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Críticas ordenadas por utilidad
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6,7
49.090
7
2 de enero de 2014
2 de enero de 2014
Sé el primero en valorar esta crítica
Clint Eastwood no se centra en la atrocidad de la guerra sino en los símbolos que provoca. En cómo una fotografía puede convertirse en un emblema para seguir luchando. Cómo la mentira de los gobernantes puede suscitar euforia en una población con necesidad de esperanza. Como es habitual en Eastwood ninguna película es de ningún género en concreto, sino una mezcla de varios en la que se tratan temas desde el racismo hasta el honor. Banderas de nuestros padres no llama a la patria ni la deslegitima. Es inteligente y con un guión que lleva a la reflexión. En cuanto a la realización, Eastwood rueda de forma majestuosa con impresionantes imágenes, pero que no escapan de su semejanza con el desembarco de Normandía de ‘Salvar al soldado Ryan’. Quizá la similitud fuera porque Steven Spielberg era el co-productor.

6,5
28.368
6
3 de junio de 2013
3 de junio de 2013
Sé el primero en valorar esta crítica
Stoker es la primera película en la aventura estadounidense de Park Chan-wook (director de la aclamada Oldboy). Una propuesta que vuelve a abrir el debate del cineasta inmigrante en Hollywood y que plantea el grado de influencia que puede tener un autor venido del extranjero: mantener su esencia y marca de identidad o dejarse llevar por el estilo de la industria americana.
Pues bien, con Stoker, Park Chan-wook cohesiona las dos vertientes y realiza una película en la que se reconoce su marca como autor, pero que al mismo tiempo, se deja llevar por un guión propio de los films comerciales de Hollywood.
Stoker es una película atemporal e indefinida de época que encierra en una casa los miedos y los juegos de seducción que tienen los miembros de una familia peculiar para combatir el vacío de sus vidas. A la sombra de lo que transmitía Hitchcock, una de las influencias de Park, el director consigue mediante su estilo visual muy potente, una cautivación sutil que evoca el mal. La película extrapola las relaciones de una familia para desarrollar una temática que mezcla la envidia, la persuasión y la muerte como expresión del deseo de venganza.
India, la protagonista del film (interpretada por una convincente Mia Wasikowska) experimenta, en un guión previsible, su despertar sexual y su instinto violento provocado por la llegada de su tío tras la reciente muerte de su padre. Una creciente irritación y ansiedad, que también se ve incrementada por la actuación de su madre (interpretada decentemente por Nicole Kidman, la cual está acostumbrándose a papeles de deprimida-desestabilizada) respecto a la situación.
Si algo tiene Stoker es el amor que desprende por sus personajes. Como dice el director Park Chan-wook “si yo no quisiese a mis personajes, el público tampoco podría quererlos. Intento que los espectadores quieran a mis personajes, aunque sea un tipo de amor oscuro, un tipo de amor del que no somos conscientes”. Y así nos lo demuestra el director coreano, el cual provoca que el espectador se identifique con los actores y los llegue a defender a pesar de saber el mal que puedan haber hecho. Una sensación que lleva, al igual que el director, a que no se condenen las actuaciones de los personajes.
En definitiva, Stoker es una mezcla de silencios narrativos, una puesta en escena cautivadora e impactante, un endeble guión y una muy buena banda sonora de Clint Mansell en la que destacan otras canciones como “Becomes the color” de Emily Wells y la antigua “Summer wine” de Nancy Sinatra y Lee Hazlewood.
Pues bien, con Stoker, Park Chan-wook cohesiona las dos vertientes y realiza una película en la que se reconoce su marca como autor, pero que al mismo tiempo, se deja llevar por un guión propio de los films comerciales de Hollywood.
Stoker es una película atemporal e indefinida de época que encierra en una casa los miedos y los juegos de seducción que tienen los miembros de una familia peculiar para combatir el vacío de sus vidas. A la sombra de lo que transmitía Hitchcock, una de las influencias de Park, el director consigue mediante su estilo visual muy potente, una cautivación sutil que evoca el mal. La película extrapola las relaciones de una familia para desarrollar una temática que mezcla la envidia, la persuasión y la muerte como expresión del deseo de venganza.
India, la protagonista del film (interpretada por una convincente Mia Wasikowska) experimenta, en un guión previsible, su despertar sexual y su instinto violento provocado por la llegada de su tío tras la reciente muerte de su padre. Una creciente irritación y ansiedad, que también se ve incrementada por la actuación de su madre (interpretada decentemente por Nicole Kidman, la cual está acostumbrándose a papeles de deprimida-desestabilizada) respecto a la situación.
Si algo tiene Stoker es el amor que desprende por sus personajes. Como dice el director Park Chan-wook “si yo no quisiese a mis personajes, el público tampoco podría quererlos. Intento que los espectadores quieran a mis personajes, aunque sea un tipo de amor oscuro, un tipo de amor del que no somos conscientes”. Y así nos lo demuestra el director coreano, el cual provoca que el espectador se identifique con los actores y los llegue a defender a pesar de saber el mal que puedan haber hecho. Una sensación que lleva, al igual que el director, a que no se condenen las actuaciones de los personajes.
En definitiva, Stoker es una mezcla de silencios narrativos, una puesta en escena cautivadora e impactante, un endeble guión y una muy buena banda sonora de Clint Mansell en la que destacan otras canciones como “Becomes the color” de Emily Wells y la antigua “Summer wine” de Nancy Sinatra y Lee Hazlewood.

5,2
10.541
6
11 de octubre de 2012
11 de octubre de 2012
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La ópera prima del experimentado en efectos especiales, Gareth Edwards, es una película que utiliza la ciencia-ficción para desarrollar una historia de amor con un cierto aire de cine independiente. Congenia el bajo presupuesto y se centra en las relaciones personales a través de un guión improvisado. Rodado como si fuera a modo de un documental, el film propone desplazar aquellos elementos típicos del género de ciencia-ficción a un segundo plano para quedarse con los tiempos muertos del viaje. Es ahí donde la película muestra sus reflexiones más románticas y provoca los lazos entre los dos protagonistas como si se tratara de una aventura exótica. Así pues, esta forma de filmarla provoca un espectáclo donde todo parece real a través de su estilo visual, provocando incluso, la asimilación de un mundo así.
El director británico explica la historia en la que un periodista hastiado acepta a regañadientes encontrar y acompañar a la hija de su jefe atrapada, tras un ataque de los extraterrestres en Costa Rica, de vuelta a casa. En el trayecto, la pareja en un principio muy diferentes, tendrán que atravesar la zona infectada situada en México en la que viven extraterrestres en forma de pulpos gigantes que permanecen prácticamente fuera de campo. Sin embargo, en esta road movie la aventura no es propia de suspense ni de efectos especiales y a veces parece que tenga problemas de ritmo, se vuelve lenta y espesa, con momentos muertos que puede defraudar a los seguidores que prefieren la acción en este género. No obstante, a pesar de que sea previsible y pretenciosa, Gareth Edwards, en algunos momentos del film, consigue buenas escenas en las que se muestran tiznes de buen director, como la secuencia de ella mirando el anillo en la cama y la simbólica escena final tratada de una extraña poesía.
Monsters con un estilo visual claramente parecido a “Monstruoso” y “District 9” no aporta mucha novedad. Como consecuencia, traslada este déficit de terror a un mensaje político, como es la militarización ante la amenza extraterrestre, mediante la contemplación de dos personas que construyen una relación a medida que atraviesan un mundo destruido, en el cual no se sabe quiénes son los mounstruos
El director británico explica la historia en la que un periodista hastiado acepta a regañadientes encontrar y acompañar a la hija de su jefe atrapada, tras un ataque de los extraterrestres en Costa Rica, de vuelta a casa. En el trayecto, la pareja en un principio muy diferentes, tendrán que atravesar la zona infectada situada en México en la que viven extraterrestres en forma de pulpos gigantes que permanecen prácticamente fuera de campo. Sin embargo, en esta road movie la aventura no es propia de suspense ni de efectos especiales y a veces parece que tenga problemas de ritmo, se vuelve lenta y espesa, con momentos muertos que puede defraudar a los seguidores que prefieren la acción en este género. No obstante, a pesar de que sea previsible y pretenciosa, Gareth Edwards, en algunos momentos del film, consigue buenas escenas en las que se muestran tiznes de buen director, como la secuencia de ella mirando el anillo en la cama y la simbólica escena final tratada de una extraña poesía.
Monsters con un estilo visual claramente parecido a “Monstruoso” y “District 9” no aporta mucha novedad. Como consecuencia, traslada este déficit de terror a un mensaje político, como es la militarización ante la amenza extraterrestre, mediante la contemplación de dos personas que construyen una relación a medida que atraviesan un mundo destruido, en el cual no se sabe quiénes son los mounstruos

5,6
3.837
2
2 de enero de 2014
2 de enero de 2014
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘The Returned’ es una película que consigue alejarse de las típicas historias de zombis, pero que sin embargo, no escapa del tradicional guión comercial. Desarrollada en un contexto de ciencia ficción, el cual sirve para explicar al ser humano en la convivencia de la sociedad, la película antepone la historia al propio género fantástico. No obstante, esta trama es débil y muy previsible, lo que provoca que el espectador flote por encima de lo que quiere transmitir el director. Al ser producida por Filmax, ‘The Returned’ tiende a la espectacularidad y da poco protagonismo a la sorpresa: giros de guión manidos y un aspecto del filme muy hollywoodiense.
Bajo una notable dirección de fotografía, la película del director español Manuel Carballo retrata la epidemia de los llamados ‘retornados’, un virus que se contagia por la sangre y que en pocas horas te transforma en un zombi. No obstante, esta enfermedad tiene cura, pero los antídotos se están acabando. A partir de ese momento, los protagonistas -planos a lo largo de toda la película- tendrán que luchar contra las adversidades y emprender un viaje sin retorno. De esta forma, transcurre el film hasta su apoteósico final, el cual recuerda a la película de ‘La Niebla’, aunque sin demasiado acierto. Además, por si aún no hubiera quedado claro su actitud mercantil, todo queda preparado para una posible secuela.
Bajo una notable dirección de fotografía, la película del director español Manuel Carballo retrata la epidemia de los llamados ‘retornados’, un virus que se contagia por la sangre y que en pocas horas te transforma en un zombi. No obstante, esta enfermedad tiene cura, pero los antídotos se están acabando. A partir de ese momento, los protagonistas -planos a lo largo de toda la película- tendrán que luchar contra las adversidades y emprender un viaje sin retorno. De esta forma, transcurre el film hasta su apoteósico final, el cual recuerda a la película de ‘La Niebla’, aunque sin demasiado acierto. Además, por si aún no hubiera quedado claro su actitud mercantil, todo queda preparado para una posible secuela.
3 de junio de 2013
3 de junio de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
To the Wonder es una película que está estructurada mediante la forma en que uno recuerda su vida: reflexiones y preguntas al aire –en forma de voz en off- sobre los problemas de su existencia, en este caso sobre el amor. Como suele pasar con los recuerdos de las personas, Malick, el cual rodó sin un guión bien definido y dejando libertad a sus actores, peca de esa falta de hilo conductor y de concordancia hacia su objetivo final provocado por unos malos apoyos durante su narración, como es el ejemplo de las abundantes elipses que dificultan la comprensión de la historia de amor. Y no, no es porque Malick sea poesía, sino porque esta vez, a diferencia de “El árbol de la vida” su visión queda más superficial. Quizá el problema viene de la propia temática: el amor y la fe, los cuales son complejos por sí mismos.
En To the Wonder, los cuatro actores principales: Ben Affleck (personaje de paja), Olga Kurylenko (gestos repetitivos), Javier Bardem y Rachel McAdams, se quedan muy lejos de lo que consiguieron transmitir Brad Pitt y Jessica Chastain, por no hablar del hijo del matrimonio Hunter McCracken, en “El árbol de la vida”. Esta vez, los actores no transmiten la frustración que pretende Malick. La lejanía de los personajes provoca una separación que no permite al espectador comprender los pensamientos filosóficos que emergen de la película, a pesar de ser una temática muy arraigada en el interior de las parejas: el sentimiento de distanciamiento y soledad. Por consecuente, Malick, al realizar una película para sí mismo, se aleja del objetivo del cine: establecer un vínculo con el público.
Terrence Malick repite la fórmula de “El árbol de la vida”: darle mucha importancia a la creación de la trama en la sala de montaje y nos presenta un collage de imágenes flotantes con steadicam –bajo una omnipresente banda sonora- que levitan mediante un lenguaje audiovisual propio de anuncios, ofreciéndonos una belleza descomunal, pero siempre muy alejada de la vida cotidiana de la clase media-baja.
To the Wonder nos ahonda hacia los sentimientos más oscuros de unos personajes inadaptados llenos de dudas sobre su vida. Seres que no son felices en ningún sitio y con ninguna persona que dependen del fruto de su imaginación para rozar la alegría. Malick, de forma inteligente, nos presenta a sus protagonistas a través de unos diálogos entre ellos –en voz en off- que nunca obtienen contestación. Así bien, si algo consigue expresar To the Wonder, es la insatisfacción del ser humano y su búsqueda continua de respuestas que nunca llegarán. Sin embargo, en formato de cortometraje posiblemente hubiera funcionado mucho mejor.
Mejor escena: Cuando Olga Kurylenko y Ben Affleck pisan la arena a la espera de que suba la marea en la playa que rodea la bella abadía del Monte Saint-Michel.
Curiosidad: Estuve esperando durante toda la película a que Olga Kurylenko y Rachel McAdams -las dos mujeres que mantienen una relación sentimental con Ben Affleck en tiempos distintos de la película- se encontraran y rompieran, en un diálogo, el ritmo que ostentaba la película. Pues resulta que sí, que se llegó a rodar una larga secuencia de diálogo entre las dos mujeres. Sin embargo, en el montaje se decidió quitar. Quizá habría aportado un aire distinto al film.
En To the Wonder, los cuatro actores principales: Ben Affleck (personaje de paja), Olga Kurylenko (gestos repetitivos), Javier Bardem y Rachel McAdams, se quedan muy lejos de lo que consiguieron transmitir Brad Pitt y Jessica Chastain, por no hablar del hijo del matrimonio Hunter McCracken, en “El árbol de la vida”. Esta vez, los actores no transmiten la frustración que pretende Malick. La lejanía de los personajes provoca una separación que no permite al espectador comprender los pensamientos filosóficos que emergen de la película, a pesar de ser una temática muy arraigada en el interior de las parejas: el sentimiento de distanciamiento y soledad. Por consecuente, Malick, al realizar una película para sí mismo, se aleja del objetivo del cine: establecer un vínculo con el público.
Terrence Malick repite la fórmula de “El árbol de la vida”: darle mucha importancia a la creación de la trama en la sala de montaje y nos presenta un collage de imágenes flotantes con steadicam –bajo una omnipresente banda sonora- que levitan mediante un lenguaje audiovisual propio de anuncios, ofreciéndonos una belleza descomunal, pero siempre muy alejada de la vida cotidiana de la clase media-baja.
To the Wonder nos ahonda hacia los sentimientos más oscuros de unos personajes inadaptados llenos de dudas sobre su vida. Seres que no son felices en ningún sitio y con ninguna persona que dependen del fruto de su imaginación para rozar la alegría. Malick, de forma inteligente, nos presenta a sus protagonistas a través de unos diálogos entre ellos –en voz en off- que nunca obtienen contestación. Así bien, si algo consigue expresar To the Wonder, es la insatisfacción del ser humano y su búsqueda continua de respuestas que nunca llegarán. Sin embargo, en formato de cortometraje posiblemente hubiera funcionado mucho mejor.
Mejor escena: Cuando Olga Kurylenko y Ben Affleck pisan la arena a la espera de que suba la marea en la playa que rodea la bella abadía del Monte Saint-Michel.
Curiosidad: Estuve esperando durante toda la película a que Olga Kurylenko y Rachel McAdams -las dos mujeres que mantienen una relación sentimental con Ben Affleck en tiempos distintos de la película- se encontraran y rompieran, en un diálogo, el ritmo que ostentaba la película. Pues resulta que sí, que se llegó a rodar una larga secuencia de diálogo entre las dos mujeres. Sin embargo, en el montaje se decidió quitar. Quizá habría aportado un aire distinto al film.
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