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Críticas 32
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
8 de junio de 2023 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última obra relevante dentro de la filmografía de Michael Powell. Desconocía a este director por completo hasta que, un día como cualquier otro, llegó a mis ojos esta película, que a priori, parecía un slasher más pero... algo me llamó la atención. La pospuse durante fechas y fechas, hasta que ha llegado el momento de visionar uno de, en mi opinión, los mejores slashers que se han hecho en la industria del cine.

El fotógrafo del pánico es una película de bajo presupuesto (concretamente de 150.000$) que consiguió hacerse un gran hueco en la industria del cine y convertirse en una película a la que, a día de hoy, podemos seguir rindiendo culto, totalmente atemporal. Pocos escenarios, pocos personajes, narrativa simplificada y un vestuario común. De manera opuesta tenemos; mucho arte, mucho talento, mucha profundidad abstracta, mucha originalidad, mucho cine.

Mark Lewis (interpretado por Karlheinz Böhm) es un hombre perturbado, un psicópata que se encuentra trabajando en el set de rodaje de una película como técnico de iluminación. Este desequilibrio viene de raíz debido a que su padre -un científico obsesionado por el estudio de las emociones del ser humano- destrozó la psicología de Mark durante toda su infancia, convirtiéndolo así en un adulto acomplejado, introvertido y misterioso que posee secuelas que le incitan a actuar como hizo su padre. Está obsesionado y quiere ser director de un documental terrorífico, para ello, busca de manera constante víctimas a las que fotografiar mientras estas experimentan las mismas emociones que Mark experimentaba durante su niñez, primeramente haciendo que estas pasen miedo y, posteriormente, acabando con sus vidas.

Esta película es diferente, muy diferente al resto de películas de terror. Michael Powell se deja de misticismos y recursos varios para atrapar nuestra atención como espectador y sacar conjeturas acerca de lo que estamos viendo. El asesino carece de identidad, tan solo en 5 minutos conocemos quién es, a qué se dedica y nos impregnamos de ese aura tan misteriosa que tiene Mark. De hecho, nos adentra dentro de la psicología del protagonista a través de una cámara (que simulan sus propios ojos) para conocer sus fetiches y el ambiente por el que se mueve.

Esta manera de enfocar la película hace que muchos otros aspectos puedan destacar y convertirse así en una película única. Un despliegue visual totalmente impactante, repleto de colores (por ejemplo el rojo cuando se encuentra en su versión sádica) capaz de capturar imágenes totalmente evocadoras. Un constante cambio de cámaras y planos que atrapan con todo detalle los escenarios y suman al ambiente. Un despliegue técnico magistral de primerísimos planos que nos deleitan mostrándonos las emociones por las que pasa cada personaje en todo momento, (la relación que tienen los personajes con el protagonista pasa de la intriga, felicidad, misterio, coqueteo, miedo y salvación) y un dominio absoluto como pocos he visto del uso de la iluminación (sombras perfectas, escenarios que pasan de la lucidez a la oscuridad y viceversa), en general, una sensación constante de terror.

Michael Powell tiene una maestría con la cámara y, gracias al guion, a través de Mark podemos tener otras perspectivas que siguen sumando aún más a la propia cinematografía técnica de la película. Con una cámara de 16mm bastaba, pero Powell nos lleva por escenarios como el piso de Mark u el set de rodaje en el que tiene amplia libertad para filmar lo que quiera. Así es que encontramos una obsesión por la fotografía que causan momentos extremos y únicos siguiendo una dinámica espectacular en la historia. A medida que Mark se sumerge más en su obsesión, se crea una atmósfera de tensión creciente que mantiene al espectador comprometido. La coreografía es muy buena, especialmente en los momentos de peligro. Son un desencadenamiento de acciones que contribuyen a que cada apartado técnico aparezca y se aglutinen conformando secuencia tras secuencia una película totalmente sólida. (Leer spoiler)

Hablando de por qué esta película no es una película mas de terror centrandome puramente en el apartado técnico de la misma, ahora procederé a hablar del apartado reflexivo. El fotógrafo del pánico explora temas muy interesantes relacionados con la ética, la moralidad, los traumas, el manejo de la industria del cine desde dentro, y sobretodo, una enfermedad no tan conocida de la que padece Mark: la escopofilia. Una enfermedad muy rara que se nos presenta como incurable e ilimitada, pues este fotógrafo está dispuesto a cruzar cualquier límite para culminar su obra en su búsqueda de la imagen perfecta, el impacto directo y el final mismo de las vidas de las víctimas y su propia vida. Estos temas, alejados incluso de las películas de terror, invitan a la reflexión y generan discusiones sobre la responsabilidad de una misma persona para generar arte. Incluso la importancia que tienen los medios de los que disponen muchos fotógrafos-directores que resultan ser en muchas ocasiones escasos y, debido a esta circunstancia, su talento no sale a la luz.

Más abajo hablaré brevemente acerca de los personajes, pero concededme un favor, no toméis una película tan artística como esta de manera literal, pues la narrativa y los personajes se muestran a los ojos del espectador como meros apartados planos para conseguir una tensión y evocar ese miedo al espectador. No. Esta película es mucho más profunda de lo que nuestros ojos pueden percibir.

El fotógrafo del pánico es una película dentro del cine de terror que todo el mundo debe ver alguna vez. Es difícilmente asemejable a cualquier otra, es única. Guste más o menos, sus virtudes merecen como mínimo que esta película siga significando lo mismo que es a día de hoy, una obra espectacular que ha dejado huella dentro del mundo del cine y, una obra que por mucho tiempo que pase, conseguirá impactarnos como la primera vez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo de Michael Powell con cada escenario.. los dota de vida y misticismo. Dominio magistral que contemplamos en los cambios de cámara que, a su vez, iban variando en la iluminación (cuando descubrimos la sala de cine de Mark)

Ha dejado secuencias totalmente artísticas con una composición exquisita y para admirar todo su talento trataré de poner foco en algunas hablando brevemente:

1. Créditos y secuencia inicial: Esa diana de arco con una flecha que impacta directo en un objetivo negro. Más tarde, un primerísimo plano al ojo de Mark (símil de como ve Mark el mundo debido a su tara mental) que nos pone en la perspectiva del mismo (1º persona) entendiendo la concepción de este personaje tras perseguir de manera sospechosa a una prostituta y ver el ambiente misterioso y tenebroso que le rodea.

2. Vivian entra por primera vez a la sala de cine de Mark: Vivian está viviendo un calvario total porque está entendiendo la psicología de Mark y se encuentra totalmente asustada. En ese momento, Mark no tenía sentimientos hacia ella, curiosamente, una vez que evoluciona su personaje quiere totalmente lo contrario que al principio: salvarla. Se proyecta una secuencia en la que Mark de pequeño está superando sus miedos mostrándonos la figura de un lagarto. Esta figura representa ese ente o maldad que se acaba apoderando de Mark, es una transmisión de maleza no literaria que estaba atrapando a este, se podría decir que es la culminación del experimento de su padre.

3. Milly muere en un baúl: Como se gesta toda esa escena es BRILLANTE. El uso de los focos (el escenario coge lucidez hasta llegar a estar cubierto por un aura tenebrosa, pero paradojicamente, sigue estando lleno de luz visualmente), la ambientación de un escenario tan simple y vacío como una nave que se acaba transformando en un set de cine. Despliegue técnico total en la que nuestros personajes pasan por emociones totalmente diferentes, de alegría y humildad al miedo y la furia. Y, como no, una maravillosa idea utilizar un palo de cámara como arma en un personaje como Mark.

4. Diane esconde su rostro para no ser fotografiada por Mark: Secuencia magnífica. Esconde parte de su rostro -rostro puro frente a un rostro ennegrecido- a la cámara, y posteriormente, descubrimos que la parte del rostro que escondía estaba golpeado, lleno de moratones. Mark se encariña con ella porque se siente representado por esa maldad (la de la fuerza causante de Diane y la que sufrió por su padre). Es el único rostro de un personaje de la pelicula que, si es cierto que se encuentra golpeado físicamente y está asustado pero que, paradójicamente, es el único que expresa esas emociones de manera natural y no artificial ya que no ha sido causado por Mark ni ha habido una intención detrás por obtener el mismo. Mark se queda absorto y se obsesiona por filmar aquel rostro.

5. Un señor compra un periódico en ese mismo antro: Esta escena no tiene algo especial de por sí, ni tampoco de manera técnica. Pero sí que sirve en parte como una crítica hacia esa parte de la sociedad que compra, trafica y apoya este contenido erótico prohibido y a la que le mueve el morbo.

6. Mark encuentra a la madre de Vivian en la sala de cine: Otra secuencia verdaderamente magistral. Iluminación inexistente, un foco y un primer plano a su madre para sembrar caos. El propio gestamiento de esa escena es espectacular, ambos personajes tienen miedo y, en un pricipio, se encuentran totalmente confortables hasta que ese mismo sentimiento deriva en un miedo que atañe a ambos: Mark puede tener contenido para su documental y asesinar a su madre y su madre puede saler ilesa para contarselo a Vivian. LA MADRE NO ES UN PERSONAJE LITERARIO, ES METAFÓRICO.

7. Mark deja la cámara en una habitación y sale por primera vez sin ella: Es la única escena en la que Mark es una persona cuerda, su obsesión y esquizofrenia se desvanece y en la que el ambiente y tono de la película cambia drásticamente.

8. Mark se despide, culmina su obra y muere.
3 de mayo de 2023 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Atrapa a un ladrón" es un clásico de Hitchcock estrenado en 1955 con unos recurrentes Cary Grant y Grace Kelly (penúltima y última película en las filas de Hitchcock). No solo repiten actores, también repite guionista ya que John Michael Hayes (La ventana indiscreta) adapta la maravillosa novela "To catch a Thief" de David F. Dodge.

En ella, un ex ladrón llamado John Robie (Cary Grant) apodado como 'El gato' es perseguido por la polícia pero este logra escapar y salir ileso de la situación con el único objetivo de intentar limpiar su nombre después de que una serie de robos en los más lujosos hoteles en la Riviera francesa lo hagan sospechoso. Más tarde conocerá a Frances Stevens (Grace Kelly) una joven heredera de una gran cantidad de lujosas joyas, juntos cooperan para desenmascarar a este misterioso ladrón.

La historia no destaca por su originalidad -sigue el mismo modelo esquemático en las historias de Hitchcock- pero sí consigue que el espectador se interese por conocer los hechos narrativos, el cierre a los mismos y el camino que deparará a nuestros protagonistas. El ritmo narrativo es algo lento pero gracias a su enorme dinamismo escénico y cinematográfico podremos pasar por alto esa falta de ritmo.

Cary Grant y Grace Kelly hacen una maravillosa interpretación de sus personajes, con una gran conexión en pantalla logran cargar a sus espaldas todo el peso narrativo. Si bien es cierto que hay personajes secundarios con cierta relevancia (Jessie Royce, Brigitte Auber o John Williams) nunca se les da el hueco necesario como para tener una importancia dentro de la trama, únicamente tienen un papel plano para ligarles a los protagonistas, lo que les hace estar constantemente limitados de cara a la cámara.

Considero esta película una mixtura entre cine comercial y cine de autor. Los diálogos van desde lo cómico hasta lo trágico y dramático. Los personajes actúan desde lo racional hasta lo irracional. La narrativa (el gran problema) sigue una historia lineal.

Artísticamente no sobresale en exceso, llama la atención los maravillosos escenarios escogidos para la película (Mónaco, en la Costa Azul, en los Alpes Marítimos, Cannes y en Villefranche-sur-mer) que son acompañados a su vez por unos planos generales y picados muy bonitos. La elección de recorrer todos estos escenarios es acertada y dotan a esta película de intriga y suspense, pero no hay algo que nos llame especialmente la atención. Podemos detenernos en alguna escena de persecución que nos acerque a la ficción (escapada en coche, en lancha) tanto argumental para la narrativa como sentimental para la relación de los protagonistas. Quizás el único alarde artístico sea el uso metafórico de la figura animal de un gato para hacer un simil con un ladrón y recorrer los tejados, adaptar el movimiento lento del ladrón y utilizar este escenario tan simple como un elemento de escapada y intriga más, pero siendo honestos, esto le dio mucho mejor resultado en 'Vértigo'.

Es cierto que Hitchcock logra dar ritmo a una historia comercial, simple. Y también es cierto que consigue que la figura de la mujer sea enormemente relevante transmitiendo ese hedor sexual embelesador que consigue acercarnos al protagonista y obtener unos personajes-relación impresionantes. También es cierto que los escenarios y los planos son fabulosos. Pero, le sigue faltando algo. Le falta la solidez, el empaque narrativo y, sobre todo, la sorpresa.

La trama es predecible, no da lugar a sorpresas, aunque lo que Hitchcock prioriza es crear esta relación sentimental entre protagonistas, sembrar el caos sobre todo lo que les rodea y primar esta atmósfera de pánico y suspense por el futuro negro que les depara durante toda la película. El encuentro entre algunos personajes es totalmente fortuito -nada argumentado- y los personajes secundarios están años luz guionísticamente de los principales, totalmente olvidables. Una madre, un jefe de restaurante, una camarera y camarero y un agente de seguros. Un tanto cliché.

El ritmo de la película puede ser un poco lento para los estándares actuales y todo este tiempo extra no ofrece ningún tipo de información, no tiene apenas relevancia y puede desconectarnos de la historia.

Otro punto de crítica podría ser el retrato de la mujer en la película, la mixtura entre Grace Kelly y Brigitte Auber. Si bien Grace Kelly hace una gran actuación, gracias a ser objeto de deseo para los hombres, es cierto que el resto de personajes femeninos no ofrecen nada relevante, al igual que los masculinos, sirven de apoyo para conseguir o destruir los objetivos, motivaciones e ideales de los protagonistas y para ayudar en situaciones de apuro a los mismos, pero por dentro, están vacíos. Todo esto hace que tras visionar esta película te quede una sensación de satisfacción porque realmente funciona, es entretenida y tiene momentos puntuales muy atractivos, pero en su conjunto podemos observar que no termina de funcionar como Hitchcock quería y nos deja con la sensación de que podría ser más de lo que acabó siendo.

En general, "Atrapa a un ladrón" es una buena película, totalmente recomendable, no te dejará indiferente. Con sus más y sus menos, la trama logra captar tu interés, tiene unos maravillosos protagonistas, el clímax narrativo es correcto y las escenas de persecución te mantendrán pegado a la pantalla. No es ni de lejos la mejor obra de Hitchcock, pero es y seguirá siendo una película memorable que ha dejado su huella en la cultura popular del cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me faltaron personajes secundarios. Sé que la intención es que los protagonistas acaparen el foco principal del film, pero se le ven las costuras. Brigitte Auber no tiene el aura de ladrón, tampoco argumentos para serlo y la escena final en la que salva su vida no es una de las mejores elecciones.

La madre es un personaje normal y corriente que gracias a portar el objeto principal de la película (las joyas) acerca a Cary Grant a Grace Kelly, pero no aparece apenas en la película y su manera de actuar es totalmente irracional. A destacar el momento en el que ayuda a Cary Grant sabiendo que es un ladrón.
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