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Críticas 57
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
2 de julio de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Volviendo a ver esta entretenida película basada en las andanzas del pélida Aquiles y la cólera que se cierne sobre él y que es el eje fundamental de la Iliada, pensaba que, 20 años después ya no se hace cine de este tipo. Y es una pena.

Ocurre como con los westerns, o como con el cine bélico... cuesta encontrar algo que se aproxime a estos parámetros y a uno no le queda más remedio que revisitar los "clásicos". En el sentido amplio y en el sentido literal.

Respecto de esta película pues ciertamente es muy espectacular. Un reparto de postín y una historia muy muy entretenida. Es verdad que hay ciertos defectos de manual en escenas de combate, expresión y trabajo actoral (en la pelea entre Menelao y un blandito Bloom, las caras de las respectivas mujeres, recuerdan a aquellas películas de los años 60). O, en las escenas de combates, algunos extras que se dedican a pasear o correr lanzas en ristres, le quitan realismo al conjunto, presentándose un tanto "desordenado". No es que me ponga picajoso con estos asuntos, pero es que dan demasiado el cante.

Respecto del trabajo actoral todos están bien, incluido un impertérrito Brad Pitt que luce como Aquiles siendo, en la práctica, una máquina de matar destinada a alcanzar la gloria eterna. Quizá en algunos momentos su hieratismo es un tanto exagerado, pero por apariencia, planta y porte, es el perfecto hijo de Peleo. Sinceramente, no veo a Rusell Crowe haciendo este papel y es que Brad luce como hijo de una diosa, mientras que Crowe (no entro en lo que es como actor) hubiera lucido como hijo de una mortal.

El héroe troyano Héctor está muy bien caracterizado en la piel de Eric Banna. No así el plumífero Paris. Y es que Orlando Bloom, es un actor...muy flojo para este tipo de papeles. En el Reino de los Cielos, le pasaba tres cuartos de lo mismo.
Los actores veteranos, por contra, están todos muy bien.
Patroclo, Ayax, Agamenón, Néstor, Helena... en fin. A los que nos gusta la mitología, es una gozada. Y ya sabemos que el cine se toma sus licencias.

Mención especial para el Odiseo de Sean Benn. Este hombre hace magníficamente bien este tipo de papeles (Ed Stark, Boromir...) Le van estas cosas como anillo al dedo, nunca mejor dicho.

Una buena fotografía, unos planos espectaculares, un vestuario manifiestamente mejorable que abusa de la estética peplum y una música que cumple, hacen que la película alcance lo que se propone: entretener al respetable, permitiéndose ciertos tics que, de haberse evitado, hubieran encumbrado aún más este trabajo. No obstante, si obviamos estos defectillos (es más, si obviamos también a este Paris), poder contemplar el torso de Aquiles...no tiene precio. No me extraña que en su momento, las mujeres cayeran rendidas ante tan grande exhibición. No es para menos.

Por cierto, merece verse la versión extendida que alcanza las 3 horas, pero que no se hace pesada para nada.
29 de marzo de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala película de Ridley Scott, pues se queda a medio camino en todo y, lo que es peor, se toma unas licencias que arruinan completamente un metraje lo suficientemente extenso como para hacer algo mucho mejor.

Por supuesto, se queda a años luz de la excelsa obra de Cecile B. De Mille, de Heston y de Bryner. Y no sólo porque la desviación que tiene del Éxodo es ya en si misma una pifia, sino que los personajes aparecen tan desdibujados que no se sabe realmente qué es lo que se está viendo.

Podemos salvar la fotografía, la ambientación, cierta espectacularidad en algunas escenas (algo casi casi que ya se presupone en una producción del año en cuestión) y... poco más.

No se trata de simples errores en el traslado de la historia del Antiguo Testamento. El problema no está en que se añaden o quiten cosas. El problema está en que el despropósito de lo que se añade o lo que se quita cambia radicalmente el sentido del texto. Y si es eso lo que pretendes hacer, haz otra película. Es como hacer una nueva versión de Espartaco donde en vez de luchar por ser hombres libres, lucharan con la intención de conquistar Roma y hacerse con el gobierno de la República.

El cuadro actoral está francamente mal, incluido Bale que no pega ni con cola para el personaje de Moisés y luego diré por qué. Hay muchos nombres ilustres pero tan mal aprovechados que podrían haber puesto a cualquier otro y no se hubiera notado la diferencia. Con el guión que tienen, hacen lo que pueden, pero aparecen y desaparecen sin que lleguemos a conectar con ninguno de ellos. De hecho, casi resulta imposible también conectar con el propio Moisés, algo que no ocurría con el Moisés del gran Charlton Heston. Y, como se ha dicho en muchas opiniones aquí, el Ramses presentado deja bastante que desear. Al único que salvaría sería a John Turturro que hace un breve, pero al menos digno, Seti.

En fin, un gran presupuesto desaprovechado. Mucho efecto digital, desaprovechado. Confusión en la narración, tiempo desaprovechado sin hacer avanzar la trama y licencias suicidas que terminan por lastrar una película que debería haber sido un espectáculo. Si vas a hacer un remake de un clásico del cine, hazlo o no lo hagas. Pero no lo intentes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los 15 primeros minutos son los más salvables, estamos en la introducción de la historia y, no desviándose demasiado de la misma, es cuando la película mejor se sostiene. A partir del exilio de Moisés, todo se derrumba.

No se sabe si la idea de mostrar a un Moisés paranoico y enloquecido es de Scott o de sus brillantes guionistas. Por supuesto Moisés tiene contradicciones, pero en esta versión, parece una copia tarada del Gran Lebowsky (sin su gracia y carisma, claro está).

Moisés se convierte en un pastor, se casa, tiene descendencia... hasta que se topa con Dios. Pero este Dios es un tanto peculiar porque es un niño repelente, malvado y criminal que más bien parece el muñeco diabólico. La irá de Dios caerá sobre todos aquellos que sean impíos, sí. Pero aquí el chaval se muestra como alguien indolente, despótico y rayando en lo cruel, aparte de tener unas motivaciones un tanto....terrenales.

¿De verdad regresa Moisés a Egipto para formar un Frente Judaico Popular de Liberación??? Vergonzante.

Los planes no marchan como el niño Dios desea.... van demasiado lento. Hemos padecido 400 años y ahora le entra la prisa.

¿Dónde queda la interlocución entre Moisés y el faraón sobre las plagas que han de llegar? Apenas un esbozo desdibujado que queda ensombrecido ante la comparativa con la película original.

¿Por qué Moisés se pasa media película gritando como un poseso? Ah, sí... es un poseso. Y mantiene esa mirada casi a lo largo de todo el filme (y eso es mucho tiempo).

No puede faltar la charla motivacional hacia el pueblo. BraveHeart lo puso de moda. Y a partir de ahí, no hay película épica que se precie que no la lleve (y más en las de Scott). El problema es que para lanzar una arenga de calado, hay actores que no dan la talla.

Odio el presentismo con el que están tratadas todo este tipo de películas. La crítica social, los discursos liberadores, la igualdad y el bla, bla, bla... que es comprensible hacerlo quizá para acercarlo al público actual. En ocasiones se pasan de frenada y chirría como una rueda oxidada. Al menos aquí no metió un grupo de niños combatiendo con ponies en el desembarco de Normandía.

El hermano de Moisés se pasa buena parte de su aparición espiándole y preguntándose con quién demonios hablará el tarado de su hermano. Pero no parecen tener una charla entre ambos donde se clarifique todo esto. Seguramente porque Moisés ya se comporta como un desequilibrado y más que seguirle, le temen.

La absurda muerte del gobernador chivato que provoca la expulsión de Moisés. Sabes que morirá casi nada más verle. Pero la forma de hacerlo es bastante patética.

El Faraón es malvado. Eso ya lo sabemos... pero es tan forzado que roza la caricatura. Y más parece tonto que otra cosa. No se lo llega a tomar uno en serio. Pero tiene guasa que, después de todo, sea el único que se salva. Esto en un breve plano no sea que nos vayamos a empachar.

Al final de todas las cosas, Moisés se presenta con todo su pueblo en casa de la mujer e hijo dejados atrás. Mira, he traído a unos cuantos amigos a cenar. María Valverde, que hace de mujer de Moisés, se queda ojiplática, pero lo acepta. Se supone que irá con ellos (esa es la intención). Pero tal como aparece, vuelve a desaparecer.

Ojo a la escena final del niño Dios lleno de odio mirando cómo su pueblo adora a un becerro de oro (vale, no se ve). Está pensando, os vais a enterar, ingratos. Invita a Moisés a un trago y le pregunta su opinión sobre los mandamientos. "Estoy escribiendo ésto...¿qué opinas?" Bueno, no está mal, pero lo del adulterio no termino de verlo. Sin embargo no vemos la presentación de los mismos a su pueblo ¿Para qué? Ya se nos fue mucho tiempo. Y a Moisés ya le indican que no es el elegido, como mucho, llevar el arca de la alianza. Rescatarla, ya será cuestión de Harrison Ford.
11 de marzo de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que el amor es un pozo donde saciar la sed o donde perderse en la desesperación, es algo, sino vivido, sí sabido por todos.

La vida de Adele cuenta una historia que no por ya conocida, es menos desgarradora e íntima. Todo fluye bajo un halo de cotidianidad tan simple que asusta, pues ¿cómo no verse reflejado en esas experiencias vitales tan cercanas a la vida de cualquiera?

Entendemos su confusión, su vitalidad contenida, su "forma" de ser feliz. Se enamora de una mujer algo mayor, un modelo. Emma es perfecta, sensual, segura y firme como una roca. Alguien a quien imitar y que abre a Adele un mundo desconocido para ella, no sólo en plano sentimental, sino también en el cultural y en el del conocimiento, sin prejuicios. Cómo no sentirse fascinada.

La pasión que tanto ha tardado en encontrar Adele, Emma la compensa con creces. Y cuando uno visiona esta película, seguramente lo haga por las escenas de sexo que en ella se contienen. Curiosamente, y después de ello, la película trasciende más allá de dichas escenas. Da igual que hubieran sido entre un hombre y una mujer, entre hombres o, como es el caso, entre mujeres. Podemos sentir cómo Adele huele a Emma, el cariño y el amor entre ambas, el calor, la respiración... no hay un "te quiero" en toda la película. Y paradójicamente, no le hace ninguna falta.

Nunca termina Adele de encontrarse a sí misma. Todo el metraje (y son 3 horas) fluye a caballo entre su sonrisa forzada y su mirada perdida, ajena, apagada.... triste. Una tristeza infinita de la que nadie la puede librar y que estalla cuando engaña a Emma porque comienza a sentirse comparada, apartada y ninguneada por esos fantasmas a los que, entiende, ha de parecerse y nunca podrá llegar a hacerlo, pues no tiene ni el carisma ni la cultura que sí parecen tener aquellos de los que Emma se rodea.

Y cuando llegan estas sensaciones, uno se agarra a lo primero que aparece. Seguramente no será acertado pero cuando la soledad te empapa, te aferras a cualquier cosa que haga sentirte vivo, aunque sea por unos instantes.

Después, la furia, el reproche, el castigo, la ira, el desprecio... dando paso a la devastación. La tristeza de Adele desgarra el corazón, traspasando con su dolor la pantalla. Sabe que se ha equivocado. Pero no hay perdón para aquellos que traicionan la confianza. Aunque pueda haber alguna motivación que no llegamos a entender, aprendemos que no todo es blanco o negro. Que hay muchos matices que se nos escapan a la hora de juzgar. Si no hubiese dicho, si no hubiese hecho... da igual cuánto se martirice uno porque, desgraciadamente, no hay una máquina del tiempo que nos permita deshacer los errores del pasado. Y cuidado, porque los fantasmas siempre están al acecho para arrastrarnos al fondo.

Las actrices están maravillosas... ¿cómo no entender a Adele? ¿cómo no entender a Emma? Los primeros planos, las miradas, los besos, las lágrimas.. todo es natural y real, como la vida misma. Quizá por ello, nos duela tanto. Maravillosa.
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Es curioso cómo Adele nunca parece encajar en todo el metraje de la película. Ella se mueve en otros parámetros pues ni siquiera es capaz de presentar a Emma como su pareja, mientras ésta sí que lo hace. Y, poco a poco, Adele se va sintiendo más irrelevante, ajena, distante y terriblemente ... convencional. "¿Acaso crees que tú eres la única que sufre?" le dice Adele a Emma en mitad de su violenta discusión, tratando de remediar el desastre. No, no la sabrá nadie nunca, ni siquiera Emma. Nosotros sí, de una manera tan dolorosa, que quisiéramos abrazarla para calmar su inabarcable amargura.
21 de diciembre de 2022 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Revisando estos días viejos westerns, vuelvo a ver Open Range. De acuerdo; este, no es demasiado antiguo, aunque ya acumula 19 años. Siempre que he visto esta película, ha sido capaz de conmoverme no sólo por la épica y sentido de la amplitud que proyectan ciertas películas llamadas "del oeste", sino por contener una de las historias de amor más sutiles y tiernas que recuerdo haber visto. Y ya he visto unas cuantas.

Para empezar, unos actores en estado de gracia, sobre todo un inmenso Robert Duvall en su papel de "Jefe", muy bien secundado por Costner, en su papel de vaquero atormentado por su pasado de pistolero y una deliciosa y bellísima Annette Bening, llena de contención, dulzura y sentido común. Cualquiera, podría enamorarse de esta gran mujer.

Todo ello arropado por unos paisajes majestuosos y hermosos en los que dan ganas de perderse y quedarse para siempre, en paz, mientras nos pudiéramos deleitar con ese viento, esas nubes, esos pastos y esos ríos, también duros y terribles, apabullante y magníficamente fotografiado.

La película no destaca por contar una historia novedosa. No le hace falta. El cine, en la mayoría de las ocasiones, puede ser simplemente entretenimiento. Y aquí lo hay, y garantizado. Puede sentirse el peso de las armas, el frío de la lluvia, los golpes secos y... cómo no, la brutalidad de los disparos. Porque aquí, en esta película, los disparos traspasan la pantalla por el realismo con el que se conducen. Tanto, que la expresión "ensalada de tiros" queda aquí perfectamente reflejada.

Hoy, en 2022, no busquen películas de este estilo. No las hallarán. Y me refiero a esta, como a cualquier otra de hace 15 años. El cine actual ni emociona, ni entretiene. Las películas de aventuras han dejado de existir. No digamos cine épico, de marina, de espadas o incluso, bélicos. Todo es melifluo e insustancial. Pero esto es ya otra historia.

Quedémonos con una frase de amor tan sencilla como definitoria: nada en este pueblo ha sido una sorpresa, salvo usted. Es curioso, como esta frase, de un hombre abatido, resignado y sepultado por su pasado, puede transmitir tanto amor y deseo de redención.

¡A por nuestro ganado!
9 de diciembre de 2021 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunas películas son clásicos en sí mismas. Quizá no sean perfectas... pero es que tampoco les hace falta. Al hilo de volver a ver en televisión esta película, escribo mis sensaciones sobre la misma.

Yo la vi de estreno en el cine... hace tantos años ya que casi ni me acuerdo. Miento... me acuerdo perfectamente de esa sensación de magia, que hace que levites en la butaca, y que sólo está al alcance de unos pocos largometrajes. Éste, es uno de ellos.

Y es que todo el mundo conoce al bueno de Reeve por ser Superman, y a Superman por ser Reeve. A pesar de cierto aspecto chillón de su traje (en realidad clavado al de los comics), encajó perfectamente en su papel, haciéndole mundialmente conocido.

La película se acompañó de secundarios de lujo que, curiosamente, aparecieron siempre delante del propio Reeve en el reparto. Era un desconocido. Ahí estaban el dios Brando, Gene Hackman, Gleen Ford, Trevor Howard o Jackie Cooper. La idea era arropar a ese actor desconocido con nombres que tuvieran más empaque pero que, evidentemente, no encajaban en el arquetipo de nuestro héroe de Krypton.

Los efectos especiales muy acordes a la época. Es verdad que, visto desde el momento actual, nos parecen muy limitados. Pero en su momento fueron la caña y la gente se tiraba desde las ventanas con la "intención" de volar.

Disfrutable al 100%. Una aventura de las que, en el momento actual, el cine parece incapaz de hacer, sujeto a unos condicionantes nada cinematográficos.

Así que, gracias Reeve por todo lo que nos has dejado. El cielo seguro que compensa con creces, la mala fortuna que te deparó la vida. En mi memoria, su vuelo nunca dejará de emocionarme.

A la zona de los chivatazos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Para empezar, la BSO del insigne John Williams... una de las mejores que ha compuesto nunca, vibrante, tatareable, imposible de olvidar, cálida y emocionante. No fue recompensada con Oscar, supongo que la sombra de La Guerra de las Galaxias, seguía siendo alargada. Pero como he dicho, para mi es una de las mejores de toda su carrera.

Margot Kidder en el papel de Lois Lane... no era perfecta, no era hermosa, no era voluptuosa.. era una mujer normal, con cierto atractivo pero que encajaba como un guante en el papel y hacía disfrutable cada secuencia en la que aparecía. El contrapunto perfecto de Clark Kent y de Superman.

Gene Hackman lo borda como Lex Luthor dejando en mantillas al de Kevin Speacy... claro que Hackman siempre ha sido un actor como la copa de un pino, de los de antes. No de los melifluos actuales. Su exagerado histrionismo interpretando al maravilloso villano, hacía que la pantalla se ensanchara para darle cabida.

Marlon Brando y Glen Ford... dos actores del cine clásico. Muchos kilates... a pesar de lo que se diga, Brando lo hizo bien. Pero si tuviera que quedarme con uno de los dos, me quedaría con Ford que, con una breve y emotiva aparición como padre adoptivo de Superman, hace que la emoción desborde los planos.

Una magnífica fotografía y una acertadísima dirección hacen de la película un goce visual. Donner empezó a grabar al mismo tiempo la segunda parte, pero después no sería el encargado de sacar adelante dicha parte por desavenencias con el equipo de producción. Pero eso es ya, otra historia.

Y un Reeve que lo mismo hacía bien el papel de Superman, que el de Clark Kent, metido de lleno en su personaje y quedando para siempre en la memoria de todos los que hemos visto la película. Podriamos decir que Christopher es a Superman, lo que Weismuller a Tarzán.

Lástima que después de la segunda parte, todo se viniera abajo. Nuestro chicarrón de pelo moreno no se lo mereció nunca. Pero a veces con poco, uno se queda en los libros y en las retinas para siempre.

Mágica.
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