Caótico pastiche, argumento delirante, algunos intentos de gag descolorido. Ni tan siquiera para incondicionales de Reno, actor que, personalmente, considero eficaz. Un detalle de lo más chusco: los momentos "eróticos" se despachan con una asombrosa pudibundez. No pierdan su tiempo en ver esta cosa, mejor lean algo o salgan a dar un paseo, con frío y todo.

Firmo lo escrito por Carlos Boyero en en "El País". He soportado un cuarto de hora la visión de semejante horror desangelado y zafio. Sigo a Almodóvar desde sus principios, he colaborado brevemente y tangencialmente con él y me cae estupendamente, pero esto no es de recibo. ¡Vuelve, Pedro!

Me había atraído la película a causa de las críticas leídas. Tales críticas me han parecido de una benevolencia pasmosa. No basta con tener una idea: es preciso llevarla a cabo con habilidad y coherencia. He encontrado la película sumamente confusa, falta de ritmos y, finalmente, no tan divertida como aseveraban. Los actores funcionan de forma muy poco regular y algunos carecen de la mínima dicción exigible. Me ha sorprendido gratamente Arturo Valls, pero en medio de aquel batiburrillo sólo se salvan algunas secuencias, como la del hospital. En fin, que Pepón Montero vuelva a intentarlo y que sea con más fortuna.

Excelente. Duramente crítica y sumamente rigurosa. Habría que enlazar el relato con el sentimiento independentista argelino, que en gran medida queda pronosticado aquí. Extraordinarios actores, que yo, en mi ignorancia, desconocía. La dirección me ha parecido correctísima y el guión, ¡chapeau!