismo.

Me sorprendió ver que esta película es una comedia, no me reí en ningún momento —cierto es que no soy muy de dicho género—. Como comedia en sí misma, no creo que destaque, antes de encajarla en ese género, yo veo esta película como algo más demostrativo, algo que busca exponer la naturalidad del día a día, el vivir por vivir siguiendo un rumbo que posiblemente se haya difuminado para estos personajes.

Ahí sí creo que es una película que acierta, y también hay que destacar a estos 3 protagonistas, creo que lo hacen genial, para nada son personajes carismáticos, pero sí que muestran bien, con actuaciones muy contenidas, te los crees perfectamente, además, era la primera actuación tanto de Eszter Balint (Eva) y de Richard Edson (Eddie), la que más me ha gustado es Eva, pues, de los 3, es la única que parece tener cierto rumbo en su vida sin alejarse de la tónica común del trío protagonista. Toda la banda sonora, en general, pasa desapercibida salvo en los títulos de crédito.

Está también bastante bien dirigida, a ratos la cámara se dedica a hacernos sentir como alguien más que está en la habitación con estos personajes; se mueve lentamente a los lados, como si fuese una mirada, es contemplativa y también se acerca mucho a los personajes principales, pues realmente son lo que importa.

No se olvida tampoco de plasmar bien la enorme belleza de los paisajes de los lugares que visitan Willie y Eddie, ya más entrada en la película, visualmente es también muy corriente y muy bonita, mostrando, que dichos paisajes —y la vida misma— están ahí para ser disfrutadas y admiradas. No es casualidad tampoco la importancia que se le da a la playa, símbolo común de la libertad, y enlazando con quizás esa sensación hermética que tienen los personajes en sus a ratos, vacíos existenciales y personales.

El mayor problema que tengo con “Extraños en el paraíso” es que lo veo como una curiosidad bien hecha. Sus virtudes están ahí, pero no hacen que piense que estamos ante una obra mayor del género ni del cine en general, sin embargo, como curiosidad, sí que recomiendo mucho este título. Cuenta con una buena dirección, actuación y captar genialmente unos días de 3 personas normales, me parece también un ejemplo genial para conocer no solo el género que expone, sino también para entender una capa más de las muchas que componen este arte llamado cine.

https://marmotacinefila.com/2023/03/10/critica-extranos-en-el-paraiso/
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