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10
27 de mayo de 2023
27 de mayo de 2023
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el vasto panorama de las series de televisión de la década de 1980, hay una que destaca entre las demás, una producción que fusiona acción trepidante, avances tecnológicos y un icónico protagonista en un conjunto irresistible. Estoy hablando de "Knight Rider" (1982), una obra maestra televisiva que ha dejado una huella imborrable en la cultura popular. En esta crítica, exploraremos por qué esta serie sigue siendo tan apreciada y relevante incluso después de décadas desde su estreno.
"Knight Rider" se centra en la historia de Michael Knight (interpretado magistralmente por David Hasselhoff), un valiente y carismático exagente de policía que, tras un encuentro cercano con la muerte, renace como el conductor de un vehículo de alta tecnología conocido como KITT (Knight Industries Two Thousand). Juntos, Knight y KITT luchan contra el crimen, enfrentándose a villanos despiadados y desmantelando conspiraciones en cada episodio.
Lo que distingue a "Knight Rider" de otras series de su época es su combinación única de acción y tecnología. La estrella indiscutible del programa es KITT, un automóvil futurista equipado con inteligencia artificial y habilidades asombrosas. Desde su emblemático diseño exterior hasta su interior lleno de pantallas y luces parpadeantes, KITT es un personaje en sí mismo y se ha convertido en un ícono cultural. Las secuencias de conducción y persecuciones, donde KITT muestra su velocidad sobrehumana y su capacidad para maniobrar en situaciones imposibles, son impresionantes incluso por los estándares actuales.
Sin embargo, "Knight Rider" no se limita solo a efectos especiales llamativos y secuencias de acción emocionantes. La serie aborda temas relevantes como la justicia, la lealtad y la redención personal. Aunque puede parecer un programa de entretenimiento ligero, "Knight Rider" presenta ocasionalmente episodios con tramas más profundas y emocionales que exploran la naturaleza humana y las relaciones interpersonales.
Además, el carisma de David Hasselhoff en el papel principal es indiscutible. Su interpretación de Michael Knight es convincente y carismática, convirtiéndolo en un héroe por derecho propio. La química entre Hasselhoff y la voz en off de William Daniels, quien presta su voz a KITT, es otro punto destacado de la serie. La interacción entre estos dos personajes, a menudo con diálogos ingeniosos y sarcásticos, añade un toque de humor que equilibra perfectamente el tono más serio de la trama.
"Knight Rider" (1982) es una serie de culto que se mantiene como un clásico intemporal de la televisión. Su mezcla de acción emocionante, tecnología futurista y personajes carismáticos ha dejado una huella imborrable en la cultura popular. A pesar de su estreno hace décadas, la serie sigue siendo disfrutada tanto por aquellos que la vivieron en su momento como por todos aquellos a los que pueda llegar en nuestros días.
"Knight Rider" se centra en la historia de Michael Knight (interpretado magistralmente por David Hasselhoff), un valiente y carismático exagente de policía que, tras un encuentro cercano con la muerte, renace como el conductor de un vehículo de alta tecnología conocido como KITT (Knight Industries Two Thousand). Juntos, Knight y KITT luchan contra el crimen, enfrentándose a villanos despiadados y desmantelando conspiraciones en cada episodio.
Lo que distingue a "Knight Rider" de otras series de su época es su combinación única de acción y tecnología. La estrella indiscutible del programa es KITT, un automóvil futurista equipado con inteligencia artificial y habilidades asombrosas. Desde su emblemático diseño exterior hasta su interior lleno de pantallas y luces parpadeantes, KITT es un personaje en sí mismo y se ha convertido en un ícono cultural. Las secuencias de conducción y persecuciones, donde KITT muestra su velocidad sobrehumana y su capacidad para maniobrar en situaciones imposibles, son impresionantes incluso por los estándares actuales.
Sin embargo, "Knight Rider" no se limita solo a efectos especiales llamativos y secuencias de acción emocionantes. La serie aborda temas relevantes como la justicia, la lealtad y la redención personal. Aunque puede parecer un programa de entretenimiento ligero, "Knight Rider" presenta ocasionalmente episodios con tramas más profundas y emocionales que exploran la naturaleza humana y las relaciones interpersonales.
Además, el carisma de David Hasselhoff en el papel principal es indiscutible. Su interpretación de Michael Knight es convincente y carismática, convirtiéndolo en un héroe por derecho propio. La química entre Hasselhoff y la voz en off de William Daniels, quien presta su voz a KITT, es otro punto destacado de la serie. La interacción entre estos dos personajes, a menudo con diálogos ingeniosos y sarcásticos, añade un toque de humor que equilibra perfectamente el tono más serio de la trama.
"Knight Rider" (1982) es una serie de culto que se mantiene como un clásico intemporal de la televisión. Su mezcla de acción emocionante, tecnología futurista y personajes carismáticos ha dejado una huella imborrable en la cultura popular. A pesar de su estreno hace décadas, la serie sigue siendo disfrutada tanto por aquellos que la vivieron en su momento como por todos aquellos a los que pueda llegar en nuestros días.
18 de diciembre de 2011
18 de diciembre de 2011
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un remolino de emociones y sombras, "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford" emerge como una obra maestra del cine que desafía las convenciones y nos sumerge en la psique de dos hombres cuyos destinos están inextricablemente entrelazados. Esta película magistralmente dirigida por Andrew Dominik, como un pincel que acaricia la tela de un lienzo, nos sumerge en una época impregnada de romanticismo y desesperación, donde la figura del forajido legendario Jesse James se desvanece para dar paso a la compleja y angustiante figura del cobarde Robert Ford.
La cámara, como un testigo silencioso y comprensivo, se desliza con suavidad y elegancia por los escenarios llenos de melancolía, capturando cada mirada, cada gesto y cada susurro con una meticulosidad hipnótica. Las imágenes tienen una calidad pictórica, con una paleta de colores desvaída que refleja el aura de decadencia que envuelve a los personajes y sus acciones. Los paisajes agrestes y desolados, bañados por la luz dorada del sol poniente, nos transportan a un mundo lejano, un mundo donde la leyenda y la realidad se entrelazan hasta confundirse.
El elenco, encabezado por los talentosísimos Brad Pitt y Casey Affleck, es un deleite para los sentidos. Pitt, en el papel de Jesse James, nos muestra su virtuosismo actoral al retratar a un hombre atormentado por su propia mitología, con una mezcla de carisma y vulnerabilidad que cautiva hasta el último fotograma. Affleck, por su parte, encarna a Robert Ford con una intensidad fascinante, revelando en cada gesto y en cada mirada la lucha interna entre la admiración y el resentimiento que consume su alma.
La narrativa, meticulosamente construida, es un baile entre la luz y la oscuridad. Los diálogos son afilados y llenos de significado, pero también hay momentos de silencio elocuente, donde las miradas y los suspiros hablan más que las palabras. La música, compuesta por Nick Cave y Warren Ellis, se entrelaza con la trama de manera sublime, añadiendo una dimensión emocional profunda y misteriosa a cada escena.
Pero más allá de su impecable dirección, actuaciones y estética visual, "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford" es una reflexión profunda sobre la fama, la obsesión y la identidad. Nos invita a cuestionar la naturaleza de los héroes y los villanos, a explorar los rincones más oscuros de la psique humana y a reflexionar sobre nuestras propias motivaciones y deseos más profundos.
Soberbia, ejemplar, superior...Cine del de antes en tiempos del de ahora. Grande Affleck, enorme Pitt. La apertura y presentación de Jesse James deberían enseñarse en las escuelas de cine. Deslumbrante.
En resumen, esta película es una joya cinematográfica que transporta al espectador a un mundo fascinante y perturbador. Con su estilo único y su narrativa cautivadora, "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford" trasciende el género del western y se convierte en un retrato íntimo de la condición humana. Es una experiencia cinematográfica que se graba en la memoria y que, sin duda alguna, quedará como una de las grandes obras maestras de nuestro tiempo.
La cámara, como un testigo silencioso y comprensivo, se desliza con suavidad y elegancia por los escenarios llenos de melancolía, capturando cada mirada, cada gesto y cada susurro con una meticulosidad hipnótica. Las imágenes tienen una calidad pictórica, con una paleta de colores desvaída que refleja el aura de decadencia que envuelve a los personajes y sus acciones. Los paisajes agrestes y desolados, bañados por la luz dorada del sol poniente, nos transportan a un mundo lejano, un mundo donde la leyenda y la realidad se entrelazan hasta confundirse.
El elenco, encabezado por los talentosísimos Brad Pitt y Casey Affleck, es un deleite para los sentidos. Pitt, en el papel de Jesse James, nos muestra su virtuosismo actoral al retratar a un hombre atormentado por su propia mitología, con una mezcla de carisma y vulnerabilidad que cautiva hasta el último fotograma. Affleck, por su parte, encarna a Robert Ford con una intensidad fascinante, revelando en cada gesto y en cada mirada la lucha interna entre la admiración y el resentimiento que consume su alma.
La narrativa, meticulosamente construida, es un baile entre la luz y la oscuridad. Los diálogos son afilados y llenos de significado, pero también hay momentos de silencio elocuente, donde las miradas y los suspiros hablan más que las palabras. La música, compuesta por Nick Cave y Warren Ellis, se entrelaza con la trama de manera sublime, añadiendo una dimensión emocional profunda y misteriosa a cada escena.
Pero más allá de su impecable dirección, actuaciones y estética visual, "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford" es una reflexión profunda sobre la fama, la obsesión y la identidad. Nos invita a cuestionar la naturaleza de los héroes y los villanos, a explorar los rincones más oscuros de la psique humana y a reflexionar sobre nuestras propias motivaciones y deseos más profundos.
Soberbia, ejemplar, superior...Cine del de antes en tiempos del de ahora. Grande Affleck, enorme Pitt. La apertura y presentación de Jesse James deberían enseñarse en las escuelas de cine. Deslumbrante.
En resumen, esta película es una joya cinematográfica que transporta al espectador a un mundo fascinante y perturbador. Con su estilo único y su narrativa cautivadora, "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford" trasciende el género del western y se convierte en un retrato íntimo de la condición humana. Es una experiencia cinematográfica que se graba en la memoria y que, sin duda alguna, quedará como una de las grandes obras maestras de nuestro tiempo.

5,0
3.561
1
15 de octubre de 2023
15 de octubre de 2023
13 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me he hecho viral es una comedia que pretende ser divertida y original, pero que resulta ser un desastre de proporciones épicas. La película está dirigida por Jorge Coira y protagonizada por Blanca Suárez, que interpreta a Mabel, una mujer que descubre la infidelidad de su pareja durante un vuelo a Polinesia y que se convierte en una sensación viral involuntaria al montar un escándalo en el avión.
La premisa podría haber dado lugar a una historia entretenida y con cierta crítica social, pero el guion de Araceli Gonda es tan flojo y previsible que no consigue enganchar al espectador ni hacerle reír. Los personajes son planos y estereotipados, las situaciones son forzadas y absurdas, y los diálogos son pobres y sin gracia. La película se basa en una serie de desgracias que le ocurren a la protagonista, pero que no provocan ninguna empatía ni simpatía, sino más bien aburrimiento e irritación.
La película se abusa del número de desgracias de la protagonista y cae en la obviedad al plantear una crítica contra las redes sociales y sus consecuencias. Además, muestra una falta de respeto al decoro y al buen gusto, al incluir escenas muy desagradables y ordinarias, como la del funeral de un familiar de Mabel, donde se falta al respeto a los muertos y se hace un uso grotesco del humor negro, o diferentes escenas donde se ve al personaje de Suárez haciendo sus necesidades en la taza del baño.
El reparto tampoco ayuda a salvar la película. Blanca Suárez no está a la altura del reto cómico y se limita a poner caras de sorpresa o enfado. Miguel Rellán, que hace de padre caradura de Mabel, está desaprovechado en un personaje que se introduce en la historia de una manera abrupta y sin contexto.
En definitiva, Me he hecho viral es una película muy mala, con un guion terrible y una dirección mediocre. Es una comedia que no hace reír, sino que hace llorar. No es una película imprescindible para ver en cines ni en plataformas. Es mejor evitarla a toda costa.
La premisa podría haber dado lugar a una historia entretenida y con cierta crítica social, pero el guion de Araceli Gonda es tan flojo y previsible que no consigue enganchar al espectador ni hacerle reír. Los personajes son planos y estereotipados, las situaciones son forzadas y absurdas, y los diálogos son pobres y sin gracia. La película se basa en una serie de desgracias que le ocurren a la protagonista, pero que no provocan ninguna empatía ni simpatía, sino más bien aburrimiento e irritación.
La película se abusa del número de desgracias de la protagonista y cae en la obviedad al plantear una crítica contra las redes sociales y sus consecuencias. Además, muestra una falta de respeto al decoro y al buen gusto, al incluir escenas muy desagradables y ordinarias, como la del funeral de un familiar de Mabel, donde se falta al respeto a los muertos y se hace un uso grotesco del humor negro, o diferentes escenas donde se ve al personaje de Suárez haciendo sus necesidades en la taza del baño.
El reparto tampoco ayuda a salvar la película. Blanca Suárez no está a la altura del reto cómico y se limita a poner caras de sorpresa o enfado. Miguel Rellán, que hace de padre caradura de Mabel, está desaprovechado en un personaje que se introduce en la historia de una manera abrupta y sin contexto.
En definitiva, Me he hecho viral es una película muy mala, con un guion terrible y una dirección mediocre. Es una comedia que no hace reír, sino que hace llorar. No es una película imprescindible para ver en cines ni en plataformas. Es mejor evitarla a toda costa.

6,4
51.597
4
13 de mayo de 2023
13 de mayo de 2023
2 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película Batman Returns, dirigida también por Tim Burton y protagonizada por Michael Keaton como Batman, es una gran decepción en comparación con su predecesora. A pesar de contar con un reparto de lujo, que incluye a actores como Michelle Pfeiffer y Danny DeVito, la película no logra alcanzar el nivel de la anterior película de Batman.
Una de las principales debilidades de la película es su trama, que es confusa y caótica. La historia parece querer abarcar demasiados elementos, desde la lucha de Batman contra el Pingüino hasta su enfrentamiento con Catwoman, y todo ello en un corto período de tiempo. Esto hace que la película se sienta desordenada y difícil de seguir.
La dirección artística y la música de Danny Elfman son buenas, pero en general la película parece estar más enfocada en la estética que en la trama y el desarrollo de los personajes. En este sentido, la película se siente como una secuela superficial que se apoya en la fama de la primera película de Batman, pero sin profundizar en los temas o en la complejidad de los personajes.
Además, la interpretación de los actores también es desigual. Michael Keaton se siente desdibujado en el papel de Batman, y Michelle Pfeiffer, aunque hace un buen trabajo como Catwoman, no logra brillar tanto como lo hizo Jack Nicholson en el papel del Joker en la película anterior. Por otro lado, el Pingüino interpretado por Danny DeVito es grotesco y poco atractivo, lo que hace difícil empatizar con él como personaje.
En resumen, la película Batman Returns es una gran decepción en comparación con su predecesora. La trama es confusa y caótica, la dirección artística y la música son buenas pero superficiales, y la interpretación de los actores es desigual. En general, la película se siente como una secuela inferior que no logra estar a la altura de la película original de Batman.
Una de las principales debilidades de la película es su trama, que es confusa y caótica. La historia parece querer abarcar demasiados elementos, desde la lucha de Batman contra el Pingüino hasta su enfrentamiento con Catwoman, y todo ello en un corto período de tiempo. Esto hace que la película se sienta desordenada y difícil de seguir.
La dirección artística y la música de Danny Elfman son buenas, pero en general la película parece estar más enfocada en la estética que en la trama y el desarrollo de los personajes. En este sentido, la película se siente como una secuela superficial que se apoya en la fama de la primera película de Batman, pero sin profundizar en los temas o en la complejidad de los personajes.
Además, la interpretación de los actores también es desigual. Michael Keaton se siente desdibujado en el papel de Batman, y Michelle Pfeiffer, aunque hace un buen trabajo como Catwoman, no logra brillar tanto como lo hizo Jack Nicholson en el papel del Joker en la película anterior. Por otro lado, el Pingüino interpretado por Danny DeVito es grotesco y poco atractivo, lo que hace difícil empatizar con él como personaje.
En resumen, la película Batman Returns es una gran decepción en comparación con su predecesora. La trama es confusa y caótica, la dirección artística y la música son buenas pero superficiales, y la interpretación de los actores es desigual. En general, la película se siente como una secuela inferior que no logra estar a la altura de la película original de Batman.

5,5
18.064
7
17 de febrero de 2012
17 de febrero de 2012
1 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ved aquella desolada casa; observad el abandono en que se encuentra, la lejanía del lugar, la atmósfera siniestra en que respira: es la casa del dolor, la morada del sufrimiento, el lugar donde - según los más supersticiosos del lugar- , se gritó y se tembló, se vivió y se murió, se vio el fulgor y se presentó la negrura. Es la casa que nadie quiere, la que jamás será habitada, la que provoca espanto y antipatía a aquel que trae el asunto a colación.
Ciertamente, nadie podría decir que el lugar fuera agradable: rodeada por unas marismas marcadas, cercada por aguas tan negras como la sombra, y ofreciéndose al exterior, únicamente, a través de un angosto camino, no siempre practicable, esta mansión mantiene en angustia a sus retirados moradores, a quienes la posibilidad de deshacerse de la misma, bien a través de la destrucción, bien logrando su venta, resulta de todo punto imposible; por lo que los misterios de sus paredes continuarán siéndolo largo tiempo aún.
Afortunadamente para nosotros, alguien se ha decidido a cambiar esto.
En efecto: la mítica Compañía Hammer, conocida por sus hazañas en el arte de la producción de horror de los años 60 y posteriores, y a quien tantas horas de esparcimiento debemos, no ha permanecido con los brazos cruzados: ha incorporado a la andanza a un joven y talentoso figurante, con el encargo de examinar cuantos enigmas se encontrara; ha cimentado, en torno a él, estribos tan sólidos de horror y espanto, que sin duda lograrán que su temor sea el nuestro; se ha hecho acompañar de otras hábiles manos, quienes, ya sea secundando al atrevido, ya poniendo tras de él acertadas armonías, orientarán nuestros ánimos hacia espantos venideros, obteniendo al fin su loable propósito; y así, con todo, nos presentan su creación:noventa minutos de susto y sorpresa, guiados con mano firme e ideas claras.
Fantástica adaptación de la Hammer de la conocida novela de Susan Hill; acertadísimo Radcliffe, grande e inesperado; pondrá a prueba a los más osados.
Ciertamente, nadie podría decir que el lugar fuera agradable: rodeada por unas marismas marcadas, cercada por aguas tan negras como la sombra, y ofreciéndose al exterior, únicamente, a través de un angosto camino, no siempre practicable, esta mansión mantiene en angustia a sus retirados moradores, a quienes la posibilidad de deshacerse de la misma, bien a través de la destrucción, bien logrando su venta, resulta de todo punto imposible; por lo que los misterios de sus paredes continuarán siéndolo largo tiempo aún.
Afortunadamente para nosotros, alguien se ha decidido a cambiar esto.
En efecto: la mítica Compañía Hammer, conocida por sus hazañas en el arte de la producción de horror de los años 60 y posteriores, y a quien tantas horas de esparcimiento debemos, no ha permanecido con los brazos cruzados: ha incorporado a la andanza a un joven y talentoso figurante, con el encargo de examinar cuantos enigmas se encontrara; ha cimentado, en torno a él, estribos tan sólidos de horror y espanto, que sin duda lograrán que su temor sea el nuestro; se ha hecho acompañar de otras hábiles manos, quienes, ya sea secundando al atrevido, ya poniendo tras de él acertadas armonías, orientarán nuestros ánimos hacia espantos venideros, obteniendo al fin su loable propósito; y así, con todo, nos presentan su creación:noventa minutos de susto y sorpresa, guiados con mano firme e ideas claras.
Fantástica adaptación de la Hammer de la conocida novela de Susan Hill; acertadísimo Radcliffe, grande e inesperado; pondrá a prueba a los más osados.
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