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Críticas ordenadas por utilidad
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5,7
14.158
1
4 de abril de 2020
4 de abril de 2020
116 de 186 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alabada por la crítica (los encantan las pedanterías raras más que un plátano a un mono) e ignorada por el público (bien que hacen), nos llega esta, a priori, apetecible propuesta, donde una joven pareja busca un hogar para vivir y se ven atrapados en una pesadilla sin fin.
Desde que escuche hablar del proyecto tuve ganas de adentrarme en su misterio. Pobre de mí. La verdad es que no esperaba ninguna obra maestra (aunque las pretensiones de sus responsables son dejar bien claro que estamos ante un clásico de culto, cuando es mejor olvidarla cuanto antes), tampoco pensaba que me iba a encontrar ante una de las peores películas del año pasado, y si me tiras de la lengua, de los últimos años.
Y es que estamos ante un soporífero y alargado episodio de Twilight Zone (o cualquier serie de antología que se precie), que se hace eterno, no va a ninguna parte y cuya metáfora es mucho menos inspirada e inteligente de lo que se pretende. Pero vayamos por partes.
He leído por ahí que la dirección de la película es fascinante... Pues no, ya que es un film ciertamente perezoso, donde prácticamente nada sorprende y donde sólo se puede destacar su bizarro clímax. Eso es todo. Tampoco ayudan en nada los mediocres efectos especiales, dignos de un film de serie Z (y me refiero a los patéticos cromas y escenarios...).
En cuanto al guion, se cree más listo de lo que realmente es, provocando el tedio en el espectador a cambio de una metáfora eterna que queda bien clara desde el minuto uno. No hacía falta una película de hora y media para contarnos esto. Una cosa a destacar es que la película va directa al grano, obviando cualquier tipo de introducción, pero eso también juega en su contra, al no poder conocer bien a los protagonistas y, por lo tanto, hacerse imposible empatizar con ellos, y eso es exactamente lo que le sucede a la película.
Quizás se puede valorar positivamente las intervenciones del niño, tan surrealistas como hilarantes, pero fuera de eso todo es un cumulo de despropósitos, decisiones inverosímiles por parte de los personajes principales (en seguida aceptan la situación que les ha tocado vivir) y con uno de esos finales que se suponen que quieren sorprender al espectador pero que dejan la misma sensación que comer un folio.
De protagonistas tenemos a una entregada y fascinante Imogen Poots, que se come la película con patatas, y a un muy desaprovechado Jesse Eisenberg, que aporta más bien poco y cuya prometedora carrera se va apagando cada vez más (también porque es un insoportable de manual). Si os preguntáis que hacen en este film, ambos son productores del mismo, así que no hay mucho más que decir al respecto.
Mención especial para un enigmático y sorprendente Senan Jennings, cuyas aportaciones al film, como ya he indicado, elevan un poco el conjunto. Lástima que tampoco se sepa aprovechar su rol.
En conclusión, estamos ante un episodio de ciencia-ficción y terror (aunque no da miedo, pero no deja de ser una pesadilla, en todos los sentidos...) demasiado largo, aburrido, pretencioso, prescindible y olvidable, siendo un experimento fallido que la crítica "profesional" habrá disfrutado al ser una crítica a la sociedad actual, el rol de padres y todo lo que se ponga por delante, pero que estoy seguro que a la mayoría de espectadores se les atragantará este mediocre plato de imposible digestión. Que no se diga que no he avisado. De lo peor de los últimos años.
Más críticas: ocioworld.net
Desde que escuche hablar del proyecto tuve ganas de adentrarme en su misterio. Pobre de mí. La verdad es que no esperaba ninguna obra maestra (aunque las pretensiones de sus responsables son dejar bien claro que estamos ante un clásico de culto, cuando es mejor olvidarla cuanto antes), tampoco pensaba que me iba a encontrar ante una de las peores películas del año pasado, y si me tiras de la lengua, de los últimos años.
Y es que estamos ante un soporífero y alargado episodio de Twilight Zone (o cualquier serie de antología que se precie), que se hace eterno, no va a ninguna parte y cuya metáfora es mucho menos inspirada e inteligente de lo que se pretende. Pero vayamos por partes.
He leído por ahí que la dirección de la película es fascinante... Pues no, ya que es un film ciertamente perezoso, donde prácticamente nada sorprende y donde sólo se puede destacar su bizarro clímax. Eso es todo. Tampoco ayudan en nada los mediocres efectos especiales, dignos de un film de serie Z (y me refiero a los patéticos cromas y escenarios...).
En cuanto al guion, se cree más listo de lo que realmente es, provocando el tedio en el espectador a cambio de una metáfora eterna que queda bien clara desde el minuto uno. No hacía falta una película de hora y media para contarnos esto. Una cosa a destacar es que la película va directa al grano, obviando cualquier tipo de introducción, pero eso también juega en su contra, al no poder conocer bien a los protagonistas y, por lo tanto, hacerse imposible empatizar con ellos, y eso es exactamente lo que le sucede a la película.
Quizás se puede valorar positivamente las intervenciones del niño, tan surrealistas como hilarantes, pero fuera de eso todo es un cumulo de despropósitos, decisiones inverosímiles por parte de los personajes principales (en seguida aceptan la situación que les ha tocado vivir) y con uno de esos finales que se suponen que quieren sorprender al espectador pero que dejan la misma sensación que comer un folio.
De protagonistas tenemos a una entregada y fascinante Imogen Poots, que se come la película con patatas, y a un muy desaprovechado Jesse Eisenberg, que aporta más bien poco y cuya prometedora carrera se va apagando cada vez más (también porque es un insoportable de manual). Si os preguntáis que hacen en este film, ambos son productores del mismo, así que no hay mucho más que decir al respecto.
Mención especial para un enigmático y sorprendente Senan Jennings, cuyas aportaciones al film, como ya he indicado, elevan un poco el conjunto. Lástima que tampoco se sepa aprovechar su rol.
En conclusión, estamos ante un episodio de ciencia-ficción y terror (aunque no da miedo, pero no deja de ser una pesadilla, en todos los sentidos...) demasiado largo, aburrido, pretencioso, prescindible y olvidable, siendo un experimento fallido que la crítica "profesional" habrá disfrutado al ser una crítica a la sociedad actual, el rol de padres y todo lo que se ponga por delante, pero que estoy seguro que a la mayoría de espectadores se les atragantará este mediocre plato de imposible digestión. Que no se diga que no he avisado. De lo peor de los últimos años.
Más críticas: ocioworld.net

6,2
26.436
3
18 de enero de 2019
18 de enero de 2019
98 de 151 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 2000 se estrenó "El protegido (Unbreakable)", una de las películas más incomprendidas de la historia (sí, yo soy uno de aquellos que la abucheo en la sala de cine, el día del estreno), que, con el paso de los años, fue vista con otros ojos y ganó, por derecho propio, el título de "película de culto".
Sobra decir que, aquella propuesta, fue machacada por el público porque se vendió como "El sexto sentido 2", pero el tiempo le ha dado el lugar que se merece, como la mejor película del director indio, M. Night Shyamalan, capaz de lo mejor... y también de lo peor.
Pues bien, hace un par de años, sorprendió a propios y extraños con "Múltiple (Split)", un thriller correcto pero insustancial, donde lo más destacado era un excelente James McAvoy (que debió ser nominado al Oscar por la mejor interpretación de su carrera) y por un final, de esos que nadie esperaba. Y es que (sin intención alguna de hacer spoilers, porque con "Glass" promocionándose y en carteleras, ya se sabe todo), aquella era en realidad una secuela/spin-off de "El Protegido". Sublime.
Pues bien, ahora nos llega "Glass (Cristal)", casi veinte años después de la primera, y la cual ha generado muchas expectativas. A los críticos (americanos, porque creo que a los españoles les ha encantado) no les ha convencido, teniendo, en este momento, un 35% en Rotten Tomatoes, la cual la deja de bodrio, y sin saber todavía si se trata de un éxito o de un fracaso. Aunque eso poco debe preocupar a los responsables de la cinta, porque la película ha costado unos irrisorios 20 millones de dólares, frente a los 75 millones que costó "El protegido".
Pues bien, ya puedo confirmar que, seguramente, y siempre para un servidor, estemos ante una de las secuelas (o terceras partes) más decepcionantes, fallidas y olvidables de la historia del cine. Es que aún no me creo lo que acabo de ver, y es que, sí, Shyamalan nos ha vuelto a fallar. Pero vayamos por partes.
La dirección de la película es sorprendente, pero en el mal sentido, ya que todo es convencional y se nota el bajo presupuesto (casi toda la película se desarrolla en el psiquiátrico menos vigilado de la historia de la humanidad). Es increíble que, películas de hace dos décadas ( o casi), como "El sexto Sentido", "El protegido" o "Señales" (las tres del mismo director) luzcan infinitamente superior a esta. Es más, hasta la convencional "Múltiple" lucía mucho mejor que la que nos ocupa, donde no se aprecia la mano maestra de Night por (casi) ningún lado.
Y es una pena, porque el inicio de la cinta es prometedor, poniendo toda la carne en el asador, pero es, durante toda la película, se pierde la esencia y atmósfera de "El protegido", ya que aquella era más oscura y gris, con colores sepia, y está es más colorida y casi todo sucede de día, lo cual es un error. Se parece más a "Múltiple", que no a la primera entrega. Una dirección floja y demasiado convencional, como con desgana. Sin lugar a dudas, el bueno del señor Shyamalan ha perdido su toque.
Luego tenemos el guion, el cual es insustancial, aburrido (dos horas excesivas que parecen que no van a acabar nunca), carente de garra y una tomadura de pelo, que defenestra todo lo conseguido por "El protegido", hasta el punto de ser bochornoso lo que acontece en pantalla. Y sí, Shyamalan está obsesionado con los giros sorpresas del final, y en esta ocasión hay dos, uno que no es para tanto, y otro que es una idiotez. Así, con todas sus letras.
Es uno de esos casos (como la cuarta de "Indiana Jones") que prefiero creer que no ha existido, se trata de una mala pesadilla y que jamás debió haber continuación alguna, y menos viendo el paupérrimo resultado. Mención especial para el "coitus interruptus" del final. Me imagino que algunos lo justificarán como un paso lógico, pero yo lo llamo no tener más dinero para rodar algo decente.
Luego tenemos el reparto (y sus personajes). Por un lado, tenemos, de nuevo, a un sobresaliente James McAvoy, que es, de lejos, lo mejor de la película, con un personaje lleno de matices (obviamente) y que no decepciona (y sí, merece un Oscar, pero ni le van a nominar).
Luego tenemos al pobre Bruce Willis, con el personaje más desaprovechado de toda la película (y el que menos aparece, si no voy mal), y donde más se traiciona a la película original, con un David Dunn simple y metido con calzador. Lamentable (y no, tampoco es culpa del actor).
El tercero en discordia es un brillante Samuel L. Jackson con un personaje, de nuevo, interesante y complejo. La película es prácticamente suya y convence como villano en la sombra. Shyamalan ha sido más generoso con él que con Willis.
En cuanto al resto del reparto, cumplen (aunque muchos personajes están metidos con calzador, y el personaje y actuación de Sarah Paulson me pone de los nervios).
Y que decir de la banda sonora... por dios, como se echa de menos a James Newton Howard, que hacía subir enteros el cine de Shyamalan, y que convirtió a "El protegido" es el clásico que es, gracias a su BSO (obra maestra). Sin aquella, no habría sido lo mismo. Pues aquí han puesto a otro, que no sabe dotar de emoción ni épica a ninguna escena. Shyamalan, tus defectos se acentúan aún más si no tienes en la música a ese gran compositor.
En conclusión, estamos ante un bodrio insufrible, una tomadura de pelo trasnochada, que nos devuelve al peor Shyamalan (el de "El incidente"), y que espero borrar de mi mente lo antes posible, porque ni me ha entretenido ni me ha emocionado. Es una pérdida de tiempo que no hace justicia al material original. Es más, se mea encima de la mitología de los personajes, ofreciendo un giro de tuerca absurdo y sin fundamento, con uno de los finales más patéticos que se recuerda.
La primera gran decepción el año... y eso que acabamos de empezar. Espero borrarla de mi cabeza y que no manche el recuerdo de la maravillosa "El protegido". Gracias Shyamalan, para esto quédate quieto.
Más críticas: ocioworld.net
Sobra decir que, aquella propuesta, fue machacada por el público porque se vendió como "El sexto sentido 2", pero el tiempo le ha dado el lugar que se merece, como la mejor película del director indio, M. Night Shyamalan, capaz de lo mejor... y también de lo peor.
Pues bien, hace un par de años, sorprendió a propios y extraños con "Múltiple (Split)", un thriller correcto pero insustancial, donde lo más destacado era un excelente James McAvoy (que debió ser nominado al Oscar por la mejor interpretación de su carrera) y por un final, de esos que nadie esperaba. Y es que (sin intención alguna de hacer spoilers, porque con "Glass" promocionándose y en carteleras, ya se sabe todo), aquella era en realidad una secuela/spin-off de "El Protegido". Sublime.
Pues bien, ahora nos llega "Glass (Cristal)", casi veinte años después de la primera, y la cual ha generado muchas expectativas. A los críticos (americanos, porque creo que a los españoles les ha encantado) no les ha convencido, teniendo, en este momento, un 35% en Rotten Tomatoes, la cual la deja de bodrio, y sin saber todavía si se trata de un éxito o de un fracaso. Aunque eso poco debe preocupar a los responsables de la cinta, porque la película ha costado unos irrisorios 20 millones de dólares, frente a los 75 millones que costó "El protegido".
Pues bien, ya puedo confirmar que, seguramente, y siempre para un servidor, estemos ante una de las secuelas (o terceras partes) más decepcionantes, fallidas y olvidables de la historia del cine. Es que aún no me creo lo que acabo de ver, y es que, sí, Shyamalan nos ha vuelto a fallar. Pero vayamos por partes.
La dirección de la película es sorprendente, pero en el mal sentido, ya que todo es convencional y se nota el bajo presupuesto (casi toda la película se desarrolla en el psiquiátrico menos vigilado de la historia de la humanidad). Es increíble que, películas de hace dos décadas ( o casi), como "El sexto Sentido", "El protegido" o "Señales" (las tres del mismo director) luzcan infinitamente superior a esta. Es más, hasta la convencional "Múltiple" lucía mucho mejor que la que nos ocupa, donde no se aprecia la mano maestra de Night por (casi) ningún lado.
Y es una pena, porque el inicio de la cinta es prometedor, poniendo toda la carne en el asador, pero es, durante toda la película, se pierde la esencia y atmósfera de "El protegido", ya que aquella era más oscura y gris, con colores sepia, y está es más colorida y casi todo sucede de día, lo cual es un error. Se parece más a "Múltiple", que no a la primera entrega. Una dirección floja y demasiado convencional, como con desgana. Sin lugar a dudas, el bueno del señor Shyamalan ha perdido su toque.
Luego tenemos el guion, el cual es insustancial, aburrido (dos horas excesivas que parecen que no van a acabar nunca), carente de garra y una tomadura de pelo, que defenestra todo lo conseguido por "El protegido", hasta el punto de ser bochornoso lo que acontece en pantalla. Y sí, Shyamalan está obsesionado con los giros sorpresas del final, y en esta ocasión hay dos, uno que no es para tanto, y otro que es una idiotez. Así, con todas sus letras.
Es uno de esos casos (como la cuarta de "Indiana Jones") que prefiero creer que no ha existido, se trata de una mala pesadilla y que jamás debió haber continuación alguna, y menos viendo el paupérrimo resultado. Mención especial para el "coitus interruptus" del final. Me imagino que algunos lo justificarán como un paso lógico, pero yo lo llamo no tener más dinero para rodar algo decente.
Luego tenemos el reparto (y sus personajes). Por un lado, tenemos, de nuevo, a un sobresaliente James McAvoy, que es, de lejos, lo mejor de la película, con un personaje lleno de matices (obviamente) y que no decepciona (y sí, merece un Oscar, pero ni le van a nominar).
Luego tenemos al pobre Bruce Willis, con el personaje más desaprovechado de toda la película (y el que menos aparece, si no voy mal), y donde más se traiciona a la película original, con un David Dunn simple y metido con calzador. Lamentable (y no, tampoco es culpa del actor).
El tercero en discordia es un brillante Samuel L. Jackson con un personaje, de nuevo, interesante y complejo. La película es prácticamente suya y convence como villano en la sombra. Shyamalan ha sido más generoso con él que con Willis.
En cuanto al resto del reparto, cumplen (aunque muchos personajes están metidos con calzador, y el personaje y actuación de Sarah Paulson me pone de los nervios).
Y que decir de la banda sonora... por dios, como se echa de menos a James Newton Howard, que hacía subir enteros el cine de Shyamalan, y que convirtió a "El protegido" es el clásico que es, gracias a su BSO (obra maestra). Sin aquella, no habría sido lo mismo. Pues aquí han puesto a otro, que no sabe dotar de emoción ni épica a ninguna escena. Shyamalan, tus defectos se acentúan aún más si no tienes en la música a ese gran compositor.
En conclusión, estamos ante un bodrio insufrible, una tomadura de pelo trasnochada, que nos devuelve al peor Shyamalan (el de "El incidente"), y que espero borrar de mi mente lo antes posible, porque ni me ha entretenido ni me ha emocionado. Es una pérdida de tiempo que no hace justicia al material original. Es más, se mea encima de la mitología de los personajes, ofreciendo un giro de tuerca absurdo y sin fundamento, con uno de los finales más patéticos que se recuerda.
La primera gran decepción el año... y eso que acabamos de empezar. Espero borrarla de mi cabeza y que no manche el recuerdo de la maravillosa "El protegido". Gracias Shyamalan, para esto quédate quieto.
Más críticas: ocioworld.net
3
El gran fracaso de Tom Hanks y Robert Zemeckis, y la confirmación de que la magia del cine ha muerto
5 de diciembre de 2024
5 de diciembre de 2024
82 de 119 usuarios han encontrado esta crítica útil
Justo hace 30 años, se estrenaba Forrest Gump, clásico dirigido por Robert Zemeckis, y protagonizado por Tom Hanks y Robin Wright. No sé si han querido hacer un especial de celebración, secuela espiritual, o nuevo drama con ínfulas de Oscar, pero les ha salido Here (Aquí), y tengo muchas cosas que decir, y nada es bueno…
La película ha sido masacrada por la crítica, algo sorprendente viendo los partícipes, pero una vez vista, se entiende, y el público la ha ignorado por completo, con una recaudación mundial de 13 millones de dólares, para un presupuesto de 50, lo que ya la confirma como uno de los grandes fracasos del año. De verdad, ¿a quién se le ocurre?
Ah sí, al señor Robert Zemeckis, responsable de clásicos únicos e irrepetibles como la trilogía de Regreso al Futuro, ¿Quién engaño a Roger Rabbit?, o Forrest Gump. Me duele el declive de este gran cineasta, porque es uno de mis favoritos, pero después de la también aplaudida Naufrago, se perdió por el camino con la animación digital, perpetrando productos sin alma como Polar Express, Beowulf, o Cuento de Navidad. Ojo, las tres eran mínimamente entretenidas, y al de Beowulf te la defiendo hasta como buena, pero nadie me puede negar que la técnica de captura de movimiento no siempre funciona, y estos tres casos lo ejemplifican a la perfección, porque los personajes no transmiten nada, vamos, como en el live action del Rey León…
Después de encadenar esos tres fracasos de crítica y público, aunque me consta que Polar Express está algo reivindicada 20 años después, el bueno de Robert apostó por solidos dramas como Flight (El vuelo) y The Walk (El desafio), perdiéndose a continuación por completo en producciones tan olvidables como Bienvenidos a Marwen, el innecesario remake de Las Brujas, y el innecesario live action de Pinocho, también con Hanks, que no habiendo tenido suficiente, se ha apuntado a la fiesta aquí también. Lo pillas, aquí, como la película… en fin, puede que me chiste sea malo, pero la película es peor…
Y es que el tedio al que asistimos es insufrible, porque no sé muy bien qué ha pretendido el señor Zemeckis, pero el experimento le ha salido mal… muy mal. Como se suele decir, en su cabeza era espectacular, ya que el punto de partida tiene potencial, presentando una película con plano fijo que sucede toda en un salón, pero en diferentes líneas temporales. Por el poster, dejando claro que Tom Hanks y Robin Wright han vuelto después de Forrest Gump, por si queda algún nostálgico en la sala, que ha quedado claro que no, se deja entrever que ellos son los protagonistas, y que vamos a asistir a diferentes momentos de su vida, pero no, aquí nos presentan la vida de no una, ni dos, sino de hasta seis familias, de las cuales cinco nos importan un carajo, aunque reconozco que la de la pareja y el invento del sillón reclinable tiene su gracia, pero poco más.
Y claro, cada escena de la película oscila entre los 20 segundos y el minuto, poco más, una tras otra, sin dar respiro al espectador, y poniendo una barrera ante él, impidiendo que seamos capaces de empatizar con los personajes, porque el baile de fechas es surrealista, ya que no se respeta un orden cronológico, constantemente saltan atrás en el tiempo, mezclando los acontecimientos para tortura del espectador, porque es una narración tan caótica y absurda, que estas deseando que los noventa y cinco minutos terminen cuanto antes, porque esto debería haber durado 70 siendo generosos, si se hubiesen centrado en lo realmente importante, que es la historia de Tom Hanks y Rbin Wright, que tampoco es para es para echar cohetes, porque se ha visto antes, y mejor, mucho mejor….
Y espérate, que cogen una batidora, meten racismo, feminismo, mensajes antibélicos, reflexiones sobre la vida, la muerte, la vejez, y todo lo que sea socialmente relevante, lo remueven, y tachan tachan… sale un despropósito, porque por mucho que dispares a lo loco a ver si aciertas con algo, no quiere decir que no vayas a fallar todos los tiros, porque nos quieren contar tantas cosas y abordar tantos temas, que al final se quedan en tierra de nadie.
Que ojo, esto lo estrenan en el festival de Cannes, con un reparto desconocido, escenas todavía más lentas y aburridas, una duración de tres horas, y una directora en auge, y se llevan la Palma de Oro, pero la han cagado haciéndola comercial, por presupuesto e implicados, y los críticos estaban ahí, preparados para la masacre… Todo depende, de cómo disfraces las cosas, y aquí han pecado de pretenciosos cuando realmente la historia es un telefilm de la sobremesa que habremos olvidado al día siguiente, y si la recordamos, es porque nos ha robado 95 minutos, y porque es el gran fracaso de Hanks y Zemeckis.
Zemeckis tenía la clave para hacer un drama emotivo y que dejase huella, y más con dicho reparto, pero es que no te llega, no emociona, es todo muy frio, por mucho que los actores se entreguen totalmente a la causa, que Hanks y Wright están bien, pero no muy bien, y encima te ponen al mítico Alan Silvestri componiendo una banda sonora lograda, pero también manipuladora, ya que intenta robarte lagrimas con sus melancólicas y dulces melodías, como diciéndote, eh, toca llorar, que queremos el Oscar, y no cuela.
Sigue en spoilers sin spoilers por falta de espacio.
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane (Youtube)
La película ha sido masacrada por la crítica, algo sorprendente viendo los partícipes, pero una vez vista, se entiende, y el público la ha ignorado por completo, con una recaudación mundial de 13 millones de dólares, para un presupuesto de 50, lo que ya la confirma como uno de los grandes fracasos del año. De verdad, ¿a quién se le ocurre?
Ah sí, al señor Robert Zemeckis, responsable de clásicos únicos e irrepetibles como la trilogía de Regreso al Futuro, ¿Quién engaño a Roger Rabbit?, o Forrest Gump. Me duele el declive de este gran cineasta, porque es uno de mis favoritos, pero después de la también aplaudida Naufrago, se perdió por el camino con la animación digital, perpetrando productos sin alma como Polar Express, Beowulf, o Cuento de Navidad. Ojo, las tres eran mínimamente entretenidas, y al de Beowulf te la defiendo hasta como buena, pero nadie me puede negar que la técnica de captura de movimiento no siempre funciona, y estos tres casos lo ejemplifican a la perfección, porque los personajes no transmiten nada, vamos, como en el live action del Rey León…
Después de encadenar esos tres fracasos de crítica y público, aunque me consta que Polar Express está algo reivindicada 20 años después, el bueno de Robert apostó por solidos dramas como Flight (El vuelo) y The Walk (El desafio), perdiéndose a continuación por completo en producciones tan olvidables como Bienvenidos a Marwen, el innecesario remake de Las Brujas, y el innecesario live action de Pinocho, también con Hanks, que no habiendo tenido suficiente, se ha apuntado a la fiesta aquí también. Lo pillas, aquí, como la película… en fin, puede que me chiste sea malo, pero la película es peor…
Y es que el tedio al que asistimos es insufrible, porque no sé muy bien qué ha pretendido el señor Zemeckis, pero el experimento le ha salido mal… muy mal. Como se suele decir, en su cabeza era espectacular, ya que el punto de partida tiene potencial, presentando una película con plano fijo que sucede toda en un salón, pero en diferentes líneas temporales. Por el poster, dejando claro que Tom Hanks y Robin Wright han vuelto después de Forrest Gump, por si queda algún nostálgico en la sala, que ha quedado claro que no, se deja entrever que ellos son los protagonistas, y que vamos a asistir a diferentes momentos de su vida, pero no, aquí nos presentan la vida de no una, ni dos, sino de hasta seis familias, de las cuales cinco nos importan un carajo, aunque reconozco que la de la pareja y el invento del sillón reclinable tiene su gracia, pero poco más.
Y claro, cada escena de la película oscila entre los 20 segundos y el minuto, poco más, una tras otra, sin dar respiro al espectador, y poniendo una barrera ante él, impidiendo que seamos capaces de empatizar con los personajes, porque el baile de fechas es surrealista, ya que no se respeta un orden cronológico, constantemente saltan atrás en el tiempo, mezclando los acontecimientos para tortura del espectador, porque es una narración tan caótica y absurda, que estas deseando que los noventa y cinco minutos terminen cuanto antes, porque esto debería haber durado 70 siendo generosos, si se hubiesen centrado en lo realmente importante, que es la historia de Tom Hanks y Rbin Wright, que tampoco es para es para echar cohetes, porque se ha visto antes, y mejor, mucho mejor….
Y espérate, que cogen una batidora, meten racismo, feminismo, mensajes antibélicos, reflexiones sobre la vida, la muerte, la vejez, y todo lo que sea socialmente relevante, lo remueven, y tachan tachan… sale un despropósito, porque por mucho que dispares a lo loco a ver si aciertas con algo, no quiere decir que no vayas a fallar todos los tiros, porque nos quieren contar tantas cosas y abordar tantos temas, que al final se quedan en tierra de nadie.
Que ojo, esto lo estrenan en el festival de Cannes, con un reparto desconocido, escenas todavía más lentas y aburridas, una duración de tres horas, y una directora en auge, y se llevan la Palma de Oro, pero la han cagado haciéndola comercial, por presupuesto e implicados, y los críticos estaban ahí, preparados para la masacre… Todo depende, de cómo disfraces las cosas, y aquí han pecado de pretenciosos cuando realmente la historia es un telefilm de la sobremesa que habremos olvidado al día siguiente, y si la recordamos, es porque nos ha robado 95 minutos, y porque es el gran fracaso de Hanks y Zemeckis.
Zemeckis tenía la clave para hacer un drama emotivo y que dejase huella, y más con dicho reparto, pero es que no te llega, no emociona, es todo muy frio, por mucho que los actores se entreguen totalmente a la causa, que Hanks y Wright están bien, pero no muy bien, y encima te ponen al mítico Alan Silvestri componiendo una banda sonora lograda, pero también manipuladora, ya que intenta robarte lagrimas con sus melancólicas y dulces melodías, como diciéndote, eh, toca llorar, que queremos el Oscar, y no cuela.
Sigue en spoilers sin spoilers por falta de espacio.
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane (Youtube)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Porque sí, se palpa en el ambiente la pretenciosidad de Zemeckis, creyendo que esta ante otro oscarizado drama que va a recibir todos los elogios del mundo, pero han pasado los años y la magia se ha perdido, enterrada en un pasado que siempre será mejor, ya que hoy serían incapaces de hacer otra Forrest Gump, porque se han olvidado de cómo hacerlo y que teclas tocar. No digo que hayan pretendido hacer otra Forrest Gump, pero sí han buscado desesperadamente repetir la fórmula para que critica y publico vuelvan a caer rendidos a sus pies, y los primeros han sacado las navajas, y los segundos han huido, confirmando que Zemeckis, mal que me pese, jamás volverá a ser el de antes. Ese tren ya pasó, y se llama Polar Express…
Duele, pero es la maldita realidad, y no me cabe duda de que esta película buscaba el éxito, creyéndose mucho mejor de lo que ha acabado siendo, con un desorbitado presupuesto de 50 millones que solo se explica si 20 han ido a parar al bolsillo de Hanks, 15 al de Zemeckis, y 10 al de Wright. El resto, es lo que ha quedado para hacer una película muy fea visualmente, y que nos recuerda que es hora de dejar morir el dichoso rejuvenecimiento facial, porque no queda bien y es horrible. ¿Os acordáis lo ridículo que estaba De Niro en El irlandés en la escena de la pelea en la calle? Pues aquí casi se siguen los mismos pasos, porque por mucho que rejuvenezcas a Hanks, el hombre ya tiene una edad, y se nota que no se mueve de la misma forma. Es hora de parar, por favor…
Por lo tanto, la dirección es tan digital que te saca, ya que hasta la caída de un crio o de un adulto al suelo se ve como un efecto especial, alejándote de la realidad que la historia pretende plasmar en pantalla, el guion es un caos, que quizá tenga que ver que el material original sea una novela gráfica, confirmando que quizás no ha sido buena idea llevarla al cine, ya que la idea tenía potencial, pero que no han sabido plasmarlo en la pantalla grande, o un reparto que está bien, en especial Paul Bettany con el que seguramente sea el mejor personaje de la función, pero que tampoco se va a llevar ninguna estatuilla a casa.
En conclusión, Here es un nuevo fracaso en la carrera de Zemeckis, desaprovechando dinero, reparto, y recursos, en una película aburrida, gélida y que te deja igual que estabas, siendo triste porque está claro que sus intenciones eran ser un nuevo clásico en la carrera de todos sus implicados, para acabar siendo una muestra más de que ni Tom Hanks ni Robert Zemeckis son capaces de traernos la magia de antaño, porque el cine ya no es lo que era.
Hace 30 años nos emocionábamos con Forrest Gump. Hoy, bostezamos con Here, de los mismos responsables. Y creo que eso, escenifica a la perfección, que la magia del cine, ha pasado a mejor vida.
Duele, pero es la maldita realidad, y no me cabe duda de que esta película buscaba el éxito, creyéndose mucho mejor de lo que ha acabado siendo, con un desorbitado presupuesto de 50 millones que solo se explica si 20 han ido a parar al bolsillo de Hanks, 15 al de Zemeckis, y 10 al de Wright. El resto, es lo que ha quedado para hacer una película muy fea visualmente, y que nos recuerda que es hora de dejar morir el dichoso rejuvenecimiento facial, porque no queda bien y es horrible. ¿Os acordáis lo ridículo que estaba De Niro en El irlandés en la escena de la pelea en la calle? Pues aquí casi se siguen los mismos pasos, porque por mucho que rejuvenezcas a Hanks, el hombre ya tiene una edad, y se nota que no se mueve de la misma forma. Es hora de parar, por favor…
Por lo tanto, la dirección es tan digital que te saca, ya que hasta la caída de un crio o de un adulto al suelo se ve como un efecto especial, alejándote de la realidad que la historia pretende plasmar en pantalla, el guion es un caos, que quizá tenga que ver que el material original sea una novela gráfica, confirmando que quizás no ha sido buena idea llevarla al cine, ya que la idea tenía potencial, pero que no han sabido plasmarlo en la pantalla grande, o un reparto que está bien, en especial Paul Bettany con el que seguramente sea el mejor personaje de la función, pero que tampoco se va a llevar ninguna estatuilla a casa.
En conclusión, Here es un nuevo fracaso en la carrera de Zemeckis, desaprovechando dinero, reparto, y recursos, en una película aburrida, gélida y que te deja igual que estabas, siendo triste porque está claro que sus intenciones eran ser un nuevo clásico en la carrera de todos sus implicados, para acabar siendo una muestra más de que ni Tom Hanks ni Robert Zemeckis son capaces de traernos la magia de antaño, porque el cine ya no es lo que era.
Hace 30 años nos emocionábamos con Forrest Gump. Hoy, bostezamos con Here, de los mismos responsables. Y creo que eso, escenifica a la perfección, que la magia del cine, ha pasado a mejor vida.

3,1
2.810
2
22 de marzo de 2025
22 de marzo de 2025
69 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
Blancanieves es un clásico irrepetible, un pistoletazo de salida a la magia en el cine, y una obra maestra absoluta. Obviamente me refiero a la película animada, tan perfecta y atemporal que cabe preguntarse, ¿hacía falta una nueva versión? Todos conocemos la respuesta, pero por si quedaba alguna duda, ninguna de las nuevas versiones le ha llegado ni a la suela de los zapatos, como aquella mamarrachada con Julia Roberts que nadie recuerda, o la más exitosa pero también olvidable Blancanieves y la leyenda del cazador, ambas producciones que superan la década por poco.
¿Hacía falta otra más? La razón nos dice que no, pero el dinero manda, esas son las reglas del juego, y por eso tenemos esta nueva Blancanieves, con la promesa de ser inclusiva, y que ha generado tantas polémicas desde su inicio de rodaje que no sabría ni por dónde empezar…
¿Pero queréis saber lo más gracioso de todo? Que se ha estado años hablando de esta nueva versión, pero mañana, después de haberla visto, no hablará casi nadie, porque es tan insustancial, vacía y sin alma, que te da igual todo, porque no enfada, la ves con desidia, nada importa, es una historia ya conocida, con cambios que no aportan absolutamente nada, en otro refrito sin vida que no tiene razón de ser.
Y es que después de tantos años de rumores, bromas, odio, polémicas y un aura de bodrio épico que rodeaba a este live action, finalmente no nos han entregado el desastre prometido, sino una bobada innecesaria que todos habremos olvidado mañana. Y eso, amigos míos, es decepcionante.
Sí, es mala, porque no es necesaria, pero es que no te transmite nada, si siquiera enfado, y ese es su gran pecado, que podríamos haber obtenido un placer culpable o desastre épico de esos de los que se sigue hablando años después, como la infame y deliciosa Cats, pero nos tenemos que conformar con un producto de usar y tirar, que te roba el tiempo, y que te deja la sensación de que no estar viendo nada, porque es eso, la nada absoluta.
Si la película no es un desastre absoluto, es sencillamente porque es un remake que funciona cuando recuerda al clásico de Disney, que es en dos o tres momentos, porque cuando hace sus añadidos, naufraga por completo.
Como ocurre con todos los live actions, las canciones nuevas no funcionan. ¿Por qué lo siguen intentando? Ni idea, pero lo único lo que consiguen es que la película sea más larga. Mucho más larga...
Y hablando del tema, la necesidad de la película de actualizar el clásico, (es decir, más inclusiva), se añaden personajes y momentos que no aportan nada, ralentizando el ritmo, y confirmándonos que la única intención de Disney siempre fue hacer una Blancanieves inclusiva que atrajese al público actual, pero lo que desconocían es que estos mismos les iban a dar la espalda, y de ahí que hayan sufrido fracaso tras fracaso, porque se ha mimetizado tanto la inclusión con ser una mala producción, que el espectador ya huye espantado cuando lo que más se promociona es lo primero. No hay que ser el más listo de la clase para darse cuenta, y Disney ha tardado demasiado en recular…
Mi pregunta es, ¿si no estás cómodo con el clásico original y consideras que es necesario modernizarlo, porque no haces una nueva historia? ¿Por qué rehacer una historia que ya era perfecta, te pongas como te pongas? Si estás pensando de nuevo en inclusión, te equivocas, es por dinero, como en el 100% de los live action de Disney.
Lo que jamás entenderán es que el problema jamás fue que sus productos fueran woke, fue que eran malos, como Lightyear, Willow, o The Marvels, por citar algunos ejemplos claros, dando mala imagen a la inclusión, y asesinando cualquier atisbo de reflexión, porque jamás les importó el mensaje, solo quedar bien creyendo que eso iba a atraer al público en masa a los cines, y cuando han visto que no, han recogido cable.
Volviendo a la película, alguien me va a tener que explicar esos 270 millones de dólares en una película que no tiene acción, solo unos flojos efectos visuales que saturan, con escenario CGI innecesarios, matando cualquier atisbo de magia. ¿Por qué hacer un live action si vas a renunciar a la posibilidad de ser artesano y usar efectos prácticos, pareciendo una nueva entrega de Avatar? Son cosas que se me escapan, pero ya os digo yo que ese dineral no luce en ni un solo minuto, confirmando, una vez más, que Hollywood tiene un problema muy grave con los presupuestos.
Si no recuerdo mal, la película original se llamaba Blancanieves y los siete enanitos, y aquí estos últimos pasan a un segundo plano, entiendo que por ser demasiados caros, ya que son efectos CGI, cortesía de unas famosas declaraciones de Peter Dinklage. Luego nos presentan a otros siete individuos, que pintaba a que querían que fuesen los siete enanitos de esta buena versión, siendo todo demasiado sospechoso… como que recularon en el último momento, no siendo casualidad que los grandes personajes del clásico original parezcan metidos con calzador, cuando son personajes que se venden solos. Ya hay que ser lelo…
Por cierto, el director es Marc Webb, cineasta que prometía después de la aplaudida (500) días juntos, para después caer presa de los blockbusters con la correcta Amazing Spider-Man, y su fallida secuela, para aterrizar finalmente en este aburridísimo live action. Creo que su dirección en las películas del trepamuros fue ejemplar, por lo que no me cabe duda de que este ha sido un trabajo de encargo, porque lo podría haber dirigido el panadero del pueblo, que el resultado sería el mismo. Mucho me temo que este nuevo fracaso puede sentenciar su carrera.
Sigue en spoilers sin spoilers por falta de espacio.
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane (Youtube)
¿Hacía falta otra más? La razón nos dice que no, pero el dinero manda, esas son las reglas del juego, y por eso tenemos esta nueva Blancanieves, con la promesa de ser inclusiva, y que ha generado tantas polémicas desde su inicio de rodaje que no sabría ni por dónde empezar…
¿Pero queréis saber lo más gracioso de todo? Que se ha estado años hablando de esta nueva versión, pero mañana, después de haberla visto, no hablará casi nadie, porque es tan insustancial, vacía y sin alma, que te da igual todo, porque no enfada, la ves con desidia, nada importa, es una historia ya conocida, con cambios que no aportan absolutamente nada, en otro refrito sin vida que no tiene razón de ser.
Y es que después de tantos años de rumores, bromas, odio, polémicas y un aura de bodrio épico que rodeaba a este live action, finalmente no nos han entregado el desastre prometido, sino una bobada innecesaria que todos habremos olvidado mañana. Y eso, amigos míos, es decepcionante.
Sí, es mala, porque no es necesaria, pero es que no te transmite nada, si siquiera enfado, y ese es su gran pecado, que podríamos haber obtenido un placer culpable o desastre épico de esos de los que se sigue hablando años después, como la infame y deliciosa Cats, pero nos tenemos que conformar con un producto de usar y tirar, que te roba el tiempo, y que te deja la sensación de que no estar viendo nada, porque es eso, la nada absoluta.
Si la película no es un desastre absoluto, es sencillamente porque es un remake que funciona cuando recuerda al clásico de Disney, que es en dos o tres momentos, porque cuando hace sus añadidos, naufraga por completo.
Como ocurre con todos los live actions, las canciones nuevas no funcionan. ¿Por qué lo siguen intentando? Ni idea, pero lo único lo que consiguen es que la película sea más larga. Mucho más larga...
Y hablando del tema, la necesidad de la película de actualizar el clásico, (es decir, más inclusiva), se añaden personajes y momentos que no aportan nada, ralentizando el ritmo, y confirmándonos que la única intención de Disney siempre fue hacer una Blancanieves inclusiva que atrajese al público actual, pero lo que desconocían es que estos mismos les iban a dar la espalda, y de ahí que hayan sufrido fracaso tras fracaso, porque se ha mimetizado tanto la inclusión con ser una mala producción, que el espectador ya huye espantado cuando lo que más se promociona es lo primero. No hay que ser el más listo de la clase para darse cuenta, y Disney ha tardado demasiado en recular…
Mi pregunta es, ¿si no estás cómodo con el clásico original y consideras que es necesario modernizarlo, porque no haces una nueva historia? ¿Por qué rehacer una historia que ya era perfecta, te pongas como te pongas? Si estás pensando de nuevo en inclusión, te equivocas, es por dinero, como en el 100% de los live action de Disney.
Lo que jamás entenderán es que el problema jamás fue que sus productos fueran woke, fue que eran malos, como Lightyear, Willow, o The Marvels, por citar algunos ejemplos claros, dando mala imagen a la inclusión, y asesinando cualquier atisbo de reflexión, porque jamás les importó el mensaje, solo quedar bien creyendo que eso iba a atraer al público en masa a los cines, y cuando han visto que no, han recogido cable.
Volviendo a la película, alguien me va a tener que explicar esos 270 millones de dólares en una película que no tiene acción, solo unos flojos efectos visuales que saturan, con escenario CGI innecesarios, matando cualquier atisbo de magia. ¿Por qué hacer un live action si vas a renunciar a la posibilidad de ser artesano y usar efectos prácticos, pareciendo una nueva entrega de Avatar? Son cosas que se me escapan, pero ya os digo yo que ese dineral no luce en ni un solo minuto, confirmando, una vez más, que Hollywood tiene un problema muy grave con los presupuestos.
Si no recuerdo mal, la película original se llamaba Blancanieves y los siete enanitos, y aquí estos últimos pasan a un segundo plano, entiendo que por ser demasiados caros, ya que son efectos CGI, cortesía de unas famosas declaraciones de Peter Dinklage. Luego nos presentan a otros siete individuos, que pintaba a que querían que fuesen los siete enanitos de esta buena versión, siendo todo demasiado sospechoso… como que recularon en el último momento, no siendo casualidad que los grandes personajes del clásico original parezcan metidos con calzador, cuando son personajes que se venden solos. Ya hay que ser lelo…
Por cierto, el director es Marc Webb, cineasta que prometía después de la aplaudida (500) días juntos, para después caer presa de los blockbusters con la correcta Amazing Spider-Man, y su fallida secuela, para aterrizar finalmente en este aburridísimo live action. Creo que su dirección en las películas del trepamuros fue ejemplar, por lo que no me cabe duda de que este ha sido un trabajo de encargo, porque lo podría haber dirigido el panadero del pueblo, que el resultado sería el mismo. Mucho me temo que este nuevo fracaso puede sentenciar su carrera.
Sigue en spoilers sin spoilers por falta de espacio.
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane (Youtube)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y hablando de carreras enterradas, sé que le tenéis ganas a Rachel Zegler, una de las actrices más prepotentes de la actualidad, pero eso no quita que sea buena actriz, como ya demostró en su debut con el remake de West Side Story. Aquí vuelve a dar el do de pecho, tanto en las canciones como en su actuación, convincente, pero me lo podrás intentar vender de mil formas, que no veo a Blancanieves, y no, no es porque sea latina, yo lo soy, es porque no da el perfil, te pongas como te pongas. Dicho esto, cumple, pero si le pegas una patada a un árbol caerán otras diez buenas actrices, y seguro que se quejan menos y son menos prepotentes, así que Rachel, cuídate mucho, porque después de este nuevo fracaso, confirmando que eres veneno para la taquilla, no te va a contratar ni Netflix. No es personal, son negocios…
Y madre mía la que le ha caído a Gal Gadot por su rol de villana, que si no sabe actuar ni cantar, que si interpretación es de peor que se ha visto, que si jamás fue buena actriz… A ver, calmaos… Para empezar, el odio viene generado por su vida y pasado fuera de las pantallas, como con la Zegler, pero aquí estamos para hablar de cine… ¿no? Bueno, hay de todo un poco, pero joder, que calló muchas bocas con su estupenda Wonder Woman, al menos en la primera entrega, pero después es cierto que su estela se ha ido apagando. Jamás me oiréis decir que es la nueva Meryl Streep, pero leñe, que ha pasado de heroína querida a villana en dos días, y todos sabemos el motivo.
Centrándome en su actuación, es rara, como que lo intenta, coqueteando con la sobreactuación, consciente de que es lo que le exige el personaje, pero no le sale bien. Me temo que todavía le faltan tablas para tremendo personaje, y no está a la altura en las canciones, pero claro, la han fichado por su belleza, siendo surrealista el tema del espejito, espejito, porque compararla a ella con la Zegler, y que gane la segunda, es como que te haces preguntas. La película lo intenta arreglar hablando de la belleza interior, que eh, bien jugado, pero sigue chirriando...
Dicho esto, algo me dice que esta película también va a ser el último clavo en el ataúd de Gadot, porque después de la cancelación de la tercera de Wonder Woman, y de que ya no la estén llamando tanto, más allá de la saga Fast and Furious, que también está a un paso de cerrar sus puertas, pues no le veo mucho futuro. Por lo tanto, si sumamos al director y sus dos protagonistas, nos quedan tres bajas por un live action que tenía todas las papeletas para ser un fracaso desde el minuto uno. Tres carreras tiradas por el retrete… aunque una de ellas se lo ha buscado, todo sea dicho…
Y no me cabe duda de que después de este sonoro fracaso, Disney se lo va a pensar dos veces después de hacer más live actions innecesarios, siendo un antes y un después en la industria… Bueno, a quien quiero engañar, Mufasa ha sido un éxito, y el live action de Lilo y Stitch va a reventar la taquilla, por lo que el problema seguirá estando ahí.
Y sabéis qué, que creo que he dicho todo lo que tenía que decir, en una película que no molesta, pero que tampoco te remueve nada, es como mirar una pared blanca, porque lo mejor ya lo has visto, y lo peor son los añadidos, y cuando estos llegan… vale, he mentido, si te enfadas, porque nunca es agradable que le hagan perder el tiempo a uno, así que si me aceptas un consejo, no te acerques a esta nueva tontería del estudio del ratón, uno que antaño nos traía pura magia y felicidad, pero al que ahora solo le interesa el dinero, y por eso nos regala bofetón tras bofetón.
En fin, otro despropósito, que será mejor que todos olvidemos cuanto antes, y que, si es recordado, es por el caos de su rodaje, las peleas de las implicadas, y declaraciones inapropiadas, en un festival del horror destinado el fracaso, y que es mucho más interesante que la propia película. Qué lástima que no nos lo hayamos podido pasar bien, porque no todos los desastres pueden ser Cats, ¿verdad?
Y madre mía la que le ha caído a Gal Gadot por su rol de villana, que si no sabe actuar ni cantar, que si interpretación es de peor que se ha visto, que si jamás fue buena actriz… A ver, calmaos… Para empezar, el odio viene generado por su vida y pasado fuera de las pantallas, como con la Zegler, pero aquí estamos para hablar de cine… ¿no? Bueno, hay de todo un poco, pero joder, que calló muchas bocas con su estupenda Wonder Woman, al menos en la primera entrega, pero después es cierto que su estela se ha ido apagando. Jamás me oiréis decir que es la nueva Meryl Streep, pero leñe, que ha pasado de heroína querida a villana en dos días, y todos sabemos el motivo.
Centrándome en su actuación, es rara, como que lo intenta, coqueteando con la sobreactuación, consciente de que es lo que le exige el personaje, pero no le sale bien. Me temo que todavía le faltan tablas para tremendo personaje, y no está a la altura en las canciones, pero claro, la han fichado por su belleza, siendo surrealista el tema del espejito, espejito, porque compararla a ella con la Zegler, y que gane la segunda, es como que te haces preguntas. La película lo intenta arreglar hablando de la belleza interior, que eh, bien jugado, pero sigue chirriando...
Dicho esto, algo me dice que esta película también va a ser el último clavo en el ataúd de Gadot, porque después de la cancelación de la tercera de Wonder Woman, y de que ya no la estén llamando tanto, más allá de la saga Fast and Furious, que también está a un paso de cerrar sus puertas, pues no le veo mucho futuro. Por lo tanto, si sumamos al director y sus dos protagonistas, nos quedan tres bajas por un live action que tenía todas las papeletas para ser un fracaso desde el minuto uno. Tres carreras tiradas por el retrete… aunque una de ellas se lo ha buscado, todo sea dicho…
Y no me cabe duda de que después de este sonoro fracaso, Disney se lo va a pensar dos veces después de hacer más live actions innecesarios, siendo un antes y un después en la industria… Bueno, a quien quiero engañar, Mufasa ha sido un éxito, y el live action de Lilo y Stitch va a reventar la taquilla, por lo que el problema seguirá estando ahí.
Y sabéis qué, que creo que he dicho todo lo que tenía que decir, en una película que no molesta, pero que tampoco te remueve nada, es como mirar una pared blanca, porque lo mejor ya lo has visto, y lo peor son los añadidos, y cuando estos llegan… vale, he mentido, si te enfadas, porque nunca es agradable que le hagan perder el tiempo a uno, así que si me aceptas un consejo, no te acerques a esta nueva tontería del estudio del ratón, uno que antaño nos traía pura magia y felicidad, pero al que ahora solo le interesa el dinero, y por eso nos regala bofetón tras bofetón.
En fin, otro despropósito, que será mejor que todos olvidemos cuanto antes, y que, si es recordado, es por el caos de su rodaje, las peleas de las implicadas, y declaraciones inapropiadas, en un festival del horror destinado el fracaso, y que es mucho más interesante que la propia película. Qué lástima que no nos lo hayamos podido pasar bien, porque no todos los desastres pueden ser Cats, ¿verdad?

6,4
7.203
7
25 de agosto de 2022
25 de agosto de 2022
58 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
’42 segundos’ es un drama deportivo que sigue las peripecias de la selección española de waterpolo en las Olimpiadas de Barcelona 92. He tenido la suerte de acudir al preestreno de la cinta española (siendo bastante triste lo vacía que estaba la sala, con un público que desaprovecha este tipo de oportunidades…), y la verdad es que he salido encantado de la sala, gracias a una propuesta consciente de sí misma, sin intención alguna de reinventar el género, y que cumple su cometido a la perfección.
En la dirección tenemos al debutante Àlex Murrull (también director de fotografía) y a Dani de la Orden. Respecto a este último, tiene una filmografía tan curiosa como irregular, con comedias de usar y tirar, así como producciones más inspiradas (no me cansaré de recomendar la maravillosa ‘Litus’, la divertida ‘Mamá o papá‘, o la reivindicable ‘Loco por ella‘), siendo un cineasta a tener en cuenta, a pesar de algunas producciones olvidables.
Afortunadamente, éste no es el caso, ya que junto a su compañero, realiza una labor tras las cámaras encomiable, jugando con una interesante paleta de colores (sepia cuando entrenan en Andorra, más colorida en la parte final) y presentando una factura técnica más que efectiva, con mención especial al montaje, como en la memorable escena del entrenamiento (atención a la selección musical).
Eso sí, quizás le encuentre un pequeño contra, ya que me hubiese gustado ver más escenas de partidos, poniendo sus responsables toda la carne en el asador en el desenlace, pero pasando por el resto de forma superficial. Entiendo las dificultades de rodar en el agua y de recrear un partido de waterpolo, pero era la oportunidad perfecta para redondear el conjunto añadiendo más espectacularidad, dejando la sensación de que la desaprovechan, con unas escenas acuáticas que quizás no estén a la altura del resto de elementos. A pesar de ello, la película no tiene nada que envidiar a otros dramas deportivos al otro lado del charco, y me refiero también al guion.
Y es que el film tiene claras las bases del género, bebiendo de propuestas similares y presentando una historia que quizás suene a ya vista, pero que deja la sensación de que se han hecho los deberes, con un gran trabajo por parte del guionista, el cual no renuncia al clasicismo de la historia, aceptando y respetando las reglas del género de los dramas deportivos. No ofrece nada nuevo, ni falta que hace, porque la cinta tiene las ideas muy claras, saliendo totalmente airosa respecto a otras producciones de la misma índole. A destacar cómo se abordan temas como los de las adicciones y excesos, así como el sentimiento de culpa y los traumas personales, y sin olvidar lo bien dibujados que están los personajes, especialmente sus dos protagonistas principales, con dos actores en estado de gracia.
Por un lado tenemos a un inmenso Álvaro Cervantes, volviendo a confirmar que es el mejor actor de su generación y un monstruo de la interpretación. Estamos ante un auténtico camaleón, capaz de meterse en cualquier papel, y ésta no es la excepción, con un personaje comedido e introvertido, y al que Cervantes le sabe sacar todo el jugo.
Una delicia, y lo mismo se puede decir de su compañero, Jaime Lorente, un intérprete al que todavía no había visto en acción, pero que aquí convence con su efusiva e visceral actuación, haciendo de Pedro García Aguado (sí, el de ‘Hermano Mayor’). Se nota que le gusta hacer de chulo, y el papel le viene como anillo al dedo. Sobra decir que ambos tienen una química espectacular. Los secundarios también están estupendos, pero la mención especial es para un increíble Tarik Filipovic como entrenador del equipo. Por lo tanto, un reparto de diez.
En conclusión, estamos ante un gran drama deportivo como los de antes, hecho con cariño y esmero, y que es desde ya, y por derecho propio, una de las mejores producciones españolas del año, y posiblemente la mejor (espero que la tengan en cuenta para los próximos premios Goya, o tendremos un problema…). Podemos estar orgullosos.
Más críticas: ocioworld.net
En la dirección tenemos al debutante Àlex Murrull (también director de fotografía) y a Dani de la Orden. Respecto a este último, tiene una filmografía tan curiosa como irregular, con comedias de usar y tirar, así como producciones más inspiradas (no me cansaré de recomendar la maravillosa ‘Litus’, la divertida ‘Mamá o papá‘, o la reivindicable ‘Loco por ella‘), siendo un cineasta a tener en cuenta, a pesar de algunas producciones olvidables.
Afortunadamente, éste no es el caso, ya que junto a su compañero, realiza una labor tras las cámaras encomiable, jugando con una interesante paleta de colores (sepia cuando entrenan en Andorra, más colorida en la parte final) y presentando una factura técnica más que efectiva, con mención especial al montaje, como en la memorable escena del entrenamiento (atención a la selección musical).
Eso sí, quizás le encuentre un pequeño contra, ya que me hubiese gustado ver más escenas de partidos, poniendo sus responsables toda la carne en el asador en el desenlace, pero pasando por el resto de forma superficial. Entiendo las dificultades de rodar en el agua y de recrear un partido de waterpolo, pero era la oportunidad perfecta para redondear el conjunto añadiendo más espectacularidad, dejando la sensación de que la desaprovechan, con unas escenas acuáticas que quizás no estén a la altura del resto de elementos. A pesar de ello, la película no tiene nada que envidiar a otros dramas deportivos al otro lado del charco, y me refiero también al guion.
Y es que el film tiene claras las bases del género, bebiendo de propuestas similares y presentando una historia que quizás suene a ya vista, pero que deja la sensación de que se han hecho los deberes, con un gran trabajo por parte del guionista, el cual no renuncia al clasicismo de la historia, aceptando y respetando las reglas del género de los dramas deportivos. No ofrece nada nuevo, ni falta que hace, porque la cinta tiene las ideas muy claras, saliendo totalmente airosa respecto a otras producciones de la misma índole. A destacar cómo se abordan temas como los de las adicciones y excesos, así como el sentimiento de culpa y los traumas personales, y sin olvidar lo bien dibujados que están los personajes, especialmente sus dos protagonistas principales, con dos actores en estado de gracia.
Por un lado tenemos a un inmenso Álvaro Cervantes, volviendo a confirmar que es el mejor actor de su generación y un monstruo de la interpretación. Estamos ante un auténtico camaleón, capaz de meterse en cualquier papel, y ésta no es la excepción, con un personaje comedido e introvertido, y al que Cervantes le sabe sacar todo el jugo.
Una delicia, y lo mismo se puede decir de su compañero, Jaime Lorente, un intérprete al que todavía no había visto en acción, pero que aquí convence con su efusiva e visceral actuación, haciendo de Pedro García Aguado (sí, el de ‘Hermano Mayor’). Se nota que le gusta hacer de chulo, y el papel le viene como anillo al dedo. Sobra decir que ambos tienen una química espectacular. Los secundarios también están estupendos, pero la mención especial es para un increíble Tarik Filipovic como entrenador del equipo. Por lo tanto, un reparto de diez.
En conclusión, estamos ante un gran drama deportivo como los de antes, hecho con cariño y esmero, y que es desde ya, y por derecho propio, una de las mejores producciones españolas del año, y posiblemente la mejor (espero que la tengan en cuenta para los próximos premios Goya, o tendremos un problema…). Podemos estar orgullosos.
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