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Críticas 109
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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17 de abril de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un género tan trillado como el de los biopics o películas biográficas viene bien descubrir películas como "Maudie, el color de la vida", que nos cuenta la vida de Maud Dowley una peculiar pintora canadiense que plasmó su personalidad y su forma de vivir y ver la vida de manera asombrosa en sus coloristas acuarelas. La directora irlandesa Aisling Walsh plasma la vida de Maudie con un montaje y realización sencillo y austero que muestra a la perfección esa visión que la afanosa pintora tenía de la vida y sus vicisitudes, y nos demuestra que no hacen falta grandes personajes históricos para hacer buenas películas.

Porque Maudie, una joven con limitaciones físicas desde su nacimiento, lejos de reprochar algo a la vida nos da una lección al resto de los mortales de lo importante que puede ser saber y querer afrontar la vida con optimismo a pesar de las dificultades. La fenomenal actriz Sally Hawkins borda su papel de Maudie, haciéndonos participes y cómplices de cómo se siente en el avanzar de su vida la menuda pintora, logrando meterse al bolsillo y en la película al espectador desde el primer momento. En el otro lado de la balanza está un correcto (¡que ya es decir!) Ethan Hawke que representa el papel de Everett Lewis,el hosco y troglodita marido de Maudie.

El transcurso de la austera y monótona vida del matrimonio Lewis en la pequeña y cochambrosa cabaña en la que viven rodeados de la naturaleza es retratado por la directora con la misma delicadeza y optimismo con los que Maudie lo hacía en sus acuarelas. Otro punto fuerte de la película es la relación entre Maudie y Everett, tan disfuncional como entrañable, que va evolucionando de una manera sorprendente gracias,como no,a la siempre vitalista y optimista Maudie.

Pero no os engañéis esto no es una película romántica, ni siquiera un biopic del ascenso y caída de un mito. Simplemente es el fiel e inteligente relato de la vida de una mujer con mayúsculas,Maudie Dowley, que tuvo que luchar con una vida llena de dificultades (aparte de las que ya os he adelantado), y no solo las físicas, porque ser mujer en la Canadá rural de principios de siglo tiene bastante mérito de por si, como vais a poder comprobar.

Os recomiendo que conozcáis a Maudie, que tiene en esta película un merecido y noble homenaje. Quizás también descubráis además de una gran mujer a una gran artista.

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17 de abril de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas deberíamos saber que en las guerras no hay buenos ni malos, vencedores o vencidos. Las guerras son interesadas y provocadas por unos pocos para su propio beneficio personal, arrastrando a millones de seres humanos hacia una horrible experiencia que sólo les va a provocar traumas de por vida en el caso de que hayan evitado la muerte en tan necio empeño.

Cuando veas esta dura película danesa titulada "Land of mine (Bajo la tierra)", quizás se te quiten las ganas de volver a ver las típicas superproducciones de cine bélico de ayer hoy y siempre, donde el valor, la heroicidad, el honor y la camaradería le dan ese toque de glamour y dignidad a las guerras hasta hacerlas parecer incluso justas.

Basada en situaciones reales ocurridas en muchos países europeos, "Land of mine" se centra exclusivamente en las playas de una zona de la costa oeste en territorio danés. Allí, después de que Alemania se retirase y capitulase en la II Guerra Mundial, miles de kilómetros de costa se quedaron minados por completo. Y claro, alguien tenía que retirar esas minas, ¿os imagináis quién lo iba a tener que hacer?. Pues sí, no andáis muy desencaminados, pero lo que no os imagináis es todo lo demás.

Efectivamente, las fuerzas aliadas vencedoras del conflicto bélico, en este caso los gerifaltes del ejército danés, decidieron que las minas las iban a retirar los soldados alemanes capturados tras ser vencidos. Precisamente las largas filas de derrotados soldados alemanes son las que dan inicio a la película. Pronto veremos cómo de caldeados están los ánimos en los vencedores, su sed de venganza y hasta dónde pueden llegar los instintos más bajos y ruines de un ser humano.

Tres palabras vienen a mi cabeza después de ver esta estremecedora Land of mine: venganza, horror y sinsentido. Creo que no es necesario contaros más acerca del argumento, sólo os pido que le deis una oportunidad a esta película que, a pesar de no ser una obra maestra, es de lo más interesante que se ha rodado en los últimos tiempos. Es también de destacar la magnífica fotografía donde las playas Danesas lucen espectaculares y sobrecogedoras, subrayando esa calma tensa que domina la película de principio a fin.

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17 de abril de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fortuna, la película que voy a comentar no hace honor a su título y no se centra mucho en la historia de Stanley Milgran. Sí lo hace en su curioso experimento, cosa que le beneficia sobremanera, ya que se aleja de los clichés del biopic para convertirse, con sus defectos, en una interesante película. Y es que lo verdaderamente interesante es el experimento que realizó Stanley Milgram tras ver el juicio en el que el nazi Adolf Eichmann fue condenado a muerte por crímenes contra la humanidad en 1961. En el mediático juicio, Eichmann apelaba una y otra vez a su inocencia al considerar que él sólo obedecía órdenes. Y fue esta cínica postura la que dio a un recién graduado en psicología llamado Stanley Milgram la idea para realizar su experimento.

Para ello Milgram puso un simple anuncio en una parada de autobús: ofrecía dinero a quien quisiera participar en su «estudio de la memoria y el aprendizaje». Pronto, su sala del experimento estaba a rebosar. En el estudio participaron personas de diferentes clases sociales, raza, o religión, y aunque no se les explicaba en qué consistía realmente el experimento, sí que se les advertía de que iban a ser grabados.

El experimento era muy sencillo: para él eran necesarios dos voluntarios, uno de ellos hacía de profesor y el otro de alumno; no se veían entre sí porque tenían una pared que los separaba, pero existía un intercomunicador por el cual el profesor iba leyendo parejas de palabras que el alumno tenía que memorizar. Después, el profesor volvía a repetir alguna de las palabras y el alumno tenía que decir las que faltaban. Si fallaba, el alumno recibía una descarga eléctrica desde el aparato que accionaba el profesor en el otro lado. A cada fallo, la intensidad de la descarga era más alta.

A partir de ahora podéis sacar vuestras propias conclusiones visionando "Experimenter: La historia de Stanley Milgram". Os aseguro que los resultados van a ser sorprendentes, y nos van a mostrar el porqué de muchas reacciones del ser humano que han significado un determinado rumbo en el devenir de nuestra historia.
Así que ya sabéis, os recomiendo esta película que, aunque no sea ninguna obra maestra, os va a dar mucho que pensar. ¿Seguirás sintiéndote orgulloso de ser un ser humano?

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14 de abril de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como cada año comienza un nuevo curso escolar, muchos niños y adolescentes inician una nueva etapa con nuevos compañeros y profesores, los demás seguirán con la rutina de las clases y los recreos, las actividades extra escolares y las tareas. Pero como cada comienzo de curso, tristemente también sabemos que habrá alumnos que se sentirán rechazados y maltratados; unos por primera vez, otros tendrán que volver a soportar todavía con más aplomo, las burlas y las humillaciones de sus «compañeros».

Efectivamente hoy voy a tocar el desagradable tema del «bullying» o acoso escolar. Para ello os recomiendo el visionado de la película mexicana "Después de Lucía", una estremecedora historia que, quizá llevada al extremo en el filme desgraciadamente en gran parte de los casos de acoso escolar la realidad supera con creces la ficción.

"Después de Lucía" nos muestra como si fuésemos unos «vouyeurs» la vida de Tessa, una joven estudiante mexicana que se ve obligada a trasladarse a vivir desde su ciudad, Puerto Vallarta, a México D.F.. Allí, junto a su padre, tendrá que comenzar una nueva vida que incluye también un nuevo colegio y unas nuevas amistades. Desde el mismo comienzo el director nos va dejando imágenes de la vida diaria de Tessa y su padre para que nosotros, como observadores de lujo, vayamos intentando analizar qué es lo que va fallando para que la vida de Tessa se convierta en un viaje hacia el infierno.

¿Es el sistema educativo, es la falta de comunicación entre padres e hijos, son los profesores que miran hacia otro lado, o es la misma naturaleza de los seres humanos la que nos hace denigrar hasta límites insospechados sin motivo alguno a una persona? Todos hemos vivido más o menos cerca alguna de estas situaciones, algunos desgraciadamente en sus propias carnes, otros han visto a otra persona sufrirlas pero no las han denunciado, y tristemente algunos otros han ejercido de brazo fuerte de la ley ante compañeros indefensos. Reflexionemos el porqué de esta sinrazón que destroza psicológica y físicamente a las personas; una sinrazón a la que nunca se ha intentado poner remedio de manera clara y rotunda ni desde la administración ni desde los propios centros educativos.

Se supone que evolucionamos, pero a pesar de los avances tecnológicos, la realidad palpable es que estos nuevos medios se utilizan para denigrar y someter aún más a las victimas de ese cáncer del sistema educativo denominado «bullying». En nuestras manos está, como profesores, padres o alumnos acabar con esta escalofriante lacra de nuestra sociedad.

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Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura
10 de noviembre de 2024
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La veterana directora Agnieszka Holland pone el foco en su país natal, Polonia, para ofrecernos su nueva película "Green border". El filme es una clara denuncia de las estrategias políticas urdidas por Bielorrusia para aprovecharse del incesante flujo de inmigrantes hacia Europa, y de las acciones represivas tomadas por Polonia con la aquiescencia de la Unión Europea (UE).

Pongámonos en situación: el año 2020, la UE denunciaba como fraudulentas las elecciones en Bielorrusia, así como las constantes violaciones de los derechos humanos en esa nación. Acto seguido, aplicó sanciones contra el país y, entre otros, contra su presidente, Aleksandr Lukashenko. Este, como medida de respuesta a las sanciones recibidas, ideó un plan de desestabilización política con el conchabeo del presidente ruso Putin. Para ello, facilitó la entrada vía aérea de refugiados provenientes de países en conflicto, como Siria, Afganistán o Yemen. El gobierno bielorruso promocionaba en las agencias de viajes de Turquía y otros países vuelos ofreciendo trabajo y empleo en un país de la UE, facilitando incluso visas de refugiados en las mismas agencias, con el objetivo de crear un gran corredor entre Bielorrusia y Europa a través de su frontera con Polonia. El gobierno polaco, a su vez, utilizó la entrada masiva de inmigrantes para crear un clima de odio y rechazo hacia estos, utilizando incluso fake news para aterrorizar a la población y fomentar el apoyo a su gobierno de ultraderecha. Todos estos hechos están reflejados en "Green border", no solamente desde la óptica de los refugiados que sufren la represión de unos y otros, sino también desde la de los activistas, o la de los propios policías que custodian esa boscosa frontera (de ahí el nombre de la película).

La directora se ha basado totalmente en hechos reales para confeccionar el guion y el desarrollo argumental de la película. Por ello, si algunas escenas os parecen duras, que sepáis que tras la proyección privada que Agnieszka Holland hizo para activistas que trabajaron en esa parte de la frontera y vecinos que habitan esa zona , estos, le dijeron que les parecía una realidad muy suave.

Lamentablemente, esas familias enteras que volaban tranquilas hacia Europa pensando en una vida mejor, se encontraron de bruces con una auténtica pesadilla de la que era imposible despertar. Un sombrío bosque, plagado de alambradas y peligrosos pantanos, donde por supuesto, ancianos, embarazadas y niños son los más damnificados. Con todo esto en mente, Holland decidió rodar la película en blanco y negro, además de para destacar la dureza de la estancia de los refugiados en el bosque, para dar a la película una sensación de atemporalidad.

Esta denuncia en forma de película titulada "Green border", no pretende cambiar el mundo, pero quizás consiga cambiar nuestro mundo interior, impulsándonos a no hacer la vista gorda, ni a mostrarnos indiferentes ante una realidad tan cruda. No sólo la de la inmigración, sino la del creciente auge del fascismo y del racismo en el continente europeo. Tampoco se salvan de la crítica los políticos europeos, que dejan que todo continúe igual, quizás por miedo a que una apertura de fronteras ayude a los fascistas y populistas en su intento por destruir la unidad de la UE.

Estos hechos, expuestos sin tapujos en el filme, provocaron la ira del gobierno, y de organizaciones ultraderechistas polacas, que atacaron sin remisión a Agnieszka Holland, descalificándola e incluso amenazándola de muerte. Después del estreno de la película, ella tuvo que llevar escoltas durante una buena temporada. La verdad ofende.

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