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Críticas ordenadas por utilidad
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7
17 de noviembre de 2008
17 de noviembre de 2008
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo bien que esta película no me causó una mala impresión, es por ello que me sorprenden tanto esas críticas tan sumamente desproporcionadas, incluso paranoicas, que han escrito algunos usuarios tachando la película de fascista, vacía, vulgar y que se yo…
Se trata de un espectáculo visual de entretenimiento, cuyo propósito moral dista lejos de los tan típicos clichés empleados en muchas películas acción de los ochenta y noventa, en las que quedaban inocentemente bien definidos los buenos y los malos, y en las que el Chuck Norris de turno enviaba al carajo villano.
Más bien me ha parecido una ironía o un artificio que se mofa un poco del sentido patriótico y bélico de algunos sectores de las sociedades occidentales. (Joder, pero si el enemigo son saltamontes y caracoles. ¡Y que decir del bicho jefe cuando lo capturan!) Y cuando me refiero a esos sectores de las sociedades no solo me refiero a “los USA”. Que todos nos llenamos de gloria siempre echando toda la culpa sólo a “los USA”. Que aquí todos hemos terminado comiendo hamburguesas (¿Me entienden no?).
Lo cómico del caso, es que la ironía lejos de ser sutil, me a ha parecido bastante descarada, tal y como hizo el mismo director en Robocop. En Robocop, se insertaban anuncios publicitarios del futuro en los que irónicamente se criticaban conductas y actitudes de nuestras sociedades (Recordar el antirrobo del coche o los productos de protección solar que se empleaban por habernos cargado la capa de ozono). La crítica lejos de ser sutil, es mas bien descaradamente cínica por ello me extraña que haya gente que se haya tomado la guerra contra los insectos tan en serio. Es que hay que joderse.
En todo caso NO es una película excelente. No tiene mucha profundidad, eso es obvio. Pretende más entretener con una historia pasada de vueltas deliberadamente, plagada de imágenes impactantes y efectos especiales (Que por cierto es irreprochable que son bastante buenos) que otra cosa.
Yo recomiendo verla para pasar un rato. Tampoco todo es leer a Dostoievski.
Se trata de un espectáculo visual de entretenimiento, cuyo propósito moral dista lejos de los tan típicos clichés empleados en muchas películas acción de los ochenta y noventa, en las que quedaban inocentemente bien definidos los buenos y los malos, y en las que el Chuck Norris de turno enviaba al carajo villano.
Más bien me ha parecido una ironía o un artificio que se mofa un poco del sentido patriótico y bélico de algunos sectores de las sociedades occidentales. (Joder, pero si el enemigo son saltamontes y caracoles. ¡Y que decir del bicho jefe cuando lo capturan!) Y cuando me refiero a esos sectores de las sociedades no solo me refiero a “los USA”. Que todos nos llenamos de gloria siempre echando toda la culpa sólo a “los USA”. Que aquí todos hemos terminado comiendo hamburguesas (¿Me entienden no?).
Lo cómico del caso, es que la ironía lejos de ser sutil, me a ha parecido bastante descarada, tal y como hizo el mismo director en Robocop. En Robocop, se insertaban anuncios publicitarios del futuro en los que irónicamente se criticaban conductas y actitudes de nuestras sociedades (Recordar el antirrobo del coche o los productos de protección solar que se empleaban por habernos cargado la capa de ozono). La crítica lejos de ser sutil, es mas bien descaradamente cínica por ello me extraña que haya gente que se haya tomado la guerra contra los insectos tan en serio. Es que hay que joderse.
En todo caso NO es una película excelente. No tiene mucha profundidad, eso es obvio. Pretende más entretener con una historia pasada de vueltas deliberadamente, plagada de imágenes impactantes y efectos especiales (Que por cierto es irreprochable que son bastante buenos) que otra cosa.
Yo recomiendo verla para pasar un rato. Tampoco todo es leer a Dostoievski.

7,7
138.102
7
25 de febrero de 2009
25 de febrero de 2009
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
8 Oscar. Casi nada. “Testigo de cargo”, “Cadena perpetua”, “En el nombre del padre”, “Erase una vez en América”, “Blade Runner”, “La naranja mecánica” o “Senderos de gloria” no se llevaron ni medio. “Trainspotting”, la obra mayor de Boyle no los vio ni de lejos, aunque tampoco tenía el perfil adecuado. Plantearlo así es hacer un análisis demasiado simple e injusto, pero no deja de ser significativo lo caro que estaba un Oscar en 1995 (Cadena Perpetua, Pulp Fiction, Forrest Gump…) con lo que lo estaba en 2009.
“Slumdog Millionaire” es una buena película, rodada con un estilo muy peculiar como suele ser habitual en los trabajos de Boyle, al que siempre hay que agradecer el intento de ofrecernos algo diferente. Con un ritmo endiablado narra la vida de unos jóvenes en los barrios marginales de Bombay, mientras que paralelamente nos cuenta la intervención de uno de ellos en el concurso “¿Quieres ser millonario?”, que sirve de metáfora para mostrar como la suerte puede marcar nuestras vidas, más aún cuando lo que toca es nadar en la miseria.
A pesar de mostrarnos imágenes realmente sobrecogedoras, la película no intenta transmitir un mensaje pesimista. Parece como si los protagonistas acostumbrados a vivir toda clase de desgracias y de ver de cerca el lado más cruel y enfermizo del ser humano, se adaptasen a vivir en mitad de la tragedia con naturalidad, sin perder la ocasión de sacarle el sentido positivo a la vida y de saborear los buenos momentos. Quizá “lo bueno” se aprecia mejor después de haber vivido “lo malo”.
De impecable factura técnica, con un sonido espectacular y una fotografía soberbia se muestra perfectamente los contrastes de la India. Su colorido, su exotismo, su belleza, su encanto y también su miseria. Danny Boyle siempre consigue para sus películas una correcta atmósfera y una estética atractiva, algo común en todos sus trabajos, incluso en aquellos que corrieron la suerte de ser vapuleados por la crítica como Sunshine o La Playa.
Después de ver la interpretación del desconocido elenco de actores incluyendo a los niños, y después de haber visto otras actuaciones como las de “Ciudad de Dios” o “Gomorra” en la que muchos actores ni siquiera eran profesionales, uno se pregunta si a veces no exageramos el mérito en el trabajo de algunas de las vacas sagradas hollywoodienses. Me pregunto a que academia habrán ido estos niños que logran bordar de esa manera sus personajes.
-Sigue en "spoiler" por falta de espacio. No se desvela nada-
“Slumdog Millionaire” es una buena película, rodada con un estilo muy peculiar como suele ser habitual en los trabajos de Boyle, al que siempre hay que agradecer el intento de ofrecernos algo diferente. Con un ritmo endiablado narra la vida de unos jóvenes en los barrios marginales de Bombay, mientras que paralelamente nos cuenta la intervención de uno de ellos en el concurso “¿Quieres ser millonario?”, que sirve de metáfora para mostrar como la suerte puede marcar nuestras vidas, más aún cuando lo que toca es nadar en la miseria.
A pesar de mostrarnos imágenes realmente sobrecogedoras, la película no intenta transmitir un mensaje pesimista. Parece como si los protagonistas acostumbrados a vivir toda clase de desgracias y de ver de cerca el lado más cruel y enfermizo del ser humano, se adaptasen a vivir en mitad de la tragedia con naturalidad, sin perder la ocasión de sacarle el sentido positivo a la vida y de saborear los buenos momentos. Quizá “lo bueno” se aprecia mejor después de haber vivido “lo malo”.
De impecable factura técnica, con un sonido espectacular y una fotografía soberbia se muestra perfectamente los contrastes de la India. Su colorido, su exotismo, su belleza, su encanto y también su miseria. Danny Boyle siempre consigue para sus películas una correcta atmósfera y una estética atractiva, algo común en todos sus trabajos, incluso en aquellos que corrieron la suerte de ser vapuleados por la crítica como Sunshine o La Playa.
Después de ver la interpretación del desconocido elenco de actores incluyendo a los niños, y después de haber visto otras actuaciones como las de “Ciudad de Dios” o “Gomorra” en la que muchos actores ni siquiera eran profesionales, uno se pregunta si a veces no exageramos el mérito en el trabajo de algunas de las vacas sagradas hollywoodienses. Me pregunto a que academia habrán ido estos niños que logran bordar de esa manera sus personajes.
-Sigue en "spoiler" por falta de espacio. No se desvela nada-
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A pesar de las virtudes de esta película, de que resulta entretenida desde el comienzo y de que apenas se le pueden destacar defectos, no me parece redonda. Es notable en varios aspectos, especialmente en el apartado técnico, pero no consigue dejar huella. No llega a cautivar y el final no resulta tan emotivo como se pretende. Quizá el querer mostrar lo trágico del escenario y a la vez querer dar un mensaje optimista, la deja en terreno de nadie, si bien es cierto que con ese planteamiento se consiguieron obras maestras como “La vida es bella” o algunas de Chaplin. Pero claro, la magia conseguida en estas, es harina de otro costal.
10 de enero de 2010
10 de enero de 2010
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hugh Grant vino a España a promocionar el estreno, y lo entrevistaron en directo en el telediario de Telecinco. Cuando le preguntaron acerca de la película, todos esperábamos ver como nos vendía la burra. Sin embargo dijo: “Viene a ser un más de lo mismo”. Admito que no me lo esperaba.
El principal argumento para criticar (en lo negativo) una película de Hugh Grant es aquello que él no se molestó ni en disimular. Es decir, que siempre hace lo mismo. Sin embargo no será una pega para aquellos a los que les guste el género. A ellos es a los que vende lo que produce ¿Para qué ocultarlo? Y no sólo es el mismo tipo de comedia romántica, también hace el mismo papel de bonachón, mitad tontorrón, mitad caradura, algo ególatra, algo inseguro, con la misma sonrisa picarona de siempre y hasta el mismo tartamudeo (al menos del doblador). Está claro que encontró un filón haciendo este tipo de papel que le ha permitido ser durante dos décadas el rey del género. Además sabe elegir los guiones resultones en taquilla, una virtud imprescindible para todo actor que quiere seguir en la palestra ¿Para qué cambiar? En todas sus entrevistas parece obligada la pregunta de cuando cambiará de registro, y él lo admite y asegura que quizá la próxima vez, pero en el fondo parece lo suficientemente listo para saber que la gallina de los huevos de oro no se encuentra dos veces en la misma vida, y que a estas alturas no parece que nadie le vaya a ofrecer un papel dramático para un guión de altura (Aunque eso nunca se sabe. Cosas más inverosímiles ha hecho Tarantino).
En este episodio (Porque más que película parece un nuevo episodio de una misma serie), le acompaña la Jessica Parker, con la que forma una pareja de neoyorquinos acomodados que se ven obligados a abandonar la city por ser testigos de un asesinato. Se acogen a un programa de protección del gobierno, cambian de identidad y los trasladan a un pueblo de Wyoming. No hace falta explicar mucho más. Los chistes propios de dos urbanitas en el campo, de cómo se integran con sus nuevos vecinos y de cómo arreglan sus problemas de pareja. Está ligeramente por debajo de la media del estándar de comedia romántica estilo Hugh Grant, pero algunas situaciones cómicas funcionan y tiene el mérito de entretener lo suficiente para el aprobado. Los que aborrezcan “la serie”, manténganse alejados. Además los clásicos chistes de “chica de ciudad ordeñando vaca” y “oso atacando a Hugh” puede provocarles sarpullidos. El resto no se aburrirá, pero no pasa nada si la dejan para cuando la pongan en la tele.
El principal argumento para criticar (en lo negativo) una película de Hugh Grant es aquello que él no se molestó ni en disimular. Es decir, que siempre hace lo mismo. Sin embargo no será una pega para aquellos a los que les guste el género. A ellos es a los que vende lo que produce ¿Para qué ocultarlo? Y no sólo es el mismo tipo de comedia romántica, también hace el mismo papel de bonachón, mitad tontorrón, mitad caradura, algo ególatra, algo inseguro, con la misma sonrisa picarona de siempre y hasta el mismo tartamudeo (al menos del doblador). Está claro que encontró un filón haciendo este tipo de papel que le ha permitido ser durante dos décadas el rey del género. Además sabe elegir los guiones resultones en taquilla, una virtud imprescindible para todo actor que quiere seguir en la palestra ¿Para qué cambiar? En todas sus entrevistas parece obligada la pregunta de cuando cambiará de registro, y él lo admite y asegura que quizá la próxima vez, pero en el fondo parece lo suficientemente listo para saber que la gallina de los huevos de oro no se encuentra dos veces en la misma vida, y que a estas alturas no parece que nadie le vaya a ofrecer un papel dramático para un guión de altura (Aunque eso nunca se sabe. Cosas más inverosímiles ha hecho Tarantino).
En este episodio (Porque más que película parece un nuevo episodio de una misma serie), le acompaña la Jessica Parker, con la que forma una pareja de neoyorquinos acomodados que se ven obligados a abandonar la city por ser testigos de un asesinato. Se acogen a un programa de protección del gobierno, cambian de identidad y los trasladan a un pueblo de Wyoming. No hace falta explicar mucho más. Los chistes propios de dos urbanitas en el campo, de cómo se integran con sus nuevos vecinos y de cómo arreglan sus problemas de pareja. Está ligeramente por debajo de la media del estándar de comedia romántica estilo Hugh Grant, pero algunas situaciones cómicas funcionan y tiene el mérito de entretener lo suficiente para el aprobado. Los que aborrezcan “la serie”, manténganse alejados. Además los clásicos chistes de “chica de ciudad ordeñando vaca” y “oso atacando a Hugh” puede provocarles sarpullidos. El resto no se aburrirá, pero no pasa nada si la dejan para cuando la pongan en la tele.
1
7 de diciembre de 2009
7 de diciembre de 2009
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pienso que todo aquello con cierto valor artístico se ha de respetar hasta cierto punto, entre otras cosas porque el arte es un concepto que no se puede valorar de forma objetiva. Puedes verlo o no verlo, pero el hecho de que no lo veas no quiere decir que no exista.
“Empire” se presenta como algo más que arte abstracto o arte conceptual. Se presenta como cine experimental. Cine al fin y al cabo. El cine, tal y como yo lo entiendo ha de contar una historia. La forma de contarla puede ser más o menos lineal, con una estructura más o menos convencional e incluso la puedes contar de una manera surrealista. Pero se ha de contar una historia. Hay quien piensa que esas imágenes lejanas del Empire State es un relato de las gentes que lo habitan. Es respetable como todo. Pero en mi opinión es tan ridículo como pensar que una fotografía espacial de La Tierra puede ser una fotografía de una persona tomada desde lejos.
“Empire” es una imagen de un edificio. "Empire" no cuenta nada. Por eso no hay nada que valorar. Nada.
“Empire” se presenta como algo más que arte abstracto o arte conceptual. Se presenta como cine experimental. Cine al fin y al cabo. El cine, tal y como yo lo entiendo ha de contar una historia. La forma de contarla puede ser más o menos lineal, con una estructura más o menos convencional e incluso la puedes contar de una manera surrealista. Pero se ha de contar una historia. Hay quien piensa que esas imágenes lejanas del Empire State es un relato de las gentes que lo habitan. Es respetable como todo. Pero en mi opinión es tan ridículo como pensar que una fotografía espacial de La Tierra puede ser una fotografía de una persona tomada desde lejos.
“Empire” es una imagen de un edificio. "Empire" no cuenta nada. Por eso no hay nada que valorar. Nada.

6,1
15.453
8
8 de febrero de 2009
8 de febrero de 2009
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película infravalorada que reúne virtudes suficientes para ser considerada un peliculón, pero que ha pasado medio inadvertida por el simple hecho de contar una historia un tanto trillada, y por la incapacidad de la crítica de reconocer la calidad a todo aquello que no oculta sus pretensiones comerciales, como si el contratar un plantel de actores con tirón y el pretender tener éxito en la taquilla fuese un delito artístico, incompatible con el cine de calidad.
El conocer la historia sólo de oídas puede ser una ventaja pues resulta más intrigante, aunque el final lo conoce casi todo el mundo. La película es realmente genial en su conjunto. Lo tiene casi todo. La actuación femenina es colosal, por un lado el duelo de las dos bellezas del momento, con dos estilos completamente distintos. Portman le da a su personaje una fuerza cautivadora, pero de forma equilibrada, sin parecer la estereotipada mala de toda vida y sin caer en el maniqueísmo. Notables también Scott Thomas y Ana Torrent, poderoso el momento en el que esta última que interpreta a Catalina de Aragón, le canta las cuarenta a las “Rameras” Bolena, como ella misma dice.
La película técnicamente es notable, cuenta con una buena ambientación, un buen vestuario y una buena fotografía. Tiene el aliciente de estar basada en hechos históricos, lo cual le da un cierto valor documental. Pero además resulta entretenida, con un ritmo creciente, y con una trama realmente cautivadora donde se exponen con brillantez las consecuencias de la ambición, y donde observamos como una familia trepa vendía sin ningún pudor el matrimonio y el futuro de sus hijas con el único fin de mantener una posición y un estatus social.
Resulta demoledor ver como el deseo de poder puede hacer que se devoren entre sí los miembros de una familia, pero mucho peor resulta ver como el poder en manos de una sola persona, en este caso el rey, puede construir la historia de la humanidad a su antojo, creando religiones a medida, administrando justicia y promulgando leyes para satisfacer necesidades y caprichos personales. Es lamentable que en el siglo XXI exista tanto nacionalismo y ese orgullo desmedido por la tierra y las costumbres, para defender incondicionalmente fronteras y tradiciones que han sido configuradas siglos atrás por gente sin escrúpulos, borrachos de poder, cuya única motivación era darse gusto a si mismos. Que asco.
El conocer la historia sólo de oídas puede ser una ventaja pues resulta más intrigante, aunque el final lo conoce casi todo el mundo. La película es realmente genial en su conjunto. Lo tiene casi todo. La actuación femenina es colosal, por un lado el duelo de las dos bellezas del momento, con dos estilos completamente distintos. Portman le da a su personaje una fuerza cautivadora, pero de forma equilibrada, sin parecer la estereotipada mala de toda vida y sin caer en el maniqueísmo. Notables también Scott Thomas y Ana Torrent, poderoso el momento en el que esta última que interpreta a Catalina de Aragón, le canta las cuarenta a las “Rameras” Bolena, como ella misma dice.
La película técnicamente es notable, cuenta con una buena ambientación, un buen vestuario y una buena fotografía. Tiene el aliciente de estar basada en hechos históricos, lo cual le da un cierto valor documental. Pero además resulta entretenida, con un ritmo creciente, y con una trama realmente cautivadora donde se exponen con brillantez las consecuencias de la ambición, y donde observamos como una familia trepa vendía sin ningún pudor el matrimonio y el futuro de sus hijas con el único fin de mantener una posición y un estatus social.
Resulta demoledor ver como el deseo de poder puede hacer que se devoren entre sí los miembros de una familia, pero mucho peor resulta ver como el poder en manos de una sola persona, en este caso el rey, puede construir la historia de la humanidad a su antojo, creando religiones a medida, administrando justicia y promulgando leyes para satisfacer necesidades y caprichos personales. Es lamentable que en el siglo XXI exista tanto nacionalismo y ese orgullo desmedido por la tierra y las costumbres, para defender incondicionalmente fronteras y tradiciones que han sido configuradas siglos atrás por gente sin escrúpulos, borrachos de poder, cuya única motivación era darse gusto a si mismos. Que asco.
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