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España España · La Laguna (Tenerife)
You must be a loged user to know your affinity with Spock
Críticas 37
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
16 de julio de 2009 Sé el primero en valorar esta crítica
Las grandes virtudes del filme son, indudablemente, su acción trepidante y la dificultad del rodaje de numerosas escenas a alta velocidad, amén de la banda sonora (algo habitual en las películas de Tarantino) y, por supuesto, el trabajo del gran Kurt Russell, magnífico en su encarnación del psicópata "Especialista" Mike. Ahora bien, el punto más débil reside precisamente en uno de los aspectos que Tarantino suele cuidar con más detalle: los diálogos. A veces son insulsos o aburridos, quedando muy lejos de la brillantez de trabajos previos, básicamente la que hasta ahora parece insuperable trilogía del director de Tennessee ("Reservoir Dogs", "Pulp Fiction" y la conmovedora "Kill Bill"). Esta debilidad, a mis ojos muy evidente, lastra por momentos la película, sobre todo en su primera mitad. En la segunda, los coches, la velocidad y las escenas electrizantes se encargan de dejar las cosas en su sitio. Dicen los entendidos que los guiños a las películas de acción sobre ruedas son constantes. Yo sólo puedo identificar uno (después de todo, no es mi género favorito): el pato retador que adorna el automóvil de Mike, ya visto en el morro del "trailer" que conducía Kris Kristofferson en "Convoy" (Sam Peckinpah, 1978).
21 de julio de 2013 Sé el primero en valorar esta crítica
Esta segunda entrega da más de sí que la primera, quizá limitada por el hecho de tener que poner de nuevo en marcha la historia del Enterprise y su tripulación. Los personajes aparecen mejor trabajados en esta ocasión, especialmente Kirk, quien inicia (¿reinicia?) su sólida e imperecedera amistad con Spock partiendo de posiciones diametralmente opuestas, las cuales se van acercando progresivamente entre sí, tanto en cuanto a la forma de superar dificultades como en sus maneras respectivas de sentir y pensar. Este es, al menos a mi modo de ver, el valor fundamental de esta película, ya que el resto mantiene el tono, que no es decir poco. Una vez más, la elección del malo resulta razonablemente acertada, pese a que el frío y metálico Benedict Cumberbatch contrasta notablemente con el duro y cínico Ricardo Montalbán en la encarnación de Khan. Y como ya ocurriese con su antecesora, sigue la misma pauta en la que se combinan momentos trepidantes y con gancho, sazonados con efectos especiales de altura, una magnífica banda sonora y algunos toques de humor, conformando un cóctel de aspecto y sabor muy agradables, y que introduce algunos elementos que necesariamente han de volver a aparecer (los klingon entran en escena), pero que deja a la vez alguna inquietud de cara al futuro devenir de la saga (ver "spoiler").

También supongo que, como ya hiciera la anterior película, ésta habrá provocado reacciones de signo muy opuesto, agradando a unos y decepcionando a otros, sin apenas término medio. En el momento de escribir estas líneas ignoro cómo estará quedando la cosa. Pero reitero lo que ya afirmé al comentar la antecesora: no se puede mirar esta saga con los mismos ojos que las anteriores, ya que en ese caso la decepción estará casi invariablemente servida. Este es un producto nuevo, más acorde en su conjunto con los tiempos que corren, más fresco, dinámico, espectacular y vivaz. Y como nada se consigue sin sacrificios, es inevitable que algunas temáticas hasta ahora sacrosantas para muchos trekkies hayan sido modificadas o alteradas, a veces drásticamente. Es el precio que hay que pagar por una larga y próspera vida, es lo que cuesta seguir disfrutando de la saga de aventuras estelares más prolífica e importante de la historia. A mí, al menos, me parece un precio aceptable. ¿Y a usted?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Es imposible no recordar la segunda película de la saga clásica (La Ira de Khan) al contemplar ésta. La presencia del malvado de otros tiempos, la aparición de la doctora Carol Marcus y, muy especialmente, el momento en que Kirk se sacrifica muriendo pata resucitar después (como hizo Spock en su momento, en circunstancias muy similares) pueden valorarse como guiños a la comunidad de seguidores, así como un intento de reescribir de nuevo la historia sobre bases familiares. Sin embargo, la recurrencia excesiva a secuencias argumentales ya vistas en el pasado podría llegar a ser decepcionante si se repite por sistema. Es de esperar que, una vez iniciada la misión de cinco años de exploración "where no man has gone before", las aventuras sean, a partir de ahora, completamente genuinas. Lo contrario podría echar por tierra el esfuerzo y convertir en nada lo realizado hasta ahora. Sería una lástima.
8 de marzo de 2011 Sé el primero en valorar esta crítica
Ha pasado mucho tiempo desde que se estrenó esta película, y es ahora cuando por fin la acabo de ver. Tenía mis dudas. Por un lado, esperaba la brillantez habitual en los diálogos del "chico malo" de Hollywood (supongo que a él se debe la intervención de Harvey Keitel, así como la de Michael Parks, quien luego repetiría en el mismo papel en Kill Bill). Y bueno, sí. Por momentos, pero no siempre. Esperaba sangre y violencia a raudales. Expectativas más que colmadas, pero quizás un poco en exceso. Y sobre todo esperaba el momento de la mise-en-scene de la sensual Salma ejecutando un baile que, por fuerza, pasará a la historia como uno de los momentos icónicos del séptimo arte. Qué quieren que les diga: nací hombre, y no soy gay. Así que está todo dicho: querría ser pitón, boa o hasta culebra si con eso bastase con tal de subirme a esos hombros. Entre los méritos de la cinta se cuentan las buenas interpretaciones del dúo Keitel-Clooney, la banda sonora y la ambientación. En su contra, el excesivo gore y el hecho de que la historia parece, en realidad, el empaste de dos bien distintas, en planos alternativos de la realidad.
9 de enero de 2009 Sé el primero en valorar esta crítica
Emmerich nos presenta bajo un atractivo cartel una historia previsible, plana, manida, y encima mal contada e interpretada. El argumento recolecta temas y secuencias ya vistos en la historia del cine, pero con exponentes mucho mejores o más convincentes: "El Último Mohicano", "Conan el Bárbaro", "El Oso", "En busca del Fuego", "Parque Jurásico" o "Apocalyto", por citar sólo algunos. Por momentos, parece un "collage" aderezado con aceptables efectos visuales, para engendrar una criatura de múltiple paternidad, pero en absoluto conmovedora. No sólo por la permanente sensación de "déjà vu", sino también por la mediocres interpretaciones de unos personajes escasamente desarrollados, o los mensajes políticamente incorrectos (las variopintas tribus negras sólo pueden luchar contra su opresor cuando les guía un hombre blanco, por cierto más torpe que ellos, lo cual ya había sido predicho). Por si ello no bastase, la película atiza un fuerte puntapié en la bisectriz a la Ecología, la Geografía y la Historia, tanto humana como natural, detalle este último irrelevante, si no fuese porque el título de la versión original ("10,000 B.C.") indica una pretensión histórica que brilla por su ausencia. Más aún, la magia y hasta la ciencia ficción, se entrelazan malamente en esta historia, encajadas con calzador.

Y el caso es que Emmerich ha hecho películas aceptables, tales como "El Patriota" o "Independence Day" que, cuando menos, entretienen, pese a su carácter panfletario, sobre todo la segunda. Quizá por el trabajo de buenos actores, más que por las respectivas historias. Pero en este caso, ni siquiera Camilla Belle (mucho más guapa que actriz) basta para hacerle el boca a boca a un filme que sólo defrauda. Si además se tienen en cuenta las numerosas inconsistencias, el panorama es aún más sombrío. Por ejemplo, las aves corredoras carnívoras (bien logradas, admitámoslo) son extemporáneas, pues en el momento de la película estaban extintas, y su hábitat estaba restringido a América del Sur, mientras que la acción transcurre (un suponer) en Europa/Norte de Africa. Por otra parte, los creadores no se sonrojan al emplazar la selva tropical al pie de las nieves eternas, o el desierto de arena a la salida de la selva. Estas y otras irrealidades conforman la patada en salva sea la parte antes mencionada.

Pero no. Ni siquiera la fantasía más desbordante puede justificar tamaño despropósito. Si de esto iba la cosa, entonces el título debería haber sido otro. Aún así, el resto de los elementos es tan pobre que por nada recomendaría esta película. Y menos aún que se gastase el dinero en ella. ¡Niet!
15 de septiembre de 2009 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta primera entrega-a-toro-pasado de la saga galáctica defraudó a una buena parte de su falange de seguidores. También a mí, por numerosas causas: interpretaciones mediocres (Pernilla August es la madre menos creíble jamás vista), puntuales y ridículas pretensiones de comedia (para más INRI, con el irritante Jar Jar Binks y su banda de patos Gungans como protagonistas), excesivo barroquismo de decorados (aun los virtuales) y en los ridículos y aparatosos tocados de la reina Amidala, personajes propios de Barrio Sésamo (Watto), y otros muchos detalles absurdos: el comentarista bicéfalo de la carrera de vainas, el título de virrey para el jefe de la Federación de Comercio (¿a qué rey representa?), la existencia de una monarquía electa (es, pues, una república donde la presidente electa adquiere sangre azul, eso sí: por un máximo de dos mandatos) en el seno de una república galáctica, o la guinda del pastel: la rebuscada hipótesis de los endosimbiontes midiclorianos, teleanálisis de sangre aparte, para explicar el origen de la Fuerza. Sirva todo esto como muestra.

Empero, no todo es catástrofe. Hay, como cabía esperar (y desear), secuencias muy espectaculares: la carrera de vainas o la lucha a espada láser, por ejemplo. Liam Neeson y Natalie Portman salvan la cara del reparto en cuanto a interpretación, y el mismo Jake Lloyd tampoco lo hace mal del todo. Ewan McGregor resulta aquí menos convincente que en las películas que seguirían a esta. El malvado Darth Maul es un "malo" de categoría, quizás demasiado bien logrado. Finalmente, la banda sonora del maestro John Williams es otro aspecto a encomiar.

Esta entrega no es estrictamente la continuación de las tres anteriores... aunque deba serlo (¡vaya lío!). Esta es la virtud y a la vez la desgracia de esta "prepostsecuela". Por un lado, obliga al espectador a familiarizarse con una realidad distinta a la esperada, y ello debe hacerse con mucho cuidado si se quiere dar sensación de continuidad, aunque sea hacia atrás en el tiempo. La nueva versión del universo galáctico no defrauda tanto por los detalles que la distinguen de la anterior (que también) como, sobre todo, por estar mal engarzada con ella, por chirriar. Con frecuencia, además, presenta rasgos y situaciones más propias de un cuento de hadas que del cine de aventuras (pues de eso se trataba, ¿no?). Algo difícil de tragar para los jóvenes setenteros, que vibramos con el Halcón Milenario o la Estrella de la Muerte, así como para otros muchos fans que se rindieron posteriormente ante la primera entrega gracias al VHS o al DVD.

Y es que, cuando una fórmula funciona bien... ¿por qué cambiarla? ¿O por qué cambiarla de este modo? Quizás por el tiempo transcurrido, que a veces hace perder la noción de las cosas. Claro está: lamentablemente.
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